lunes, 22 de abril de 2019

Asesinos del senador Jaime Guzmán.-a

Asesinos del senador Jaime Guzmán 



Galvarino Apablaza

Era el número uno dentro de la directiva nacional del Frente Patriótico Manuel Rodríguez cuando ocurrió el crimen del senador en abril de 1991. El “comandante Salvador” vivió en la clandestinidad hasta que fue detectado y detenido en 2004 en Argentina. Chile pidió su extradición, pero finalmente ese país le entregó la calidad de refugiado y finalmente se estableció en una parcela en el Municipio de Moreno en Buenos Aires.

Mauricio Hernández

El “comandante Ramiro” fue uno de los autores intelectuales del asesinato de Guzmán. Fue detenido y condenado por este crimen y el secuestro de Cristián Edwards. Sin embargo, escapó de la Cárcel de Alta Seguridad en 1996. En 2002 fue detenido en Brasil por el secuestro del publicista Washington Olivetto, delito por el que cumple una condena de 30 años.

Enrique Villanueva Molina

El “comandante Eduardo” realizó durante los noventa la labor del vocería del FPMR. Los años pasaron y fue en 2010 que Hernández Norambuena lo vinculó al asesinato. En septiembre de ese año, el juez Mario Carroza lo procesó y en 2014 fue condenado a cinco años de libertad vigilada. Luego la Corte de Apelaciones lo sentenció a presidio perpetuo. Finalmente, el máximo tribunal rebajó esa pena a cinco años.

Raúl Escobar Poblete

El “comandante Emilio” está procesado como uno de los autores materiales del crimen de Guzmán. Tras el crimen pasó a la clandestinidad. Habría estado en Cuba y luego fue vinculado al secuestro de Washington Olivetto. Este año fue detenido en México por participar en una banda de secuestradores. Vivía en la localidad de San Miguel de Allende, donde incluso tenía una revista cultural.

Ricardo Palma Salamanca

“El Negro” fue el primer detenido por el homicidio del senador. Enfrentó una pena de presidio perpetuo por este hecho y en 1996 escapó desde la Cárcel de Alta Seguridad. Su rastro se perdió hasta este año cuando México lo vinculó a la banda de Escobar Poblete. En ese país también usaba un nombre falso y decía ser fotógrafo. La última pista lo sitúa en Francia, país al que entró junto a su pareja, otra ex frentista prófuga.

Marcela Mardones

“Ximena”. Así era conocida dentro del FPMR y su rol en el crimen de Guzmán habría sido realizar labores de vigilancia. Estuvo prófuga desde 1991 y el 9 de junio de este año fue descubierta por la PDI intentando ingresar a Chile. Su viaje lo realizó luego de que su ex pareja, Raúl Escobar, fue detenido. Vivía en la misma localidad de México bajo un nombre falso. Incluso viajó a Africa por labores humanitarias. Está acusada en el caso.

Emmanuelle Verhoeven

Según el equipo de la Policía de Investigaciones que indagaba el caso, la ciudadana francesa conocida como la “comandante Ana” pertenecía al grupo subversivo. Ella habría colaborado entregando información y se le vinculó con el crimen. Tras ser detectada en Francia, Chile pidió su extradición. Luego viajó a India, donde fue detenida. Sin embargo, ambos países rechazaron extraditarla.


Raúl Julio Escobar Poblete (Santiago, 17 de octubre de 1963) conocido como comandante Emilio en sus actividades guerrilleras, fue un integrante del grupo armado chileno Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) sindicado como el autor material del asesinato del senador Jaime Guzmán, ideólogo de la dictadura militar del general Augusto Pinochet. Se encontraba prófugo de la justicia chilena desde ese crimen, cometido en 1991; además, habría participado en el rescate de cuatro de sus compañeros desde la cárcel de alta seguridad de Santiago en 1996 y cometido otros delitos diversos. Fue detenido en México el 30 de mayo de 2017.​ El 26 de noviembre de 2018 el gobierno mexicano concede su extradición a Chile.

Biografía

Hijo del periodista deportivo Mariano Escobar González, conocido por el seudónimo de Sansón, y de Celia Poblete, profesora normalista, Raúl quedó huérfano de padre a los nueve años de edad. Debido a los aprietos económicos que generó el fallecimiento de Mariano, la madre decidió enviar al hermano mayor, Manuel, donde unos familiares en Estados Unidos; cuando este regresó, se quedó con unos tíos en Providencia e iba solo esporádicamente a la casa de su madre y su hermano Raúl, en la Villa Santa Elena de Macul.
En esos tiempos, Celia Poblete "vendía lencería en Irarrázaval y Raúl Escobar estudiaba en el Liceo Lastarria y pasaba las tardes en las calles de Santa Elena, donde sus amistades lo conocían por su segundo nombre, Julio. Una de sus cercanas era Marcela Mardones, con quien, además, compartía ideas políticas".

Con ella se casaría más tarde y tendría dos hijos.
Raúl Escobar se unió al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) en 1987 y sobre los motivos que le impulsaron a hacerlo existen dos versiones. Según la primera, que figura en informes de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), habría sido al asesinato de una tía paterna, la frentista Elizabeth Escobar Mondaca, ocurrido en la denominada operación Albania (conocida también como matanza de Corpus Christi, 15 y 16 de junio de ese año) lo que habría inducido a Escobar a unirse al FPMR. Sin embargo, familiares directos tanto de Elizabeth como de Raúl niegan el parentesco. La segunda versión dice que lo hizo influenciado por Mauricio Arenas Bejas, conocido como Lobo o Joaquín, uno de los frentistas que habían atentado contra la comitiva del general Augusto Pinochet en septiembre de 1986. A este, Escobar lo conoció en la Penitenciaría, donde estuvo encarcelado durante casi siete meses después de ser detenido por su participación, en enero de 1987, en un asalto fallido a un departamento en avenida Pocuro, en Providencia.
Al quedar en libertad a fines de año, Escobar se puso a las órdenes de un amigo de Arenas Bejas, Mauricio Hernández (conocido como Ramiro, el Abuelo o simplemente Pepe), y adoptó como chapa (seudónimo de guerra) el nombre de Emilio (convirtiéndose más tarde en el comandante Emilio; los detectives le asignaron a él y a su compañera sus propias chapas: Emilio era para ellos Pájaro Loco y Ximena, es decir, Marcela, era Minnie).
El el aparato operativo del FPMR conformó dupla con Ricardo Palma Salamanca, otro joven frentista; en 1990 actuó en las muertes del coronel de carabineros Luis Fontaine primero, y del sargento de ejército Víctor Valenzuela Montecinos a finales del mismo año. En febrero de 1991 participó en el atentado con un cohete Law contra la residencia en Santiago del personal de seguridad de la embajada de Estados Unidos, en la que un infante de marina resultó herido.
El 1 de abril ese año, junto a Ricardo Palma, tomó parte en el atentado que le costó la vida al senador Jaime Guzmán, y a finales de 1991 intervino como uno de los jefes en el grupo que secuestró a Cristián Edwards, un joven empresario hijo del dueño del diario El Mercurio. Luego de estos hechos fue identificado por la policía que inició una intensa búsqueda, sin éxito.
Volvió a reaparecer en diciembre de 1996 como jefe del comando de la llamada operación Vuelo de Justicia, que rescató a los frentistas Hernández, Palma, Pablo Muñoz Hofmann y Patricio Ortiz Montenegro desde la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago, utilizando un helicóptero.

