Primer período en África: los Regulares indígenas
El 17 de febrero de 1912 llega a Melilla en compañía de Camilo Alonso Vega, compañero de promoción, y de su primo Pacón destinado al Regimiento de África n.º 68 que manda su antiguo coronel de la Academia de Infantería Villalba. Sus primeros cometidos en África fueron operaciones rutinarias; entre otras, establecer contacto entre diferentes puestos fortificados (blocaos) o la protección de las minas de Banu Ifrur. El 13 de junio de ese mismo año asciende al empleo de teniente. Contando con 19 años de edad, será el único ascenso que obtendrá por escalafón, ya que los demás los obtendrá por méritos de guerra. A petición propia, el 15 de abril de 1913, se le destina al Regimiento de Fuerzas Regulares Indígenas, unidad de choque recientemente formada por el general Berenguer y formada por mercenarios moros.
El 12 de octubre de 1913 recibe la Cruz al Mérito Militar de primera clase por su victoria en un combate el 22 de septiembre anterior y el 1 de febrero de 1914 es ascendido a capitán por su valor en la batalla de Beni Salem (Tetuán). En esta primera etapa en África demostró valor y capacidad táctica. En los combates se distinguió por su arrojo y belicosidad. Era «entusiasta de las cargas a la bayoneta para desmoralizar al enemigo» y asumió elevados riesgos encabezando el avance de su unidad. También, ayudado por ese coraje, logró que las unidades a su mando se distinguieran por su disciplina y avance ordenado, «ganándose una reputación de oficial meticuloso y bien preparado, interesado en la logística, en abastecer a sus unidades, en trazar mapas y en la seguridad del campamento». También, ya en aquella época, muestra un carácter imperturbable y hermético que le acompañará durante toda la vida.
Años más tarde, reconoció que la noche en la que se incorporó a su unidad en África, durmió con el arma en la mano; la tropa le inspiró una fuerte desconfianza. Franco no se vería obligado a desarrollar una depurada estrategia ni tácticas de guerra elaboradas, dotes que ni en aquella época proporcionaba la formación en las academias militares españolas ni se le reconocería en su trayectoria militar: los rifeños no eran estrategas ni estudiosos de las tácticas de combate modernas; el desafío se encontraba en contrarrestar su belicosidad; acostumbrados a razias entre tribus y contra los ocupantes de turno, ponían en estos combates su vida.68 Franco, primero al mando de los Regulares indígenas y después al de la Legión, instauró una disciplina férrea, implacable con la insubordinación.l También, aunque no se le reconoce ninguna inquietud intelectual, sí mostró un gran interés por formarse en todo lo concerniente a su profesión militar. Se le reconoce un cierto aislamiento de sus compañeros, ocupando su tiempo libre en la lectura de tratados militares.
Miembros de su tropa llegaron a decir que con Franco al frente no perdían las batallas y el salir ileso de las refriegasm le invistió de un halo de invulnerabilidad ante los indígenas que lo calificaron como hombre con baraka —con buena suerte—. Franco pudo advertir que los mandos únicamente conseguían el respeto de la tropa si demostraban valentía, y que el elevado número de deserciones, incluso los amotinamientos, guardaban una estrecha relación con el fracaso de las operaciones, la derrota o la retirada.72 «Cuando Franco tuvo derecho a dirigir a sus hombres a caballo, eligió uno blanco, por una curiosa mezcla de romanticismo y arrogancia.»
También se distinguió por su preocupación en abastecer a su tropa en un Ejército que la descuidaba por completo. En África, como en anteriores guerras coloniales, se producían más muertes como consecuencia de enfermedades que por los enfrentamientos armados.
En 1916, en la toma de El Biutz, entre Ceuta y Tánger, fue herido en el bajo vientre, una herida grave que pudo causarle la muerte y que lo mantuvo varios meses hospitalizado en Ceuta —sus padres, ya separados, viajaron a Ceuta para asistirle en su convalecencia—. Era norma no escrita que las heridas de guerra se recompensaran con un ascenso, ascenso que le fue negado y que Franco logró tras insistir en todas las instancias hasta llegar al rey Alfonso XIII. El 28 de febrero de 1917 es nombrado comandante con efectos retroactivos de 29 de junio de 1916, convirtiéndose en el comandante más joven de España. Sin embargo, no consiguió que le concedieran la Cruz Laureada de San Fernando, máxima condecoración militar española, a la que también estaba propuesto. Años más tarde, ganada la guerra civil, ya como Caudillo de España, se la concedió a sí mismo.
