jueves, 11 de junio de 2020

Asesinato de Olof Palme, primer ministro de Suecia.-a

Placa conmemorativa en el lugar del asesinato, que decía: "Aquí, el primer ministro de
Suecia, Olof Palme, fue asesinado el 28 de febrero de 1986".



Sven Olof Joachim Palme (Estocolmo, 30 de enero de 1927 - Ib., 28 de febrero de 1986) fue un político sueco. Ejerció como primer ministro de Suecia durante 10 años en dos etapas: desde 1969 hasta 1976, y de nuevo desde 1982 hasta su asesinato. Fue además líder del Partido Socialdemócrata Sueco (SAP) desde 1969 hasta 1986, y vicepresidente de la Internacional Socialista desde 1973.
Su asesinato causó un gran trauma en la sociedad sueca que derivó en la formulación de decenas de teorías sobre lo ocurrido. Esta obsesión colectiva recibió el nombre de Palmes sjukdom o la enfermedad Palme. Durante las investigaciones tras su muerte las autoridades realizaron unos 10.000 interrogatorios y desde entonces 134 personas se han atribuido la responsabilidad por el asesinato.

Además, el homicidio de Palme tuvo gran repercusión pues, más allá de las condiciones trágicas en las que murió, este primer ministro sueco había dejado un legado tanto por sus políticas progresistas como por sus valientes posturas en política exterior, ya que en plena Guerra Fría se atrevía a plantar cara tanto a Estados Unidos como a la Unión Soviética.

Biografía 

Político socialdemócrata sueco (Estocolmo, 1927-1986). Nacido en una familia rica, Palme llegó al socialismo por convicción intelectual cuando era estudiante en Estados Unidos. A comienzos de los años cincuenta ingresó en el Partido Socialdemócrata Sueco, que llevaba gobernando el país ininterrumpidamente desde 1932, e hizo una rápida carrera política a la sombra del primer ministro Erlander (en el gobierno desde 1946): fue secretario del primer ministro, diputado y ministro, antes de que el propio Erlander le designara para sucederle al frente del partido y del gobierno cuando se retiró en 1969.

Palme completó la construcción del imponente Estado de bienestar y la definición del modelo sueco de desarrollo capitalista con fuerte protección social. En política exterior rompió con la tendencia de sus predecesores al aislamiento y la neutralidad, convirtiéndose en un pacifista activo y militando en favor de la democracia a escala mundial: apoyó la lucha de la oposición española contra el régimen de Franco, defendió los movimientos antiimperialistas del Tercer Mundo (alineándose, incluso con el régimen comunista de Vietnam del Norte, en guerra contra los Estados Unidos), combatió las intervenciones soviéticas en Checoslovaquia y Afganistán, impulsó el diálogo Norte-Sur y las negociaciones de desarme.
La crisis económica de los años setenta y sus repercusiones sobre el costoso Estado de bienestar sueco le hicieron perder las elecciones de 1976 y 1979 en favor de los conservadores; pero regresó al poder ganando las de 1982 y 1985. Murió asesinado en la calle cuando caminaba sin ninguna protección, como tenía por costumbre, sin que las investigaciones posteriores consiguieran aclarar la autoría del atentado.