En el 2002, la policía de Brasil descubrió sus huellas dactilares en la vivienda que fue utilizada por los secuestradores del publicista Washington Olivetto.​ Meses más tarde fue ubicado por la Interpol en la localidad fronteriza de Santana do Livramento, donde estuvo a punto de ser capturado. Pese a ello su rastro se perdió inexplicablemente.
El martes 30 de mayo de 2017 fue detenido en San Miguel de Allende, México, país donde vivía desde hacía más de una década; también su ex pareja, Marcela Mardones, de la que separó a principios de la década de 2010, residía en ese país.​ Mardones había viajado a Chile, donde fue detenida el día 9 en las cercanías de Puerto Varas y llevada a la cárcel de Puerto Montt para luego ser trasladada a Santiago. Mardones, exestudiante de Educación Básica en el campus Oriente de la Universidad Católica, está acusada desde 1993 de asociación ilícita y delito terrorista; según la investigación, habría entregado la información sobre los movimientos y horarios de Guzmán.
​ En México, Emilio había pasado a llamarse Ramón Guevara y residía en San Miguel de Allende, donde era conocido como "fanático del fútbol, apoderado ejemplar y aficionado al arte" (jugaba dos veces a la semana, los martes y jueves, por su equipo Generación 35). Fue en esa ciudad donde fue detenido en su camioneta Tacoma blanca patente GR29157. A San Miguel de Allende había llegado con su pareja que adoptó la identidad falsa de Patricia Fernández y sus dos hijos, el mayor, Carlos, tenía entonces quince años y la menor, Rebeca, dos; vivían en el barrio del Atascadero. Después de separarse y de unirse a la española Isabel Mazarro (residían en el sector El Nigromante), continuó manteniendo una estrecha relación con su hija, a la que pasaba a buscar todos los días para llevarla a la escuela Árbol de Vida.
Escobar fue encarcelado en Valle de Santiago, Guanajuato, donde ingresó bajo el nombre Ramón Alberto Guevara Valencia, de acuerdo a su falsa identidad.​ Allí se le relacionaba con el secuestro de la francoestadounidense Nancy Michelle Kendall.​ El ministro del Interior chileno, Mario Fernández, señaló que lo más probable es que el frentista sea juzgado primero en México según las leyes de ese país; Chile pedirá la extradición para poder juzgarlo a su vez por los crímenes que se le imputan.



Detenido el 30 de mayo de 2017 y preso actualmente en el Cereso 1000 en Valle de Santiago, Guanajuato, el exguerrillero chileno Raúl Julio Escobar Poblete responde por escrito un cuestionario de Proceso en el que habla sin tapujos de su militancia en el extinto Frente Patriótico “Manuel Rodríguez”. En esta entrevista, la primera que concede tras su captura, aborda las diferencias con Ricardo Palma Salamanca, con quien durante lustros formó una dupla en el exilio mexicano.
 Desde su celda del Cereso 1000 en Valle de Santiago, el exguerrillero chileno Raúl Julio Escobar Poblete, Comandante Emilio, contesta por escrito un cuestionario enviado por Proceso, mientras espera el resultado del juicio que enfrenta como inculpado del secuestro de una ciudadana franco-estadunidense, así como del proceso de extradición –solicitado por la justicia chilena– relacionado con el asesinato del senador Jaime Guzmán Errázuriz.
Por medio de sus abogados Escobar Poblete envió las respuestas escritas de su puño y letra en las cuales relata su arribo a México y a San Miguel de Allende, el nombre que adoptó en territorio mexicano –el de Ramón Alberto Guerra Valencia– durante 20 años, así como de sus andanzas en esta ciudad guanajuatense como fotógrafo y editor de revistas…

Pero, sobre todo, expuso su etapa como militante del Frente Patriótico “Manuel Rodríguez” (FPMR) en su natal Chile y sus convicciones ideológicas, además habló con detalle de varios excompañeros de lucha, como Ricardo El Negro Palma Salamanca, quien hoy se encuentra asilado en París, donde ha defenestrado a Escobar en varias entrevistas periodísticas.
Desde que llegó a México, en 1998, Escobar Poblete decidió ocultarse en San Miguel de Allende, un lugar que le pareció “cosmopolita, lejos de todo y de todos”.
“Ahí encontramos la tranquilidad buscada –dice–. Comenzamos a tener amigos, mi hijo comenzó a ir al colegio y formamos una familia que se fue ampliando, con el cariño de muchos amigos. Amigos que hasta hoy lo somos, amigos generosos.”
Fue el último del grupo que se estableció en esa ciudad de Guanajuato. Ahí se reunió con Marcela Mardones, su pareja en esa época, y un hijo. En Chile, el gobierno había emprendido una persecución contra los exintegrantes del grupo guerrillero, activo opositor a la dictadura del general Augusto Pinochet.
En su respuesta fechada el 4 de marzo pasado, Escobar desmiente la versión de que tomó la identidad de un niño fallecido en Puebla:

 “Mucho se ha comentado de eso, pero la verdad es otra. Es simple, Ramón lo elegí porque fue el último nombre que uso el Che (Guevara) en Bolivia; Alberto era el nombre de mi padre; Guerra fue por un hermano Rodriguista asesinado (Julio Guerra); Valencia (lo tomé) de un compañero desaparecido. Y lo resolví en Santo Domingo, un lugar del DF (Ciudad de México), recuerdo”.

El Comandante Emilio relata sobre el comienzo de su nueva vida en San Miguel de Allende:

 “Fue difícil, en particular fui trabajando en fotografía, luego participé en restauración y construcción de alguna casa con un amigo arquitecto que conocí ahí en San Miguel; luego tuve un pequeño café internet, hice una revista de deportes, Deportivo San Miguel, y otra, Espiral, todo sobre vida sana, homeopatía, yoga, cuidar el planeta, pagando mis impuestos todos los años. Estábamos con mi familia en los centros de ayuda humanitaria René Mey, fue y es muy bonita labor”.

Asegura que cortó sus vínculos familiares en Chile por seguridad: “Yo sólo tenía la herencia de unas casas que mi padre dejó y una venta de acciones que estaban a mi nombre en Chile, del grupo Inforsa, que mi madre me vendió. Fue con lo que conté para iniciar”.
Casi 21 años después, para Escobar Poblete ha cambiado todo. Ha pasado los últimos tres meses recluido en el Cereso 1000 de Valle de Santiago, mientras enfrenta un juicio por secuestro ante un tribunal de oralidad penal; un proceso que parece no tener fin.
Desde su captura el 30 de mayo de 2017, el entonces procurador Carlos Zamarripa Aguirre –actual fiscal general de Guanajuato– calificó al exguerrillero chileno como cabeza de una banda internacional de secuestradores que, dijo, ha tenido entre sus víctimas lo mismo a empresarios que a prominentes políticos, y abundó que operaba desde San Miguel de Allende, donde Escobar ocultó por casi 20 años su pasado bajo el nombre falso de Ramón Alberto Guerra Valencia.
De lunes a viernes, durante unas horas al día debido a la inseguridad que prevalece en la zona, la Fiscalía ha realizado decenas de peritajes de todo tipo, testimonios e informes con los que intenta demostrar la participación de Escobar en el secuestro de una ciudadana franco-estadunidense.

Justicia guerrillera

Con relación a los asesinatos perpetrados por el FPMR contra violadores de derechos humanos y colaboradores de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) y en los inicios de la transición a la democracia, Escobar Poblete responde:
“Fue un anhelo de justicia para un vasto sector del pueblo chileno, no dejar sin castigo a estos asesinos y torturadores. No dejar impunes los crímenes de lesa humanidad de la dictadura, puesto que, si no existía un Poder Judicial que juzgara a estos criminales, había tribunales del pueblo.”

Estos crímenes, en particular el del senador Jaime Guzmán Errázuriz, fundador de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y principal ideólogo del régimen pinochetista, ocurrieron en el marco de la campaña “Nunca impunidad”, decretada por la Dirección Nacional (DN) de dicha organización política en mayo de 1989.
En esta entrevista, la primera que concede desde su arresto, Escobar Poblete (Santiago, 1963) aborda aspectos desconocidos de la historia del FPMR, de cómo se sumó a las filas de la organización guerrillera; también responde a las polémicas declaraciones de su antiguo compañero Ricardo Negro Palma Salamanca, con quien conformó “la dupla letal” del FPMR.
Escobar Poblete y Palma Salamanca –que en México utilizaban las identidades de Ramón Guerra y Esteban Solís, respectivamente– acribillaron a Roberto Fuentes Morrison, un represor del régimen chileno; al coronel Raúl Fontaine, jefe de la inteligencia del cuerpo de carabineros, y a Víctor Valenzuela (26 de octubre de 1990), un escolta de Pinochet.
En el caso de Guzmán, el FPMR lo ejecutó de manera similar frente al Campus Oriente de la Universidad Católica. Los autores eran integrantes de la fracción autónoma del frente, una escisión del Partido Comunista (PC) ocurrida a mediados de 1987, luego que el partido aceptó sumarse a la política institucional diseñada por la dictadura de Pinochet y definida en la Constitución de 1980.
Esa decisión del PC, según los desertores, ponía freno a la “política de rebelión popular de masas” iniciada precisamente en 1980 y que tuvo como principales hitos la creación del FPMR el 14 de diciembre de 1983 y el fallido atentado a Pinochet, el 7 de septiembre de 1986.
Escobar Poblete abunda sobre el caso Guzmán: 
“Asumo mi responsabilidad política de ese hecho, por haberlo realizado el Frente y por ser integrante de la organización. Ahora, es importante destacar que yo fui involucrado en ello sin estarlo, porque detuvieron a Ricardo Palma, un compañero al cual quebraron psicológica y físicamente. Por su confesión es que hoy tienen injustamente encarcelada a Marcela Mardones, ya que, naturalmente, no tienen ninguna evidencia legal y sólida, más que una confesión de este compañero.”

