viernes, 13 de septiembre de 2019

La decadencia de Cuba y La Habana a

 Querido Martin 


La Revolución cubana cumple 60 años, fue romántica y heroica

Visite la capital de cuba este año, la urbe que tiene el nombre oficial de "San Cristóbal de La Habana, Llave del Nuevo Mundo y Salvaguarda de las Indias Orientales", es una de las ciudades mas antiguas del nuevo mundo, tiene mas 500 años de historia, y es una ciudad grandiosa. A finales del XIX y principios del XX se hizo mucho dinero en Cuba con el azucar, el ron y el tabaco, que es bien famosos. La burguesía habanera construyó palacetes, mansiones y el Capitolio más grande de Caribe.
Desde que desembarque en el puerto de la Habana,  la capital de Cuba es prácticamente inhabitable, mientras todas las capitales de la América Latina y Caribe en los últimos sesenta años habían dado un salto a la modernidad y el progreso, unas más que otras, la ciudad había involucionado, como consecuencia de la incapacidad de su sistema político, económico y social del castrista,  que sólo crea riquezas para la cúpula de políticos y militares que la dirige, el "Establishment" cubano.
La geografía urbano de la La Habana es desolación, destrucción de los edificios, hedor y pobreza. Los funcionarios municipales son indolentes. La policía  continuaba apaleando a las gentes. No hay casi nada que indique que se intenta rectificar. El régimen cubano continúa anclado en el marxismo leninismo, controlado por un partido único y unas ideas pasadas de moda,  que inexorablemente han conducido el país al desastre, como esta actualmente; paradójicamente, esto ha servido para que esté intacta urbanísticamente. No se han construido en la urbe nuevos puentes, nuevas avenidas, no hay presión de tránsito, no hay demoliciones masivas como ha ocurrido en otras ciudades latinoamericanas. 

Otro problema cuando uno camina por  la ciudad por primera vez es olor,  el mal olor que desprenden las gasolinas baratas que los carburadores de los automóviles  antiguos digieren mal. Y el asfalto es de mala calidad y el clima lo derrite. No hay iluminación en las calles y de los caserones art déco emerge una luz débil y azulada. Entre la oscuridad y el olor, es como si la ciudad acabara de salir de una guerra.
Lo cierto es que el Estado, no ha levantado tales estructuras, tampoco se ha encargado de dar mantenimiento a la mayor parte de los inmuebles con muchos años de explotación, según la prensa el 39% de las viviendas se encuentra en regular o mal estado, según datos oficiales del gobierno. La escasez y el deterioro de los edificios es uno de los principales problemas que afectan a la ciudad.
Para el turismo La Habana no es solamente una ruina romántica ni es tampoco una ciudad solo de automóviles viejos estadounidenses, ni una ciudad de rumberas y palmeras. Es una ciudad de una cultura intensa lo que sorprende es que no hay tiempo para asistir a una vida cultural que va del festival del ballet al del libro, al de ciudades patrimoniales y al del jazz. Y en las artes plásticas, es una de la más apetecidas por el coleccionismo mundial. Los turistas tienen  una visión de una ciudad viva pero tranquila, de un país en paz, sin grandes crímenes, siendo un atractivo interesante y el turista quiere conocer La Habana "antes de que todo cambie".

Hablando de política, el Establishment de cuba, no vive en los barrios decadentes y ruinosos de la ciudad que visite este año, si no en barrios mas o menos en buen estado, gozando sus privilegios e ingresos mas elevados que resto de la población, esta clase  solo ha servido para sustituir a las clases dirigentes desplazadas e exiliadas de cuba por el Castrismo , pero sin la capacidad de crear riquezas que aquellas tenían, que eran buenos empresarios. Esta nomenclatura , le gusta  una vida confortable, casas, autos y en particular viajar al extranjero, pero como es lógico también están muy interesados en que sus hijos y nietos puedan cursar altos estudios, o al menos disfrutar de lo que ellos disfrutaron. 
Muchos de los hijos y nietos, según la prensa y redes sociales residen en el extranjero disfrutando de las riquezas  que sus parientes adquirieron al servir al Régimen de los Castros,  otros estudian en universidades extranjeras o simplemente viajan por mundo. No faltan los que trabajan en  sociedades extranjeras radicadas en la isla, como las hoteleras. Buenos salarios, mejores relaciones y un futuro independiente de la política, pero sí consecuencia de  la buena fortuna política.
También están los que con espíritu emprendedor han montado negocios propios, lo que obliga a preguntarse ¿de dónde sacaron los bienes para poder tener independencia económica.?
El Establishment cubano están consciente que el modelo ideológico y político del marxismo leninismo sobre el que dicen gobernar cuba ha fracasado, pero también tienen pleno conocimiento de que para  seguir disfrutando el poder, van tener hacer reformas profunda, convertir cuba en económica social de mercado; van tener negociar con exilio cubano, y las empresas estadounidenses las indemnizaciones por expropiaciones; van tener hacer transición política, y restablecer la democracia. Lo único que están seguro que va ocurrir, es que se van mantener como la clase dirigente, los descendientes del exilio no van volver a  la isla, y competirán por el poder.  
En lo económico, el negocio del azúcar de cañas se acabó en la isla, ahora la actividad económica principal, es el turismo, ese es su futuro de cuba, por esta razón le conviene a la clase dirigente tener buenas relaciones con los Estados Unidos, una gran fuente de turistas.