Segundo período en África: la Legión
En sus biografías se reconoce la gran influencia que Millán-Astray pudo ejercer sobre el joven Franco. Su aspecto llegó a ser impactante: manco, sin un ojo, parte de la mandíbula destrozada y cara y cuerpo cosidos de cicatrices. Personaje histriónico que fundó la Legión a imagen de la Legión Extranjera francesa, reclutando a proscritos sin importar su nacionalidad, a los que les redimiría su permanencia en la Legión:
Os habéis levantado de entre los muertos, porque no olvidéis que vosotros ya estabais muertos, que vuestras vidas estaban terminadas. Habéis venido aquí a vivir una nueva vida por la cual tenéis que pagar con la muerte. Habéis venido a morir. Millán-Astray.
Millán-Astray y Franco se conocieron cuando este último asistió en Valdemoro a un curso de perfeccionamiento de tiro, de septiembre a octubre de 1919. Millán-Astray estaba en el intento de crear lo que llegó a ser la Legión; acababa de estar en Francia para estudiar a su homónima, y en junio de 1920 le propuso a Franco que fuese su segundo jefe. Franco no dudó en aceptar, volvía a África como eran sus deseos y lo hacía en un cuerpo al que podría exigir a su tropa más incluso que a los Regulares indígenas.
El Tercio de Extranjeros, como se llamó originalmente, se fundó el 28 de enero de 1920 por orden del ministro de la Guerra Villalba Riquelme. El 27 de septiembre Franco es nombrado jefe de su primera bandera —la constituían tres banderas o batallones— y el 10 de octubre llegan los primeros legionarios, doscientos, a Ceuta. Esa misma noche, los legionarios aterrorizaron a la ciudad. Murieron asesinados una prostituta y un cabo de guardia, y la refriega posterior produjo dos muertos más.83
La Legión se distinguió por su férrea disciplina, la brutalidad de los castigos que se imponían a la tropa y, en el campo de batalla, por constituirse en fuerza de choque. A cambio, como válvula de escape, se les disculpó abusos cometidos contra la población civil.84 También se distinguió por la brutalidad ejercida contra el enemigo vencido. Se practicó el ensañamiento, la decapitación de prisioneros y la exhibición de sus cabezas cortadas como trofeos.85
En 1921, el desastre de Annual, que supuso la muerte de más de ocho mil españoles, con las tropas huyendo en desbandada y los Regulares indígenas pasando a las filas de Abd el-Krim, supuso para la recién creada Legión su prestigio en la Península al ser la primera fuerza en llegar a Melilla, consolidar la plaza y recuperar algunas posiciones. Las noticias de la brutalidad ejercida por la Legión en sus acciones llegaron a la Península y tal brutalidad fue acogida con entusiasmo por gran parte de la población que la consideraron el justo castigo a los rifeños; en contraposición, se demandan responsabilidades a los oficiales que con su ineptitud fueron la causa del desastre.
Franco, que comandaba la bandera que por sorteo fue la encargada de socorrer a Melilla, vuelve a estar en el centro de un acontecimiento de gran resonancia, y por contraste,86 aumenta su prestigio, convirtiéndose en un héroe ante la opinión pública. Franco continuará hasta enero de 1922 en tareas de recuperación y consolidación de una parte de las posiciones perdidas. Es nuevamente condecorado y propuesto para el ascenso a teniente coronel por Sanjurjo, ascenso que le fue denegado al estar pendiente la investigación por los sucesos de Annual. El rey lo nombró gentilhombre. En los permisos que solicita y aprovecha para viajar a Oviedo y visitar a la que será su mujer, es recibido como un héroe, siendo invitado a banquetes y celebraciones de la aristocracia local.
| Francisco y Ramón Franco, Marruecos, 1925. |
En 1922 se publicó un libro firmado por Franco —aunque tras la firma pudo estar el periodista Julián Fernández Piñedo—, Diario de una Bandera, único libro completo con su firma. Narra acontecimientos vividos en esa época en África.