Palma Salamanca, quien fue detenido el 25 de marzo de 1992, reconoció ante el subcomisario de la Policía de Investigaciones Jorge Barraza, encargado de la persecución del FPMR, su participación en los hechos, agregando que Emilio lo convenció de involucrarse: “Bueno, le dije, pero yo no quiero tener una participación directa en eso. ‘No, me dijo (Emilio), si yo soy el encargado. Tú me cubrís las espaldas’. Ese era mi papel”.
El juez que investiga la causa por la muerte de Guzmán, Mario Carroza, estableció poco después de conocerse la captura de Escobar Poblete que el exguerrillero era el “autor material” de esa muerte, según lo consignó en la solicitud de extradición remitida a la Corte Suprema de Chile el 13 de junio de 2017.
Marcela Mardones, por su parte, fue condenada por Carroza el pasado 14 de marzo a 10 años de prisión por su autoría en el “atentado terrorista contra una autoridad política (Guzmán) con resultado de muerte”.
Mardones fue detenida el 9 de junio de 2017, tras atravesar el sureño paso Peulla, en la frontera con Argentina. Ella escapó de México tras la detención de Escobar Poblete, su exesposo, con quien procreó dos hijos.
Interrogada por Carroza, Mardones admitió que hizo tareas de seguimiento de la rutina de Guzmán. Pese a su participación secundaria, ella es la única “frentista” que está en prisión por ese asesinato.
Palma Salamanca, quien vivió también en San Miguel de Allende, abandonó la ciudad tras la detención de Escobar Poblete. Se fue a Cuba y de ahí se desplazó a Francia, donde obtuvo asilo político el 2 de noviembre pasado.

La vieja dupla

El 30 de diciembre de 1996, el Comandante Emilio encabezó la operación “Vuelo de Justicia” para rescatar de la Cárcel de Alta Seguridad a cuatro integrantes del FPMR: Patricio Ortiz, Pablo Muñoz, Palma Salamanca y Mauricio Hernández Norambuena, Comandante Ramiro, el líder del Frente en esa época.
En esa ocasión se utilizó un helicóptero, previamente robado por el Comandante Emilio. Desde la aeronave se lanzó un canasto al patio central del penal en el que se subieron los cuatro guerrilleros, mientras Emilio y otro guerrillero del Frente descargaban sus fusiles M-16 a los centinelas.
Escobar Poblete rememora lo que significó para él aquel operativo: 
Fue una operación llena de fraternidad, por la vida, en la que pudimos rescatar a los compañeros que nos propusimos. Cumplió todos los objetivos”.

Emilio también habla de sí mismo. En su escrito dice que es “un ser humano que busca vivir en paz”; “un convencido de que el amor es la base fundamental de cualquier construcción social”. Y añade:
 
“Si esta paz es violentada con injusticias… no puedo, ni debo quedarme como espectador inmóvil”.
E insiste en que “por circunstancias traumáticas y de terror” tuvo que asumir distintos nombres; “pero la esencia de este ser humano es indivisible”.
En San Miguel de Allende, Escobar y Palma eran una dupla socialmente identificada, sobre todo durante el tiempo en que participaban en una revista y se dedicaron a la fotografía. Las declaraciones de Palma hace varias semanas no sólo sacudieron a Escobar sino a muchos que los conocieron en esa ciudad.
El 11 de febrero pasado, el semanario chileno The Clinic publicó una entrevista con Palma Salamanca titulada: La cultura comunista me tiene harto, es ideológicamente intolerante y autoritaria. En ella, el antiguo fusilero del FPMR aseguró que “la revolución está agotada” y se definió como “un reformista”.
Además, hizo una descarnada crítica al papel jugado por el FPMR y se refirió a Escobar como una persona “de pocas luces y más bien básico”. También se mostró sorprendido de que “estuviera metido en los secuestros de los que lo acusan”.

Enterado de las afirmaciones de Palma, Escobar dice que son “tristes y lamentables”, aunque matiza: “No puedo responder desde un punto de vista político, ya que no cuento con todos los elementos objetivos y subjetivos que rodearon esas declaraciones.
“Tampoco creo correcto responder, desde la posición de prisionero en la que me encuentro, que mínimamente es desventajosa; y lo único que se lograría sería hacerle el juego a la derecha en Chile, que estará con su morbosidad política de siempre, esperando como pajarracos carroñeros comer de sus víctimas.”

No obstante, se pronuncia “desde un punto de vista humano”, según remarca: “Ricardo (Palma), desde su muy temprana edad arrastraba una serie de frustraciones, indecisiones y traumas, por situaciones familiares, sin haber encontrado alguna terapia que hubiera sanado ese cuadro psicológico”.
Y afirma que cuando la policía chilena detuvo a su excompañero en 1992, “con la tortura, además de doblegarlo, acentuó aún más esa debilidad emocional”.
Y añade: “El rescate fue un pequeño tanque de oxígeno que un buzo desesperado recibe en el fondo del mar. Mi detención –y la terrible posibilidad de haber sido detenido y extraditado y volver a las prisiones pinochetistas– hizo que Ricardo se viera sin más oxígeno en esa profundidad y buscó otra vez culpables con una inmadurez evidente, donde le tiró a todo: a la organización, a la izquierda, a las revoluciones, inclusive a su familia, pero nunca reconoce esas responsabilidades en él, principal responsable de sus ‘frustraciones’”.

Otro viejo capítulo

El libro El gran rescate, editado por LOM, relata la liberación de presos del FPMR de la Cárcel de Alta Seguridad, e incluye los relatos aportados por “todos los compañeros” partícipes de la operación. Y aclara que de manera circunstancial Palma firmó ese volumen, que estaba casi hecho en su totalidad: gran parte de su contenido no estuvo en sus manos.
 “A este compañero (Palma) –puntualiza el entrevistado– se le consideraba de confianza…”.

Escobar Poblete se pronuncia respecto de la política de “Guerra Patriótica Nacional” (GPN), emprendida por el FPMR al final del régimen dictatorial y al principio de la “transición a la democracia”. Asegura que la GPN “no fue casual ni antojadiza: estábamos en plena dictadura, y entonces no se creía posible una transición a la ‘democracia’”.
Estima que en esa época “todo el mundo” veía que el plebiscito de 1988 era una más de las tantas maniobras para ganar tiempo y legitimar la dictadura, la que buscaba extenderse por una década más, por lo menos. 
“Tenían todo el poder –dice–, habían hecho una Constitución para sus fines. No existía Poder Legislativo ni Judicial. No había nada para hacer un estado democrático ni ninguna base para hablar de transición”.
Puntualiza que, en ese estado de cosas, “lo más coherente y correcto fue lo que hizo (El Comandante) José Miguel (Raúl Pellegrin, fundador y principal líder del FPMR) y la Dirección Nacional (DN)”, en orden a intentar “sentar las bases… para preparar una eventual agudización de la lucha política y armada”.
Y agrega: 

“Había que reorientar los esfuerzos, descentralizar la táctica y centralizar la estrategia. Se avizoraba que el paso superior para la lucha contra la dictadura, pasaba por diseminarnos en la montaña y llevar la lucha fuera de las ciudades. Para ello, lo primero era crear y producir focos guerrilleros, que pasarían a ser engrosados por muchos cuadros y combatientes. La DN, junto a José Miguel, eran cuadros fogueados en las guerras de Nicaragua y El Salvador”.

