martes, 30 de abril de 2019

Primeros lideres coreanos nacidos después de la división península.-a



Jefes de Estado nacidos después del nacimientos de los estados  coreanas en 1948.

Choe Ryong-hae, primer Jefe de Estado norcoreano nacido después de la división de Corea.


(Hwanghae del Sur, 15 de enero de 1950) es un político y militar norcoreano, que ha sido miembro del Presidium y la Secretaría del Partido del Trabajo de Corea. Es el primer jefe de Estado de la república  nacido después de la división de corea en dos estados;

Biografía

Nació en el condado de Sinchon, provincia de Hwanghae del Sur, el 15 de enero de 1950. Es hijo de Choe Hyon, que se desempeñó como ministro de defensa de Corea del Norte entre 1968 y 1976. Se unió al Ejército Popular de Corea en 1967 y se graduó de la Universidad Kim Il-sung como experto político y económico.
En la década de 1980, fue miembro destacado de la Liga de Jóvenes Trabajadores Socialistas, siendo su vicepresidente desde 1981 y presidente de 1986; cuando se reformó en la Liga de la Juventud Socialista Kim Il-sung en 1996, fue nombrado primer secretario. En 1986, también fue elegido diputado de la Asamblea Suprema del Pueblo, miembro del Presidium de la Asamblea y miembro de pleno derecho del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea. En la década de 1990, también dirigió la Asociación de Fútbol de Corea del Norte y la Asociación de Jóvenes Coreanos de Taekwondo. Fue galardonado con el título Héroe de la RPDC en 1993.
Fue reemplazado como primer secretario de la Liga Juvenil por Ri Il-hwan en la 14ª sesión plenaria del Comité Central de la liga (enero de 1998), oficialmente «debido a su enfermedad». Otras fuentes indicaron que las auditorías rutinarias del partido descubrieron que estaba vendiendo chatarra a compradores extranjeros sin permiso oficial. Fue sentenciado a ejecución pero Kim Kyong-hui, hermana del entonces líder Kim Jong-il, intervino para salvarle la vida.
No recibió atención pública particular hasta la muerte de Kim Jong-il en diciembre de 2011. Choe fue visto entonces como un actor clave para asegurar el liderazgo de Kim Jong-un. En abril de 2012, recibió importantes ascensos como el grado de Vice Mariscal, la membresía del Presidium del Comité Central del Partido, vicepresidente de la Comisión Militar Central, director del Buró Político General del Ejército y miembro de la Comisión Nacional de Defensa.
En diciembre de 2012, fue degradado supuestamente a General, ya que apareció en una reunión nacional de generales del ejército celebrada en el primer aniversario de la muerte de Kim Jong-il el 16 de diciembre y en una ceremonia en el Palacio del Sol de Kumsusan; aunque vistió la insignia de vice mariscal en el mitin que celebró el exitoso lanzamiento de la Unidad 2 del Kwangmyŏngsŏng-3.​ Esto sería concurrente con la degradación de Hyon Yong-chol al mismo rango y la destitución de Kim Jong-gak como ministro de Defensa. Choe fue visto inexplicablemente con la insignia de vice mariscal nuevamente en una reunión en febrero de 2013.


A principios de 2014, estuvo notablemente ausente en varios eventos públicos a los que normalmente asistía con el líder supremo. En marzo de 2014, se informó que había sido encarcelado y estaba siendo interrogado. Fue visto más tarde caminando en público cojeando.​
Fue nombrado vicepresidente de la Comisión Nacional de Defensa en abril de 2014,​ pero fue reemplazado por el recién nombrado Vice Mariscal Hwang Pyong-so,12​ y fue oficialmente degradado de la Comisión tras desempeñar el cargo durante solo cinco meses, terminando así su participación en asuntos militares.
La agencia de noticias de Corea del Norte informó más tarde que era secretario del partido a cargo de organizaciones sociales y presidente de la Comisión Estatal de Cultura Física y Deportes, un puesto anteriormente en manos de Jang Song-thaek. En ese cargo formó parte de una delegación norcoreana que asistió a la ceremonia de clausura de los Juegos Asiáticos de 2014 en Incheon, Corea del Sur. También regresó al Presidium a fines de octubre.​ Fue reelecto como miembro del Presidium en el séptimo Congreso del Partido en mayo de 2016. En noviembre de 2014, envió una carta de Kim Jong-un a Vladímir Putin.
En enero de 2015, se informó que el segundo hijo de Choe, Choe Song, se había casado con la hermana menor de Kim Jong-un, Kim Yo-jong.
En 2017, fue designado en la Comisión Militar Central del partido.En octubre de 2017 fue nombrado director del Departamento de Organización y Orientación. Es Presidente de la Asamblea Suprema del Pueblo desde el 11 de abril de 2019, Presidente de la asamblea es jefe de estado del País.


Park Geun-hye.


Park Geun-hye es una política surcoreana. Fue presidente de Corea del Sur desde el 25 de febrero de 2013 hasta el 9 de diciembre de 2016 (de hecho), cuando el Parlamento votó destituirla, o hasta el 10 de marzo de 2017 (de jure), cuando el Tribunal Constitucional confirmó la destitución

Park Geun-hye nació el 2 de febrero de 1952 en la ciudad surcoreana de Daegu. Su padre fue el Presidente y dictador Park Chung-hee. Park Geun-hye se graduó en Ingeniería Eléctrica. En 1974 su madre murió por un atentado, y desde entonces Park actuó de Primera Dama de su padre, hasta que en 1979 él también murió por un atentado, llevado a cabo por su propio jefe de servicio secreto.
En 1998 Park Geun-hye ocupó por primera vez un escaño en la Asamblea Nacional, el Parlamento unicameral de Corea del Sur, y volvió a ser elegida varias veces. Además, encabezó un comité de su partido, el Saenuri. El 19 de diciembre de 2012 ganó las elecciones presidenciales de Corea del Sur, y el 25 de febrero de 2013 se convirtió en la primera mujer en tener el cargo de Presidente del país.
El 9 de diciembre de 2016 el Parlamento votó destituirla por haber cedido demasiado poder político a una amiga suya, Choi Soon-sil. El 6 de marzo de 2017 se les acusa a Park y Choi ante un tribunal de haber recibido sobornos de la empresa surcoreana Samsung, fabricante de semiconductores y aparatos electrónicos, y del grupo Lotte, un conglomerado en el comercio al por menor. El 6 de abril de 2017 se le condena a Park a 24 años de cárcel por haber aceptado sobornos y por abuso de poder.

Con las investidura de estos dos jefes de estado coreanos, se consolida la división de corea, desapareció las generaciones que tiene la vivencia de la corea unificada; ambos jefes de estado nacieron y criaron en estados coreanos ya formados.



La batalla por la lengua: el paralelo 38 de Corea.
de Alessandra Tamponi


Setenta años después del armisticio que marcó la separación, Pyongyang castiga con severas penas la difusión del coreano hablado en Seúl entre la población de la República Popular Democrática. Una forma de limitar la influencia del Sur, pero la cultura popular del Hallyu también está cada vez más presente en el Norte y puede desempeñar un papel clave entre las generaciones más jóvenes.

Milán (AsiaNews) - Corea conmemora este mes el 70 aniversario del armisticio que marcó su división, en un clima que en los últimos años estuvo caracterizado por el recrudecimiento del enfrentamiento entre Pyongyang y Seúl. Pero más allá de los discursos públicos y las pruebas de misiles, existe una frontera muy especial a través de la cual es posible observar las relaciones entre las dos Coreas: la de la lengua.
Durante su octava sesión, que se celebró entre el 17 y el 19 de enero de 2023, la XIV Asamblea Popular Suprema (APS) aprobó la Pyongyang Cultural Language Protection Act (Ley de Protección de la Lengua Cultural de Pyongyang). La nueva legislación que, como su nombre indica, pretende preservar la versión norcoreana del coreano, prevé penas muy severas para cualquier ciudadano que sea descubierto utilizando o difundiendo términos pertenecientes al dialecto de Seúl que la normativa denomina “Puppet Language", es decir, la lengua de las marionetas.
Se trata de la medida más reciente para hacer frente a la difusión de la cultura surcoreana en el país, persiguiendo a todos aquellos que hablen, imiten, enseñen o difundan elementos lingüísticos pertenecientes a Corea del Sur, con penas que pueden ir desde trabajos forzados hasta la ejecución, que se menciona explícitamente en el artículo 6 del documento.
El tema de la pertenencia lingüística es delicado para el Norte, que durante décadas ha tomado diversas medidas para eliminar cualquier forma de influencia extranjera del país. El coreano como componente cultural fue muy politizado. En la década de 1960, Kim Il Sung reconoció la lengua y su difusión como un arma importante para fomentar la educación de las masas en una ideología común y, en consecuencia, se convirtió en el principal vector para la creación de una sociedad socialista coreana. Durante las décadas de separación, el coreano que se habla en el Norte y el que se habla en el Sur han experimentado una evolución diferente, aunque siguen siendo la misma lengua.

