martes, 31 de julio de 2018

Critica a la guerra de Angola a




La guerra de Angola, y sus víctimas civiles y militares, sigue siendo un tema pendiente para los historiadores y narradores cubanos. Salvo algunos documentales y películas de ficción hechas en cuba para ennoblecer una contienda que tuvo mucho de fratricida, los escritores en general y los periodistas en particular han esquivado las consecuencias negativas de la guerra —que no fue la única en que Cuba participó— en África. El régimen castrista ha preferido la narrativa de la victoria global sobre el apartheid —discutible— a enfocarse en el drama humano del postconflicto, con miles de mutilados, heridos, enfermos mentales y familias cubanas destrozadas para siempre por guerra.

Las excepciones al tocar las desgarradoras aristas del conflicto, como no podía ser de otro modo, han sido los creadores en el exilio, donde Lichi, Eliseo Alberto Diego (1951–2011) fue uno de los más notables. Su novela Caracol Beach (Premio Alfaguara en su primera edición), trata el tema de las secuelas más que de las causas, más centrada en lo humano y menos en una épica encubridora. Es la historia del soldado que regresa de la guerra, con sus demonios y sus fantasmas, y que ya no encuentra lugar en la paz de las cosas.
Estas líneas vienen a tono con la entrevista que Leonardo Padura diera al líder de Podemos, Pablo Iglesias, y que recientemente ha publicado. Más allá de la necesaria politización que hacen del tema, uno porque quiere regresar y seguir escribiendo en su Mantilla sin que lo molesten, y el otro, porque debe limpiar la cara del espejo donde se mira a diario, ambos banalizan lo que fue uno de los conflictos más controvertidos del siglo XX.
Padura no se sale una coma de la narrativa oficial: la cifra de muertos es ridículamente baja, sobre todo por accidentes y enfermedades. Iglesias hace el puente para dar paso a la alevosía: ¿y Vietnam? Y Leonardo, lejos del renacentista a quién quizás deba su nombre, da una respuesta para campeonato de la infamia: no se puede comparar una victoria con una derrota.
Es en ese momento donde habría que recordar cuánto dolor material y espiritual costó a Cuba la aventura angolana. Para empezar, la cifra —conservadora— de cubanos que pasaron por allí en misiones militares y civiles pasan de 400.000 en 16 años. Eso significó alejar por dos años o más de la producción nacional y los servicios sanitarios y educativos a un porciento no despreciable de la población. No vale en estos casos la justificación de la "voluntariedad". Ser "seleccionado" para cumplir misión y negarse no era una buena opción a futuro.

En cuanto a la presencia militar, hasta hoy la Operación Carlota, como se hizo llamar la intervención cubana en Angola, ha sido el mayor despliegue de fuerzas de un país del Tercer Mundo en tierras africanas. En la época de mayor conflictividad, Cuba tuvo destacados más de 70.000 soldados, 1.000 carros de combate y decenas de aviones en ese territorio. Es como si EEUU, con una población de 300 millones, hubiera puesto sobre el terreno cerca de un millón de combatientes. No vale que los soviéticos pagaran los gastos: eran jovencitos cubanos, quienes entregaban sus vidas a miles de kilómetros de sus hogares.
Es en el aspecto humano del posconflicto donde entrevistado y entrevistador se enredan, o prefieren no entrar. Es seguro para ellos quedarse en el pasado, contrastar Angola y Vietnam, dos trances que nada tienen en común, salvo la presencia de extranjeros combatiendo a nombre de unos de los dos contendientes nativos. Es seguro para ellos continuar con la terrible —y de inferioridad psicoanalítica— obsesión de compararse siempre con los "americanos".
Pero si hubieran querido hablar en serio de Vietnam y hacer semejanzas con Angola —elevar a La Habana a nivel de imperio militar global—, entonces valdría la pena recordarles que la guerra en el sudeste asiático convocó toda una generación de pacifistas en las calles estadounidenses. Hay miles de libros, filmes, arte que criticaba y aún hoy lo hace, la intervención gringa a favor del régimen de Saigón.

En cambio, entrevistado y entrevistador ni por asomo se preguntan por qué no hubo pacifistas insulares durante las intervenciones militares en Angola y Etiopía. Por qué apoyaron al doctor Agostinho Neto, y no al guerrillero Jonas Savimbi. Por qué José Eduardo dos Santos gobernó por 38 años, y su hija es considerada la mujer más rica del continente africano. Por qué no dicen que ambos están parados sobre la "victoria" que Padura adjudica a una causa mercenaria.      
Hay todavía un tema más escabroso y que eluden los dos como si se tratara de un acuerdo telepático: ¿qué ha sido de los soldados y los civiles cubanos después de la guerra? Mientras la prensa cubana se ceba con los suicidios, las adicciones y los actos violentos de excombatientes estadounidenses en Vietnam, Afganistán e Iraq, no hay una sola nota sobre el síndrome de estrés postraumático de los veteranos cubanos de Angola, Etiopía, Nicaragua. ¿Son cubanos inmunes al estrés y a la muerte?

De modo que el "tema Angola" no está cerrado, ni siquiera ha comenzado una discusión seria sobre el asunto.  A eso juegan plácidamente Iglesias y Padura: la guerra de Angola fue casi nada, una "victoria". La entrevista esclarece lo que andaba en sombras: la deuda impagable de los políticos y los intelectuales cubanos con quienes, engañados o no, participaron en la aventura militar y civil más desgarradora de la época castrista.


¿Valió la pena la muerte de miles de cubanos en Angola?

1 noviembre  2015

El periodista independiente cubano indaga, a propósito del aniversario número 40 del inicio en 1975 del despliegue militar cubano en Angola, si valió la pena la muerte de miles de cubanos.
Pronto se cumplirá el aniversario número 40 del inicio en 1975 del despliegue militar cubano en Angola: la llamada Operación Carlota.

El 10 de noviembre de 1975, Fidel Castro, en medio del mayor secreto, despidió en el aeropuerto de Rancho Boyeros a un primer destacamento de 82 bien entrenados efectivos de las Tropas Especiales del Ministerio del Interior, vestidos de civil, que volaron a Luanda en un avión Britania de Cubana de Aviación.

La misión de esa tropa élite, y de los multiplicados refuerzos que muy pronto fueron enviados, era contener la incursión en territorio angolano de los ejércitos de Sudáfrica y Zaire, e impedir que las guerrillas de la UNITA y el FNLA tomaran Luanda, proclamaran la independencia y formaran gobierno antes que el marxista MPLA.
La intervención cubana en la guerra angolana duró más de 13 años. En ese tiempo, más de 350 000 cubanos pasaron por Angola, 11 veces mayor que Cuba y a 11 000 kilómetros de distancia, Océano Atlántico de por medio.
Jamás un país del Tercer Mundo había emprendido un empeño militar de tal envergadura.
Las armas y el resto de la logística fueron puestos por la Unión Soviética. Los cubanos pusieron la carne de cañón.

En pocos meses, Cuba llegó a totalizar alrededor de 70 000 soldados en Angola. Pasado el peligro inicial, la cifra se estabilizó en unos 40 000.
La confrontación Este-Oeste impidió que el conflicto entre los tres movimientos guerrilleros que combatieron a los portugueses, el MPLA de Agostinho Neto, la UNITA de Jonás Savimbi y el FNLA de Holden Roberto, fuese otra guerra civil más en el continente africano.
La URSS apoyó al MPLA. Estados Unidos, Sudáfrica y China, en una extraña concertación, favorecieron a la UNITA.
Cuba se involucró militarmente para que los marxistas del MPLA lograran instalar su gobierno en Luanda, pero tuvo que permanecer allí durante más de una década para apuntalarlo. Los cubanos y las FAPLA nunca lograron controlar totalmente el territorio angolano. Las guerrillas de la UNITA, dirigidas por Jonás Savimbi, se convirtieron en la más terrible pesadilla de los generales cubanos.

En julio de 1988, luego de la costosa y prolongada batalla de Cuito Cuanavale, las tropas cubanas consiguieron la retirada sudafricana del sur de Angola. Los acuerdos de paz se firmaron entre Cuba, Sudáfrica, Estados Unidos y la Unión Soviética en 1988. Fue uno de los últimos episodios de la Guerra Fría.
Según cifras oficiales que son consideradas bien conservadoras, dos mil cubanos murieron en Angola. Sus restos fueron repatriados en diciembre de 1989.
Muchos de los veteranos regresaron mutilados, con los nervios destrozados y víctimas de extrañas patologías a un país que se adentraba en la peor crisis de su historia. Una dura realidad que no reflejaron los panegíricos oficiales, la bella crónica angolana de Gabriel García Márquez o la serie documental “La epopeya de Angola”, realizada hace unos años por el periodista Milton Díaz Kanter.

Hoy, Angola, a pesar del petróleo y los diamantes, sigue siendo uno de los países más pobres del mundo. La esperanza de vida de sus habitantes es una de las más bajas del continente africano.
Los acuerdos de Lusaka de 1995 no se pudieron poner en práctica hasta casi 7 años después. La guerra civil no concluyó hasta después que Jonas Savimbi muriera en combate por una patrulla gubernamental que topó casualmente con él en la selva de Moxico en febrero de 2002.
La constitución angolana ha sido modificada 5 veces. Angola abjuró del marxismo y abrazó el multipartidismo y la economía de mercado. Su gobierno, aun presidido por Dos Santos, el sustituto de Neto al frente del MPLA, es uno de los más corruptos de África.





(CNN Español) — En la guerra de Angola, yo estuve en el bando opuesto al de Arturo Pérez-Reverte.
Por Camilo Egaña

El escritor era entonces un corresponsal de Televisión Española que contaba las miserias de las guerras.
Pérez-Reverte se desplazaba por toda Angola con las tropas de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (Unita)
Y yo, con 17 años mal cumplidos y un libro de Jean-Jacques Rousseau que llevaba a todas partes como una biblia, formaba parte de las tropas cubanas que Fidel Castro, con el visto bueno de Leonid Ilich Brézhne en Moscú, había enviado para apuntalar a la otra facción en pugna, el Movimiento Popular de Liberación de Angola (Mpla).
Perez-Reverte, con esa media sonrisa con la que salpica lo que dice, me pregunta en Miami, una vez que hemos terminado una entrevista, qué hacía yo en Angola.
La Operación Carlota de Fidel Castro en Angola se inició en noviembre de 1975 y terminó en 1991.

En 1974, tras la Revolución de los Claveles, Portugal le concedió la independencia a sus colonias, entre ellas Angola.
Comenzó una guerra civil. Portugal apoyaba en principio a la izquierda y EE.UU., Zaire y Sudáfrica a los movimientos insurgentes que no querían una salida comunista para aquel país, rico y miserable a la vez.

En 1975 comienza la embestida del Ejército sudafricano por el sur. Y las fuerzas de Zaire por el norte. La idea es apoderase del país, incluso antes de que se proclame la descolonización.
El gobierno angoleño pide ayuda militar a la Unión Soviética y Cuba.
Aquello duró 16 años. Yo estuve dos y jamás he vuelto a padecer tanta hambre y tanto miedo.
Muchos de los soldados éramos adolescentes en el Servicio Militar Obligatorio. Íbamos de La Habana a Luanda escondidos en las bodegas buques mercantes.
Escondidos, porque las convenciones internacionales no permitían el traslado de personal y equipo militar en ese tipo de barcos.
Más de 2.000 cubanos murieron allí.
Regresé a La Habana en 1983 y el último soldado cubano debió de haber regresado a Cuba en 1991.
De hecho, ya trabajaba como periodista de la televisión cubana cuando me enviaron a cubrir la repatriación de los restos de los muertos.