Escobar también responde a preguntas sobre la operación de asalto al poblado cordillerano de Los Queñes (Región del Maule), realizada dos semanas después del plebiscito del 5 de octubre de 1988, en el que contrariamente a lo que el FPMR había pronosticado, la opción “No” a la continuidad de Pinochet, ganó. El dictador tuvo que reconocer su derrota.

“Los Queñes –escribe Escobar– fue la toma de un poblado perfectamente planificada; sólo (existió) una baja militar, un costo muy pequeño”. No obstante, admite que “el asesinato de José Miguel y la Comandante Tamara (Cecilia Magni) empañó todo”.
En esa derrota, comenta, nada tuvo que ver la decisión del Comandante José Miguel de dar inicio a la GPN.
“(Él quería) dejar asentado que, pasara lo que pasara con Pinochet, el pueblo podría estar seguro de que estaba en condiciones de pasar a una fase superior de la lucha.”
Escobar atribuye el escaso éxito de la GPN al hecho que “en el mismo seno de la DN estaba hace muchos años enquistado un esbirro de Pinochet conocido como Bigote (Luis Arriagada Toro).
Bigote, quien iba como segundo al mando (en Los Queñes), hizo la traición más grande y dolorosa en la historia del Frente, al entregar a José Miguel y a Tamara, a quienes las fuerzas represivas asesinaron brutalmente en La Rufina y tiraron sus cuerpos al río Tinguiririca.
“Era un lugar al que jamás hubieran llegado la policía ni el ejército, si este traidor no hubiera sabido su ubicación”, sostiene Escobar.

Esta entrevista se publicó el 14 de abril de 2019 en la edición 2215 de la revista Proceso



 
Ex frentista Raúl Escobar Poblete fue condenado a 60 años de cárcel en México

El ex frentista Raúl Escobar Poblete, quién se hacía llamar comandante Emilio dentro de sus actividades guerrilleras como integrante del grupo armado del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, fue condenado en México a sesenta años de cárcel por secuestro extorsivo.
Se le imputa ser el hombre que encabezó la operación para asesinar el 1 de abril de 1991 al senador de la UDI Jaime Guzmán.
Además de los múltiples años en prisión, Escobar Poblete deberá pagar casi 12 millones de pesos chilenos por concepto de multa y otros cinco millones por reparación de daño material y moral.
Debido a la condena, ahora el ex frentista arriesga ser extraditado a Chile, aunque su defensa decidió presentar un recurso para evitar que llegue al país, argumentando que acá no encontraría las condiciones de un "juicio justo".
Tras conocer la sentencia de Escobar, el abogado de la UDI, Luis Hermosilla, declaró a La Tercera que "el hecho de la condena me parece de la mayor importancia, pues demuestra que Escobar Poblete es una persona que ha hecho del delito un modo de vida. Es impresionante el monto de una condena que en Chile no existe como tal, a 60 años de cárcel".
En esa línea, agregó:
 "Espero que se busquen las vías para que sea puesto a disposición del ministro Carroza en Chile. Pero nuestro interés es que él se someta ante la justicia chilena por los delitos que cometió acá". 

 14 de junio de 2019


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DOM 23 JUN 2019

Los detalles inéditos de la sentencia que terminó con la libertad del prófugo exfrentista, hoy condenado a 60 años de cárcel por secuestro.
-Me dijeron ‘este es nuestro negocio, no esperes ninguna piedad ni simpatía. Nos comunicaremos por escrito y habrá un código de luces. Cuando vayamos a entrar prenderemos la luz tres veces, tú te voltearás a la pared para no vernos y te pondrás de rodillas en el colchón. Cuando salgamos volveremos a encender y apagar la luz tres veces para que puedas voltearte de nuevo’. De noche las luces eran bajas, a menos que me torturaran. Ahí estaban encendidas todo el tiempo.

Quiere flores, señorita

Eran las 11.30 horas de una mañana cualquiera cuando Nancy Michel Kendall (61) estacionó su auto en el centro de San Miguel de Allende y partió caminando por Calzada de la Aurora hacia la tienda Vía Orgánica. Pero ese día 13 de marzo de 2017 cambió su vida para siempre. Un hombre se le puso enfrente con un ramo de flores de papel en sus manos y, cubriéndose la cara, le dijo “las flores, señora”, en francés. Otro tipo la agarró por detrás y juntos la subieron a una van.

Nancy estuvo secuestrada durante casi tres meses.

El relato es parte del testimonio que ella entregó ante el Tribunal de Juicio Oral del estado de Guanajuato, México, el que la semana pasada condenó a Raúl Escobar Poblete, conocido en Chile como “comandante Emilio”, a cumplir una pena de 60 años de presidio por el delito de secuestro agravado. En el fallo, la justicia mexicana trata al exfrentista por su identidad chilena, pero también se refiere a él por el nombre que adoptó durante las décadas en que se radicó en San Miguel de Allende, una vez que logró burlar la justicia chilena que lo perseguía por el asesinato del senador Jaime Guzmán.
En su barrio de esa apacible ciudad colonial, Escobar Poblete era conocido bajo el nombre de Ramón Alberto Guerra Valencia. Decía que era arquitecto y cuando le preguntaban por qué tenía un acento diferente, contaba que había nacido en Puebla, otra ciudad mexicana, y que era hijo de padres extranjeros.
Su vida era relativamente normal. Sus vecinos conocían también a Patricia Fernández, la expareja sentimental de Ramón y madre de sus hijos, Carlos y R.E.M. Pero Patricia tampoco era Patricia, sino Marcela Mardones, hoy presa en la Cárcel de Mujeres de Santiago. La mujer decidió dejar intempestivamente su casa, en el número 5 de la calle Los Adobes, San Miguel, y venirse a Chile tras la detención de Escobar.
Más tarde la seguirían sus hijos.

La tranquila vida de los Guerra Fernández se quebró el 30 de mayo de 2017.
Llamó al 911

Fue un taxista. O su intuición.

Según declararía Marco Antonio Aguilar más tarde a la justicia, se sintió intimidado por un conductor que lo seguía en el trayecto a entregar la encomienda que le habían encargado. El conductor era “Emilio”, o Ramón, o Raúl, quien -acreditó el Ministerio Público- quiso cerciorarse de que un paquete que contenía el dedo meñique de Nancy Michel Kendall llegara a manos de su esposo, el empresario francés Alain Daniel Tessier, quien se encontraba junto a unos amigos en el Restaurante Nirvana de esa ciudad. A esa altura, la mujer llevaba 78 días en cautiverio en un pequeño inmueble bajo nivel ubicado en circuito Azucena 22 del fraccionamiento La Vista, en San Miguel de Allende. Nancy relató que siempre permaneció en una especie de “cajón”, cuyas paredes tenían telas acolchadas, posiblemente para aislar el sonido.
El fallo que condenó a “Emilio” sostiene que ese día Raúl Escobar o Ramón Guerra manejaba una camioneta blanca marca Toyota Tacoma y siguió durante un trayecto al taxista Aguilar. Poco antes de las 9.30, un cómplice de “Emilio” había pagado $ 500,00 pesos mexicanos (casi $ 18 mil pesos chilenos) al transportista para que llevara al Nirvana un paquete. No sabía el taxista que en su interior había una nueva y quizás última prueba de vida de Nancy Kendall: dos falanges de su dedo meñique de la mano izquierda y un par de cartas advirtiendo que la próxima vez aparecería cortado su cuerpo entero.
A poco de emprender el camino, el taxista se percató de que alguien lo seguía.
 “La persona que estaba en el interior de la camioneta, en el lado del conductor, se le quedó viendo el número de patente del taxi, y una vez que lo pasó, avanzó detrás de él, continuando su recorrido, incluso cuando se salió de su ruta por temor”.
 Fue entonces cuando Aguilar selló el destino de Escobar Poblete: paró en una bomba de bencina y llamó al 911. Hasta el lugar llegó la policía, incautó el paquete y registró la camioneta de “Emilio”. Encontró dos cartas escritas en francés por Nancy Kendall. Sus largos años como prófugo de la justicia llegaron a su fin. También los Guerra Fernández.