Por un lado está el coreano de Seúl, que sólo eliminó parcialmente los términos extranjeros heredados de Japón durante el periodo colonial y asimiló lentamente los términos anglosajones. Por otro, está el coreano de Pyongyang, que fue purgado de casi todas las influencias lingüísticas extranjeras (a menudo chinas y japonesas). Para el Norte, preservar la pureza de su lengua es una forma de preservar su unidad ideológica; no es de extrañar, por tanto, que desde Kim Il Sung hasta Kim Jong Un, las medidas para aislar culturalmente al Norte hayan sido una parte importante de la política nacional.
La propia Pyongyang Cultural Language Protection Act complementa una ley anterior que se aprobó en 2020, la Anti Reactionary Thought Law (Ley contra el Pensamiento Reaccionario). Con la ley de 2020, el gobierno pretendía aplicar soluciones para limitar la difusión de materiales importados ilegalmente del extranjero en Corea del Norte. En 2022, se anunció la ejecución pública de dos adolescentes, de entre 16 y 17 años, que habían sido sorprendidos intentando vender en el mercado local memorias USB con material multimedia de contrabando procedente de Corea del Sur y Occidente.
Sin embargo, limitar por completo el contagio cultural en el país no es realista ni posible. Si en Occidente el fenómeno del Hallyu -la difusión de la cultura coreana (Korean Wave) a escala internacional- despegó significativamente hace poco más de una década, en Corea del Norte el contagio cultural a través de películas, música, k-dramas, libros, cosméticos, introducidos de contrabando en el país y vendidos en el mercado negro existe desde principios de la década de 2000 y su difusión resultó más fácil gracias a la revolución digital. En la actualidad, la Generación Jangmadang (los nacidos en la década de 1990) es la más influenciada por ella y se ha convertido en la protagonista de la difusión del idioma, que es posible gracias al material de contrabando que el Gobierno intenta detener.

Para Seúl, el fenómeno de la Korean Wave ha demostrado ser una importante fuente de soft power que permitió la difusión y popularización de su cultura en el extranjero, lo que supuso un importante crecimiento económico para los sectores afectados y también contribuyó al estudio del coreano a nivel internacional. En 2022, el coreano era el séptimo idioma más estudiado en la aplicación Duolingo, por encima del mandarín. Pero en el caso de Corea del Norte, el fenómeno podría tener otras ventajas.
La difusión de la cultura y el dialecto de Seúl a Pyongyang -especialmente entre las generaciones que ahora están históricamente alejadas de la revolución socialista y que ven la vida y el sistema social representados a través de los medios de comunicación extranjeros como una alternativa atractiva respecto a lo que viven en su propio país- podría constituir la base para fragmentar la identidad ideológica del Norte haciendo que la ventaja nuclear sea menos relevante de lo que es hoy. Por tanto, no es de extrañar la dura represión incluso en un terreno como la lengua.
Sin embargo, el peso del coreano en el Hallyu podría revivir el papel unificador que la lengua ya desempeñó con la introducción del sistema de escritura que hoy conocemos. El hangul -ideado en 1443 durante el reinado de Sejong- se diseñó con el objetivo específico de facilitar el aprendizaje del coreano escrito mediante la introducción de un alfabeto fonético en lugar de los caracteres chinos. El objetivo ya entonces era que la población en general lo aprendiera, simplificando la comunicación y el entendimiento cultural, como se desearía que ocurriera hoy entre Seúl y Pyongyang.

jueves, 25 de abril de 2019

Giovanni Gentile.-a

Giovanni Gentile

Biografía.

(Castelvetrano, 1875 - Florencia, 1944) Filósofo y escritor italiano. Terminó sus estudios de filosofía en 1897 y entró inmediatamente en la enseñanza; desde 1906 ejerció como profesor universitario. Ésta fue también la fecha del comienzo de su colaboración y amistad con Benedetto Croce, que acababa de fundar La Critica. En 1917 se instaló en Roma, donde su actividad de sabio profesor se vio casi suplantada por otra fuerte pasión: la política. Desde 1920 Mussolini recurrió a la competencia de Gentile y le nombró ministro de Instrucción Pública (1922).
A su paso por el gobierno se debe una de las más radicales reformas de la enseñanza, fundada en una nueva orientación de los estudios y no en una modificación de los reglamentos administrativos. Gentile fue nombrado senador en 1925, y creó diversos organismos de cultura que dirigió o presidió, en tanto que iba acumulando honores. Al caer el régimen fascista se mantuvo fiel al mismo, y una vez restaurado apoyó el gobierno republicano, del cual aceptó algunos cargos; pero su Discurso a los italianos, pronunciado el 24 de junio de 1943 en el Capitolio, le creó enemigos aun en su propio campo, y casi un año después cayó asesinado por un desconocido a la puerta de su casa.
Autor fecundo, Giovanni Gentile fue ante todo un filósofo. Partió de la reforma de la dialéctica de Hegel, la cual, según sus propias palabras, significaba la aceptación de este concepto fundamental: la historia se identifica con el pensamiento actuante o con la filosofía. Por este camino desembocó en su doctrina del "actualismo", que expuso en su obra Teoría general del espíritu como acto puro (1916), dedicada a Croce.
En esa época graves divergencias ya habían separado a los dos amigos en el terreno filosófico, a pesar de su común aversión por el positivismo y el empirismo. Gentile tendía a aproximarse a Giambattista Vico y alcanzaba progresivamente el desarrollo final de su doctrina en el tratado de lógica: Sistema de lógica como teoría del conocimiento (1917-23), y luego en el tratado de estética: La filosofía del arte (1931). Aparte de sus numerosas obras, dirigió la edición de varios autores (Giordano Bruno y Baruch Spinoza, entre otros) y fue director técnico de la Enciclopedia italiana.

Asesinato.

Miembro del Gran Consejo Fascista, permaneció fiel a Mussolini después de la creación de la República Social Italiana. El 24 de junio de 1943 pronunció su Discurso a los italianos donde señaló los errores en que había caído el fascismo y pidió la unidad de todos los italianos fueran fascistas o no.​ Fue asesinado en abril de 1944 por partisanos (miembros de la resistencia antifascista) dirigidos por Bruno Fanciullacci, gracias a la ayuda de Teresa Mattei (quien conocía personalmente a Gentile por haber sido su discípula en la Universidad de Florencia), cuando Gentile se dirigía a interceder por un grupo de docentes y estudiantes universitarios que habían sido acusados de actividades antifascistas.
 Su asesinato dividió al frente antifascista. Fue desaprobado por la rama toscana de la CLN con la única excepción del Partido Comunista Italiano, que aprobó el asesinato y se atribuyó su responsabilidad. Mussolini ordenó una investigación sospechando que un grupo de fascistas contrarios a Gentile habían realizado el asesinato, pero dicha hipótesis fue desestimada.

Obras.

De carácter filosófico en general

L'atto del pensare come atto puro (1912)
La riforma della dialettica hegeliana (1913)
La filosofia della guerra (1914)
La teoria generale dello spirito come atto puro (1916)
I fondamenti della filosofia del diritto (1916)
Sistema di logica come teoria del conoscere (1917-1922)
Guerra e fede (1919)
Dopo la vittoria (1920)
Discorsi di religione (1920)
Il modernismo e i rapporti tra religione e filosofia (1921)
Frammenti di storia della filosofia (1926)
La filosofia dell'arte (1931)
Introduzione alla filosofia (1933)
Genesi e struttura della società (póstumo, 1946)

De carácter historiográfico.