Antes de ir al aire, una niña se me acercó y me dijo, señalando una de las urnas pequeñas envueltas en la bandera cubana, que ahí estaba su padre.
No suelo hablar ni escribir de aquello, pero el día que lo haga será con “la autoridad del fracaso”. Así decía Scott Fitzgerald y sabía de lo que hablaba.
Más de 30 años después, una chica angoleña que trabaja en una dulcería de mi vecindario me dice:

 “Cuando ustedes se fueron, empezamos a reconstruirlo todo”.

Está casada con un cubano. Me habla de su padre, que acaba de morir. Cáncer. Admite que sabe poco de lo que hoy sucede en Angola. Que va de vez en cuando y punto.

No sabe por ejemplo Isabel Dos Santos es la hija del expresidente de Angola, José Eduardo dos Santos.
No ha leído que el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ) —el mismo de “Los papeles de Panamá”— acaba de publicar una investigación que ya se conoce como los “Luanda Leaks”, en el que revela más de 700.000 documentos sobre empresas en paraísos fiscales, sociedades a nombre de terceros y puede que otras modalidades de negocios que la habrían hecho “la mujer más rica de África”.
Tampoco habrá leído que la Fiscalía de Angola ha decidido acusarla esta semana de malversación de fondos durante su gestión de 18 meses al frente de la petrolera estatal Sonangol.
En Twitter, cosa que millones leen exclusivamente por estos días, Isabel Dos Santos niega todo lo anterior y advierte que se prepara para defenderse:

«Las acusaciones que se han hecho en contra mía en los últimos días son extremadamente confusas y falsas. Este es un ataque político muy bien concentrado, orquestado y coordinado. He contratado a abogados para que actúen contra estos reportes y denuncias difamatorias e incorrectas”.

José Eduardo dos Santos gobernó Angola 40 años; hasta 2017.
Pérez-Reverte, con esa media sonrisa con la que salpica lo que dice, me pregunta qué hacía yo en Angola. Y por qué andaba con aquel libraco de las Obras escogidas de Rousseau.
Hace un par de noches durante una cena, alguien con tres cubalibres encima, dijo: 

“Menos mal que todavía hoy hay hombres capaces de dar su vida por una bandera”.

No esperé a los postres.



domingo, 29 de julio de 2018

CARTA DE CARNARO” [1] ** a

Constitución de la Regencia de Carnaro, proclamada por Gabriele d’Annunzio
[8 de Septiembre de 1920]

Fiume de Italia [2]
Quis Contra Nos?
STATUTUM ET ORDINA
TUM EST
JURO EGO
SI SPIRITUS PRO NOBIS
Quis Contra nos?

DE LA VOLUNTAD PERPETUA DEL PUEBLO

«Fiume, por siglos, una Comuna libre de la antigua Italia, declaró su entrega completa a la madre patria el 10 de Octubre de 1918.
Su demanda es triple, como la armadura impenetrable de la leyenda romana.
Fiume esta encargada de las marchas italianas, la fortaleza más lejana de la cultura italiana, la tierra más distante que lleva la marca de Dante. Siglo a siglo con todas las vicisitudes, a través del conflicto y la angustia, Carnaro de Dante ha hecho servicio fiel a Italia. Desde ella como desde una fuente la vida espiritual de Italia ha brillado por adelante y todavía brilla delante sobre orillas e islas, desde Volosca a Laurana, desde Moschiena a Albona, desde Veglio a Lussino, desde Cherso a Arbe.
Este es su reclamo desde la historia.
Fiume, de la vieja Tarsatica, ubicado en el extremo meridional del terraplén de Liburnian se estrecha desde allí a lo largo de los Alpes Julianos y es contenida enteramente dentro de ese límite que la ciencia, la tradición y la historia confirman igualmente como los límites sagrados de Italia.
Este es su reclamo desde la posición.
Fiume, con voluntad constante y valor heroico, superando cada ataque de la fuerza o del fraude, justificando su derecho, dos años atrás, de elegir su propio destino, su propia lealtad en la fuerza de ese justo principio declarado al mundo por algunos de sus mismos adversarios injustos.
Este es su reclamo fundada en el derecho Romano.
En contraste con este reclamo triple se mantiene el triple mal, iniquidad, codicia, y fuerza a la cual Italia somete en dolor, deja desconocida y denigrada la victoria que ella, ella misma, ha ganado.
Así acontece que los habitantes de la ciudad libre de Fiume, fiel a su origen latino y determinados a llevar a cabo que en su decisión lícita encuadran un nuevo modelo para su constitución a convenir el espíritu de su nueva vida no pensando limitar esa constitución al territorio que, bajo el titulo de “corpus separatum”- fue asignado a la corona de Hungría, pero ofreciéndolo como una alternativa libre a cualquiera de esas comunidades del Adriático que desee de abrirse camino a todos los estorbos y subir a la libertad en el nombre de una nueva Italia.
Así, en el nombre de una nueva Italia, la gente de Fiume, tomando su soporte en la justicia y en la libertad, juran que ellos lucharán al máximo con su fuerza entera contra cualquier tentativa de separar su tierra de la patria y que defenderán siempre la frontera montañosa de su país asignado por Dios y por Roma.»
_______
BASES

I. El pueblo soberano de Fiume, valiéndose de su soberanía inobjetable e enviolable, hace centro de su Estado libre el “corpus separatum”, con todos sus ferrocarriles y su puerto.
Pero, como es firme en su deseo de mantener sus tierras contiguas a la madre patria en el lado oeste, no renuncia a su reclamo a una frontera más justa y más segura del este, que pueda ser determinada por los próximos hechos politicos y los acuerdos que se concluyan con los municipios rurales y maritimos, atraídos por el régimen de puerto libre y generosos nuevos estatutos.
II - La Regencia italiana del Carnaro es constituida por la tierra de Fiume, de las islas, tradicionalmente venecianas, que han declarado por el voto compartir su fortuna; y de todas aquellas comunidades vecinas que os puedan ser por acto sincero de adhesión acogidas fraternalmente en la forma legal debida.
III. La Regencia italiana del Carnaro es un gobierno genuino del pueblo – «res populi» – que tiene por bases el poder del trabajo productivo y por ordenamiento la más amplia y la más variada forma de autonomía, tal como fueron aplicadas en los cuatro siglos gloriosos del período de las comunas italianas. [3]
IV. La Regencia reconoce y confirma la soberanía de todos los ciudadanos sin distinción del sexo, raza, idioma, clase, o religión. Sostiene sobre cualquier otro derecho, los derechos de los productores; suprime o reduce la excesiva centralización de los poderes constituidos y divide las fuerzas y los cargos, de manera tal, que por el juego armónico de las diversidades se vigorice y enriquezca cada vez más la vida común.
V. La Regencia protege, defiende, preserva todos los derechos y las libertades populares; asegura el orden interior con la disciplina y la justicia; procura reconducir los días y las obras hacia aquel sentido de virtuosa alegria que debe renovar lo profundo del pueblo finalmente liberado de un regimen uniforme de sumisiones y mentiras; su objetivo constante es de levantar la posición de sus ciudadanos y aumentar su prosperidad; para que la ciudadanía sea reconocida por extranjeros como un titulo de honor elevado tan como fue antiguamente bajo la ley de Roma.
VI. Todos los ciudadanos del Estado, de ambos sexos son iguales, y se sienten a sí mismo iguales cerca de la ley.
El ejercicio de sus derechos constitucionales ni puede ser disminuido ni puede ser suprimido excepto por el tratado público y la condenación solemne.
VII. Las libertades fundamentales, la libertad de pensamiento y de Prensa, el derecho a celebrar reuniones y formar asociaciones son garantizadas a todos ciudadanos por la Constitución.
Cada forma de religión es permitida y es respetada, y se permite erigir sus propios lugares de culto; pero ningún ciudadano puede alegar su credo ni los ritos de su religión como una razón para retirarse de la realización de deberes prescritos por la ley. El mal uso de la libertad reglamentaria, cuando su propósito es ilegal y cuando perturba la paz pública puede ser castigada, en la manera prevista por la ley; pero la ley no debe traspasar de ninguna manera el principio de la libertad.
VIII. La Constitución garantiza a todos ciudadanos de ambos sexos: la instrucción primaria en escuelas iluminadas y saludables; entrenamiento físico en gimnasios al aire libre, bien equipados; trabajo pagado con un mínimo sueldo justo para vivir; asistencia en accidentes, en enfermedad, y en el desempleo involuntario; pensiones de jubilación; disfrutar de la propiedad legítimamente obtenida; inviolabilidad del domicilio; “hábeas corpus”; compensación por injurias en caso de errores judiciales o abuso del poder.
IX. El Estado no reconoce la propiedad privada como un derecho absoluto de la persona sobre la cosa, pero la considera como la mas útil de las funciones sociales. Ninguna propiedad puede ser reservada a nadie sin restricciones; ni puede ser lícito que un dueño indolente deje su propiedad sin uso o disponga mal de ella, con exclusión de cualquier otro. El trabajo es el único título legítimo de posesión de un medio de producción y el intercambio; y solo es custodio de lo que es de lejos mas fructífero y provechoso para el bienestar general.
X. El puerto, la estación, las líneas ferroviarias comprendidas en el territorio de Fiume son propiedad inalienable e incuestionable del Estado en perpetuidad.
Por un estatuto del Puerto Franco, el uso absoluto y libre del puerto para el comercio, la industria, y la navegación es garantizado a extranjeros como a nativos, en igualdad perfecta del buen tratado e inmunidad de exorbitantes deudas portuarias y de cualquier injuria a persona o bienes.
XI. Un Banco Nacional de Carnaro bajo la supervisión del Estado, se le confía la emisión del papel moneda y todas las operaciones concernientes al crédito.
Una ley decidirá para este propósito los métodos y las regulaciones a ser seguidas e indicarán los derechos, las funciones, y responsabilidades de los bancos ya funcionando en el territorio y de los que pueden ser fundados allí de ahora en adelante.
XII. Todos los ciudadanos de ambos sexos tienen el derecho pleno para escoger y ejercer cualquier industria, profesión, arte, o tarea.
Las industrias abiertas o sostenidas por el capital extranjero y todas concesiones a extranjeros serán reguladas por la legislación liberal.
XIII. Tres elementos concurren para controlar la regulación, el progreso, y el crecimiento de la Comunidad: los Ciudadanos; las Corporaciones; las Comunas.
XIV. Hay tres artículos de fe que tienen prioridad de todos los demás en la Regencia y las comunas federadas: La vida es bella y digna sólo cuando es vivida grave y magníficamente por el hombre enteramente renovado por la libertad. El hombre completo es aquel que sabe reinventar cada día su propia «virtu» [4] y ofrecer cada día a sus hermanos un nuevo don. El trabajo, incluso los más humildes, los más sombríos, si se ejecuta bien, tiende a la belleza y adornos de todo el mundo.

LOS CIUDADANOS

XV. Las siguientes personas tienen el rango de ciudadanos de Carnaro: todos los registrados hasta ahora en la ciudad libre de Fiume; todos los ciudadanos de las comunas federadas; todas personas que han solicitado su ciudadanía y que la han obtenido por norma legal.
XVI. Los ciudadanos tienen reconocidos todos los derechos civiles y políticos tan pronto como alcanzan la edad de veinte. Sin distinción del sexo se convierten en electores y pueden ser elegidos en todos los cargos.
XVII. Seran inhabilitados los ciudadanos para el ejercicio de sus derechos políticos mediante formal sentencia que sean: condenados por la ley; morosos con respecto al servicio militar para la defensa del territorio; morosos en el pago de impuestos; parásitos incorregibles en la comunidad si ellos no son incapacitados para el trabajo por edad o enfermedad.