Millán-Astray, tras unas declaraciones que respondían airadamente a la indignación de la sociedad española y la creación de una comisión de investigación para depurar las responsabilidades de los mandos africanos —la comisión Picasso—, fue destituido como comandante de la Legión, accediendo a su mando el teniente coronel Valenzuela, hasta entonces al mando de una de sus banderas. Franco, despechado por no asumir la jefatura de la Legión, solicitó el traslado a la Península, siendo asignado al Regimiento del Príncipe en Oviedo. Sin embargo, muerto Valenzuela en combate durante la toma de Peña Tahuarda, Franco fue ascendido a teniente coronel, sucediéndole en el mando de la Legión el 8 de junio de 1923. El 13 de septiembre, un golpe de Estado dio inicio a la dictadura de Primo de Rivera, ante la cual Franco se mostró receloso, pues era sabido que Primo era partidario de retirarse de Marruecos.
El 13 de octubre de 1923 regresa de permiso a la Península para contraer matrimonio. Deteniéndose antes en Madrid para visitar al rey Alfonso XIII, este accede a ser su padrino y el 22 de octubre, Francisco Franco y Carmen Polo entran en la iglesia de San Juan de Oviedo bajo palio real, acompañados del gobernador militar en representación del rey. Con motivo de la ceremonia, un periódico de Madrid publicó un artículo titulado La boda de un heroico caudillo, siendo la primera vez que recibió este apelativo. En los años siguientes, al mando de la Legión, Franco aún protagonizó diversos éxitos militares, al tiempo que se mostraba reacio al proyecto del directorio militar de retirarse de Marruecos. Al parecer, en septiembre de 1924 barajó con Gonzalo Queipo de Llano la idea de efectuar un golpe contra Primo de Rivera, pero finalmente se atuvo a la disciplina militar. El 7 de febrero de 1925 fue ascendido a coronel.93 En junio de 1925 España selló una alianza con Francia contra Abd el-Krim, por la que tropas españolas le atacarían desde el norte mientras que los franceses lo harían desde el sur. El 7 de septiembre se inició el desembarco de Alhucemas, una operación mal planificada que fue un claro fracaso inicial, por lo que se dio la orden de retirada; sin embargo, Franco desoyó esta orden y consiguió tomar una cabeza de puente en la playa. Aun así, debido a la ausencia de suministros (comida y municiones), la operación se estancó, pero el éxito del avance francés, que obligó a Abd el-Krim a rendirse, condujo finalmente a la victoria. Por ello, el 3 de febrero de 1926, Franco fue ascendido a general de brigada, con treinta y tres años.
Pero no solo Francisco; su hermano menor, Ramón, era considerado también un héroe, en su caso de la aviación. Los Franco ocupaban la prensa de la época: Francisco como el general más joven de Europa y Ramón como el primer piloto español que cruzaba el Atlántico en el hidroavión Plus Ultra, en compañía del más tarde cofundador de la Falange, Julio Ruiz de Alda. Ferrol, la ciudad natal de los hermanos, los festejó celebrando sus hazañas.
A su regreso a la Península, a Franco se le dio el mando de la Primera Brigada de la Primera División de Madrid, formada por los regimientos del Rey y de León.95 En aquella etapa hizo vida social, se integró en la tertulia de Natalio Rivas y actuó en la película La malcasada, de Francisco Gómez-Hidalgo y Álvarez, donde interpretaba a un militar. El 4 de enero de 1928 fue nombrado primer director de la recién creada Academia Militar de Zaragoza, lo que supuso un éxito personal y de los africanistas.El 14 de septiembre de 1926 nació su única hija, María del Carmen.
Franco, en su período en África, entró a formar parte del grupo africanista del Ejército, grupo que jugaría un papel fundamental en las conspiraciones contra la República. Los africanistas se constituyeron en un grupo muy cohesionado, se mantuvieron siempre en contacto y se apoyaron mutuamente frente a los oficiales peninsulares; conspiraron contra la República desde sus inicios y, posteriormente, comandaron la sublevación que condujo a la guerra civil. Sanjurjo, Mola, Orgaz, Goded, Yagüe, Varela y el propio Franco fueron destacados africanistas y los principales promotores del golpe de Estado. Franco en aquella época ya era consciente de su posición privilegiada:
Desde que se me hizo general a los 33 años, se me colocó en vías de grandes responsabilidades para el futuro. Notas autobiográficas.
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Francisco Franco fue un verdadero militar de carrera, con excelente hoja de vida, una persona inteligente y intelectual
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