Delle commedie di Antonfrancesco Grazzini detto il Lasca (1895)
Rosmini e Gioberti (1898, tesis doctoral)
La filosofia di Marx (1899)
Dal Genovesi al Galluppi (1903)
Bernardino Telesio (1911)
Studi vichiani (1914)
Le origini della filosofia contemporanea in Italia (1917-1923)
Il tramonto della cultura siciliana (1918)
Giordano Bruno e il pensiero del Rinascimento (1920)
Frammenti di estetica e letteratura (1921)
La cultura piemontese (1922)
Gino Capponi e la cultura toscana del secolo XIX (1922)
Studi sul Rinascimento (1923)
I profeti del Risorgimento italiano: Mazzini e Gioberti (1923)
Bertrando Spaventa (1924)
Manzoni e Leopardi (1928)
Economia ed etica (1934)
Studi su Dante (1965; editado por Vito A. Bellezza)

De carácter pedagógico.

L'insegnamento della filosofia nei licei (1900)
Scuola e filosofia (1908)
Sistema di pedagogia come scienza filosofica (1912)
I problemi della scolastica e il pensiero italiano (1913)
Il problema scolastico del dopoguerra (1919)
La riforma dell'educazione (1920)
Educazione e scuola laica (1921)
La nuova scuola media (1925)
La riforma della scuola in Italia (1932)

Durante el fascismo.

Manifesto degli intellettuali del fascismo (1925)
Che cos'è il fascismo (1925)
Fascismo e cultura (1928)
Origini e dottrina del fascismo (1929)
La mia religione (1943, discurso en Florencia)
Discorso agli Italiani (1943, discurso en Roma)


no figura

Diccionario filosófico marxista · 1946

no figura

Diccionario filosófico abreviado · 1959

Giovanni Gentile (1875-1944)

Filósofo y político italiano, profesor de la Universidad de Roma, ministro de Instrucción Pública en el gobierno de Mussolini. En su trabajo La filosofía de Marx (1899), criticó el marxismo. Gentile sometió igualmente a revisión la doctrina de Hegel eliminando de ella la naturaleza y la idea objetiva, elaboró el sistema del “actualismo”, variedad subjetivo-idealista del neohegelianismo. Todo cuanto existe, según Gentile, es resultado del movimiento del pensamiento pensante. El pensamiento siempre es actual, activo; su creación no se halla vinculada a condiciones de espacio y tiempo. La materia por él engendrada es muerta, inerte, aunque forma una unidad con el pensamiento. Para evitar el solipsismo, Gentile introduce el concepto del “Yo” universal. La realidad no es idéntica a las ideas de la conciencia individual, sino que es el pensamiento puro del principio supraindividual, trascendental, en el universo, principio que en el proceso de formación supera todas las contradicciones. En sus concepciones político-sociales, Gentile evolucionó del liberalismo al fascismo. El subjetivismo y el voluntarismo de su filosofía se convirtieron en uno de los fundamentos de la ideología del fascismo italiano. Trabajos principales: La reforma de la dialéctica hegeliana (1913), El sistema de la lógica como teoría del conocer (1917).

Diccionario filosófico · 1965:202

Giovanni Gentile (1875-1944)

Filósofo y político italiano, Ministro de Educación en el gobierno de Mussolini. En la obra La filosofía de Marx (1899) sometió a crítica el marxismo. Gentile revisó también la doctrina de Hegel y creó el sistema del “actualismo”, variedad idealista subjetiva del neohegelianismo. Según Gentile, todo lo existente es resultado del movimiento de la idea pensante, que siempre es actual y activa; su creatividad no está circunscrita a las condiciones del espacio y el tiempo. La materia engendrada por el pensamiento es muerta e inerte, aunque se halla en unidad con él. La realidad no es idéntica a las ideas de la conciencia individual, sino que constituye el pensamiento puro del principio trascendental suprapersonal en el Universo, el cual, en el proceso de su formación, supera todos los contrarios. En sus opiniones sociopolíticas, Gentile evolucionó del liberalismo al fascismo. Obra fundamental: La reforma de la dialéctica hegeliana (1913).

Diccionario de filosofía · 1984:195

miércoles, 24 de abril de 2019

El regreso de los yihadistas magrebíes del ISIS amenaza la seguridad europea.-a


En Al Hol están las mujeres y los niños perdidos del grupo autodenominado
 Estado Islámico, abandonados por todos.
Introducción

Más de 50.000 yihadistas procedentes de más de cien países viajaron en el último lustro a Siria, Irak y Libia para incorporarse a las filas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Y solo del Magreb salieron casi 7.000 combatientes, en una movilización sin precedentes. 
El regreso de los supervivientes a países como Marruecos, Túnez o Egipto supone una amenaza para esos países, pero también para la Unión Europea, según un estudio publicado este miércoles por el centro de análisis Egmont, de Bruselas, y la fundación alemana Konrad-Adenauer-Stiftung.
El informe, prologado, a título personal, por el coordinador europeo de la lucha contra el terrorismo, Gilles de Kerchove, advierte de que el retorno de los yihadistas magrebíes puede generar una inestabilidad en la región con potencial "impacto negativo en la seguridad europea". Los analistas añaden que el riesgo de contagio se ve reforzado porque "la mayoría de los combatientes extranjeros procedentes de Europa son de descendencia norteafricana, lo cual refuerza los lazos de los círculos yihadistas a través del Mediterráneo". Esa relación, añaden, "puede tener un impacto duradero en la seguridad de ambos lados".

El documento recuerda que el contagio ya se produjo en anteriores oleadas de combatientes y vincula los ataques de Casablanca (2003) y Madrid (2004) a los grupos de marroquíes que se trasladaron a Afganistán tras la victoria de los talibanes en 1996 y a Irak tras la invasión de EE UU en 2003. En esta ocasión, advierte el estudio, el riesgo es aún mayor porque la movilización de combatientes magrebíes "ha sido posiblemente mayor que las anteriores, incluida la yihad antisoviética que se puso en marcha en Afganistán en los años 1980".

Europa naufraga en la gestión de sus yihadistas

Ahora que el auto llamado Califato ha sido expulsado de su último reducto en Siria, muchos Gobiernos se ven ante el reto de afrontar el regreso de los supervivientes. Hay países que se niegan a acogerlos, como Holanda y Suiza. Otros están dispuestos a recibir a sus nacionales, pero tampoco dispone nadie de una fórmula mágica para detectarlos, procesarlos, detenerlos y… rehabilitarlos, en caso de que sea posible.
El estudio del centro Egmont y la fundación Konrad-Adenauer-Stiftung se centra en cómo deberían  afrontar semejante desafío los Gobiernos de Egipto, Túnez y Marruecos, países que suman por sí solos más combatientes extranjeros que toda la Unión Europea. Argelia no forma parte de la investigación porque el número de yihadistas que se alistaron con el ISIS es muy reducido, según los investigadores.
Kerchove subraya en el prólogo la cooperación existente entre las autoridades europeas y los países del norte de África, con apoyo para la seguridad en fronteras o mantenimiento y comprobación de las bases de datos de Interpol. Pero la UE se muestra dispuesta a aumentar su colaboración dado el riesgo que implican, en particular, los combatientes con doble nacionalidad, una de ellas europea.

De los tres países analizados en el informe, Marruecos aparece “con gran diferencia” como el mejor preparado para afrontar el regreso de los yihadistas. Marruecos ha tomado medidas legales al tiempo que reforzaba sus servicios de seguridad. Y, cosa única en el Magreb, ha iniciado programas de desradicalización en las cárceles. “En contraste”, señala el estudio, “Túnez y Egipto son mucho menos transparentes y sistemáticos en sus procedimientos”.
Marruecos es el país que aporta cifras oficiales más precisas sobre la situación: los marroquíes que viajaron a Irak y Siria entre 2013 y 2017 fueron 1.664, entre ellos 285 mujeres y 378 niños. De ellos, 596 murieron en combate o en ataques suicidas. Y volvieron 213. Entre ellos hay 52 mujeres y 15 niños. De los 200 retornados casi todos ellos han sido llevados ante la justicia y se encuentran ahora en la cárcel, con sentencias que van desde los 10 a los 15 años, según fuentes oficiales.