LAS CORPORACIONES

XVIII. El Estado representa la aspiración y el esfuerzo del pueblo, como comunidad, hacia el progreso material y espiritual.
Solo son ciudadanos de pleno derecho, quienes dan su mejor esfuerzo para aumentar la riqueza y la fuerza del Estado, los cuales son realmente uno con ella en su crecimiento y el desarrollo. Cualquiera sea la clase de trabajo que un hombre hace, ya sea manual o cerebral, de arte o industria, de diseño o ejecución, él debe ser un miembro de una de las diez Corporaciones que reciben de la comuna una dirección general en cuanto al alcance de sus actividades; los lugares son libres de desarrollarlos a su propia manera y de decidir entre sí acerca de sus deberes y responsabilidades mutuas.
XIX. La primera Corporación comprende a los asalariados de la industria, agricultura y el comercio, pequeños artesanos, y propietarios que trabajan sus propias granjas, empleando otros pocos trabajos y este sólo ocasionalmente.
La segunda Corporación incluye a todos miembros del personal técnico o directivo en algún negocio privado, industrial o rural, a excepción de los propietarios o socios en el negocio.
En la tercera, están unidas todas las personas empleadas en empresas comerciales quiénes no son actualmente operativas. Aquí otra vez los propietarios son excluidos.
En la cuarta, son asociados juntos todos los empleadores contratados en empresas industriales, agrícolas, o comerciales, siempre que no sean dueños del negocio pero — según el espíritu de la nueva constitución —maestros prudentes y sagaces de la industria.
La quinta comprende a todos los empleados públicos, del Estado y empleados Comunales de cada grado.
En la sexta se encuentra la sección intelectual de la gente; la juventud estudiosa y sus líderes; maestros en las escuelas públicas y estudiantes en colegios y politécnicos; escultores, pintores, decoradores, arquitectos, músicos, todo los que practican las Artes, escénico o decorativo.
La séptima incluye a todas personas que pertenecen a las profesiones liberales que no están incluidas en las categorías anteriores.
La octava esta compuesta de las Sociedades Cooperativas de producción y consumo, industrial y agrícola, y el sólo representado por los administradores auto escogidos de las Sociedades.
La novena comprende a todos los trabajadores en el mar.
La décima no es del arte, ni un grupo o un título especial. Su plenitud es esperada como uno de la décima Musa. [5] Se reserva para las fuerzas misteriosas del progreso y la aventura. Es un tipo de ofrenda votiva al genio de lo desconocido, al hombre del futuro, a la idealización esperada del trabajo diario, a la liberación del espíritu del hombre más allá del esfuerzo penoso y sudor sangriento de hoy.
Está representada en el santuario cívico por una lámpara siempre encendida, que ostenta una vieja inscripción toscana de la época comunal, sorprendente alusión a una forma espiritualizada del trabajo humano: «Fatica Senza Fatica.» (trabajo sin esfuerzo) [6]
XX. Cada Corporación es una entidad legal y reconocida como tal por el Estado. Elige a sus propios cónsules; hace conocer sus decisiones en una asamblea propia; dicta sus propias condiciones, sus decretos y reglamentos administrativos; ejercita autonomía bajo la guía de su propia sabiduría y la experiencia; recauda para sus propias necesidades y para la administración de sus propios fondos, una contribución de sus miembros en proporción a sus sueldos, en las ganancias del negocio de los salarios, o en los ingresos profesionales; defiende en todos los aspectos su propio interés especial y se esfuerza por mejorar su posición; tiene como objetivo llebar a la perfección la técnica de su propia tarea o llamado, busca mejorar la calidad del trabajo llevado a cabo y para elevar el nivel de excelencia y belleza; matricula al más humilde de los trabajadores, intentando alentarlos a hacer el mejor trabajo; reconoce el deber de ayuda mutua; decide en cuanto a las pensiones para miembros enfermos y enfermizos; escoge para él mismo los símbolos, sus emblemas, su música, canciones y oraciones; crea sus propios rituales y ceremonias; ayuda, tan generosamente como puede, los eventos de alegrías comunes, celebraciones de aniversarios, juegos de mar y tierra, venera a sus muertos, honra a sus ancianos, y celebra a sus héroes.
XXI. Las relaciones entre la Regencia y las Corporaciones y entre una y otra Corporación, son reguladas por los métodos definidos en los estatutos que regulan las relaciones entre los poderes centrales de la Regencia y las Comunas afiliadas y entre las varias comunas. Los miembros de cada Corporación forman un cuerpo electoral libre para escoger a representantes en el Consejo de las Corporaciones (Provvisori). El primer lugar en ceremonias públicas es asignado a los cónsules de las Corporaciones y sus banderas.

LAS COMUNAS

XXII. El antiguo «potere normativo» se restablecerá para todas las comunas —el derecho de hacer leyes, sujetas a la ley común.
Ellas ejercitan todas las facultades que no son especialmente asignados por la Constitución a los departamentos judicial, legislativo y ejecutivo de la Regencia.
XXIII. Cada comuna tiene plena facultad para elaborar su propio código de leyes municipales, derivado de sus propias costumbres, carácter, y energía especiales heredadas y de su nueva vida nacional. Sin embargo, cada comuna necesita la ratificación de sus normas por la Regencia, que le otorga cuando ellas no contienen nada abierto o encubierto en contra de la constitución. Cuándo estas leyes se han aprobado, aceptado, y votadas, estas solo podrán ser modificadas por la voluntad de una mayoría real de los ciudadanos.
XXIV. Las comunas tienen el derecho reconocido para hacer convenios, acuerdos, y tratados entre ellos, administrativos y legislativos. Pero se requiere que sean sometidos a examen por el Poder Ejecutivo Central. Si el poder entral considera que tales convenios, acuerdos, o tratados contradicen el espíritu de la Constitución, los manda para la decisión final al Tribunal de Administración. Si el Tribunal los declara ilegal e inválido, el Ejecutivo Central de la Regencia hace provisión para su cancelación.
XXV. Si el orden, dentro de una comuna, fuera perturbado por una facción, rebelión, complot, o por cualquier otra forma del arte o violencia, si la dignidad o la integridad de una comuna fueran lesionadas o amenazadas por trasgresión de otra, el Ejecutivo de la Regencia intervendrá como mediador o pacificador, si las autoridades comunales concordaron para hacerlo, porque la tercera parte de los ciudadanos en ejercicio de los derechos políticos de la comuna hicieron el pedido.
XXVI. Las siguientes funciones pertenecen especialmente a las comunas: proporcionar la instrucción primaria, de acuerdo con las normas establecidas por la autoridad educativa central; nombrar los jueces comunales; designar y mantener a la policía comunal; recaudar los impuestos; contratar los préstamos dentro del territorio de la provincia, o aún fuera de esta, con tal que la sanción del gobierno central haya sido obtenida, pero esto no será otorgado excepto en caso de necesidad absoluta.

EL PODER LEGISLATIVO

XXVII. Dos cuerpos elegidos ejercitarán el poder legislativo: el Consejo de Senadores y el Consejo de las Corporaciones.
XXVIII. El Senado es elegido por sufragio universal directo y secreto, por todos los ciudadanos en toda la Regencia, que han alcanzado la edad de veintiun años y se han investido con los derechos políticos. Cualquier ciudadano que tiene un voto podrá ser elegido como miembro del Senado.
XXIX. Los Senadores permanecen en el cargo diez años. Son elegidos en proporción de uno por cada mil electores, pero en ningún caso puede ser su número menor de treinta. Todos los electores forman un solo distrito electoral. La elección es por sufragio universal y representación proporcional.
XXX. El Senado tiene facultad para dictar el código penal, civil o reglar la policía, la defensa nacional, la instrucción secundaria pública, el arte, las relaciones entre las comunas y el estado. El Senado se reúne, generalmente, sólo una vez al año, en el mes de octubre, en una sucinta sesión.
XXXI. El Consejo de las Corporaciones esta compuesto de sesenta delegados, elegidos por el sufragio universal, secreto y representación proporcional. Diez consejeros son elegidos por los trabajadores industriales y trabajadores agrícolas; diez por los marinos de todo tipo; diez por los empleadores; cinco por los técnicos rurales e industriales; cinco por el personal de gestión en las empresas privadas; cinco por los maestros en las escuelas públicas, por los estudiantes en las escuelas superiores, y por otros miembros de la sexta Corporación; cinco por los profesionales liberales; cinco por los empleados públicos; cinco por las Sociedades Cooperativas de la producción, del trabajo y del consumo.
XXXII. Los Consejeros permanecen en sus cargos por dos años. Ellos no son elegibles a menos que pertenezcan a la Corporación representada.
XXXIII. El Consejo de las Corporaciones se reúne generalmente dos veces en el año, en los meses de mayo y noviembre, y utiliza el método lacónico del debate. Tiene la facultad para sancionar el código comercial y marítimo, y leyes regulatorias del trabajo, transporte, obras públicas, tratados del comercio, aduana, tarifas y asuntos semejantes, de la instrucción técnica y profesional, de la industria y la banca, el arte y la artesanía.
XXXIV. El Senado y el Consejo de las Corporaciones se reúnen el 1° de diciembre, una vez al año, como un solo cuerpo y un Gran Consejo Nacional bajo el título de «Arengo del Carnaro.»
El Arengo discute y delibera sobre las relaciones con otros estados, finanzas y hacienda, estudios superiores, reformas a la constitución y extensiones de la libertad.

EL PODER EJECUTIVO

XXXV. El Poder Ejecutivo en la Regencia es ejercido por siete ministros elegidos conjuntamente por el Consejo Nacional, el Senado y el Consejo de las Corporaciones.
Los Ministros de Relaciones Exteriores, Finanzas y Hacienda e Instrucción Pública son elegidos por el Consejo Nacional.
El Ministro del Interior y de Justicia y el de Defensa Nacional son elegidos por el Senado.
El Consejo de las Corporaciones elige al Ministro de Economía Pública y el de Trabajo.
El Ministro de Relaciones Exteriores toma al titulo de Primer Ministro y representa la Regencia en el trato con otros Estados «primus inter pares.»
XXXVI. Los siete ministros, una vez elegidos, permanecen en el cargo por su tiempo asignado. Ellos deciden todo lo que no interfiere con la actual administración. El Primer Ministro preside las discusiones y tiene el voto que decide cuando los votos estan empatados.
Los ministros son elegidos por un año, y no son reelegibles excepto por una vez. Pero, después del intervalo de un año, ellos pueden ser nombrados otra vez.