“Saquen lo del cajón”

Mientras estaba detenido por la policía municipal en espera de la ministerial, Escobar hizo dos llamadas de las cuales se rindió prueba en el juicio. “No pude llevar el encargo, saquen lo que tenemos en el cajón”, dijo en la primera. Acto seguido, se comunicó con otra persona:
 
“Ve con mi hijo Carlos, que vaya con los del departamento, me tiene la policía”.
Pese a que lo nombró, el tribunal descartó vincular al hijo mayor de los Escobar Mardones con el secuestro. El testimonio de una profesora de la hija menor, que iba a la escuela Árbol de la Vida  y que conocía a Carlos, resultó clave. “Sé que se fue a Cuba a mediados de abril”, dijo la profesional, lo que fue ratificado por otro conocido del barrio. Como, entonces, en la fecha de la llamada el hijo de “Emilio” no habría estado en México, el tribunal “consideró que esas probanzas, independiente de su veracidad, no es posible considerarlas”.
Lo que sí se dio por acreditado fue que la casa en Azucena 22 fue comprada por Ramón Guerra un año antes, y quedó a nombre de su hijo Carlos. Costó en total $ 410.000,00 ($ 14 millones en pesos chilenos) y la canceló en dos pagos, uno en efectivo y otro con cheque. A la corredora le dijo que era un regalo a su hijo por su graduación. Mientras cerraba el negocio, preguntó si podía remodelar el lugar. Los dueños dijeron que no, pues se trataba de un condominio. En el juicio, un vecino del frente contaría que sí se realizaron trabajos en la vivienda, y los peritos aseguraron que se modificó una de las piezas, se amplió para que contara con un baño y que allí había también una especie de tarima.
¿Por qué iba tanto a Azucenas 22?, preguntó la justicia al exfrentista una vez detenido.
 “Porque lo tenía rentado a dos personas que lo convencieron de alquilarlo semanalmente, por lo que, por ende, cada semana iba por el dinero del alquiler”, señala el expediente.
La explicación no era creíble y en nada coincidía con el testimonio de la señora que tenía un almacén frente a la casa. Ella contó que lo reconoció porque una vez fue a su local a comprar una serie de artículos para el aseo, y dijo que entre marzo y mayo de 2017, cuando Kendall estaba cautiva, “acudía frecuentemente por la mañana, entre 8.00 y 8.30, varias veces a la semana, y que entraba y salía de esa casa”.


El moreno

La mujer y otros testigos pudieron establecer que el domicilio era habitado por otros dos hombres: “Uno de tez blanca y el otro, moreno”.
Y la sentencia contra Escobar Poblete alude a cómplices.
 “Para mantener a la ofendida privada de libertad intervinieron al menos dos sujetos, quedando patente el actuar de cada uno de ellos, uno para abordarla al vehículo y el otro conduciendo el mismo, de los cuales se está seguro que ninguno de ellos era el acusado Raúl Escobar Poblete”.
Hasta hoy no se ha establecido la identidad de los coautores del secuestro de Nancy Kendall, pero el fiscal de Guanajuato,  Carlos Zamarripa, centró sus sospechas en el excompañero de armas de “Emilio”, Ricardo Palma Salamanca. Al igual que Escobar, Palma se instaló por años en San Miguel de Allende, y una vez descubierto “Emilio”,  escapó junto a su familia a Francia, en donde logró refugio. Pese a esto, el Ministerio Público activó una petición de extradición en su contra. En la sentencia contra Escobar, al menos, hay pocos rastros del “Negro” Palma en el secuestro, aunque sí de su vida literaria: en una de las casas de “Emilio”, allanadas, se encontró un libro de tapa roja. Era Il grande riscatto, la traducción al italiano del texto de Palma Salamanca sobre la fuga de la Cárcel de Alta Seguridad.

El caso Edwards, ruido y cobijas

Con una serie de reportajes de prensa chilena, el Ministerio Público mexicano intentó establecer  la similitud de los secuestros de Nancy Kendall y uno de los dueños de El Mercurio, Cristián Edwards. Y aunque fueron desechadas como pruebas, hay varios pasajes de la sentencia que lo abordan.
En la parte resolutiva, la sentencia alude a un reportaje de CiperChile que cuenta que Edwards estuvo cautivo en una caja de madera de dos por tres metros, que no tenía ventanas, cubiertas con caja de tipo huevo como aislante, y se le da a Escobar Poblete el rol de custodio.
El fallo sostiene, sin embargo, que ninguna autoridad judicial ha resulto su intervención en el secuestro de Cristián Edwards, por lo que “mucho menos de manera objetiva se puede establecer que sea contundente la coincidencia de la mecánica en que se llevaron ambos cautiverios”.

Se escuchó que mientras en el caso Edwards se utilizaron tarimas y cajas de huevos para aislar el sonido y al secuestrado lo sometían al ruido de música estridente, en el caso de Nancy fueron bases de cama y espuma aislante lo que se utilizó para neutralizar el ruido y nunca se habló de que se usara música estridente. Por lo que es claro que pueden existir mínimas coincidencias, pero no resultan atendibles y, sobre todo, vinculantes con el acusado Raúl Julio Escobar Poblete, como lo pretende hacer ver la fiscalía”, sostiene el fallo.

Aún así, al declarar Nancy Kendall aseguró que sus captores “ponían diferentes volúmenes de música”. Hay evidencia de que las paredes tenían vestigios de espuma aislante y en el celular que portaba “Emilio” se logró extraer un audio previo al secuestro de la mujer, en que una voz masculina sostiene “sí,  mañana temprano yo consigo las cobijas ahí para clavarlas”. 
En un segundo audio, se logra escuchar la respuesta “ok, entonces yo voy a tener las tarimas esas y ocupamos también el tapete que está allá atrás, entonces podemos poner cobijas debajo del tapete y otra cobija encima y ahí hacemos un buen acolchonamiento. ¿Vale?”.


Psicópatas

Para la comunidad de San Miguel de Allende va a ser difícil borrar de sus recuerdos el nombre de “comandante Emilio”, como llamó a Escobar Poblete la fiscalía de ese estado. Menos el crudo relato de la víctima, quien fue obligada a escribir cartas a su esposo para que pagara el rescate -comenzó en US$ 6 millones y terminó en US$ 1 millón- y  que, según ha declarado, fue “torturada”  y  expuesta desnuda ante una cámara por unas personas que calificó como “psicópatas”. “El tribunal de enjuiciamiento pudo darse cuenta del estado emocional evidentemente alterado de la ofendida, quien lloraba y hacía súplicas; es una clara muestra de que pasaba un dolor moral intenso”, dice la sentencia.

La casa de los secretos

Fue un WhatsApp. Llegó a las 16.52 del día del secuestro, al número de Tessier.

-Alain, Nancy está bien, cero policía es garantía de vida, espera comunicaciones.

Al día siguiente, un correo. “Nancy está bien, para liberarla necesitamos seis millones de dólares”. Como prueba de vida, decía: “Alain, espero que todavía te guste la casa de los secretos”, que era una denominación que la pareja daba a su casa en la playa.

Con el paso de los días, los mensajes se fueron poniendo más violentos, hasta llegar a decirle que matarían a Nancy y “harían público el proceso de negociación y resaltarían la irresponsabilidad de la policía y de él por no pagar”.

Hasta que llegó el 30 de mayo, el taxista y la intuición.

Dice la sentencia que Nancy Michel Kendall empezó a escuchar mucho ruido en la casa. Escuchó como si se llevaran muebles, envases de refrescos, y escuchó voces de gente molesta gritándose, como reclamándose. Escuchó que decían: “¡detuvieron a Ramón!”. Quince minutos después, volvía a ver la luz del sol.

“Emilio” dice que el día en que fue detenido, salió de su casa temprano para ir a la escuela “Árbol de la Vida” para firmar unos papeles de nuevas contrataciones. Él era parte del directorio. Dice que visitó a su hija que asistía a ese colegio, y se retiró del lugar pasadas las 9.30 rumbo a su tienda.  Fue entonces, dice, cuando pasó cerca de la bomba en que estaba el taxista y sintió unas sirenas y luces de la policía municipal. Escobar Poblete, en el juicio en su contra, acusó que estos lo detuvieron e incluso dijo que vio pasar al taxista que lo acusó y a otra camioneta blanca que iba tras él. “En el expediente, el taxista hace una declaración que dice que él se estaciona en la bomba número uno. ¡Mentira! -grita “Emilio”, yo me estaciono en la bomba número uno, echo gasolina, hago todo lo necesario y me voy y soy detenido”, replicó.