Marruecos reformó en 2014 la legislación antiterrorista e incluyó penas de entre 5 y 15 años y multas de hasta el equivalente a 45.000 euros para quienes se unan o traten de unirse a grupos armados no estatales, ya sea fuera o dentro del país. Esa ley resultó clave para abordar la situación actual. Además, la Administración puso en marcha en 2016 un programa dentro de las cárceles llamado Reconciliación (Moussalaha, en árabe) que apunta hacia la desradicalización e integración de los terroristas. Abarca tanto a los que nunca salieron del país como a los que combatieron fuera.
El estudio ensalza la “eficiencia” con que Marruecos lucha contra el terrorismo, pero indica que a excepción de Reconciliación, no hay otros programas de rehabilitación. “Y no hay nada específico para los retornados, que son tratados como el resto de los terroristas. Tampoco hay nada previsto para las mujeres y los niños”, señala. También advierte sobre las denuncias de tortura, recogidas por Human Rights Watch. Y añaden que Marruecos puede restringir libertades civiles en nombre de la lucha contra el terrorismo. “Varias ONG denuncian de forma cíclica el arresto de salafistas no envueltos en ninguna actividad terrorista”, señala el informe.
En cuanto a Egipto, el panorama es más sombrío. De entrada, no se sabe cuántos combatientes se marcharon ni cuántos volvieron, aunque fuentes no oficiales manejadas por la ONU estiman entre 350 y 600 los yihadistas egipcios desplazados al extranjero. No hay una legislación apropiada para abordar el regreso y los autores lamentan la falta de transparencia de las autoridades. Señalan, además, que predomina “la tortura y las confesiones forzadas”, y que las cárceles superpobladas se han convertido en centros donde se expande la radicalización.
El estudio señala que la forma que tiene Egipto de afrontar el regreso de los yihadistas no solo no previene la violencia sino que recrea y refuerza la misma dinámica que llevó a los yihadistas al extranjero.

Finalmente, Túnez es el país que más terroristas ha engrosado las filas del ISIS en relación con su población de 11,5 millones de habitantes. Las estimaciones oscilan entre los 7.000 desplazados a Siria, según la ONU y los 3.000 asumidos por las propias autoridades tunecinas. A eso habría que sumar también entre 1.000 y 1.500 alistados en Libia. La mayoría de los retornados -cifrados en 1.000 hasta marzo de 2018- han sido sentenciado a penas de cinco años, seguidos de un periodo de vigilancia de tres años.
El informe lamenta que Túnez solo haya abordado el problema centrándose en medidas de castigo. “Algunos retornados permanecen varios meses en prisión sin ser juzgados, mientras otros son puestos en libertad tras ser brevemente interrogados. Esto sugiere que la gestión del Gobierno de este asunto es a veces arbitraria y expuesta al azar”.
Finalmente, los investigadores recomiendan a todos los países, incluida la Unión Europea, “humildad y transparencia” para seguir afrontando el problema del regreso. Aunque cada país tiene su particularidad, el asunto trasciende las fronteras. “Cada nación ganaría compartiendo discusiones abiertas y buenas prácticas. Si los yihadistas del mundo pueden unirse, nosotros también deberíamos hacerlo”, señala el informe.

¿POR QUÉ TÚNEZ?

¿Por qué tanta yihadismo proveniente de Túnez? El estudio aporta cuatro razones: el Gobierno islamista ofreció un ambiente favorable para la radicalización entre 2011 y 2013; después de la primavera de 2011 el aparato de seguridad del Estado quedó erosionado; la amnistía general de 2011 puso en la calle a 2.000 presos. De ellos, 350 tenía experiencia de combate en Afganistán, Irak y Argelia. Y por último, todo ello se vio agravado por el caos en la vecina Libia.


Las mujeres y niños de Estado Islámico que nadie quiere

El campamento de Al Hol, en el noreste de Siria, es un hervidero de ira y preguntas sin respuesta. Dentro se encuentran las mujeres y los niños perdidos del grupo radical autodenominado Estado Islámico (EI), abandonados por sus hombres, su califato y sus gobiernos. Algunas se aferran a su ideología, alimentada por el odio: "¡Estamos invictos!", te gritan en la cara. Otras, en cambio, piden una salida, un camino que las lleve a casa.
Derrotado, pero todavía peligroso: por qué el fin del califato de Estado Islámico no significa el fin de la organización Mientras los gobiernos occidentales no actúan, sus hijos mueren.

Umm Usma, una mujer belgo-marroquí, se aferra a la fantasía de que ayudó a las mujeres y los niños de Siria en los seis años que lleva aquí, la mayor parte bajo el mando de EI.
Esta exenfermera, que lleva guantes negros, agarra su niqab con una mano. "Esta es mi elección", dice. "En Bélgica no podía llevar niqab, y esta es mi elección".
"Todas las religiones hicieron cosas malas", afirma.

Hay tres grados distintos de radicalización entre las mujeres.
Mientras grita con un grupo de mujeres también vestidas de negro, una madre empuja por el barro un carrito con un niño que tiene graves quemaduras.
"Mira lo que hicieron", grita la madre, refiriéndose a las fuerzas respaldadas por Estados Unidos.
AlHol es una pesadilla, un campamento que pasó de albergar a 11.000 personas a tener más de 70.000.
Está devastado por las terribles secuelas del fracasado seudo-califato.

Al Hol, en el noreste de Siria, pasó de albergar a 11.000 personas a tener más de 70.000.
Umm Usma asegura que no tiene por qué disculparse por los atentados de 2016 en Bruselas, en los que murieron 32 personas, sin incluir a los atacantes.
Para ella, un ataque contra su país perpetrado por el grupo al que se unió no necesita ninguna respuesta.
Se envolvió en la condición de víctima. Cree que Occidente y sus ataques aéreos contra el último bastión de Estado Islámico en Baghouz, Siria, son los culpables de su miseria.
El odio y la violencia propagados por EI los relegó al olvido.
Esta es la trampa mental de los yihadistas, una memoria selectiva que borra cualquier delito.
"No hablaré sobre lo que hizo mi esposo, no sé lo que hizo", afirma Umm Usma.
¿Puede Estado Islámico recomponerse tras la derrota del califato?
La mujer vivió en democracia y bajo EI, y asegura que sabe qué es mejor.
"Ustedes tienen la mente cerrada", dice mientras se da la vuelta y se aleja.
Pasaron solo dos semanas desde la caída de Baghouz, el último de los territorios gobernados por EI, ante las fuerzas lideradas por los kurdos.
Los kurdos no tuvieron prisa y permitieron un alto el fuego tras otro para que las mujeres, los niños y los heridos pudieran salir.
Los aviones de combate de la coalición que mataron a civiles en Mosul y Raqqa, las dos últimas capitales que perdió EI, fueron más cautelosos en Baghouz.
Muchas de las víctimas, niños
Estado Islámico utilizó a sus familias como última línea de defensa.
"En un solo día, murieron al menos 2.000 personas", nos dice un chico iraquí que sobrevivió al combate.
Y sigue: "EI aparcó vehículos entre las tiendas de las familias. Sabíamos que los vehículos eran un objetivo, así que les dijimos que se los llevaran. Pero no lo hicieron, y los vehículos explotaron".
Cuando terminó la batalla, retiraron todos los cadáveres de Baghouz antes de que llegaran los medios de comunicación.
Los hombres de EI no eran solo soldados en un campo de batalla, sino que se llevaron con ellos a mujeres, niños y familias enteras.