PODER JUDICIAL

XXXVII. El Poder Judicial es ejercido por magistrados, jueces del Trabajo, jueces del Tribunal Supremo, jueces del Juzgado en lo penal y el Tribunal de la Administración.
XXXVIII. Los magistrados, elegidos para inspirar la confianza popular, por todos los electores de las comunas en proporción a su número, deciden todas las causas civiles y comerciales de hasta cinco mil liras y las condenas por delitos donde la pena del de prisión no excede más de un año.
XXXIX. Los Jueces del Trabajo deciden las controversias entre empleadores y trabajadores, sean asalariados o personal a sueldo.
Los Jueces del Trabajo son agrupados en “colegios”; los miembros de cada “colegio” son nombrados por una de esas Corporaciones que elige el Consejo de las Corporaciones, de acuerdo con la siguiente escala: dos por los trabajadores industriales y peones agrícolas; dos por todos los trabajadores relacionados con el mar; dos por los empleadores; uno por los trabajadores técnicos, industrial o agrícola; uno por las profesionales liberales; uno por el personal administrativo em empresas privadas; uno por los empleados públicos; uno por los maestros, los estudiantes de los institutos superiores, y por otros miembros de la sexta Corporación; uno por las Sociedades Cooperativas de producción, de trabajo y de consumo.
Los Jueces del Trabajo tienen la facultad de dividir en ramas sus colegios con el fin de hacer sus procedimientos más rápidos e impartir justicia con prontitud, claridad, y expedición.
Una asamblea conjunta de las ramas. constituye un Tribunal de Apelación.
XL. Los jueces del Tribunal Supremo tienen competencia para resolver todas las cuestiones civiles, comerciales y penales que no son tratadas por los magistrados y los Jueces del Trabajo; salvo los que son tratadas por los jueces del Juzgado en lo penal.
Los jueces del Tribunal Supremo constituyen el Tribunal de Apelación para sentencias de magistrados.
Los jueces del Tribunal Supremo son escogidos por el Tribunal de la Administración a través de ciudadanos que tienen el título de Doctorados en leyes (LL. D.).
XLI. Siete ciudadanos jurados, asistidos por dos diputados y presididos por un juez del Tribunal Supremo compone el Juzgado de lo Penal que trata todos los crímenes de carácter político y de todo los delitos con penas de prisión mayores a tres años.
XLII. Elegido por el Concejo Nacional, el Tribunal de Administración esta compuesto de cinco miembros titulares y dos suplentes.
De los miembros titulares, por lo menos tres, y de los miembros suplentes, por lo menos uno, deberá ser elegido de Doctores en Derecho.
El Tribunal de Administración tiene competencia: para comprobar si los actos y decretos publicados por las autoridades legislativas y ejecutivas están en conformidad con la Constitución; sobre cualquier conflicto legal entre las autoridades legislativas y ejecutivas, entre la Regencia y las comunas, entre una comuna y otra, entre la Regencia y las Corporaciones, entre la Regencia y los particulares, entre las comunas y las Corporaciones, entre las comunas y los particulares; en los casos de alta traición contra la Regencia por parte de ciudadanos que tienen el poder legislativo o el ejecutivo; en los ataques a los derechos de las personas; en los concursos civiles entre la Regencia y las comunas o entre comuna y comuna; en las cuestiones relativas a los derechos de ciudadanía y naturalización, y las cuestiones que refieren a la competencia (la función) de los distintos magistrados y jueces.
El Tribunal de Administración tiene la última revisión de sentencias y nombra por votación a los jueces del Tribunal Supremo.
Los ciudadanos que son miembros del Tribunal de Administración tienen prohibido tener cualquier otro cargo en esa comuna o de cualquier otro. Tampoco podrán llevar a cabo cualquier actividad comercial o profesional durante todo el período que estén en el poder.

EL COMANDANTE

XLIII. Cuando la Regencia se encuentra en peligro extremo y ve que su seguridad depende de la voluntad y la devoción de un hombre que es capaz de despertar y de dirigir todas las fuerzas del pueblo en un esfuerzo unido y victorioso, el Consejo Nacional en un solemne cónclave en sesión común puede, votando de boca en boca, nombrar a un Comandante y transmitir a él la autoridad suprema inapelable.
El Consejo decide el período, corto o largo, durante el cual ha de gobernar sin olvidar que en la República romana la dictadura duraba seis meses.
XLIV. Durante el período de su gobierno, el Comandante tiene todos los poderes políticos y militares, legislativo y ejecutivo. Los titulares del poder ejecutivo asumen el cargo de comisarios y secretarios debajo de él.
XLV. En el vencimiento del período de gobierno, el Consejo Nacional otra vez se reúne y decide: confirmar el Comandante en oficio, o sustituir a otro ciudadano en su lugar, o bien deponerlo, o incluso desterrarlo.
XLVI. Cualquier ciudadano que tiene derechos políticos, tenga o no algun cargo en la Regencia, puede ser elegido para el cargo supremo.

DEFENSA NACIONAL

XLVII. En la Regencia de Carnaro, todos los ciudadanos de ambos sexos, de diecisiete a cincuenta y cinco años de la edad, son responsables para el servicio militar en la defensa del país.
Después que la selección se haya hecho, los hombres de buena salud servirán en las fuerzas de la tierra y el mar, los hombres que no son tan fuertes y las mujeres servirán en ambulancias, los hospitales, en la administración, en fábricas de munición, y en cualquier otro trabajo auxiliar según la capacidad y la habilidad de cada uno.
XLVIII. La asistencia del Estado, con amplia cobertura, es otorgada a todos los ciudadanos que, durante el servicio militar, han contraído alguna enfermedad incurable, y a sus familias, si es necesario.
El Estado adopta a los niños de todos los ciudadanos que son matados en la defensa de su país, ayudan a sus familias en desgracia, y encomiendan a la memoria de generaciones futuras los nombres del caído.
XLIX. En tiempo de paz y seguridad, el Estado no mantendrá un ejército parado; toda la nación quedará armada, según lo que prescriba la ley, y sus fuerzas de mar y tierra, bien y debidamente entrenadas.
El servicio militar estricto se limita al período de instrucción o a períodos en que la guerra esta realmente siendo emprendida o cuando hay peligro inmediato de guerra.
Durante períodos de instrucción o de guerra, el ciudadano no perderá ninguno de sus derechos civiles y políticos; y será capaz de ejercerlos siempre que las necesidades del servicio activo lo permitan.

INSTRUCCIÓN PÚBLICA

L. Para todas las personas de origen noble, la cultura es la mejor de todas las armas.
Para la gente del Adriático, acosada por siglos por una lucha incesante con un usurpador indocto, la cultura es más que un arma; como la fe y la justicia, es una fuerza inconquistable.
Para la gente de Fiume en el momento de su renacimiento a la libertad, llega a ser el instrumento más útil que cualquier otro contra los complots insidiosos que la han rodeado por siglos.
La Cultura es un bálsamo contra la corrupción, un viático contra la degradación. En el Carnaro de Dante la cultura del idioma de Dante es el custodio del que ha sido considerado jamás como el tesoro más precioso de la gente, el testimonio más alto de la nobleza de su origen, el signo principal de su derecho moral de autoridad.
Ese derecho moral es por lo que el nuevo Estado debe luchar. En su voluntad de victoria esta fundada la exaltación del ideal humano.
El nuevo Estado, con unidad completa, libertad lograda, justicia entronizada, debe hacerlo su primer deber para defender, preservar, y luchar por la unidad, la libertad, la justicia en el espíritu del hombre.
La cultura de Roma debe estar aquí en nuestro medio y en la cultura de Italia. Para esta causa la Regencia italiana de Carnaro hace de la educación— la cultura de su gente — la corona y la cumbre de su Constitución, estiman el tesoro de la cultura latina como la base de su bienestar.
Por esta causa, la Regencia italiana de Carnaro hace de la educación - la cultura de su pueblo - la corona y la cumbre de su Constitución, y estima el tesoro de la cultura latina como la base de su bienestar.
LI. La ciudad de Fiume tendrá una Universidad libre, albergada en un edificio espacioso, capaz de acomodar un gran número de estudiantes y regidos por sus propias ordenanzas especiales.
Habrá en la ciudad de Fiume, una Escuela de Pintura, una Escuela de Arte Decorativa, una Escuela de Música libre de cualquier interferencia legal, realizado en un espíritu sincero y abierto bajo la guía de un juicio suficiente agudo para deshacerse de la carga de lo ineficaz, para escoger a los mejores estudiantes de entre lo bueno y para ayudar a lo mejor en el descubrimiento de nuevas posibilidades en la interpretación de sentimiento humano.
LII. Los escuelas secundarias estarán bajo la supervisión del Senado; las escuelas técnicas y profesionales en la del Consejo del Provvisori; la educación superior, bajo el Consejo Nacional.
En todas las escuelas y en cada comuna el idioma italiano tendrá el primer lugar.
En las escuelas secundarias la enseñanza de los dialectos hablados en la Regencia italiana de Carnaro será obligatoria. La instrucción primaria será dada en el idioma hablado por la mayoría de los habitantes de cada comuna y también en clases paralelas en la que hable la minoría. Si alguna comuna trata de evadir la obligación de proporcionar esos cursos dobles de instrucción, el Gobierno Central de la Regencia se reserva el derecho de proporcionarlos a costa de la comuna.
LIII. Un Consejo de Educación decide sobre la naturaleza y el método de la instrucción primaria que es obligatoria en las escuelas de todas las comunas. La enseñanza de canto coral basada en la poesía campesina mas ingenua (canciones folclóricas) y la enseñanza del arte decorativo basada en ejemplos del arte popular rustico tendrá un primer lugar.
El Consejo estará integrado por: un representante de cada comuna dos representantes de las escuelas secundarias; dos, de las escuelas técnicas y profesionales, dos, de las instituciones de educación superior (a el elegido por profesores y estudiantes), dos, por las Escuelas de Música y dos, por la Escuela de Arte Decorativa.
LIV. Las escuelas, iluminadas y ventiladas, no deben tener en sus paredes ningún símbolo de religión o de los partidos políticos. Las escuelas públicas darán la bienvenida a los seguidores de toda profesión religiosa, los creyentes de todos los credos y tambien aquellos que pueden vivir sin un altar y sin un Dios. La libertad de conciencia recibe pleno respeto. Cada uno puede ofrecer sus oraciones silenciosas. Pero allí será inscrito en las paredes palabras inspiradoras que, al igual que una sinfonía heroica, nunca perderán su poder de levantar y animar el alma. Y habrá representaciones de las obras maestras del arte del pintor, que interpretan los más nobles anhelos y aspiraciones interminables de la humanidad.

REFORMA DE LA CONSTITUCION

LV. Cada siete años la gran Consejo Nacional se reunirá en una sesión especial para considerar las reformas constitucionales.
Pero la Constitución se puede alterar en cualquier momento, cuando la tercera parte de los electores ciudadanos requiere la modificación.
Los siguientes cuerpos tienen el derecho de proponer las enmiendas de la Constitución: los miembros de la Asamblea Nacional; los representantes de las comunas; el Tribunal de Administración y las Corporaciones.

EL DERECHO DE INICIATIVA

LVI. Todos los ciudadanos pertenecientes al cuerpo electoral, tienen el derecho de iniciar las propuestas legislativas con respecto a cuestiones que entran dentro del ámbito de actuación de uno u otro Consejo; pero la iniciativa no tendrá efecto a menos que una cuarta parte de los electores del Consejo en cuestión no la promuevan y apoyen.

REFERENDÚM POPULAR

LVII. Todas las leyes que han recibido la sanción de los dos cuerpos legislativos pueden ser objeto de reconsideración pública con la posibilidad de revocación, siempre que tal reconsideración sea solicitada por un número de electores igual a por lo menos una cuarta parte de los ciudadanos con derecho de voto.

DERECHO DE PETICIÓN

LVIII. Todos ciudadanos tienen el derecho de petición hacia aquellos cuerpos que ellos han ayudado a elegir.

INCOMPATIBILIDAD

LVIX. Ningún ciudadano puede ejercer más de un puesto oficial ni formar parte en dos cuerpos legislativos al mismo tiempo.

REVOCATORIA

LX. Cualquier cargo oficial se puede revocar, cuando el funcionario en cuestión es privado de sus derechos políticos por una sentencia confirmada por el Tribunal de Justicia; cuando es impuesta por el voto de la mitad más uno de los miembros del cuerpo electoral.

DE LA RESPONSABILIDAD

LXI. Todos los titulares del poder y todos los funcionarios públicos de la Regencia son penal y civilmente responsables por cualquier daño causado al estado, a la comuna, la Corporación, o cualquier ciudadano por cualquier trasgresión suya, ya sea a traves de fecharía, descuido o inexactitud.

INDEMNIZACIÓN

LXII. Todos los funcionarios públicos, enumerados en los Estatutos y designados en la nueva Constitución, recibirán una remuneración conveniente, de acuerdo con la decisión del Concilio Nacional revisado anualmente.