Pero los jueces no dieron crédito a su versión y así quedó escrito en su sentencia.

-No se puede encontrar alguna explicación a ese complot que dice el acusado fraguaron en su contra, basado en su pasado, pues este no se conoció al momento de su detención, porque hasta ese momento se ostentó como Ramón Alberto Guerra Valencia, de nacionalidad mexicana (…) El acusado miente”

La Justicia de México y los  asesinos del senador Jaime Guzman

Martes, 15 de Octubre de 2019

La Décima Sala Penal del Supremo Tribunal de Justicia de México confirmó la sentencia de 60 años de prisión por secuestro al ex frentista Raúl Escobar Poblete, conocido como el "Comandante Emilio", detenido desde mayo de 2017 en una cárcel del central estado de Guanajuato, informó la Fiscalía General de ese país. 
Escobar, condenado en Chile por el asesinato del senador y fundador de la UDI, Jaime Guzmán, en 1991, fue sentenciado en México por el secuestro agravado de una ciudadana francoamericana ocurrido el 13 de marzo de 2017 en la ciudad guanajuatense de San Miguel de Allende.
El ex guerrillero se escondió en la ciudad durante 20 años bajo la identidad falsa de Ramón Alberto Guerra Valencia, junto con algunos compañeros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) y, según la Fiscalía General del Estado de Guanajuato (FGE), continuó con su carrera delictiva con secuestros.
El "Comandante Emilio" fue detenido a finales de mayo de 2017 y se encuentra preso en el Centro de Readaptación Social (Cereso) 1000 de Valle de Santiago, en Guanajuato.
Finalmente, la Décima Sala Penal fue la encargada de confirmar la sentencia, quedando firme la condena, por lo que el ex guerrillero continuará recluido en el Centro de Readaptación Social de Guanajuato purgando su condena de 60 años.
La Justicia chilena había solicitado su extradición de Escobar por el crimen de Jaime Guzmán, la cual fue concedida en una primera instancia para luego ser suspendida debido a un recurso de amparo de la parte de su defensa del ex frentista en diciembre de 2018.




Corte Suprema confirma condena de 10 años para Marcela Mardones por homicidio de Jaime Guzmán.

JUEVES 12, MARZO 2020


La ex frentista había presentado un recurso de queja contra la Corte de Apelaciones de Santiago al considerar como un "abuso grave" que se haya calificado como terrorista el delito.
La Corte Suprema rechazó el recurso de queja presentado por Marcela Mardones Rojas, quien está condenada a 10 años de prisión, en calidad de autora del delito de atentado terrorista contra una autoridad política con resultado de muerte del senador Jaime Guzmán.
"Que, cuanto concierne a la impugnación del recurrente a la calificación de delito terrorista del ilícito establecido y a la participación atribuida a la encausada, atendido lo ya expresado, de que el recurso de queja no constituye una 'tercera instancia', destinada a revisar los supuestos fácticos establecidos por los jueces del fondo", sostiene el documento.
Mardones, también conocida como "Jimena", fue detenida en junio de 2017 en la ciudad de Puerto Montt por la Policía de Investigaciones, luego de descubrir que ingresó al país con pasaporte falso.
El fallo fue en votación unánime por la Segunda Sala del máximo tribunal, integrada por los ministros Carlos Künsemüller, Haroldo Brito, Manuel Antonio Valderrama, Jorge Dahm y Juan Manuel Muñoz Pardo, y descartó falta o abuso grave de los recurridos al calificar como terrorista el ilícito.



Corte de Apelaciones ratificó condena contra ex frentista por crimen de Jaime Guzmán.

Miércoles, 9 de Octubre de 2019 

La Corte de Apelaciones de Santiago ratificó la condena de 10 años y un día de cárcel para la ex frentista Marcela Mardones Rojas, como autora del delito de atentado terrorista con resultado de muerte por el crimen del senador de la UDI Jaime Guzmán, ocurrido en abril de 1991.
La Quinta Sala del tribunal de alzada confirmó de forma unánime el fallo que ya había dictado el ministro en visita Mario Carroza.
La ex integrante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez tenía la chapa "Ximena", fue ex pareja de Raúl Escobar Poblete, "el comandante Emilio", otro importante dirigente del FPMR y quedó detenida el 9 de junio de 2017 cuando ingresó a Chile por la zona sur con un pasaporte falso.
La ex frentista aún tiene la opción de recurrir a la Corte Suprema para intentar revertir esta condena en su contra.


Martes 16 marzo de 2021

"Fue una operación justa, del punto de vista ético": Mauricio Hernández y asesinato de Jaime Guzmán
Por Diego Vera


El exdirigente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FMPR), Mauricio Hernández Norambuena, dio una entrevista este lunes desde la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), donde cumple dos condenas de 15 años y un día de prisión, una de ellas por el asesinato del fundador de la UDI, el exsenador Jaime Guzmán.
En la entrevista dada al programa Mentiras Verdaderas de la RED, Hernández contó sobre la decisión de asesinar a Guzmán, reconociendo que fue un error político, pero que desde el punto de vista de ética de la organización sí se justificaba.
“Considero que fue un error político, porque no contribuyó a la política nuestra de colocar esa cuña de la temática de los DDHH, pero considero que fue una operación justa, del punto de vista ético, por lo que significaba él y su vinculación a las violaciones a los DDHH”, afirmó.
En la misma línea, indicó que la dirección del Frente estableció el ajusticiamiento de varios personajes involucrados con violaciones de los DDHH, como fue el mismo caso de Guzmán y que también tenían entre sus objetivos a Álvaro Corvalán y Fernando Torres.
De esta forma, Hernández explica que entre los objetivos habían “varios generales del Ejército, de la DINA, el fiscal (militar Fernando) Torres, estaba (el ex jefe operativo de la CNI, Álvaro) Corvalán. Había algunos civiles, como (el exministro del Interior) Sergio Fernández y Jaime Guzmán. El ajusticiamiento de Guzmán (en 1991) fue realizado en ese marco”.
“Esa decisión fue porque ya sabíamos lo que era la ‘justicia en la medida de lo posible’, porque nos parecía una vergüenza, se estaba ya decidiendo por la impunidad, y nosotros no lo aceptábamos. Dentro de esa campaña el nombre de Jaime Guzmán es situado como uno de los objetivos dentro de una serie de otros nombres”, justificó el ‘comandante Ramiro’.
La entrevista dada por Hernández Norambuena, ocurre dos semanas luego que el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago admitiera a trámite una querella por torturas interpuesta por el ex miembro del FPMR, en contra de los gendarmes a cargo de su custodia que resulten responsables del mencionado delito.





Corte Suprema confirma condena de 10 años para Marcela Mardones por homicidio de Jaime Guzmán.

JUEVES 12, MARZO 2020


La ex frentista había presentado un recurso de queja contra la Corte de Apelaciones de Santiago al considerar como un "abuso grave" que se haya calificado como terrorista el delito.
La Corte Suprema rechazó el recurso de queja presentado por Marcela Mardones Rojas, quien está condenada a 10 años de prisión, en calidad de autora del delito de atentado terrorista contra una autoridad política con resultado de muerte del senador Jaime Guzmán.
"Que, cuanto concierne a la impugnación del recurrente a la calificación de delito terrorista del ilícito establecido y a la participación atribuida a la encausada, atendido lo ya expresado, de que el recurso de queja no constituye una 'tercera instancia', destinada a revisar los supuestos fácticos establecidos por los jueces del fondo", sostiene el documento.
Mardones, también conocida como "Jimena", fue detenida en junio de 2017 en la ciudad de Puerto Montt por la Policía de Investigaciones, luego de descubrir que ingresó al país con pasaporte falso.
El fallo fue en votación unánime por la Segunda Sala del máximo tribunal, integrada por los ministros Carlos Künsemüller, Haroldo Brito, Manuel Antonio Valderrama, Jorge Dahm y Juan Manuel Muñoz Pardo, y descartó falta o abuso grave de los recurridos al calificar como terrorista el ilícito.