Nour, de 6 años, recibió un disparo en la cara. Tiene las mejillas hinchadas y los dientes destrozados.
La pequeña Nour es una de las víctimas de la catástrofe. Está tendida en una litera en la clínica que la Media Luna Roja tiene instalada en el campamento.
La niña, de 6 años, recibió un disparo en la cara. Fue hace 15 días, y desde entonces solo recibió atención médica básica.
Tiene las mejillas hinchadas y los dientes destrozados.
Parece que se acostumbró al dolor, ya que solo grita cuando la mueven.
Un grupo de francotiradores entró en su tienda en Baghouz.
Los huérfanos de Estado Islámico: las impresionantes historias que emergen del último reducto del grupo militante
Nour estaba escondida allí con su familia, parte de un grupo de incondicionales que permanecieron del lado de EI hasta el final.
La madre de Nour, de Turkmenistán, está demasiado enferma como para tenerse en pie. Se acuesta de lado, junto a Nour, y se queda en el borde de la cama. Su marido, combatiente de EI, murió.
Nour necesita atención médica urgente y la mandan a un hospital de la ciudad de Hasaka.
Deja vacía la cama de la clínica, forrada de cuero negro, que poco después ya tiene una nueva ocupante, una bebé llamada Asma.
Sin embargo, Asma ni siquiera parece estar presente. Es un espectro de un ser humano, casi transparente. Asma parece tener solo unos días de edad, pero en realidad tiene 6 meses.
Demasiado débil para llorar, parece tener solo unos días de edad. Pero en realidad tiene 6 meses.
Su hermana, también una niña, la mira, con los ojos bajos. Mientras EI luchaba hasta el final, sus familias morían de hambre.

Un califato desplazado

Unos 169 niños murieron desde que escaparon de Baghouz. Los que quedan ahí corren el riesgo de contraer enfermedades.
Y hay un peligro aún mayor que los gobiernos occidentales parecen ignorar: todavía están bajo el cuidado de sus padres, incondicionales de EI, y nadie se preocupa de contrarrestar sus tendencias extremistas, algo que puede acabar enquistándose.
A las personas que sobrevivieron a EI, decenas de miles, las llevaron en camiones abiertos por el desierto hasta Al Hol.
El pueblo al lado del campamento es donde EI vendió a mujeres yazidíes como esclavas.
¿Qué hacer con los miles de hijos de combatientes extranjeros de Estado Islámico cuyos padres quieren repatriarlos a sus países de origen?

La escuela de dos pisos del pueblo todavía tiene la bandera de EI pintada, aunque difuminada por las lluvias y el sol.
El campamento se encuentra en uno de los extremos del pueblo.
Se trata de un mini-estado, un califato desplazado, un peligro creciente que ya es más grande que el pueblo en sí.
Lo que queda dentro no lo quiere nadie.
Unos pocos gobiernos recuperaron a gente: Rusia, Arabia Saudita y Marruecos. Estados Unidos recuperó a una mujer.
La pareja de europeos que buscaba la "vida perfecta" con Estado Islámico y ahora se lamenta
Reino Unido no tiene ningún plan para repatriar a los combatientes ni a sus familias.
Al Hol es el campamento donde la adolescente Shamima Begum, de Londres, fue retenida por primera vez y donde supo que había sido despojada de la ciudadanía británica.
Francia repatrió a un grupo de huérfanos cuyos padres murieron luchando por EI.
Hay varios grados de radicalización, y el escenario inmediatamente posterior a una guerra no es el lugar para juzgar a quién se puede reformar, a quién se puede salvar.

Ideología tóxica

Las mujeres extranjeras del campamento están separadas, bajo guardia armada.
Aquí la ideología agarra su máxima expresión tóxica. Aquí es donde están los verdaderos incondicionales.
Las mujeres se lanzan contra la cerca de alambre pidiendo que las dejen salir. Son de todas partes: Brasil, Alemania, Francia, Marruecos, Somalia… y la lista continúa.
Las mujeres occidentales son cautelosas a la hora de hablar en el interior del campamento. Temen que las ataquen las mujeres más radicales del lugar si las ven hablando con un hombre.
Estado Islámico es "derrotado territorialmente" en Siria, aseguran fuerzas apoyadas por EE.UU.
Si se quitan los velos, algunas mujeres las atacan. Alguna vez les quemaron las tiendas como represalia.
"Las tunecinas y las rusas son las peores", dice Leonora Messing, de 19 años, de Alemania. Y señala dos grandes tiendas comunales. "Fueron las últimas en salir de Baghouz".
La chica se unió a EI cuando tenía 15 años, un mes después de que otra chica de 15 años, Shamima Begum, y sus amigos huyesen de Reino Unido hacia Siria.
Messing se convirtió en la tercera esposa de un extremista alemán que ahora está bajo custodia kurda.
Se muestra llena de arrepentimiento, no solo por las circunstancias actuales sino desde mucho antes de la derrota de EI.
"Estuve medio año en EI y le pedí a mi padre si podía enviar a un mercenario para que me sacase de ahí. Mandaron a uno, pero los hombres de seguridad de EI lo mataron. Y luego me atraparon también a mí porque encontraron imágenes mías en su teléfono. Me encerraron por primera vez en prisión [en Raqqa] y luego por segunda vez en [el pueblo de] Shaafa", explica.
En sus brazos acuna a un bebé de 2 meses con la cara arrugada. Es su segundo hijo, nacido en Baghouz mientras alrededor todo eran combates.
"Di a luz sola. No había médicos ni enfermeras", dice. "Le dije a mi esposo que saliese. Lo eché. Estaba llorando. Ya sabes cómo es la fe de las mujeres. Le dije que buscara a alguien. Dijo que no había nadie. Le dije: ¡ve y busca!".

Leonora Messing, de Alemania, se convirtió en la tercera esposa de un extremista que ahora está bajo custodia kurda. Sigue amando a su marido extremista y dice que lo esperará si lo mandan de regreso a Alemania para cumplir una sentencia de prisión. También habla sobre la muerte del hijo de Shamima Begum, que nació en el campamento y murió con 20 días. Sus dos hijos estuvieron enfermos, pero dice que tiene razones para creer que no les pasará nada y estarán bien. En nuestro segundo encuentro nos interrumpen. Leonora Messing tiene un compromiso.
Llega un convoy de vehículos blindados, protegidos por hombres armados, con occidentales dentro. "El gobierno alemán quiere ver a mis hijos", dice Messing.

Misericordia

El ministro de Relaciones Exteriores de Reino Unido afirmó que es demasiado peligroso para los diplomáticos británicos viajar a Siria, un lugar en donde, como Alemania, su país no tiene consulados ni embajadas.
Todavía no hay ningún plan para repatriar a mujeres y niños.
Mientras se arremolinan unas nubes de lluvia, dos jóvenes caminan con determinación por el terreno fangoso. Tienen un propósito, y se dirigen hacia mí y mi colega sirio.
El campamento huele mal, no hay el saneamiento adecuado y la lluvia no ayuda.

He visto cabezas (resultado de decapitaciones) apiladas en botes de basura. Pero no me han perturbado para nada"
Una de las dos lleva, sorprendentemente, un bolso de charol con un pequeño broche de diamantes falsos.
A través de los velos veo lo que parecen los ojos de unas adolescentes. "¿Dónde están nuestros esposos? ¿Cuándo los liberarán?", preguntan.
Cuando mi colega se encoge de hombros, una de las mujeres dice: "Pregúntaselo", y me señala con sus guantes negros.
Shamima Begum, la joven británica que se unió a Estado Islámico y busca regresar a Inglaterra, "dio a luz"
Puede que obtengan la respuesta a su pregunta en los próximos días, ya que Irak también se prepara para repatriar a su gente.
Los prisioneros de alto valor serán los primeros que sacarán y casi seguramente serán ejecutados. A sus mujeres e hijos se los llevarán a Irak.
Los campamentos ya se están preparando, no muy lejos de Al Hol, en el lado iraquí de la frontera. Eso aliviará la presión en el campamento, pero no resolverá la eterna pregunta que Al Hol presenta a Occidente: ¿cuánta misericordia debería ofrecerse a un enemigo que no ofreció ninguna? Y ¿qué será de sus mujeres e hijos ahora que EI se acabó?

 

martes, 23 de abril de 2019

Cómo hablar de política sin pelearse; wokeismo; -a

Guía para debatir sobre cualquier idea, incluso con quien opina lo contrario, sin arruinar una agradable velada.


01/11/2019

¿Es posible hablar de política sin acalorarse, sin perder las formas ni herir los sentimientos de nadie y, sobre todo, sin acabar con el ego magullado? Es posible, pero no es fácil, y menos en campaña elec­toral. Hay muchas emociones en juego estos días, mucha polari­zación política, que se traslada a los ciudadanos, y demasiadas ­tertulias y debates crispados, que no enseñan nada bueno. Pero se puede hablar de política sin discutir. Y pasarlo bien. Aquí siguen unas reglas para salir invicto cuando en una reunión familiar o con amigos, o en una charla informal en el trabajo, alguien plantee “¿y qué te parece todo lo que está pasando?”.