LOS EDILES

LXIII. Habrá en la Regencia un Colegio de Ediles, sabiamente escogido entre los hombres de gusto, experiencia y educación liberal. Más que inspirarse en la edilidad romana este Colegio hace revivir la función de los “oficiales propuestos para el ornamento de la ciudad” que en las Comunas de nuestro siglo XIV trazaban las perspectivas de una avenida o de una plaza con el mismo gusto musical que el que inspiraba el austero ordenamiento de un desfile republicano o la alegre decoración de un carnaval
Él promoverá por el decoro del vivir ciudadano: garantizar la seguridad, la decencia, el saneamieto de los edificios públicos, y de las viviendas privadas; evitar la desfiguración de caminos por fábricas sucias o mal colocadas; animar fiestas cívicas por mar y tierra con ornamentos elegantes, recordando que a nuestros antepasados, para hacer el dulce milagro de la alegría, les bastó la luz del sol y unas pocas guirnaldas con la belleza humana del desfile y su movimiento; convencer a los trabajadores que decorar con algun signo del arte popular, hasta la más humilde morada, es un acto piadoso, y que hay un sentimiento religioso del misterio humano y de la naturaleza profunda en la más simple señal que puede ser trasmitido de generación en generación en el símbolo más sencillo tallado o pintado, en el amasado o la cuna, en el telar o la rueca, en el pecho o la viga de la casa; despertar en nuestra gente el amor por las bellas líneas y los bellos colores en los objetos que utilizan en su vida cotidiana, mostrando lo que nuestra gente mayor podía hacer con un ligero motivo geométrico, una estrella, una flor, un corazón, una serpiente, una paloma o una jarra, sobre un cántaro, mezzina, banco, capilla o una bandeja; mostrar a nuestro pueblo como el antiguo espíritu de libertad comunal se manifiesta incluso en los utensilios que han recibido la impronta de la vida del hombre y, finalmente, convencido de que un pueblo no puede alcanzar la fuerza y nobleza sin arquitectura noble, se esforzará por estimular a los empresarios y los fabricantes para comenzar a entender cómo los nuevos materiales - vidrio, el hierro, cemento- debe elevar el nivel de vida en armonía con la invención de una nueva arquitectura.

MÚSICA

LXIV. En la Regencia Italiana del Carnaro, la música es una institución social y religiosa. Cada mil o dos mil años renace del alma de un pueblo un himno inmortal.
Un gran pueblo no es solamente el que crea un Dios a su imagen y semejanza, sino aquel que crea un himno para su Dios.
Si cada renacimiento de un pueblo noble es un esfuerzo lírico, si cada sentimiento unánime y creador es una potencia lírica, si cada orden nuevo es un orden lírico en el sentido vigoroso e impetuoso de la palabra; la música, el lenguaje del ritual, tienen el poder, sobre todo lo demás, de exaltar el logro y la vida del hombre.
¿No parece que la gran música anuncia cada vez a la multitud absorta y ansiosa el reino del espíritu?
El reinado del espíritu humano no ha empezado todavía.
“Cuando la materia operante sobre la materia pueda reemplazar la fuerza física de hombre, entonces el espíritu de hombre empezará a ver el alba de libertad”: dijo un hombre de Dalmacia de nuestro propio Adriático, el vidente ciego de Sebenico.
Como el canto de gallo anuncia el alba, la música es el heraldo del despertar del alma.
Mientras tanto, en los instrumentos del trabajo, de beneficio, y del deporte, en las máquinas ruidosas que, aún estas, caen en un ritmo poético, la música puede encontrar sus motivos y sus armonías. De sus pausas es formado el silencio de la décima Corporación.
LXV. En cada comuna de la Regencia habrá una sociedad coral y una orquesta subvencionadas por el Estado.
En la ciudad de Fiume, el Colegio de Ediles será comisionado para erigir una gran sala de conciertos con capacidad de al menos diez mil oyentes, equipada con gradas y un gra foso para el coro y la orquesta.
Las grandes celebraciones coral y orquestales son "totalmente gratuitas" como de los padres de la Iglesia es dicho gracias de Dios.
El gran orquestal y coral –las celebraciones serán enteramente libres— en el idioma de la Iglesia — un regalo de Dios.
«Satutum et ordinatum est. Juro Ego.»



[1] La Carta de Carnaro promulgada el 8 de septiembre de 1920 fue concebida por Alceste de Ambris en un proyecto presentado el 27 de agosto, y corregida por D’Annunzio. Su importancia histórica es que se trata de la primera constitución corporativa o fascista y es, quizas la unica Constitución que haya legislado para la expectativa del “superhombre”. Ella luego serviría de base primero a la Constitución para el Estado Libre de Fiume; más adelante a la Carta del Lavoro italiana; y, a partir de ella, a numerosas constituciones y textos legales muy diversos en la mayor parte de Europa. Entre ellos, la legislación laboral española, desde Primo de Rivera a Franco, y el Estatuto de los Trabajadores. Gabriele d’Annunzio por su parte es llamado el 1° Duce.
Ha sido calificada por algunos como “un monumento capital en la historia de la utopía” y por otros como “constitución prefascista”. Sorprende en cualquier caso la amplitud de los derechos individuales reconocidos a los ciudadanos: igualdad ante la ley, derecho al voto, derecho de petición a las autoridades y las cámaras, posibilidad de revocar y de pedir responsabilidades a todo tipo de cargos públicos, todo tipo de derechos asistenciales sociales. No menos sorprendente es el grado de descentralización del Estado, articulado en numerosas instancias intermedias (municipios y corporaciones). Pero lo que soreprende son los capítulos como los referidos a la Edilidad y a la Música, frutos del genio dannunziano y, de hecho, uno de los últimos acontecimientos que tuvieron lugar en el Fiume libre fue un concierto de Toscanini y su orquesta, que acude a la invitación de D´Annunzio. Muchísimo antes de que los epígonos de mayo del 68 pasaran de las barricadas a la nouvelle cuisine française o a la pasión por el diseño y de que, donde habían puesto los maximalistas afanes revolucionarios instalaran ahora el discurso sobre la “calidad de vida”, la Carta del Carnaro ya contemplaba aspectos tales como la generalización del deporte, la protección del entorno ecológico y la mejora de la calidad de vida como objetivos estatales.
** Carnaro es el nombre italiano de la región donde se encuentra Fiume.
[2] El Estado libre de Fiume (Croata: Slobodna Država Rijeka, Italiano: Stato libero di Fiume) fue un estado independiente que existió en Fiume (actual Rijeka) entre 1920 y 1924. La ciudad está emplazada sobre las costas del Mar Adriático. Originariamente puerto de Hungría, Fiume fue objeto de disputas territoriales entre Italia y Yugoslavia tras la Primera Guerra Mundial.
En efecto: en 1919, un ejército italiano —compuesto por militares de bajo rango a las órdenes del poeta italiano Gabriele D'Annunzio— ocupó la ciudad estableciéndola como Estado soberano desde 1920 a 1924. Se regía por la Carta del Carnaro.
Con el ascenso de Mussolini al poder, tras el golpe de 1922, el Estado libre de Fiume fue ocupado por tropas fascistas. En 1923 Mussolini anexionó Fiume, lo que fue reconocido diplomáticamente por Yugoslavia en 1924a.
Fiume padeció un intenso bombardeo por parte de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Con la retirada de Italia del Eje, las tropas alemanas ocuparon la ciudad. El 3 de mayo de 1945, los partisanos yugoslavos ocuparon Fiume expulsando a la ocupación nazi. Finalmente, en 1947, la ciudad fue cedida a Yugoslavia tras el Tratado de París, con la expulsión de la población de origen italiano y fiumano. A partir de entonces, con la repoblación de Fiume pasó a ser la ciudad yugoslava de Rijeka en lo que actualmente es Croacia.
[3] Las ciudades italianas del bajo Medioevo y del Renacimiento (la Florencia de los Médicis, el Milán de los Sforza, la Venecia de los Dogos, etc.) fueron siempre para el Comandante ejemplos de comunidades políticas en las que el arte y la cultura brillaron de manera inigualable.
[4] La palabra italiana “virtu” no puede ser traducida directamente por la española “virtud” ya que implica también “valor”, “carácter”, “energía”. Se comprende mejor por relación a la idea griega de la “arete”.
[5] http://laotraeuropa.blogia.com/2006/070901-el-comandante-y-la-decima-musa.php Nos dice Carlos Caballero Jurado en una excelente nota que publicara en el enlace y que recomendamos leer, que: «la Constitución estaba bajo la advocación de la Décima Musa. ¿Cuál es esta Musa? En el curso de un viaje a Grecia, al oráculo de Apolo en Delfos, el poeta se había quedado extasíado ante la estatua de una mujer joven en cuyo basamento se leía: ENERGEIA. D´Annunzio narraba así a Benoist-Mechin la impresión que aquello le produjo:
“Era una Musa, me dije con una iluminación súbita; la Décima Musa, ¡la Musa Energía! La Antigüedad no la había reconocido porque aquella época estuvo limitada y como cerrada en sí misma. La Antigüedad no cantaba alabanzas más que de las obras acabadas. La Décima Musa es la de los tiempos modernos, la del futuro, la del porvenir. Sus hermanas son estáticas, sólo ella es dinámica. Sin ella Clío se inmovilizaría y Melpómene estaría muda. Ella inspira las revoluciones y los “coups de force” victoriosos, todo lo que no existe aún y aspira a nacer. Es la Musa del esfuerzo, del dinamismo creador, la Musa de las comunidades emergentes y de los pueblos en génesis. Inspira las fuerzas misteriosas que yacen en el fondo de las colectividades humanas y actúa en ellas como la levadura, asegurando su ascensión. Es lírica, porque todo lo que en el mundo hay vivo es poesía: el canto, la danza, el trabajo, el combate. En fin, esta Musa es la Imaginación, es decir, la percepción consciente de lo que podría ser. Sin ella las multitudes no serían sino tristes agregados de individuos, aplastados por la opresión y la mentira. Ella infunde a los Estados la fuerza necesaria para hacer que los pueblos que gobiernan alcancen a ser lo que realmente deben: una plenitud ascendente. Hasta aquí el mundo no ha conocido más que nueve Musas. No había descubierto la Décima, porque el grado de evolución que le permite tener conciencia de ella no se había alcanzado. Hoy es de otra manera, porque esta conciencia se despierta. El siglo XX se distingue de los precedentes por la irrupción de la Décima Musa en los asuntos públicos. Será el siglo de la energía. O bien perecerá por sus excesos o bien sabrá integrarla en sus instituciones. Será un giro decisivo: se traducirá por la instauración de LA IMAGINACIÓN EN EL PODER. Es lo que intenté hacer an la Constitución que proyecté para Fiume… Era una hija de la Décima Musa. No era sino el comienzo…”
[6] «Fatica senza fatica», puede traducirse como “trabajo sin esfuerzo”.

La derrota del fascismo.-a

Goring


El País
07 may 1985 

HACE 40 años, en la noche del 8 al 9 de mayo de 1945, se firmaba en Berlín la capitulación de Alemania. Hifier se había suicidado días antes. La guerra había terminado en Europa, si bien en Asia se prolongaría hasta el mes de septiembre. Conviene recordar, ante ciertas versiones que silencian o desfiguran verdades elementales, que la guerra fue provocada por Hitler y su partido, y que lo graron conquistar el poder en Alemania en 1933 e imponer un sistema dictatorial y militarista. En pocos casos la responsabilidad de una guerra ha sido tan clara. Hitler contó con el apoyo de las fuerzas más reaccionarias de Alemania; colocó fuera de la legalidad y persiguió, a la vez que a los judíos, a los socialistas, a los comunistas y a todos los partidos democráticos. El fascismo, en su entendimiento amplio y no estrictamente ideológico, fue una realidad europea, agrupado en torno al hitlerismo, con diferencias según la situación en unos u otros países: con Mussolini en Italia, el general Franco en España, el mariscal Pétain en Francia, el almirante Horthy en Hungría... El hundimiento del hitlerismo fue una derrota mundial del fascismo y una victoria de las fuerzas democráticas. Los intentos de interpretar la historia de la II Guerra Mundial para adaptarla a la actual división del mundo entre el bloque soviético y el bloque atlántico, chocan con hechos universalmente conocidos y con el sentido común. Los infiernos creados por el hitlerismo no tienen nada que ver con las enseñanzas de Marx ni con el comunismo. Hitler llevó la criminalidad humana a extremos inimaginables en nombre de un ideal racista, de presuntos valores "de Occidente". Y obtuvo silencios y complicidades de instituciones tradicionales de la civilización europea. La historia puede ser fuente de enseñanzas, pero sólo si se respeta su verdad.