Asesinato de Palme

Engström fue una de las veinte personas presentes en la escena cuando el primer ministro Olof Palme fue asesinado a tiros en el centro de Estocolmo, a última hora de la tarde del 28 de febrero de 1986. Se sabe que Engström salió del trabajo y conversó con los guardias de seguridad en la entrada principal de la compañía de seguros Skandia solo uno o dos minutos antes del tiroteo.​ Unos veinte minutos después, Engström regresó al edificio para contarles a los guardias lo que había sucedido en la calle. Después de eso, se cree que se fue a su casa.​
Engström no fue entrevistado por la policía en el lugar. Cuando más tarde fue interrogado como testigo en varias ocasiones, Engström dio diversas versiones de sus movimientos y eventos que contradecían los de otros testigos.​ Después de tratarlo inicialmente como una persona de interés, la policía parece haberse frustrado con Engström como un testigo poco confiable y un buscador de publicidad que se estaba haciendo daño a sí mismo. Ya no figuraría en la investigación oficial.
La teoría de que Engström era el asesino de Olof Palme fue mencionada por primera vez en el libro de Lars Larsson Nationens Fiende (Enemigo del Estado) en 2016. La acusación también apareció en un artículo del periodista Thomas Pettersson en la revista Filter en 2018, y en el libro Den osannolika mördaren (El asesino improbable), que se publicó el mismo año. En el libro, el hijo de Olof Palme, Mårten Palme, afirma que vio a un hombre que coincidía con la descripción de Engström en la calle cerca de la escena del crimen cuando él y sus padres se separaron poco antes del tiroteo.
Lars Jeppsson, quien vio el asesinato, afirmó que es muy probable que Engström fuera el hombre que vio huir de la escena del crimen​. Olle Minell, periodista de la revista Proletären, ha declarado que Engström podría haber sido parte del asesinato, pero que Engström no fue el verdadero autor del disparo.
Engström cambió varias veces su recuerdo de lo que estaba haciendo en la noche del asesinato. Dijo que fue uno de los primeros testigos en la escena del crimen, y que movió el cuerpo de Palme para que este pudiera respirar mejor. Sin embargo, otros testigos no están de acuerdo con su testimonio.
Engström apareció varias veces en los medios de comunicación suecos antes y después del asesinato. En 1982, fue entrevistado por el periódico Svenska Dagbladet para hablar sobre género en el entorno laboral
Después del asesinato, Engström apareció en varios medios de comunicación suecos y criticó la investigación policial y la falta de interés de la policía sueca en su testimonio. Engström también hizo una reconstrucción de lo que estaba haciendo en la noche del asesinato que se transmitió por Sveriges Television.
La última entrevista de Engström sobre el caso fue en 1992, para la revista Skydd & Säkerhet. Engström quería dar una entrevista para la revista, y contactó con un amigo suyo llamado Jan Arvidsson, quien trabajaba como periodista para la revista.
El 10 de junio de 2020 se informó que, para la Fiscalía y la policía sueca, Engström era el principal sospechoso del asesinato de Olof Palme. Sin embargo, como Engström ya había fallecido, la policía sueca no pudo iniciar juicio alguno.



Stig Folke Wilhelm Engström

 (Bombay, 26 de febrero de 1934 - 26 de junio de 2000) fue un diseñador gráfico sueco, principal sospechoso del asesinato del político sueco Olof Palme. Engström fue una de las personas que se sabe que estuvo presente en el lugar del asesinato de Olof Palme, primer ministro sueco, el 28 de febrero de 1986. Inicialmente tratado por la policía como testigo visual, y en algún momento como un posible sospechoso, Engström fue más tarde propuesto como posible autor del asesinato por los escritores suecos Lars Larsson y Thomas Pettersson (cada uno por su cuenta).

En línea con las práctica de los medios suecos de no revelar los nombres de los sospechosos, Engström fue apodado El hombre Skandia (sueco: Skandiamannen), ya que llegó a la escena del crimen desde la oficina central cercana de la compañía de seguros Skandia, en la que trabajaba. Engström fue confirmado como el probable asesino de Olof Palme, en una conferencia de prensa del fiscal Krister Peterson, el 10 de junio de 2020.
Nació en Bombay, India, de padres suecos procedentes de Småland.​ Su madre, Ruth Engström, era de Nybro; su padre, Folke Engström, trabajó para Ivar Kreuger.​ En 1926, su padre tuvo la oportunidad de su empleador de mudarse a India para comenzar la producción allí.
Durante la estancia en Bombay, nació Stig Engström, en 1934; su hermano nació en 1940 en Calcuta.​ Crecieron en la India británica y disponían de niñera, cocinero y jardinero. Engström regresó a Suecia cuando tenía doce años y vivió con otros familiares hasta el retorno de sus padres, años después. Asistió a una escuela de élite, pero aunque mostró talento artístico y atlético, no sobresalió académicamente y nunca se graduó ni fue a la universidad. Engström hizo el servicio militar antes de comenzar sus estudios para convertirse en diseñador gráfico. Durante algún tiempo, trabajó para el ejército sueco en ilustraciones para manuales de campo. A fines de la década de los 1960, fue contratado por Sveriges Radios förlag y más tarde por la compañía de seguros Skandia para hacer trabajos de diseño para ellos en Estocolmo, trabajo en el que permaneció hasta su jubilación.
Se casó en 1964, pero luego se divorció para volver a casarse en 1968. Además de su trabajo como diseñador gráfico, también colaboró con el Partido Moderado en Täby, donde vivió. El trabajo de Engström para el partido incluyó diseño, impresión y publicidad. Terminó abandonando a los moderados debido a desacuerdos con la asociación local del partido.
En 1999, su segundo matrimonio se disolvió y en junio de 2000, se suicidó a la edad de 66 años.​ Está enterrado en el cementerio de Täby




Suecia cierra el caso después de 34 años de investigaciones fallidas y señala a El Hombre de Skandia, muerto hace 20 años, como único responsable del magnicidio del socialdemócrata.
Stig Engström, el 'hombre de Skandia', presunto asesino del primer ministro sueco Olof Palme en 1986, en el lugar del crimen ese mismo año. En vídeo, perfil de Palme y la historia de su asesinato.