Mejor estar informado

Más allá de la ideología de cada uno, para intentar defender con solvencia cualquier idea hay que saber qué está pasando. Y eso implica obtener información de fuentes diversas, de medios de comunicación serios, veraces y plurales, y no limitarse a una burbuja informativa, a chats telefónicos en los que todos opinan igual o a las cuentas de Twitter que sólo reafirman lo que queremos oír.

Discrepar con respeto.

Defender las propias ideas con firmeza no implica ser agresivo. Hay que hablar de forma directa –para que nos respeten y para que quede claro lo que opinamos–, pero sin perder los nervios, que no solo es de mala educación sino también un signo de debilidad. Hay que dejar hablar a los demás, sin interrumpir, sin suspirar, sin muestras de desagrado, y luego, en un tono amable, explicar por qué se discrepa y cuál es la propia opinión. Y es muy importante cuidar el lenguaje no verbal: si no se está en absoluto de acuerdo con lo que está diciendo la persona que habla, es comprensible en algún momento mover la cabeza en señal de disgusto o entornar los ojos o fruncir los labios, pero no hacerlo todo y a la vez.

Elegir las batallas.

En una charla entre varios, es fácil que surjan diversos temas con los que no se está de acuerdo, pero hay que elegir bien si vale la pena intervenir y en qué momento hacerlo, para no salir damnificado o parecer el clásico gruñón que siempre va a la contra. Desde luego se pueden poner límites respecto a opiniones que uno no esté dispuesto a tolerar, por ejemplo sobre el racismo o la violencia de género, pero en algún momento la mejor estrategia puede ser apartarse del grupo y salir a tomar el aire.

Aprender a frenar.

El mejor propósito en una conversación es escuchar el doble de lo que se va a hablar. Es una vieja regla, pero muy útil cuando hay posiciones discrepantes. Escuchar al interlocutor no significa esperar el turno para saltarle al cuello y soltar el discurso habitual. Hay que intentar mantener la moderación. Ante una escalada retórica de cualquiera de los presentes, mejor echar el freno. Al fin y al cabo, el placer de la oratoria es buscar argumentos para defender una opinión y la contraria. Lamentablemente, lo que suele ocurrir es que la discusión se pervierte: ante una opinión contraria la tendencia es radicalizar la propia para contrarrestar. Nunca se es tan soberanista como cuando se discute con el cuñado de Ciudadanos. Y a la inversa.

Usar el humor.

No hay que esperar que los demás se muestren pacientes y amables cuando se habla de política. Al fin y al cabo es uno de los temas, como el fútbol o antes la religión, que provocan discusiones más intensas. Hacer una broma puede ser un recurso para enfriar la conversación si en algún momento alguien sube el tono, pero hay que ser cuidadoso con la ironía y no herir sensibilidades. Un tema que parece superficial puede ser muy importante para otro. A veces la línea entre el humor y una burla es fina.

No caer en provocaciones.

Hay gente que tiene una habilidad especial para poner de los nervios al personal. Siempre con la excusa de la confianza –mal entendida–, pero saben qué temas tocar para molestar a otro. Hay que estar vigilante en estas situaciones, especialmente si se trata de una celebración y la charla está subiendo de tono. “No voy a caer en esa provocación”, puede ser una respuesta. O simplemente no entrar al trapo, quizás desviando la atención hacia otro tema.

Menos datos.

No se debe confundir una conversación con una conferencia y abrumar a los demás a datos. De entrada, los interlocutores pueden poner esos datos en cuestión –circula mucha noticia falsa– y aportar otros para sostener una posición distinta. Debatir con cifras puede ser de utilidad entre profesionales, pero no ayuda a llevar una conversación ágil y distendida en un contexto informal entre amigos o compañeros de trabajo. Mejor aportar alguna experiencia concreta para sostener una opinión.

Fomentar la empatía.

Se pueden defender puntos de vista muy diferentes sobre un tema con personas a las que se tiene en estima. Más que verlo como una dificultad, es una oportunidad para mirar las cosas desde una perspectiva diferente a la habitual. Ponerse en el lugar del otro es una actitud inteligente cuando se habla de política; entender por qué opina así sobre determinados asuntos, qué vivencias han ayudado a que piense así. Si se trata de una persona a la que no se conoce en profundidad, unas cuantas preguntas estratégicas pueden ayudar a entender por qué defiende determinadas posiciones. Y esa empatía puede acabar siendo recíproca.

Abandonar la idea de ganar.

Algunas personas defienden con tanta pasión sus ideas que resulta incómodo discutir con ellos. Fijan el relato de los hechos y no hay quien les mueva de sus posiciones. No es una buena actitud. Hay que respetar que cada uno tenga sus opiniones y no intentar convencer a nadie por la vía de la vehemencia. Es mucho mejor utilizar frases del tipo “yo lo veo así” o “esto es lo que opino”. Y no sólo como una estrategia, sino admitiendo que existe la posibilidad de que estemos equivocados. Mejor ser flexible y humilde y atreverse a poner en duda las propias ideas.

Salvar la relación.

Hay quien defiende que con los amigos o la familia mejor no hablar de política para no pelearse, pero esta norma puede invertirse porque los valores compartidos, el respeto, el cariño, protegen la relación de cualquier tentación de hostilidad, a pesar de las discrepancias. Sin embargo, existe el riesgo de que la conversación suba de tono y surja el conflicto. Mejor pensárselo dos veces, antes de arruinar la fiesta a todos. Mejor pasar página. Al fin y al cabo, es muy difícil conseguir que alguien cambie de opinión y seguramente no vale la pena pe­learse sólo por la política.

Cambiar de tema

Algunas personas deciden no hablar de política, no porque no les interese o no estén informados; quizás prefieren dejar este tema al margen en ámbitos como el lugar de trabajo para que no afecte sus relaciones personales. Seguro que agradecen que los compañeros trasladen el debate a un lugar más privado.


wokeismo.


Qué es "woke" y por qué este término generó una batalla cultural y política en EE.UU.

"Desperté".

Ese es el significado literal de la palabra "woke", el pasado de "wake", que significa despertar.
Pero el término es mucho más complejo y ser o estar woke en slang o jerga estadounidense puede hacer ver con qué posturas políticas estás más alineado.
El uso de woke surgió dentro de la comunidad negra de Estados Unidos y originalmente quería decir estar alerta a la injusticia racial.
"La persona que mucha gente considera que lo acuñó fue [el novelista] William Melvin Kelley", le dijo a la BBC Elijah Watson, editor de noticias y cultura del sitio web de música estadounidense Okayplayer y autor de una serie de artículos llamados "El origen de woke".
"En 1962 publicó un ensayo en el New York Times titulado If You're Woke, You Dig It ('Si estás despierto, lo entiendes')", relató.
El término resurgió en la última década con el movimiento Black Lives Matter, que nació en rechazo a la brutalidad policial hacia personas afrodescendientes.
Pero esta vez su uso se difundió más allá de la comunidad negra y empezó a ser utilizado para significar algo más amplio.
En 2017, el diccionario Oxford agregó esta nueva acepción de "woke", definiéndolo como:

 "Estar consciente de temas sociales y políticos, en especial el racismo".

Suena como algo positivo, ¿verdad?

Pues depende de a quién se le pregunte. Porque, así como hay gente que se autodefine con mucho orgullo como una persona "woke", que está alerta a la discriminación y la injusticia, hay muchos otros que utilizan el adjetivo como un insulto.
El propio diccionario Oxford hace la distinción. Debajo de la definición, agrega lo siguiente:

"Esta palabra a menudo se usa con desaprobación por parte de personas que piensan que otras personas se molestan con demasiada facilidad por estos temas, o hablan demasiado sobre ellos de una manera que no cambia nada".