Otra cuestión es explicar las nuevas realidades políticas de 1985. Pero no se puede hablar de la derrota del hitierismo sin recordar el papel que desempeñó la Unión Soviética en la guerra y a un precio altísimo: más de 20 millones de soviéticos murieron en la contienda, así como el del Reino Unido, que combatió desasistido contra la máquina de guerra nazi entre junio de 1940 -tras la caída de Francia- y junio de 1941 -con la invasión hitieriana de la URSS- Posteriormente la aportación militar norteamericana en el norte de Africa y el continente europeo inclinarían la balanza de forma decisiva en las batallas del frente occidental desde Normandía hasta las Ardenas.

El fin de la guerra despertó la ilusión de que un ideal democrático común permitiría resolver amistosamente todos los problemas internacionales. Con esa esperanza se constituyó la Organización de las Naciones Unidas; con su instalación en Nueva York se quería evitar un eventual alejamiento norteamericano, como el que el que había debilitado, desde su fundación misma, a la Sociedad de Naciones despues de la I Guerra Mundial. Sin embargo, la amenaza al nuevo orden internacional vino por otros caminos. En las últimas etapas de la guerra, en Yalta en particular, se había hecho en la práctica un reparto de zonas de influencia. Muy pronto el enfrentamiento entre las dos mayores potencias, URSS y EE UU, se colocó en el centro de la vida internacional. Stalin impuso artificialmente regímenes socialistas en el Este de Europa. EE UU tendió a sostener Gobiernos y partidos dispuestos a aceptar su hegemonía. De ello dimanó una actitud hacia España gracias a la cual -sin desconocer factores interiores esenciales- Franco tuvo la posibilidad de mantenerse en el poder, cuando en 1945 muchos creían que la derrota de Hitler acarrearía, también la del franquismo.

En los últimos 40 años, Europa no ha conocido ninguna guerra. Pero sería erróneo sacar de ello conclusiones excesivamente optimistas. La división en bloques ha provocado una militarización sin precedentes de la vida internacional. La existencia de arsenales nucleares que podrían destruir el mundo es, por una parte, un freno decisivo para el estallido de una nueva guerra mundial, pero también representa un peligro creciente: Europa se ha convertido en la zona del mundo con mayor acumulación de armamentos, y vive en una situación de inseguridad permanente. Al recordar hoy la derrota del hitlerismo, la preocupación de los pueblos europeos es un anhelo de paz y de desarme que disminuya los peligros y pueda crear confianza y seguridad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del martes, 07 de mayo de 1985.

Pierre Rousset: “La globalización neoliberal no es una herencia de Mayo del 68, sino de nuestra derrota” a


Fecha de nacimiento: 1946 (edad 74 años)
Padres: David Rousset

Pierre Rousset, uno de los protagonistas de Mayo del 68, activista hasta el día de hoy, miembro de la Cuarta Internacional y especialista en los movimientos de lucha asiáticos, habla sobre los éxitos, derrotas y herencias de 1968.
Pierre Rousset, uno de los protagonistas de Mayo del 68, activista y militante de la Liga Comunista Revolucionaria y posteriormente del Nuevo Partido Anticapitalista, miembro de la Cuarta Internacional y especialista en los movimientos de lucha asiáticos, desgrana para El Salto los éxitos, derrotas y herencias de 1968, analiza las luchas actuales y apunta lo que se puede aprender de los movimientos de resistencia en el Sur.

Miremos Mayo del 68 en perspectiva: ¿cuál es el balance después de 50 años? ¿Qué cambió realmente y en qué fracasó?

Hay tres tiempos: primero Mayo del 68 en sí mismo. Nuestra organización, la Juventud Comunista Revolucionaria, y algunas organizaciones de extrema izquierda de la época habíamos visto que había huelgas muy duras de jóvenes y nos dijimos que los estudiantes podían jugar un papel de chispa para ampliar el movimiento. Esto tuvo éxito más allá de todo lo que habíamos previsto, incluso empezando ya muy tarde en el curso escolar, y nunca pensamos que desembocaría en la mayor huelga general que haya conocido Francia.
Luego hay un segundo tiempo, que abrió una época con muchas posibilidades. El poder gaullista estaba profundamente resquebrajado, y de hecho, De Gaulle acabaría dimitiendo. Todo el mundo estaba en ebullición: el mundo entero tenía un espíritu revolucionario, había luchas y contrarrevoluciones y represión. Y pensábamos que teníamos algunos años para construir los instrumentos que permitieran ir más allá de Mayo del 68, y por tanto plantear la cuestión del cambio de sociedad, la revolución.
No pensábamos que Mayo del 68 era la revolución, porque éramos trotskistas, leninistas, y no había partido para hacerla. También éramos muy prudentes con la violencia. Nos dijimos que había un espacio que no sabíamos cuánto iba a durar pero en el que podíamos ir más allá de las posibilidades abiertas por Mayo del 68. Y militamos para intentar construir todo lo posible en ese periodo cuya duración desconocíamos.
Había represión, había también una ebullición general y está el giro que se dio en Europa y en el mundo: en Europa, con el fin de la dinámica de la Revolución de los Claveles en Portugal, la transición democrática del postfranquismo hacia la constitución de 1978 controlada por la burguesía, las posibilidades se reducen; y en el mundo, con la guerra entre Vietnam, Camboya, China, con el apoyo de los estadounidenses, hay un periodo que se cierra. En los años 80 fuimos derrotados, nuestra generación fue derrotada, en Francia de manera dulce por Mitterrand, brutalmente en Inglaterra con Thatcher… En el mundo muchos dirigentes de luchas de liberación nacional fueron asesinados. A nivel internacional, en Europa occidental, en Europa del Este y en el Tercer Mundo hay ritmos diferentes, pero nuestra generación fue vencida.

Tras nuestra derrota, el tema de las libertades individuales es utilizado para destruir los derechos colectivos

Lo que vemos después no es la herencia del 68, es la herencia de una derrota. La diferencia es muy importante. Por ejemplo, el desarrollo de la mundialización neoliberal tras la explosión del bloque soviético no es en absoluto una consecuencia y una herencia de Mayo del 68, sino una consecuencia de nuestra derrota, cuyo precio ha sido exorbitante. Luchábamos por las libertades individuales, pero uníamos completamente libertades individuales y derechos colectivos, los dos iban juntos. Tras nuestra derrota, el tema de las libertades individuales es utilizado para destruir los derechos colectivos.
Ahí fracasamos radicalmente y tardamos tiempo en entender hasta qué punto, pero eso no quiere decir que la herencia desapareciera completamente.

¿En qué sigue esa herencia?

En Francia, a principios de los años 90, se desarrolló lo que conocimos como los nuevos movimientos sociales, los movimientos de parados, porque el paro se convierte en una realidad permanente de masas, el derecho a la vivienda porque la cuestión de la vivienda afecta a capas cada vez más amplias de la sociedad… En todos los movimientos encontramos a gente que había militado en Mayo del 68. En Francia hay a la vez grandes debilidades en la oposición a la presidencia de Macron, pero a la vez hay ebullición. Hay un abismo entre el rechazo de la situación por capas muy amplias y la capacidad de movilizarse. Pero este 50 aniversario de Mayo del 68 es mucho más importante a nivel político que el 20 o 25 aniversario, y la diferencia con aniversarios anteriores es que la lucha social está en el corazón de la reflexión.

Creo que el mundo ha cambiado, las cosas no se repiten de la misma manera, lo que decíamos políticamente en la época de cómo formular la desobediencia ha evolucionado, así es que no hay un modelo que podamos buscar en Mayo del 68, ya no hay bastión de la clase obrera en el automóvil, la aviación, etc. Todo ha cambiado, pero hay una influencia del 68 que sigue ahí, o que en cierta medida se ha reavivado, porque hay algo insoportable en el régimen actual igual que había algo insoportable en la Francia de la época. Seguramente imagináis en España que Francia era un país normal mientras que España estaba bajo el franquismo, pero no es así: el gaullismo en Francia nació de un golpe de Estado, bajo amenaza de intervención militar, no era para nada un país normal y explica en cierta medida Mayo del 68. No era una dictadura, pero era un país donde un Ejército faccioso en la guerra de Argelia impone a De Gaulle a las instituciones como presidente bajo la amenaza. Dijeron “o De Gaulle se convierte en presidente o desembarcamos en París, todos los planes están listos”. Ante estas amenazas las instituciones se inclinan y nombran a De Gaulle presidente, y eso no es un país normal.

En ciertos ámbitos se habla de Mayo del 68 francés como una revolución pequeño-burguesa en comparación con otras revueltas que se dieron en el mundo. ¿Qué fue realmente?

Es una gran tontería. Quien dice eso olvida en primer lugar la huelga general. Hay algo en el Mayo del 68 francés que es único, lo que no quiere decir que sea mejor. Hay un encadenamiento: la juventud se radicaliza a partir del 65, y el motivo de la radicalización es la Guerra de Indochina, el sentimiento de injusticia y de terror de la escalada americana sobre Indochina y sobre Vietnam. En segundo plano hay más: está la Guerra de Argelia, que acabó en 1962. Hay que entender qué es el Ejército francés, que durante la Batalla de Argel torturó masivamente, no utilizó la tortura para hacer hablar, sino para aterrorizar y gobernar bajo el terror. Los representantes del Ejército francés fueron invitados a América Latina y a los Estados Unidos para explicar cómo habían llevado a cabo esa política de torturas. Eran especialistas reconocidos como tales a escala internacional. Ese Ejército ha continuado y es el mismo que cubrió el genocidio de los tutsi, que salvó a los genocidas de los tutsi en Ruanda en 1994. Para nosotros, cuando supimos el tema de la tortura en la Batalla de Argel, fue una ruptura moral. Se produjo una ruptura total.

Tras esto, había un desarrollo profundo de la sociedad pero que no se traducía en modelos diferentes de control. Bajo el Gaullismo hubo un desarrollo enorme del asalariado, que pasó a ser el 75% de la población, y de este asalariado, 50% son obreros industriales. Sin embargo, el régimen de los patronos en las empresas no cambia. Hay jóvenes campesinos que se convierten en obreros, pero es un periodo en que los asalariados no tienen ningún reconocimiento en la empresa, no hay sindicatos, ninguna organización de asalariados tiene derecho a existir en las empresas, incluidas las del sector público, como Renault. Hay ese abismo entre una sociedad que socialmente se transforma y un régimen gaullista institucional, un régimen patronal en las empresas que no se mueve. Nuevos ataques se preparan, el paro empieza a aparecer.

Cronológicamente la radicalización política de la juventud escolarizada empieza despacio en 1965 y rápido con la Guerra de Indochina, y el medio estudiantil empieza a cambiar. Ya hay muchos hijos de entornos populares que llegan a la universidad. Y hay explosiones de lucha, de huelgas, que se desarrollan en Francia en 1966, 1967 y sobre todo en 1968, y son huelgas muy duras. Las primeras barricadas son de la juventud obrera antes que de la juventud estudiantil, y es de ahí que nos viene la idea de la chispa estudiantil, porque vemos esas luchas obreras desarrollarse y nos reconocemos en ellas, y nos decimos que, para que se generalice, la fuerza de choque estudiantil debía “incendiar la pradera”.