Madrid - 10 JUN 2020 

Suecia se ha despertado este miércoles pegada a la televisión. En una comparecencia histórica, el fiscal Krister Petersson ha revelado la identidad del que casi con toda seguridad asesinó en 1986 al primer ministro sueco, el socialdemócrata Olof Palme, a la edad de 59 años. Se trata del ciudadano sueco Stig Engström, conocido como El Hombre de Skandia (por la empresa en la que trabajaba), que falleció hace ya 20 años. Engström fue en un primer momento testigo del caso y, después, sospechoso. Al haberse suicidado en el año 2000, las autoridades se ven incapaces de continuar con la investigación y han decidido ponerle punto final. Tras 34 años de pesquisas, la sociedad sueca se queda ahora con la agridulce sensación de que el caso está cerrado, pero no aclarado.


“Hemos llegado lo más lejos que hemos podido”, ha dicho Petersson en una comparecencia virtual –a causa de la prohibición de reuniones de más de 50 personas para prevenir los contagios de coronavirus– que ha sido seguida en directo por más de medio millar de periodistas en diferentes países al estar interpretada en inglés. El asesinato de Palme, un hombre controvertido, defensor de los derechos humanos e incómodo para muchos Gobiernos a los que criticó abierta y duramente –como al de Estados Unidos por la intervención en la guerra de Vietnam; al sudafricano por el régimen del apartheid contra la mayoría negra; y a la dictadura franquista, entre otros–, representó un trauma para Suecia y conmocionó a toda la socialdemocracia europea la noche del 28 de febrero de 1986. Palme, primer ministro de Suecia entre 1969 y 1976 primero, y entre 1982 y 1986 después, murió antes de entrar en el hospital en la madrugada del 1 de marzo.

Pese a que los investigadores no han sido específicos a la hora de desvelar el móvil del asesinato, se sabe que Engström, de padres suecos pero nacido en la India en 1934, había mostrado su rechazo al discurso político progresista de Palme días antes de pegarle dos tiros por la espalda. Los investigadores han señalado que los testimonios de algunos testigos han sido “de gran importancia” para acabar responsabilizando, ya definitivamente, a El Hombre de Skandia. Las declaraciones de esos testigos han insistido durante años en que un hombre con abrigo oscuro y sombrero se esfumó de la escena del crimen por unas escaleras aquella fría noche. Engström estuvo ese viernes del crimen hasta tarde en la oficina en la que trabajaba como diseñador gráfico, según las imágenes recogidas por las cámaras del edificio. Eso le dijo también a su esposa ya que al día siguiente, sábado, se iba a esquiar y no pudo preparar el viaje. Poco antes de la hora del asesinato, el sospechoso salió del edificio de Skandia vistiendo precisamente un abrigo oscuro y un sombrero, tal como aparece en las imágenes de prensa de aquellos años. “Se dirigía al metro”, han sentenciado los investigadores. Justo el mismo camino que Palme y su esposa Lisbet recorrieron –sin guardaespaldas– aquel día, después de ver la película Los hermanos Mozart en el Grand Cinema de Estocolmo.

El fiscal Petersson, frío, tranquilo y bastante impasible pese a la expectación que había despertado su comparecencia, sostiene como prueba del asesinato que Engström tuvo acceso a un revólver del mismo tipo y modelo con el que Palme fue tiroteado: un Magnum .357 Smith&Wesson. Pese a las últimas conjeturas en redes sociales y en la prensa local —que se añaden a la larguísima lista de hipótesis y teorías conspirativas que acarrea el caso Palme—, el fiscal ha insistido este miércoles varias veces en que, después de 34 años, el arma sigue en paradero desconocido.

