“Cuando en los años setenta, a los partidos comunistas cambiaron de ideología, y se transformaron en eurocomunistas, el PC de Portugal siguió siendo ortodoxo y ahí sigue y -hay que reconocerlo- le ha ido mejor electoralmente que a todos los demás partidos comunistas europeos”.
No han sido, pues, tan torpes ni estúpidos. El PC de Portugal nunca ha abjurado de su marxismo-leninismo, nunca condenó la invasión soviética de Praga y, a efectos dialécticos, comenta con sorna JMB, “la caída del muro de Berlín fue un fallo de albañilería”.
¿Pensarán que son idiotas?
No han sido, pues, tan torpes ni estúpidos. El PC de Portugal nunca ha abjurado de su marxismo-leninismo, nunca condenó la invasión soviética de Praga y, a efectos dialécticos, comenta con sorna JMB, “la caída del muro de Berlín fue un fallo de albañilería”.
¿Pensarán que son idiotas?
Además de su doctrina ortodoxa, doctrina remite al marxismo-leninismo,“es más nacionalista y más patriótico que nadie en Portugal, por eso quiere abandonar la UE, el euro y, por supuesto, la OTAN”. Como es obvio, no es por eso, y, como es obvio también, el articulista no ha entendido casi nada. Por ejemplo, el patriotismo como arista y valor antiimperial.
Hay en el mundo otros partidos comunistas con la misma doctrina que el portugués, nos recuerda también, “pero en ningún país democrático el PC es la tercera fuerza municipal (11% de los votos en 2013) y la cuarta parlamentaria (8,25% en 2015)”. ¡Menos mal! No dice, por supuesto que no dice, que el PCP es, además, una fuerzas política que da apoyo con el Bloco, conservando su independencia política, al actual gobierno del Partido Socialista de Portugal.
Para su secretario general, Jerónimo de Sousa, de nuevo la bromita anticomunista, “con Lenin vivíamos mejor”. Ni caso. En Avante, la espectacular fiesta del partido, son esta vez palabras no agresivas de JMB, el encuentro que se realiza todos los años el primer fin de semana de septiembre (que es ciertamente espectacular), “De Sousa se dirigió a las masas [¿a las masas?] escoltado (¿escoltado?) por una representación de Corea del Norte. En su discurso, culpó al “imperialismo norteamericano, responsable de una criminal escalada de confrontación””.
¿No lo es, no es cierto que el imperialismo belicista norteamericano no es en absoluto una fuerza de paz y concordia, ni en Corea ni en otros muchos escenarios?
¿No lo es, no es cierto que el imperialismo belicista norteamericano no es en absoluto una fuerza de paz y concordia, ni en Corea ni en otros muchos escenarios?
Queda la estocada final. La fiesta, nos recuerda, coincidía con el centenario de la Revolución Rusa, la primera revolución, “que se lanzó a una construcción de una sociedad nueva, libre de la explotación del hombre por el hombre, iniciando la época del paso del capitalismo hacia el socialismo”, soltó De Sousa. ¿Soltó? ¿Qué significa aquí “soltar”? Lamentablemente, otra estúpido sarcasmo, “desde que se disolvió la URSS el mundo va fatal”, y vuelve a citar a De Sousa:: “Su desaparición representó un inmenso retroceso para las fuerzas de la paz y del progreso social, en los derechos de los trabajadores y en la soberanía de los pueblos”. ¿No fue el caso? ¿La desaparición de la URSS, ninguna vindicación cegada de su realidad, no tuvo esas implicaciones? ¿Ven algún disparate en esa afirmación?
Partido acaba con un pareado (Canto): “Menos mal, que le queda Pyongyang”. ¡Qué gracioso! ¿A quién le queda Pyongyang? ¿Al PCP? ¿Al Partido Comunista como más fuerza ciudadana, popular, organizativa (y también electoral), hablando proporcionalmente, de toda Europa?
Los comunistas portugueses han celebrado el pasado fin de semana su gran fiesta. La fiesta anual de Avante!, el periódico del partido que sigue vendiéndose en los quioscos del país. La primera fiesta fue en 1976. Estaba aún muy cerca la Revolución de los Claveles, la que el 25 de abril de 1974 acabó con la dictadura en Portugal.
El día de la inauguración de aquella primera fiesta, Álvaro Cunhal, secretario del Partido Comunista durante 31 años, se subió al escenario y dijo: “Esta fiesta de nuestro glorioso Avante, de nuestro glorioso Partido, es la más grande, más extraordinaria, más entusiasta, más fraternal y humana que se realiza en nuestro país”. Cunhal, un hombre de gran atractivo y férrea ideología marxista leninista (nunca aceptó la perestroika, ni abdicó del estalinismo), tenía toda la razón. Esa fiesta fue y sigue siendo, 41 años después, extraordinaria, única, no solo en Portugal, sino en toda Europa.
41 años después, la cita del PC en septiembre sigue siendo extraordinaria, única, no solo en Portugal, sino en toda Europa
Durante tres días de septiembre —generalmente el primer fin de semana—, más de 250.000 personas llenan las campas de Seixal —que el PC acabó por comprar gracias a suscripciones populares—. Ningún otro partido comunista europeo consigue atraer a cientos de miles de personas durante tres días, a familias enteras que van a escuchar debates sobre la eterna crisis del capitalismo, asisten a obras teatrales, juegan, beben bailan y escuchan a los mejores músicos. Este año pasaron por allí la Orquesta Sinfonietta de Lisboa, los mejores cantantes de fado, como Camané o Antonio Zambujo, y grupos de bossa nova, rock y ritmos africanos.
En 2018 se cumple el segundo centenario del nacimiento de Karl Marx, por lo que no podía faltar un debate sobre el padre del comunismo moderno y la vigencia de su filosofía (más vigente que nunca, por si había duda). Pero el programa de la fiesta era tan vasto que, mientras unos debatían sobre el socialismo científico otros jugaban al futbolín.
Al festejo de Avante! van portugueses y extranjeros, comunistas y democrata-cristianos. Cada uno lleva en la mochila su tique de entrada y el pensamiento que quiere. Son muchos los que van a comer, divertirse y echar una mirada a los productos artesanales que representan a cada región del país. De los pueblos del Alentejo se fletan autobuses para pasar el día aquí. El selfi más buscado es el de Jerónimo de Sousa, el actual secretario general (obrero metalúrgico de profesión), también un hombre muy esperado por las señoras en la pista de baile, debido a su buen ritmo.
Hace años que algunos auguran el fin de la fiesta, la caída de votos del PCP, pero ahí siguen, llenando escenarios. Porque los viejos comunistas, en Portugal, nunca mueren. Y cada familia comunista lusa —más aún si proviene del Alentejo— se ocupa de fortalecerlo con savia nueva. O sea, que hay fiesta y comunismo portugués para años.
El PC portugués, más que un partido (en torno al 8% de los votos) es una de las singularidades del país y su fiesta, una tradición. Cunhal tiene una buena avenida en Lisboa y tendrá un homenaje en el fuerte de Peniche. Su cárcel durante muchos años (15 en total, 8 en aislamiento), se reconvertirá en Museo de la Resistencia. El primer plan del Gobierno era hacer un restaurante bufé o cosa similar, pero el PC aún tiene fuerza para frenar algún desvarío y ser necesario para gobernar.
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