O como apunta el diccionario Merriam-Webster, se usa con desaprobación para referirse a alguien políticamente liberal (como en asuntos de justicia racial y social) especialmente de una manera que se considera irrazonable o extrema.
Es decir, que mientras que para algunos ser "woke" es tener conciencia social y racial, y cuestionar los paradigmas y las normas opresoras impuestas históricamente por la sociedad, para otros describe a hipócritas que se creen moralmente superiores y quieren imponer sus ideas progresistas sobre el resto.

Los críticos de la cultura "woke" cuestionan, sobre todo, los métodos coercitivos que utilizan algunos "policías de la palabra" -así los definen- contra quienes dicen cosas o cometen actos que ellos perciben como misóginos, homofóbicos o racistas.
En particular ha generado mucho malestar el uso de un método conocido como la "cancelación": un boicot social y profesional, que suele realizarse a través de las redes sociales, contra individuos que actuaron o dijeron algo que para ellos es intolerable.
Para las personas "woke", se trata de una forma de protesta no violenta que permite empoderar a grupos históricamente marginalizados de la sociedad y corregir comportamientos, sobre todo de los sectores más privilegiados, que hasta ahora eran parte del stato quo y persistían sin castigo ni cambio.
Pero para los críticos es corrección política llevada al extremo, que atenta contra la libertad de expresión y "los valores tradicionales estadounidenses".

Batalla política.

Lo que empezó como un choque cultural se fue transformando en un enfrentamiento político.
El término "woke" se convirtió en sinónimo de políticas de izquierda o liberales que abogan por cosas como la equidad racial y social, el feminismo, el movimiento LGBT, el uso de pronombres de género neutro, el multiculturalismo, el uso de vacunas, el activismo ecológico y el derecho a abortar.
Políticas con las que se asocia el Partido Demócrata del presidente Joe Biden, así como también al ala más liberal que incluye políticos como Bernie Sanders o la congresista Alexandria Ocasio-Cortez.
En contraposición, el ala más extrema del Partido Republicano, liderada por el expresidente Donald Trump, considera que estas políticas representan no solo una amenaza a los "valores de familia" sino incluso a la misma democracia, a la que se quiere "reemplazar con una tiranía woke".

En 2020, Trump centró uno de los ejes de su campaña de reelección en combatir a estos llamados "woke lefties" (izquierdistas despiertos) quienes -aseguró- practican un "fascismo de extrema izquierda".
El entonces mandatario señaló que con su "cultura de la cancelación" estaban "expulsando a la gente de sus trabajos, avergonzando a los disidentes y exigiendo la sumisión total de cualquiera que no esté de acuerdo".
"Es la definición misma de totalitarismo", acusó el líder republicano.

Para los demócratas el autoritario es Trump, cosa que -según ellos- quedó demostrado cuando se rehusó a dejar el poder tras su derrota electoral y sus simpatizantes irrumpieron en el Capitolio.
Lejos de saldar el debate, los primeros dos años de gobierno de Biden han ahondado la polarización entre estos dos sectores.
Según el Pew Research Center, "los demócratas y los republicanos están más alejados ideológicamente hoy que en cualquier otro momento de los últimos 50 años".
Y una encuesta realizada en septiembre por el canal CBS mostró que casi la mitad de los miembros de ambos partidos ven al otro no como un opositor político sino como un "enemigo".

Las "midterms"

Las diferencias ideológicas se pusierom de manifiesto en la antesala de los comicios legislativos del 8 de noviembre, conocidos como las "midterms" o elecciones de mitad de período.
Durante la campaña electoral, muchos partidarios de Trump volvieron a advertir sobre los supuestos peligros que conlleva el llamado "wokeismo" demócrata.
"Puedes perder tu trabajo. Puedes ser rechazado en la plaza del pueblo de América en las redes sociales. Te pueden perseguir por la calle. Te pueden tirar cosas. Puedes ser agredido físicamente (como le ocurrió al escritor) Salman Rushdie. Te pueden apuñalar en la maldita garganta si no le caes bien", alertó recientemente en Fox News la comentarista política conservadora Tammy Bruce.

Muchos demócratas desmerecen este tipo de afirmaciones, señalando que es retórica alarmista que busca ganar votos.
"Cada elección, [los republicanos] inventan un nuevo cuco en lugar de tratar de resolver problemas y mejorar la vida de las personas", criticó en declaraciones a CBS News el demócrata Charlie Crist, quien se postulaba para la gobernación de Florida.
El rival de Crist -y eventual ganador- fue el actual gobernador Ron DeSantis, quien después de ser reeligo se torna en posible candidato presidencial en 2024. Es uno de los republicanos que más hace hincapié en los supuestos peligros del "woke culture" de sus rivales.

En sus discursos suele repetir que "woke es la nueva religión de la izquierda".

Dado este contexto, algunos demócratas, en especial los más moderados, han advertido que el llamado "wokeismo" está perjudicando a su partido, dándoles a los republicanos armas para atacarlos.
"El wokeness es un problema y todos [en el Partido Demócrata] lo saben", le dijo al sitio Vox el famoso consultor político demócrata James Carville, quien lideró la exitosa campaña presidencial de Bill Clinton en los años 90.
Según Carville, el problema son algunas de las propuestas más extremas que alienan a los sectores conservadores de la sociedad y son usados por los trumpistas para asustar al electorado.
Como ejemplo citó la iniciativa para "desfinanciar a la policía" y utilizar esos fondos para programas de ayuda comunitaria, una idea que surgió tras el asesinato de George Floyd en 2020 y que busca poner fin al problema del llamado "racismo sistémico en las fuerzas de seguridad".
Aunque muchos demócratas -incluido el presidente Biden- se expresaron en contra de esta idea, algunos la apoyaron, llevando a varios candidatos republicanos a asociar a todo el partido con la propuesta, que es impopular entre gran parte de la población.

Obama y AOC

La "cultura woke" también ha generado críticas internas dentro del liderazgo del Partido Demócrata. Uno de los detractores más famosos -y más vocales- es el expresidente Barack Obama (2009-2017). 
En 2019, en la antesala de la carrera para definir quién sería el candidato o la candidata demócrata en los comicios presidenciales del año siguiente, Obama criticó que el foco -en especial entre los más jóvenes- se estuviera poniendo en cuán "woke" era esa persona.
Sus palabras llegaron luego de que un número de posibles candidatos demócratas se vieran forzados a pedir disculpas públicas por cosas que habían dicho en el pasado.

"Tengo la sensación de que ciertos jóvenes en las redes sociales creen que la forma de generar el cambio es juzgar lo más posible a otras personas", afirmó durante un encuentro anual de la Fundación Obama.
"Si tuiteo o publico un hashtag sobre cómo no hiciste algo bien o usaste el verbo incorrecto, entonces puedo sentarme y sentirme bastante bien conmigo mismo porque '¿viste lo woke que fui? ¡Te pesqué!'".
"Basta", dijo.
"Si todo lo que haces es tirar piedras, probablemente no llegues muy lejos".
"El mundo es desordenado", aleccionó. 
"Hay ambigüedades. Las personas que hacen cosas realmente buenas tienen defectos".
Sin embargo, la legisladora más joven del Partido Demócrata (y de toda la Cámara de Representantes), la carismática Alexandria Ocasio-Cortez, salió a la defensa del "wokeismo".
AOC -como es conocida- señaló que si al partido le va mal en las próximas elecciones es porque el Congreso no ha logrado aprobar legislación sobre el derecho a votar, una de las causas insignia de los activistas "woke".
"'Woke' es un término que los expertos ahora usan como un eufemismo despectivo de los derechos civiles y la justicia", publicó en su cuenta de Twitter en noviembre de 2021.
"Inventar un problema 'woke' tiene como resultado poner los derechos civiles y de voto en un segundo plano"
, advirtió.
"En un año en el que las legislaturas estatales están planeando mayorías republicanas y supresión de votantes, eso es peligroso".


"Capitalismo woke"

Los debates sobre el "wokeismo" no solo dominan la agenda política y cultural estadounidense. También han permeado el mundo empresarial.
Algunas compañías se han encontrado en el ojo de la tormenta por adoptar cambios que son interpretados -para bien o para mal- como "woke".
Un caso conocido es el de Gillette, que generó controversia en 2019 con una publicidad llamada "Lo mejor que pueden ser los hombres", en el que se criticaba comportamientos masculinos "tóxicos" como el bullying, el acoso sexual y el sexismo.
Aunque fue aplaudido por muchos, también se convirtió en su momento en uno de los videos con mayor número de pulgares para abajo en You Tube, y provocó un boicot contra la fabricante de rasuradoras.
La polémica que desató Gillette con su anuncio en contra de la "masculinidad tóxica"
El golpe económico que sufrió Procter & Gamble, dueña de la compañía, llevó a la creación de un meme que se ha popularizado entre la derecha: Get woke, go broke ("Hazte woke, quiebra").