Otro indicio, quizás más llamativo que el de la pistola, es la revelación de que Engström era miembro de un club de tiro, según el fiscal. Las autoridades están prácticamente seguras de que él no era el propietario de la ya mítica Magnum .357 Smith&Wesson, pero que “alguien en su vecindario” de Estocolmo tenía una habitación de su casa “llena” de pistolas y que una de ellas coincide con el calibre utilizado para matar a Palme. Engström “tenía una [pistola] que parece que coincide con la del crimen”, ha dicho Petersson. “Creemos que Engström llevaba consigo una pistola aquella noche”, ha añadido.

El Hombre de Skandia era ya un viejo conocido, pues fue él mismo quién a la mañana siguiente llamó a la policía para avisar de que él fue a la escena del crimen para socorrer a Palme y que estaba preocupado por que le pudieran confundir con el asesino. Tras años de estudio milimétrico y de vaivenes en la investigación, Petersson ha podido confirmar que la versión que dio Engström como testigo primero, y sospechoso después, no coincide con la información que revelan las cámaras de seguridad de su empresa, la declaración de su esposa y varios testimonios de otros testigos.

Las esperanzas de que el enigma se iba a resolver hoy eran altísimas en el país escandinavo de alrededor de 10 millones de habitantes, pero han resultado en un “anticlímax”, describe por correo electrónico Ulf Bjereld, reputado politólogo de la Universidad de Gotemburgo y simpatizante del Partido Socialdemócrata, la formación de Palme. “Las expectativas de que el fiscal iba a presentar pruebas nuevas y sustantivas eran altas. Pero no, no había arma homicida, ni ADN, ni confesión, ni nuevos testimonios cruciales”, resume. “Sí, Stig Engström es realmente un sospechoso. Pero no hay evidencia clara de que él también sea el asesino”, opina. El actual primer ministro, el también socialdemócrata Stefan Löfven, espera que con esta última comparecencia de los investigadores se cierre la herida que el asesinato de Palme supuso para la sociedad sueca, recoge Reuters. Aunque reconoce que hubiera sido más deseable obtener evidencias más determinantes sobre el caso. Martin, uno de los hijos de Palme y Lisbet, cree que el resultado de la investigación es “correcto”, pero también reconoce que no hay una certeza absoluta que vincule a Engström con el crimen, según la radio sueca.

El caso queda hoy, tras 12.522 días de misterio, cerrado, y el único responsable, El Hombre de Skandia, ya no puede ser juzgado pese al ánimo del fiscal Petersson, que reabrió el caso en 2017, de arrojar un poco de luz en un magnicidio equiparado al del mítico presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, en 1963.

Investigación

Varios tertulianos políticos y algunos medios suecos habían avivado estos días el debate previo a una comparecencia oficial que ahora pone fin a 34 años de una investigación llena de descuidos y torpezas. Por ejemplo, no se acordonó con suficiente rapidez la escena del crimen, que fue contaminada; una de las dos balas fue hallada por una persona ajena a la investigación, entre otros descuidos.
La vía de investigación que iba tomando más fuerza era la sudafricana. Palme era un hombre abiertamente crítico con el régimen del apartheid y una semana antes de su muerte no solo pidió su abolición, sino que mostró su apoyo al Congreso Nacional Africano. “Apoyaba a los países del tercer mundo y su derecho a la independencia”, recuerda Bjereld. Pero el fiscal ha sido contundente: “No hay nada específico. Desafortunadamente no hay pruebas suficientes [para inculpar a los servicios secretos de Sudáfrica]”.
Palme era incómodo, incluso polarizador, recuerda el politólogo. “Mucha gente lo amaba, algunas personas lo odiaban. Era muy inteligente, un excelente retórico y su lenguaje político era muy ideológico”. Por eso, desde el principio, las hipótesis sobre la autoría -material e intelectual- se multiplicaron. El partido kurdo PKK, el KGB (servicios secretos soviéticos), Yugoslavia y hasta la CIA (servicios secretos de EE UU). Incluso un delincuente común, Christer Pettersson, pasó unos meses en la cárcel, pero fue liberado por falta de pruebas. Meses después, quedó en libertad por falta de pruebas. Todos habían sido sospechosos alguna vez de estar detrás de un magnicidio que conmocionó a la sociedad europea de finales del siglo pasado. “Las especulaciones continuarán, pero a nivel social creo que habrá una aceptación de que ahora sabemos lo que es posible que sepamos y que tal vez nunca obtengamos la respuesta absoluta sobre la pregunta sobre quién mató a Olof Palme”, sentencia Bjereld.

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