Y además, ¿qué es Mayo del 68? ¿Qué particularidad tiene el caso francés? Durante varias semanas, toda Francia está en huelga. No es sólo la mayor huelga de la historia de Francia, siete millones de huelguistas sobre la población de aquella época, no es sólo una huelga de empresa, todo el mundo para, todo el mundo respira. La especificidad francesa no es simplemente la huelga ni las barricadas estudiantiles que prenden fuego a la “pradera social”, es sobre todo que durante varias semanas hay un paro general de trabajo en Francia. Toda Francia necesitaba respirar. Esto está ligado a la explosividad… Toda la sociedad francesa de la época era represiva, asfixiante. Las cosas no se movían poco a poco, así es que los plomos saltaron: es más que una huelga general, así es que decir pequeño burgueses cuando todo el mundo paró y empezó a reivindicar, es una reescritura de la historia total. Es muy interesante ver cómo la ideología a posteriori puede borrar acontecimientos tan importantes como la huelga general en todo el país.

Os acusaban de ser violentos, pero habláis de la violencia preexistente, de la violencia del Estado. ¿Qué reflexiones se hicieron entonces sobre cómo oponerse a esa violencia?

Hay varios periodos. Antes de 1968, en 1968 antes del 24 de mayo, después del 24 de mayo y en los años posteriores. Y en cada momento hay problemas diferentes sobre la violencia. Nosotros la violencia no la creamos. Pero no se trata sólo del discurso general sobre “el Estado es violento, la sociedad es violenta”. No es eso, pero sí está en un segundo plano. La Guerra de Argelia era muy violenta, y no era nuestra violencia, sino la violencia colonial. Y el Ejército ya he dicho que era un Ejército faccioso, capaz de todo, incluido de crear la Organización del Ejército Secreto (OAS). Una vez que De Gaulle cambió su política y decidió firmar acuerdos de paz en Argelia y negociar las condiciones de la paz, en favor de Francia, siguió de todos modos la OAS y De Gaulle escapó por poco a la muerte tras un atentado.

Los que estaban antes que nosotros vivieron la resistencia a la Guerra de Argelia, y era muy importante porque algunas corrientes trotskistas, algunas corrientes del “tercermundismo”, cristianos de izquierdas y personalidades del PC organizaron el apoyo al FLN, y eso fue un paso para crear alianzas durante la Guerra de Vietnam y Mayo del 68.

Cuando me convertí en estudiante en 1965, los grupos fascistas estaban muy activos, sobre todo Occident (Occidente), y después Ordre Nouveau (Orden Nuevo). Todos los días nos atacaban, en los mercados, delante de las facultades, en los restaurantes universitarios. Nos atacaban físicamente. Yo me inscribí en la facultad de Ciencias Económicas, que se encontraba en el mismo edificio que Derecho. Ciencias Económicas estaba más bien a la izquierda y Derecho, a la derecha. Y todos los días había batallas. En esa facultad, mayoritariamente las perdíamos. Yo era un objetivo de Occident y ya no podía acercarme a la facultad si no quería que me dieran una paliza, por lo que tuve que migrar a otra facultad. Ya no podía pasar por ciertas calles. Ése es el mundo en el que me convertí en militante, un mundo en el que constantemente teníamos que protegernos de los ataques de los fascistas.
Nuestra política era oponer una resistencia colectiva a los ataques… A veces también atacábamos, la mejor defensa a veces es el ataque. Pero había dos percepciones completamente diferentes entre los fascistas y nosotros sobre la confrontación. La nuestra era más bien una confrontación de grupo, de coherencia de grupo, y la suya era una confrontación de individuos entrenados en artes marciales, con puños americanos y barras de hierro. A mí me fracturaron el cráneo. Algunos dicen que esto explica ciertas cosas, pero las malas lenguas dicen que no es verdad, porque yo ya era así antes (Risas).

¿Y en el 68?

Después llegó el 68. Nosotros queríamos la confrontación con la policía para que saltara la chispa. Desgraciadamente en París el prefecto de la policía, que era muy astuto, no nos dio esa posibilidad, nunca encontrábamos una barrera policial. Y llegó mayo, los exámenes parciales. Nos dijimos: se acabó esta vez, ya veremos en septiembre, es demasiado tarde, ahora todo el mundo se va a poner a preparar a la desesperada los parciales. Yo voy a la Sorbona para buscar unas fotocopias para preparar los exámenes. Hay una pequeña asamblea de los estudiantes de Nanterre que han sido expulsados de la facultad de Nanterre, me paro a escucharlos, entra la policía y nos llevan a todos. Formo parte de los detenidos del 3 de mayo, cuando todo empieza, porque estaba en la Sorbona para buscar unas fotocopias.

Habíamos previsto una chispa estudiantil, pero empezó cuando no lo esperábamos. Y ahí se produjo una dinámica que fue más allá de lo que habíamos pensado. Hay una dinámica hiperradical espontánea porque la Sorbona estaba ocupada por la Policía y hay que liberarla. La rodeamos y nos quedamos, hay cargas de policía muy violentas y las barricadas se construyen. Mi impresión es que nadie dio nunca la orden de hacer barricadas, pero nos pusimos a construirlas.

No pensábamos que era la revolución. No queríamos que hubiera muertos. No queríamos que la violencia sobrepase la potencialidad del momento. Incluso protegimos una armería, aunque en realidad nadie quería romperla. El prefecto en sus memorias reconoce que hay elementos de todas las partes que moderaron el grado de violencia: él desde la policía y varias organizaciones, entre los manifestantes.

El clima cambió el 24 de mayo. Hubo un muerto, el comisario de policía Lacroix, en Lyon. La acusación contra dos jóvenes es que voluntariamente lanzaron un camión contra él. estuvieron dos años en prisión y finalmente fueron absueltos. Se puede ligar este primer muerto a nuestra acción pero fue involuntario, y la justicia los absolvió completamente de la voluntad de matar o herir. Después hubo varios muertos: Gilles Tautin, un estudiante maoísta, varios obreros… y todos esos muertos están ligados a la acción de la policía contra las huelgas obreras que perduran, como en Renault Flins y Peugeot Sochaux.

Ese lazo entre la reflexión sobre la historia como laboratorio de luchas y el presente no existe ya. Da la sensación de que para los jóvenes el pasado simplemente ha pasado

Y las organizaciones de extrema izquierda son disueltas en junio. Me llevan a prisión por reconstitución de Liga disuelta y nos llevan ante el Tribunal de Seguridad del Estado, lo que no es normal, es como estar ante un tribunal antiterrorista hoy. Finalmente el juicio no tuvo lugar.

Y la violencia después. Es un momento muy represivo en el mundo: Martin Luther King es asesinado en Estados Unidos, pero también Robert Kennedy. La advertencia era clara. Rudi Dutschke en Alemania casi muere en un ataque y sobrevivió pero murió años después por las secuelas de sus heridas.

Y en París todas las manifestaciones estaban prohibidas. El Barrio Latino estaba controlado por las fuerzas del orden. Nosotros nos reconstituimos públicamente como los Comités Rojos, porque el periódico se llamaba Rojo, y es más difícil prohibir algo ligado a la prensa que algo político.

Las manifestaciones eran clandestinas. Y pusieron a trabajar a los famosos equipos de voltigeurs, que son policías en moto con un policía que conduce y otro que pega con la porra. Hubo un muerto en 1986, un chico que salía de un club de jazz y no tenía nada que ver con las manifestaciones estudiantiles de aquel momento, y los voltigeurs fueron disueltos.

Pasaban muchas cosas públicas: la crítica de la sociedad, la segunda ola de feminismo, el principio de distintos movimientos, la reflexión crítica sobre todo, pero a la vez nosotros teníamos la entrada prohibida a muchos países. Si queríamos cruzar las fronteras, teníamos que ser discretos. Había soldados americanos que desertaban las bases americanas en Alemania y había redes que los ayudaban a marcharse a Canadá. Si queríamos hacer cosas como viajar para encontrar a otros movimientos, o tener contactos más allá de los pirineos o ayudar a los americanos a irse a Canadá, hacía falta estructuras.

Otro tema importante es por qué en Francia no ocurrió lo que pasó en Italia o Alemania. Por qué no hubo guerras “privadas” de ciertos grupos contra el Estado o la sociedad. Porque ninguna de las organizaciones importantes del 68 lo quería. Nosotros nunca quisimos una escalada de la violencia. Pensábamos que el Estado lo haría y habría que prepararse. Cuando el Estado cesó, dejamos de prepararnos.

Cincuenta años después, Europa se ha convertido en un espacio económico predador, un espacio político insolidario, se está produciendo un empuje de la extrema derecha y el pesimismo parece ganar terreno. ¿Cómo responder a esta crisis estructural, de fin de ciclo neoliberal? ¿Hay aún chispas de esperanza?

Pienso que hay una esperanza pero las condiciones para que esta esperanza florezca no son fáciles de reunir. Es todavía peor en Francia que aquí, donde tenéis movimientos inmensos, las movilizaciones de mujeres han sido absolutamente impresionantes. Pienso que, hablando de Francia, llegamos a una situación de ruptura, con la huelga de los ferroviarios, la huelga del sector cuidados a personas mayores dependientes, un inmenso malestar en los hospitales… Hay austeridad, austeridad, austeridad, y se llega a un punto en que van a destruir todo lo que son servicios públicos, los han debilitado, reducido y ahora van a destruirlos.

Hay un contraste enorme entre el sentimiento expresado por sectores extremadamente amplios, pues se llega a un punto en que la catástrofe se extiende, y la capacidad de movilización. Incluso entre los ferroviarios, que tienen una gran capacidad de movilización, pero no funciona. Detrás de todo esto está el precio de nuestra derrota. Hay una esperanza socialista que se ha empañado porque la historia ha sido la que ha sido y ha habido una pérdida de referentes, ha habido un cambio de periodo y generación y un cambio de las relaciones de los jóvenes con la historia y la política.

Hay una manera de militar a la carta: estoy muy activo en algunos momentos, muy pasivo en otros, mucho tiempo en las redes sociales, no mucho tiempo en la calle…

Cuando entramos nosotros a la actividad política, estábamos apasionados por la historia de las luchas porque la historia era el único laboratorio en el que podíamos pensar las luchas, no teníamos experiencia, y sobre eso empezamos a acumular nuestra propia experiencia. Ese lazo entre la reflexión sobre la historia como laboratorio de luchas y el presente no existe ya. Da la sensación de que para los jóvenes el pasado simplemente ha pasado. No hay que repetir tal cual todo lo que pensábamos, decíamos o hacíamos, pues todo ha cambiado, pero se vuelve a empezar en el plano de las enseñanzas políticas desde muy bajo, puesto que ya no está ese lazo con las experiencias pasadas, y eso creo que es un talón de Aquiles.

Hay una manera de militar a la carta: estoy muy activo en algunos momentos, muy pasivo en otros, mucho tiempo en las redes sociales, no mucho tiempo en la calle… Y está la cuestión del arraigo social, que no se percibe como clave, pero el arraigo social en una sociedad precarizada no es lo mismo que en una sociedad donde no hay precariedad. Esa obsesión que teníamos del arraigo social no está presente hoy, al menos en Francia está muy poco presente.

Algunos se adaptan muy bien a esto, los que han hecho su nicho en luchas y críticas parcelarias, pero hay que cambiar el sistema incluso más que antes, porque además de la crisis social está la crisis ecológica, y vamos hacia el desastre total. No cambias el sistema sin un pensamiento político y una reflexión estratégica. No tengo nada contra las experiencias locales, creo que son muy importantes, también para arraigar la lucha, acumular experiencias, pensar formas de resistencia, y creo que las formas territoriales de resistencia son clave ahora, mucho más de lo que eran antes, también porque ya no hay bastiones obreros. Así es que estoy a favor de la renovación de las formas de lucha, las convergencias, las resistencias, las alternativas, las prácticas… Pero hay una especie de marcha atrás en la construcción de una reflexión política y una visión estratégica, y creo que ha alcanzado límites, y eso se ha producido con el cambio del mundo y es uno de los aspectos de nuestra derrota.