En los últimos tiempos, la empresa que más ha recibido elogios y críticas por ser considerada "woke" es Disney.
En abril pasado, el gobernador DeSantis firmó una ley para retirarle a la Walt Disney Company su estatus legal especial que le permite autogobernarse en el estado de Florida.
Y legisladores republicanos advirtieron que no aprobarán la extensión del derecho de autor de Disney sobre su principal personaje Mickey Mouse, que vence en 2024.
Fue en represalia a la oposición de los ejecutivos de la empresa a una ley que prohíbe enseñar sobre sexualidad, orientación sexual y diversidad de género en las escuelas primarias de Florida, bautizada por sus detractores como la ley "No digas gay".
Disney publicó un comunicado en contra de la norma, presionado por sus empleados que realizaron protestas y un paro ante el silencio inicial de la empresa.
"Nuestros empleados ven el poder de esta gran compañía como una oportunidad para hacer el bien. Yo estoy de acuerdo", dijo entonces el CEO de Disney, Bob Chapek.

La compañía también fue acusada por algunos sectores conservadores de "hacer activismo woke" por elegir a una actriz negra para protagonizar la nueva versión, con actores de carne y hueso, del clásico "La sirenita", en el que el personaje animado de Ariel (basado en el cuento de hadas de Hans Christian Andersen) aparece como una sirena de piel blanca y ojos azules (en ambas versiones es pelirroja).
Por el contrario, la elección de una actriz de piel oscura fue aplaudida por muchas voces que no solo se sintieron representadas sino que además consideran que, dado que las sirenas son personajes mitológicos, pueden ser de cualquier color de piel.
DeSantis y otros republicanos también han criticado a las empresas que priorizan las inversiones que tienen impacto medioambiental, social y de gobernanza (conocidas como ESG), catalogándolas como "capitalismo woke".

En julio pasado, el gobernador dijo que las inversiones ESG -que suelen priorizar temas como el cambio climático o la diversidad- "amenazan la vitalidad de la economía estadounidense y la libertad económica de los estadounidenses al apuntar a individuos e industrias desfavorecidas para promover una agenda ideológica woke".
Según el sitio Market Watch, si los republicanos toman el control del Congreso durante las midterms "es probable que apunten contra el capitalismo woke".
"Los inversores deben esperar un rechazo significativo de los republicanos contra las políticas ESG, tanto las ordenadas por los reguladores gubernamentales como las autoimpuestas por el sector privado", advirtió el analista Brian Gardner de la consultora financiera Stifel.

Woke («despierto» en inglés) es un término, originario de los Estados Unidos, que inicialmente se usaba para referirse a quienes se enfrentan o se mantienen alerta frente al racismo.​ Posteriormente, llegó a abarcar una conciencia de otras cuestiones de desigualdad social, por ejemplo, en relación con el género y la orientación sexual.​ Desde finales de la década de 2010, también se ha utilizado como un término general para los movimientos políticos progresistas y/o de izquierda y perspectivas que alegan enfatizar la política identitaria de las personas LGBT, de la comunidad negra y de las mujeres.​
Para 2020, partes del centro político y derecha política en varios países occidentales usaban el término woke, a menudo de manera irónica, como forma de denominar a varios movimientos e ideologías progresistas radicales o de izquierda identitaria posmoderna percibidos como demasiado rabiosos, entusiastas, agresivos, agitadores, susceptibles o poco sinceros, y por su tendencia a la censura de opiniones discrepantes mediante la llamada cultura de la cancelación. A su vez, algunos comentaristas llegaron a considerarlo un término ofensivo con asociaciones negativas para quienes promueven ideas políticas que involucran identidad y raza.
Para 2021, woke se había usado casi exclusivamente como un concepto peyorativo, y los usos más destacados de la palabra tienen lugar en un contexto despectivo. Aunque en español no tiene una traducción asentada y generalmente se usa el término inglés crudo, destacada en cursiva o entrecomillada al ser un extranjerismo, en la jerga coloquial de España se llama despiertismo a este movimiento y despiertos o despiertitos​ a los que lo siguen, el primero como término neutro y el segundo despectivo. Una traducción propuesta por la RAE es concienciado
Woke también se refiere al progresismo actual (Feminismo, diversidad sexual y racial, generación de cristal, entre otros), todo ello llevado al extremo. En conclusión, Woke se utiliza como jerga para referirse a lo mencionado anteriormente.

Origen y usos del término

La frase «stay woke» («mantente despierto») surgió en los Estados Unidos en la década de 1930. Al desarrollarse dentro del inglés afroestadounidense vernáculo, woke se refirió a una conciencia de los problemas sociales y políticos que afectan a los afroamericanos, especialmente los prejuicios raciales y la discriminación. De esta forma, ha aparecido en varios contextos, por ejemplo, en canciones de Leadbelly y Erykah Badu. Tras el asesinato de Michael Brown en Ferguson, Misuri, en 2014, la frase fue popularizada por activistas de Black Lives Matter (BLM) que alegaban buscar crear conciencia sobre los tiroteos policiales contra afroamericanos. La expresión se popularizó en Black Twitter y ganó tracción como un meme de Internet, utilizándose con frecuencia por personas que no eran afroamericanas, a menudo para señalar su apoyo a Black Lives Matter. Asociado con la generación Y, el término se extendió internacionalmente y se agregó al Oxford English Dictionary en 2017.
A medida que el uso del término se ha extendido más allá de sus orígenes afroamericanos, woke se ha utilizado cada vez más como un término general para describir los movimientos e ideologías de justicia social de izquierda radical identitaria. Para 2020, críticos de estas posiciones en varios países occidentales han usado el término woke, a menudo de manera irónica, como una denominación dirigida a movimientos e ideologías de izquierda identitaria percibidos como demasiado fanáticos o insinceros, y tendentes a censurar de forma dogmática cualquier desviación de su perspectiva ideológica.​ Algunos movimientos de izquierda llegaron a considerarlo un término ofensivo utilizado para denigrar a quienes hacen campaña contra la discriminación.​
Con la extensión de las acciones de censura en redes sociales a cuentas de perfil conservador o críticas con la imposición de las posturas consideradas como «políticamente correctas» desde la izquierda, el término «woke» pasa a ser despectivo, como sinónimo de «progre».

Capitalismo woke y woke-washing

A mediados de la década de 2010, el lenguaje asociado con el "despertar" había entrado en los principales medios de comunicación y se estaba utilizando para marketing. El término capitalismo woke fue acuñado por el escritor Ross Douthat para las marcas que usaban mensajes políticamente progresistas como sustituto de una reforma genuina.​ Según The Economist, los ejemplos de capitalismo woke incluyen campañas publicitarias diseñadas para atraer a los millennials, quienes a menudo tienen puntos de vista socialmente más liberales que las generaciones anteriores.
Las científicas culturales Akane Kanai y Rosalind Gill describen el capitalismo woke como la tendencia "que se intensifica drásticamente" para incluir grupos históricamente marginados (principalmente en términos de raza, género y religión) como mascotas en la publicidad, con un mensaje de empoderamiento para señalar valores progresistas. Por un lado, Kanai y Gill argumentan que esto crea una idea individualizada y despolitizada de la justicia social, reduciéndola a un aumento de la confianza en uno mismo. Por otro lado, la visibilidad omnipresente en la publicidad también puede amplificar una reacción violenta contra la igualdad de precisamente estas minorías. Estos se convertirían en mascotas no solo de las empresas que los utilizan, sino también del indiscutible sistema económico neoliberal.

Juego de tronos y la política.-a ; Las 50 leyes del poder

vídeos sobre juego de tronos Las 50 leyes del poder para convertirte en El Padrino. 19/05/2023 El sociólogo, politólogo, escritor, podc...