Corte de Apelaciones ratificó condena contra ex frentista por crimen de Jaime Guzmán.

Miércoles, 9 de Octubre de 2019 

La Corte de Apelaciones de Santiago ratificó la condena de 10 años y un día de cárcel para la ex frentista Marcela Mardones Rojas, como autora del delito de atentado terrorista con resultado de muerte por el crimen del senador de la UDI Jaime Guzmán, ocurrido en abril de 1991.
La Quinta Sala del tribunal de alzada confirmó de forma unánime el fallo que ya había dictado el ministro en visita Mario Carroza.
La ex integrante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez tenía la chapa "Ximena", fue ex pareja de Raúl Escobar Poblete, "el comandante Emilio", otro importante dirigente del FPMR y quedó detenida el 9 de junio de 2017 cuando ingresó a Chile por la zona sur con un pasaporte falso.
La ex frentista aún tiene la opción de recurrir a la Corte Suprema para intentar revertir esta condena en su contra.


Martes 16 marzo de 2021

"Fue una operación justa, del punto de vista ético": Mauricio Hernández y asesinato de Jaime Guzmán
Por Diego Vera


El exdirigente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FMPR), Mauricio Hernández Norambuena, dio una entrevista este lunes desde la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), donde cumple dos condenas de 15 años y un día de prisión, una de ellas por el asesinato del fundador de la UDI, el exsenador Jaime Guzmán.
En la entrevista dada al programa Mentiras Verdaderas de la RED, Hernández contó sobre la decisión de asesinar a Guzmán, reconociendo que fue un error político, pero que desde el punto de vista de ética de la organización sí se justificaba.
“Considero que fue un error político, porque no contribuyó a la política nuestra de colocar esa cuña de la temática de los DDHH, pero considero que fue una operación justa, del punto de vista ético, por lo que significaba él y su vinculación a las violaciones a los DDHH”, afirmó.
En la misma línea, indicó que la dirección del Frente estableció el ajusticiamiento de varios personajes involucrados con violaciones de los DDHH, como fue el mismo caso de Guzmán y que también tenían entre sus objetivos a Álvaro Corvalán y Fernando Torres.
De esta forma, Hernández explica que entre los objetivos habían “varios generales del Ejército, de la DINA, el fiscal (militar Fernando) Torres, estaba (el ex jefe operativo de la CNI, Álvaro) Corvalán. Había algunos civiles, como (el exministro del Interior) Sergio Fernández y Jaime Guzmán. El ajusticiamiento de Guzmán (en 1991) fue realizado en ese marco”.
“Esa decisión fue porque ya sabíamos lo que era la ‘justicia en la medida de lo posible’, porque nos parecía una vergüenza, se estaba ya decidiendo por la impunidad, y nosotros no lo aceptábamos. Dentro de esa campaña el nombre de Jaime Guzmán es situado como uno de los objetivos dentro de una serie de otros nombres”, justificó el ‘comandante Ramiro’.
La entrevista dada por Hernández Norambuena, ocurre dos semanas luego que el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago admitiera a trámite una querella por torturas interpuesta por el ex miembro del FPMR, en contra de los gendarmes a cargo de su custodia que resulten responsables del mencionado delito.


El secuestro de una mujer en la localidad de San Miguel de Allende, en Guanajuato, es el delito por el cual Raúl Escobar Poblete, conocido como "comandante Emilio", fue sentenciado a 60 años por la justicia mexicana. De acuerdo a los antecedentes que se manejan en el país, Escobar no actuó solo, sino acompañado por dos chilenos y una española.

 "Participaba junto a su ex esposa, Marcela Mardones, ahora detenida en Chile, y su última pareja, Isabel Mazarro, hoy en Barcelona, España. La tercera persona involucrada es Ricardo Palma Salamanca, de quien tenemos referencia pidió asilo al gobierno de Francia para permanecer allí", dijo el fiscal general del Estado de Guanajuato, Carlos Zamarripa, a La Tercera. 

Por eso es que iniciaron las gestiones para lograr la detención de Palma Salamanca, con el objetivo de juzgarlo en México, noticia que fue celebrada por el diputado UDI, Issa Kort.

"Valoramos profundamente el actuar de la justicia mexicana, pero sobre todo esperamos que las cortes de ese país pidan a Francia la extradición", señaló. A su juicio, la noticia "demuestra que las células del grupo terrorista del Frente Patriótico Manuel Rodríguez no fueron desactivadas". 
"Lamentablemente, ellos mantuvieron su actuar delictivo y terrorista en otros países tras el asesinato del senador Jaime Guzmán", aseguró Kort. Con una eventual detención, el parlamentario espera que Palma Salamanca "dé cuenta de su actuar".
 "No es víctima de nada, es un terrorista condenado y confeso, y que además tiene implicancias en delitos cometidos en otros países, delitos tan graves como lo es un secuestro", señaló.

Además, afirmó que Palma Salamanca y los demás involucrados "no son personas que merezcan la protección política de un Estado: son personas que han hecho del terrorismo una forma de vida", concluyó.




Entre los historiadores que se han dedicado a investigar la historia reciente, Cristián Pérez (UDP) es una de las voces autorizadas para hablar de los grupos revolucionarios de la izquierda chilena en los tiempos del régimen militar y los inicios de la democracia. Autor de Vidas Revolucionarias, y de Cerca de la Revolución -ambos textos en que el FPMR tiene un papel central-, el académico aborda el asilo que Francia concedió al ex combatiente Ricardo Palma Salamanca, a pocas semanas de que la justicia de ese país resuelva la solicitud de extradición que Chile hizo del ex frentista.

“Cuando hablamos de Frente, del Negro Palma y del caso Guzmán, estamos hablando de una escisión del FPMR que fue la fuerza militar del Partido Comunista”, aclara de entrada Pérez. “El año 87, una parte importante del grupo se separa del partido, entonces la primera gran cuestión es que los comunistas en este asunto no tienen participación alguna. Entonces cuando se habla del mundo del Frente se habla de este grupo que se desmovilizó al inicio de la democracia. Terminó su vida ahí”, dice.
“Fue un grupo que tuvo corta duración; entre el 83 y 97, y luego hasta el 90 más menos, en forma autónoma.

 Entonces, mi sensación -no he conversado con nadie estos días- es que deben tener alegría y tranquilidad porque ven que uno de los suyos va estar contar tranquilidad viviendo en Francia. Y lo ven como premio a la coherencia, de haber vivido y actuado de ese modo en circunstancias muy complejas. Ellos también piensan que  es merecido este asilo, debido a la forma en que forma detenido el Negro, y a la forma en que fue torturado también. Fue procesado por ley Antiterrorista en la época de Pinochet, y estos elementos hacen pensar a la gente del grupo que es un asilo político merecido.

Lo mismo con Silvia Brzovic, su ex pareja.

Ella tiene una participación menor en todos estos hechos, si es que la tiene. Nunca ha figurado como una persona importante. De hecho, ellos no eran combatientes muy centrales, sino que formaban parte de una célula, no eran jefes ni mucho menos. El Negro era un subordinado de Ramiro. Esto es lo que parece, porque él nunca ha dicho que era el jefe.

¿Por qué se podría afirmar que este grupo se desmoviliza el 90?

Bueno, porque la realidad es más poderosa que cualquier cosa.  El 88 el pueblo chileno votó por el fin de la dictadura, asumió un gobierno democrático, y poco a poco, estos grupos marginales como el Lautaro o el Frente, comienzan a ver la realidad: que no Chile no estaba para una aventura militarista, sino que todo se iba a encausar en una lucha democrática. Creo que después del crimen de Guzmán, ellos prácticamente no realizan acciones, salvo el escape de la cárcel, donde sacan a los combatientes. Por lo tanto, se puede afirmar que dejan de existir como estructura, como orgánica. Esa es la última vez donde demuestran capacidad organizativa.

Lo que hemos sabido después es que sobrevivieron en parte haciendo secuestros.

Ramiro (Hernández Norambuena) está detenido por eso en Brasil, pero se sabe poco de eso. Desde el punto de vista de la historia, los historiadores no lo conocemos todavía. Al parecer, en algún instante ellos –Ramiro y su grupo- trabajaron con el ELN colombiano en una célula que realizaba algún tipo de secuestros para Colombia. Pero no está probado. Eso habría sido a mediados de los noventa, después de la fuga.

