El establecimiento de la República Federal Centroamericana es un período de interés en la historia de Guatemala, pues comprende la primera fase de la vida independiente después de la breve anexión a México, siendo la situación de Centro América prácticamente caótica: las provincias se habían dividido, unas en contra y otras a favor de esa decisión política. Se había elegido la estructura de gobierno federal emulando a la estadounidense que a todos les parecía muy exitosa.
La situación económica era en extremo difícil, prácticamente era una pura sobrevivencia ya que la anexión a México solamente había empobrecido las arcas.
Por lo tanto se recurrió a la deuda. Se hizo un empréstito extranjero específicamente con Inglaterra, en libras esterlinas aprobada en 1824, la que inicialmente fue contratada para financiar los gastos de la Federación de Centroamérica, con descuentos de hasta un 30% de su valor.
Pero los fondos nunca se destinaron a su verdadero objetivo, que eran en principio realizar grandes inversiones lucrativas, grandes obras públicas de carácter nacional y remunerativo, y en su lugar terminaron siendo utilizados para pagar sueldos y cubrir el déficit de los gastos ordinarios.
El gobierno cayó en mora y para responder a los pagos siguientes que no llegaron a efectuarse se emitieron bonos por 173,000 libras esterlinas. En la historia fiscal de Guatemala se le llamó La Deuda Inglesa.
Cuando se acabó la Federación de Centroamérica, Guatemala (en 1856) asumió una parte de esa deuda que puede considerarse como el costo pagado para ser una república independiente a partir de 1847, siendo presidente Rafael Carrera. Guatemala se quedó con casi la mitad de aquella deuda, y fue utilizada como medio de negociación de los inversionistas ingleses para dominar gran parte de la región hasta casi el término de la primera Guerra Mundial.
La Deuda Inglesa se volvió deuda perpetua, reconociéndose el pago de los intereses y capitalizando los mismos. Hubo ocho renegociaciones, en períodos presidenciales distintos.
Estrada Cabrera ha sido uno de los presidentes que mejor manejó las finanzas públicas, dejando las arcas repletas a su sucesor, Carlos Herrera. El 20 de diciembre de 1898 renegoció la Deuda Inglesa que duró 141 años -1825-1966- canjeando con los tenedores de bonos nuevos títulos; se conoció fiscalmente esta operación como la deuda externa del 4%, haciendo referencia a la tasa de interés (Decreto 592-1898).
El Banco Mundial, de 1958 a 1966 decidió no aprobar créditos para Guatemala, debido a que había un saldo pendiente de pago de la Deuda Inglesa.
Finalmente se amortiza en 1966, cuando era presidente de la República Julio César Méndez Montenegro. Se sustituyó el saldo pendiente de pago por un bono del Tesoro en quetzales a dos años plazo, por lo cual el año final de cancelación es 1968: 144 años después.
Aun cuando la emisión de bonos que sustituyó a la Deuda Inglesa fue a dos años para su amortización, que vencían en 1968, todavía en 1976, según se lee en la Memoria del Banco de Guatemala de este último año, había una fracción pendiente de pago de Q55.5 miles, que seguramente corresponden a bonos que no se presentaron al cobro, o a un cálculo preliminar debido al tipo de cambio en la conversión a razón de una libra esterlina (1.00 L. E.) por dos quetzales con ochenta centavos (Q2.80).
La Deuda Inglesa la pagaron seis generaciones de nuestros antepasados. Sin embargo, Guatemala en los tres primeros quinquenios del siglo XXI se encuentra en una nueva carrera de aumento constante de endeudamiento, tanto externo como interno.
una deuda casi eterna
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