Después de la esperanza, el desaliento, y un punto de inflexión para la izquierda radical en Europa”, escribió usted sobre la experiencia de Syriza en Grecia. ¿Qué pasa con los partidos de la izquierda europea que pugnan por gobernar? ¿Se puede lograr una transformación social desde la institución?

No creo que se pueda hacer una transformación social desde la institución, pero eso no quiere decir que no nos presentemos a las elecciones. Pienso que el centro de gravedad de una organización que se quiere revolucionaria o quiere transformar la sociedad es el arraigo social. Ser potente en las instituciones y débil en arraigo social es entrar en una contradicción extremadamente difícil. Puede pasar, y es un poco lo que ha pasado, en Grecia, en España, en Francia con la France Insoumise, donde hay un desfase entre el momento de las grandes movilizaciones sociales y el contragolpe electoral con el que una izquierda más o menos radical es elegida. No es simultáneo. Eso es una dificultad objetiva, es una situación complicada.

En segundo lugar, puedes encontrarte en una situación contradictoria de tensión, sobre todo cuando eres más fuerte en el plano institucional que en el plano social, y eso es muy peligroso. Es lo que pasó con la izquierda del PT en Brasil y eso explica muchas cosas. La elección está clara. Tsipras y la dirección de Syriza deberían haber elegido ser derrotados, recibieron el mandato de aplicar un programa, fueron validados por un referéndum y se convirtieron en los agentes de la contrarrevolución, y eso es lo peor de todo. Es mejor resultar perdedor y organizar la resistencia en la oposición. Era una elección muy sencilla. Se trataba de decir no a la UE, “si somos vencidos, lo somos, organizamos la resistencia social y política, pero no somos nosotros quienes cargan con la responsabilidad de las reformas austeritarias que se llevaron a cabo”, porque cuando haces eso te desarmas completamente.

Pienso que el centro de gravedad de una organización que se quiere revolucionaria o quiere transformar la sociedad es el arraigo social

Después creo que hay una situación muy complicada en un país como Francia. La idea de que hay que presentarse siempre a todas las elecciones no me convence. Primero, cuesta caro y una parte importante de tu dinero, de la preocupación de tus direcciones, de tus fuerzas se ponen en un combate perdido en Francia. Hay quienes piensan que es todavía importante que una verdadera izquierda se presente a las elecciones, y hay quienes piensan que las elecciones son siempre lo mismo, sea cual sea el resultado de los votos, son las mismas políticas… Yo pienso que ahora la cuestión es muy complicada. Estoy a favor de no abandonar el campo político-electoral como campo de batalla, pero sólo en las condiciones en que las fuerzas que se van a emplear merezcan la pena. Hace falta que la mayoría de los esfuerzos de los militantes y de las direcciones sea por el arraigo social y no por la batalla electoral.

¿Hace falta autocrítica de los partidos políticos de izquierdas sobre la desconexión de la realidad en la calle?

Sí. Creo que hay distintos niveles. Hay niveles profundos que no dependen de la organización, hay una verdadera victoria del neoliberalismo, que ha introducido concepciones individualistas neoliberales muy difundidas, hay una generación para la que aquello por lo que luchábamos, el trabajo a jornada completa e indefinido, ya ni se concibe como algo a conseguir, sino más bien cómo te las apañas con los trabajos múltiples, precarios, sucesivos, etc.

Pero además de estas cuestiones profundas, si miras la France Insoumise, de Mélenchon, no quiere un verdadero arraigo social, porque eso significa que tiene que haber representaciones de tu arraigo social, y una “dirección” que proceda o sea validada por ese arraigo. En ese caso, la France Insoumise debería vivir con muchos polos de dirección cuya historia esté ligada a ese arraigo, y es algo que Mélenchon no quiere…


¿Mélenchon no es una alternativa? ¿Qué autocrítica hace, también, el Nouveau Parti Anticapitaliste, en el que usted milita, y que se encuentra tremendamente debilitado?

Antes de tirar la piedra a Mélenchon, debo tirarnos la piedra a nosotros [el Nouveau Parti Anticapitaliste]. Si Mélenchon ha podido ganar como ha ganado un gran espacio electoral y una representación parlamentaria que no es tan amplia pero le permite tener un grupo, es primero porque nosotros hemos fracasado, y no hemos fracasado por su culpa. Debemos reflexionar sobre nuestros propios fracasos y nuestros éxitos. Estamos muy debilitados. Todas las organizaciones de extrema izquierda lo están. La LCR [Ligue Communiste Révolutionnaire] ya no existe. Se dice que está en el NPA, pero el NPA no es la continuidad de la LCR, que ha desaparecido completamente. Y aquellos que han dejado el NPA para construir otra cosa tampoco son la continuación de la LCR. La LCR estaba ya minada en el interior cuando lanzamos el NPA, que no era una mala idea, pero que no funcionó como pensábamos.

La France Insoumise ha ganado la apuesta en cierta medida en el plano del reagrupamiento político de la izquierda radical, primero porque nosotros fracasamos, y también porque sintieron el momento, como Macron.

En las últimas movilizaciones, se ven dos posibilidades. La France Insoumise puede ponerse al servicio de un agrupamiento que se ha expresado en las manifestaciones recientes y en el que hay sindicalistas, formaciones de extrema izquierda, asociaciones múltiples, que puede ser el marco en el que lo político y lo social se encuentren, pero eso significaría que la France Insoumise no impone su hegemonía.

En la manifestación del 5 de mayo, que fue convocada al margen de la France Insoumise por un colectivo de organizadores amplio, y Mélenchon y la France Insoumise llevaron un gran autobús de dos pisos que dominaba físicamente toda la manifestación y en el que Mélenchon arengaba a las masas. La visibilidad estaba completamente secuestrada por ese autobús.

Tsipras y la dirección de Syriza deberían haber elegido ser derrotados, recibieron el mandato de aplicar un programa, fueron validados por un referéndum y se convirtieron en los agentes de la contrarrevolución

Las fuerzas son débiles. Incluso el arraigo social de la France Insoumise es débil. Hay un éxito electoral, pero ya conocemos esta historia, ya la hemos visto antes. Es de nuevo un marco en el que hay una brecha entre el éxito electoral y la realidad del arraigo social. En una situación en la que las fuerzas organizadas en el sentido más amplio del término, es decir, los que luchan permanentemente, sea cual sea la forma, son muy variadas en Francia. En esta situación que no es buena, con un conjunto de formas de lucha extremadamente diversificadas en sectores múltiples y con concepciones múltiples (pienso que tenemos mucho que aprender de Notre-Dame-des-Landes), hay que partir de que esta diversidad extrema hace la vitalidad de las resistencias sociales y políticas en Francia hoy.

Por otro lado, en el plano de la representación político-institucional, todo lo que no sea la France Insoumise es casi invisible. Ésa es la gran cuestión que se le plantea a Mélenchon: debe ayudar a reunir la diversidad y en ese momento la France Insoumise debe dejar a la diversidad de organizadores tener visibilidad, según una realidad que es muy diversa, pero entonces la France Insoumise no debe ir con un autobús de dos pisos, y si lo hace se siente que quiere hegemonizar en su propio provecho la participación de todos los demás. Los demás son conscientes de que la France Insoumise es la fuerza político-electoral más capaz, no tiene contrincante en ese plano, pero no por ello van a aceptar ser borrados.

También entiendo el problema para Mélenchon: si participa y favorece ese agrupamiento de la multiplicidad de las resistencias, de las formas de lucha, de los modos de organización, quiere decir que deberá trabajar cada vez más con la diversidad, y eso significa compromisos, negociaciones, discusiones, y no que Francia Insumisa siga libre de hacer lo que quiera, como quiera, cuando quiera… Hay una elección que hacer.

Usted es especialista en Asia, y lleva en contacto con diversos movimientos de lucha en el continente desde 1974. ¿Es posible tejer luchas comunes frente a lógicas de competencias impuestas por la deslocalización de empresas? ¿Qué podemos aprender de esas luchas?

De Asia y del Sur podemos aprender muchísimas cosas. Un ejemplo, todo el trabajo de análisis de la deuda como medio de control político que se ha hecho en relación a la utilización de la deuda en el Sur. Cuando el FMI se interesó por nosotros, se mostró que todo el análisis que se había hecho sobre la función de la política de la deuda en el Sur era válida para Europa.

Otro ejemplo: en un país como Francia antes el paro era un periodo entre dos empleos, pero el paro se extendió y se convirtió en permanente para una serie de gente, y hay zonas enteras con una alta tasa de desempleo, donde todo está precarizado. ¿Cómo organizar eso? En el tercer mundo hay décadas de tradición de organización de los pobres urbanos. Hay muchísimo que aprender de todo ese trabajo, porque aquí no tenemos experiencia. Porque no existía en la sociedad antes, porque los sindicatos, en Francia, por ejemplo, tienen mucha tradición de intervención en la empresa, pero muy poco en el medio que rodea a la empresa.

Pienso que no es sólo una cuestión de solidaridad de nosotros hacia ellos, sino que también hay cada vez más combates comunes. Con el orden neoliberal mundial las mismas políticas se aplican en el mundo entero. Hay dos aspectos de la solidaridad: os ayudamos en vuestra lucha y además llevamos una misma lucha. Y el espacio de “llevamos una misma lucha” es ahora mucho más grande que antes porque estamos siendo golpeados por las mismas políticas. Esto es una base que es muy favorable a un nuevo internacionalismo, y que se ha sentido cuando se ocuparon las plazas en todo el mundo.

Pero, desgraciadamente, con el fin de la dinámica de los foros sociales mundiales, tenemos mucho que aprender… Estamos muy en retraso, con la paradoja de que el Foro Social Europeo ha muerto cuando la crisis europea estalló.

Y el problema también es que el movimiento sindical internacional no está organizado. Sobre el tema de luchar cuando hay una deslocalización y fragmentación de la cadena de producción sobre una serie de países, son necesarias respuestas del mundo sindical. No hay un equivalente de La Vía Campesina para las luchas obreras. Es un talón de Aquiles. Se han hecho campañas importantes para la mejora de las condiciones de seguridad de los trabajadores de Bangladesh del textil y el calzado, pero es caso por caso, no es el movimiento sindical internacional el que se organiza y responde.

Se dan todos los ingredientes para un nuevo internacionalismo: hay algunos elementos de ese nuevo internacionalismo que se están estableciendo, aunque hay un obstáculo monumental en la izquierda radical, es lo que llamamos el “campismo”, es decir, hay una parte muy importante de la izquierda radical internacional que se centra en las relaciones entre poderes, gobiernos, estados, y no sobre los objetivos, y por ejemplo no van a criticar a Assad o Rusia porque el enemigo principal son los Estados Unidos. Eso es mortal. El “campismo” es la muerte del internacionalismo. Y otro obstáculo son las burocracias sindicales internacionales.

Por último, uno de los temas cruciales hoy es el de los migrantes. Se ha producido una explosión de los niveles de desesperación. Hubo un periodo en el que un filipino migrado a Estados Unidos tenía un trabajo muy duro, pero al final se convertía en ciudadano y construía una nueva nación, y si migrabas a Alemania, había desgarros sociales, culturales, etc., pero encontrabas un trabajo que estaba muy por encima del trabajo que tenías en el país de origen. Y después se produjo el principio de la emigración de desesperación, primero por la pobreza (la maestra filipina que no puede vivir de su salario y que se convierte en doméstica sin papeles en Italia), y luego con las guerras y la crisis ecológica. Estamos en un mundo en el que la cuestión de la migración de la desesperación, que es muy diferente de las migraciones anteriores, en las que había esperanza, es un síntoma de en qué mundo vivimos hoy, es uno de los ejemplos más aterradores de la naturaleza del mundo en el que el neoliberalismo mundial nos ha hundido.

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