Para la historia de la izquierda chilena, que se otorgue asilo a Palma Salamanca y el resto de los frentistas emblemáticos tampoco está en Chile, ¿cómo se toma? ¿Es un triunfo de un sector?

Cuando hablamos de izquierda hablamos de la izquierda tradicional, formada por el PC y el PS, cuya gran vitoria es Salvador Allende. En una perspectiva histórica, el crimen de Guzmán, el escape de la cárcel o el asilo son historias bastante marginales respecto de la historia de la izquierda. La gran historia de la izquierda es con el triunfo de Allende y lo que pasa esos tres años, luego el golpe y la sobrevivencia en la clandestinidad.

El asilo de Palma va a ser un hecho anecdótico en la historia los próximos años, por muy importante que sea para la política chilena hoy. No desconozco que es un tema relevante, pero en el contexto general es bien menor.

Las declaraciones que ha hecho Palma, e incluso antes otros miembros del Frente, revelan una visión bastante atrasada de la democracia en Chile. ¿Es así?

Estas personas ven que en Chile no existe una democracia real que les permita vivir en este país libremente sin ser molestados. Ellos tienen desconfianza de las  FF.AA., de las institucionales policiales, una visión un poco atrasada, pero que se sustenta en hechos que ellos vivieron; ellos fueron detenidos en democracia y fueron tratados cruelmente en democracia. Ven que aquí que hay una sombra de democracia, pero una democracia real que les permite insertarse.

Pero cómo se inserta una persona que tiene que venir a cumplir una condena…

Me parece haber leído por ahí que estos estarían prescritos, pero no soy abogado. Pero más allá de eso,  la visión que ellos tienen es esa.  En una parte minoritaria del exilio de los chilenos en los 70, que se quedó en Europa, piensa que no hay aquí una democracia verdadera.  A mí me ha tocado verlo con mis y trabajos de entrevistas a lo largo de todos estos años.

¿Qué relación, si es que hay, tiene Cuba con la vida de los frentistas en la clandestinidad? ¿O ahora, por ejemplo con los Palma en Francia? En el caso de Marcela Mardones, ella pasó a dejar a sus hijos allá antes de venir a Chile a entregarse.

No creo que esté apoyando a estas personas. Si ella pasó a dejar a sus hijos, quizás es porque tiene algún familiar o amigos que los pueden cuidar.  Pero en otra dimensión de la historia, Cuba termina todo contacto con ellos cuando en los 90 son invitados a abandonar el país. Además, creo que están más preocupados de romper el bloqueo y tener contactos comerciales con Chile y el mundo, más que estar ayudando a grupos de ex guerrilleros.


11.11.2018 
El desconocido encuentro entre Palma y Boric cuando solicitaba asilo a Francia
La cita duró cerca de 30 minutos y tenía el objetivo de poder escuchar la historia del exfrentista.

El ex frentista condenado por el asesinato del senador Jaime Guzmán, Ricardo Palma Salamanca, se encuentran viviendo hace un año en Francia, donde esta semana le fue concedido el asilo político por la Oficina Francesa de Protección de Refugiados y Apátridas (OFPRA).

Este beneficio neutraliza la petición de extradición a Chile de uno de los participantes de la denominada “Fuga del siglo”, quien junto a otros militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), lograron escapar desde el patio de la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago l en una canasta blindada sostenida por un helicóptero en 1996.

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 “Después de 26 años de persecución, hoy podemos respirar tranquilos”

Luego de que las autoridades mexicanas detuvieran en un megaoperativo por secuestro al ciudadano mexicano Ramón Alberto Guevara Valencia, conocido como el “comandante Emilio”, exfrentista condenado como autor material del homicidio de Guzmán, tramitaron la solicitud de asilo francesa, la que fue concedida finalmente el 31 de octubre de 2017.

EL ENCUENTRO

Los primeros días de septiembre en París, Palma Salamanca tuvo la visita del diputado Gabriel Boric (MA), con quien se reunió por cerca de 30 minutos, donde conversaron sobre su entonces solicitud de asilo, ya que al momento de la reunión, el exfrentista se encontraba con firma diaria en Francia.

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“Es destemplada y vergonzosa”

Con la idea de conocer su historia y por la curiosidad de estar frente a “El Negro”, uno de los frentistas condenado como autor material del asesinato del senador y fundador de la UDI, Jaime Guzmán, y prófugo de la justicia chilena, llegó Boric a Francia tras el enlace de una dirigente del Frente Amplio que vive ahí.


“A través de la representante de la familia Palma-Brzovic, María Paz Santibáñez (pianista chilena baleada en la cabeza durante una protesta en 1987, durante la dictadura militar), surgió la posibilidad de, en el intertanto de una escala en París en el regreso de un viaje oficial a Palestina, poder reunirse con Ricardo Palma para escuchar su historia, señaló Boric a La Tercera.

“Sigo sosteniendo, tal como lo he hecho desde un comienzo, que el crimen del senador Jaime Guzmán no es justificable, pero que la solicitud de asilo, tal como lo entendió la OFPRA, se sustentaba en el hecho de que la justicia chilena había sido cómplice de la dictadura e ignominia ante las violaciones a los derechos humanos, y que a principios de los años 90 la composición del Poder Judicial era prácticamente la misma de aquella época, por lo que no existían garantías para un juicio justo”, sostuvo Boric a La Tercera.

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 “Es un crimen que no admite justificación”
Este no fue el único encuentro que sostuvo Palma Salamanca con un dirigente chileno, ya que a principios de octubre el exministro y exsenador PPD Sergio Bitar tuvo la oportunidad de estrechar su mano.
La cita ocurrió en un cóctel de residentes chilenos a un restaurante de París, donde Bitar fue invitado, por lo que cuando supo que entre los presentes estaba el exfrentista, también sintió la curiosidad por conocerlo.


Condena a Marcela Mardones a 10 años como autora de homicidio de Jaime Guzmán



Este miércoles 14 MARZO 2018   el Ministro de Corte de Apelaciones de Santiago en visita Mario Carroza condenó a Marcela Mardones a 10 años y un día de presidio como autora de homicidio terrorista de senador Jaime Guzmán.
Mardones, cuya chapa era “Ximena” es la pareja de Raúl Escobar Poblete, conocido como el “Comandante Emilio”.
Mardones regresó a Chile el viernes 9 de junio de 2017 y, tras pisar territorio nacional, fue detenida por efectivos de la PDI. Sobre la mujer existía una orden de captura por su participación en el homicidio del senador UDI Jaime Guzmán, en 1991.
“Recibí indicaciones para el 1 de abril de 1991 (día del homicidio de Jaime Guzmán) y se me pidió que al ir a la universidad, y a determinada hora, esperar en un paradero y verificar en calle Regina Pacis si un taxi estaba ahí. Recuerdo que entré a la universidad y salí a cumplir con mi cometido. Si estaba el auto debía estar ahí con el delantal, si no estaba el auto no recuerdo si debía irme o sacarme el delantal”, relató Mardones en su declaración a la que en su minuto tuvo acceso La Tercera.
Agregó que “recuerdo haber seguido las instrucciones porque el auto estaba ahí en el lugar. Recuerdo que estando en el lugar quedó la escoba e hice lo que todo el mundo hizo, esto es tirarse al suelo, porque comenzaron a sentir disparos contra un vehículo. En ese instante pasó una micro que iba a Pedro de Valdivia, muchos de los que estábamos en el paradero nos subimos y nos fuimos. Llegué hasta Pedro de Valdivia y ahí pasó una micro que tomé hasta donde yo vivía. A su pregunta, yo vi cuando le dispararon a Jaime Guzmán. El auto al que me refiero fue un taxi y por lo que recuerdo estaba sin chofer, y supongo es el auto en que iban a escapar”, asegura la ex FPMR.
Respecto de si los identificó, indicó que “no puedo precisar quien disparó. No tengo las imágenes muy claras. Ese hecho me tomó por sorpresa”.
Agregó que “recuerdo unas imágenes vagas de dos hombres corriendo hacia la calle Regina Pacis en dirección al auto que debía verificar y que sirvió para escapar”.


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