Hay una economía privada, la de las habitaciones que se alquilan, la de los restaurantes privados (como el chic O’Reilly 304 en la Habana Vieja), la de los conductores y guías que se contratan por días. Es la economía que funciona con el dólar, la del turismo (el país es abrumadoramente hermoso). Se ve en la ropa de algunos, sobre todo en los jeans. Y después están los otros, la mayoría, los que malviven del salario del estado (el equivalente a unos treinta dólares mensuales) y están obligados a buscarse la vida para acabar el mes.
En la economía socialista hay tiendas llenas de productos (champús, jabones, pañuelos de papel) que nadie parece querer. Hay tiendas con las estanterías llenas de salsas, ron, cerveza, pero no de agua mineral o galletas. Y hay colas. Colas que los cubanos aprovechan para conversar y hacer pasar el tiempo. También en las gasolineras. No para la gasolina especial, la de los turistas. Pero sí para la que usan los viejos coches cubanos.
Judith la revolución cubana de 1959  fue hace tanto tiempo, sobrevive en actualidad en La Habana los murales de las carreteras, el “Patria o Muerte” o en el museo de la Revolución, donde  Che Guevara y Camilo Cienfuegos son exhibidos como muñecos de plástico. Sobrevive en los Comités de Defensa de la Revolución (los CDR), organizados por barrios y que abren sus locales al atardecer para los ancianos, se convirtieron en club de Adultos Mayores.
La revolución, el régimen que nació de ella, que desilusionó a tantos y que, para otros ha degenerado en régimen totalitario, mantiene a la sociedad detenida en los años sesenta. Ir a Isla es viajar al pasado. A un país sin publicidad, sin GPS con el que orientarse, un país vintage. Pero también a un país único. Cuba es pobre, pero no hay miseria y es fácil andar de noche. Es un país pobre, pero de pobres educados, con los niños escolarizados, en el que muchas personas pueden sostener una conversación interesante. Es una sociedad que en algún momento inició un camino hacia alguna parte, pero que hoy parece extraviada.
Tan extraviada como los miles de personas que se reúnen cada noche en las plazas para poder acceder al wifi, como dijo un camarero cubano “Es una escena de la nueva realidad cubana que se ha hecho entrañable y popular” dice una web turística. Cuando lo lees, parece un mal chiste. Pero a fuerza de ir una, dos, tres noches, acabas por socializar: “Eh, amigo, de dónde viene?”.
Alquilar un coche es fácil en Cuba. Pero viajar es una aventura. Los hoyos son infinitos, y en la autopista hay que sortear a  los perros, a coches tirados a caballo y a los campesinos. Miles de personas que pierden horas cada día para que alguien las lleve de un sitio a otro. Escolares uniformados, gente que regresa o va al trabajo, mujeres que van a ver a un familiar,. Cuba es un país en autoestop permanente. La falta de transporte público en ciudad, agravada ahora por la escasez de combustible, es una carencia crónica de Cuba, como también el mal estado de las carreteras. Eso y un parque automovilístico obsoleto.

Como conclusión don martín  es lamentable que después de 60 años de revolución, la cuba actual, nada tiene que ver con la cuba  de 1959; el exilio cubano que se marcharon décadas atrás, prefiero recordar la  isla que dejaron, a vivir en el infierno en que se ha convertido actualidad. Es triste, pero es así, el país y su capital quedó como detenida en el tiempo pre revolucionario.  

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