DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA Y PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, EN EL ACTO CENTRAL POR EL XXXV ANIVERSARIO DEL ASALTO AL CUARTEL MONCADA, EFECTUADO EN LA PLAZA "ANTONIO MACEO", DE SANTIAGO DE CUBA, EL 26 DE JULIO DE 1988, "AÑO 30 DE LA REVOLUCION".
(VERSIONES TAQUIGRAFICAS - CONSEJO DE ESTADO)
Estimado compañero Heng Samrin, Secretario General del Partido y Presidente del Consejo de Estado de Kampuchea;
Distinguidos invitados; Compañeras y compañeros familiares de los combatientes y caídos en el Moncada; Compañeras y compañeros combatientes; Compañeras y compañeros de Santiago de Cuba, de las provincias orientales y de Cuba:
No he venido a pronunciar un discurso solemne y grandilocuente, a pesar de la atmósfera y la solemnidad de este acto; prefiero conversar con los santiagueros y meditar con ellos, si fuera posible conversar en un acto tan grandioso como este. Trataba de calcular a qué distancia se encuentran los últimos ciudadanos y me parece que hay, por lo menos, 400 ó 500 metros de aquí a allá. Quiero, en primer lugar, decir que tal vez algunos piensen que la conmemoración del 35 aniversario del 26 de Julio en Santiago de Cuba se debe, fundamentalmente, a sus méritos históricos, o a una tradición histórica. En realidad Santiago de Cuba, la provincia y la ciudad de Santiago de Cuba, se ganaron el legítimo derecho a ser sede de este 35 aniversario (APLAUSOS). Pero recordemos algo más importante todavía: Santiago de Cuba y las provincias orientales se ganaron el derecho histórico a ser escenario del 26 de Julio de 1953 (APLAUSOS). Ha pasado el tiempo, tal vez a algunos nos parezca breve y seguramente muchos no pueden tener ni siquiera noción de aquel tiempo, pues se dice que alrededor del 70% de la población de Santiago de Cuba tiene menos de 40 años, quizás un análisis más preciso podría demostrar que alrededor del 60% tenga menos de 35 años, lo cierto es que todos nos unimos hoy, las viejas y las nuevas generaciones, a conmemorar esta fecha. Creo que también es cierto que pueden apreciarse los cambios ocurridos desde entonces y los cambios ocurridos especialmente desde el triunfo de la Revolución en casi 30 años. La población de esta provincia, que era al triunfo de la Revolución de 570 000 habitantes, hoy alcanza la cifra de 968 000. De 94 habitantes por kilómetro cuadrado ha crecido a 156. Los trabajadores, que en 1958 eran alrededor de 85 000, hoy alcanzan la cifra de 349 000. Es decir que si la población creció alrededor de un 70%, el número de trabajadores creció más de un 300%. El número de mujeres trabajando al triunfo de la Revolución era de alrededor de 8 000, hoy hay 120 000 mujeres trabajando en la provincia de Santiago de Cuba. Solo mujeres empleadas en la economía y en los servicios hay más que todos los trabajadores de la provincia al triunfo de la Revolución. Esa fuerza potencial tremenda se incorporó al desarrollo del país. La economía de la provincia se ha multiplicado. No voy a citar muchos datos, pero sí algunos para ilustrar los cambios en la esfera económica, porque hay muchos que en el exterior hablan de los éxitos en la educación, en la salud, en el deporte, en la cultura y no hablan de los avances económicos de la Revolución. Digamos, por ejemplo, que en Santiago de Cuba se producían alrededor de 250 000 toneladas de cemento, hoy se producen más de 400 000; se refinaba alrededor de un millón de toneladas de petróleo, actualmente refina casi 3 millones y su capacidad de refinación es de 3,7 millones. En esa refinería se producían, al año, 2 600 toneladas de combustible líquido, de gas licuado, actualmente produce 16 000; se producían 12 000 toneladas de queroseno para combustible doméstico, hoy se produce 231 000 toneladas. La industria eléctrica contaba con una capacidad de 30 000 kilowatts, hoy cuenta con una capacidad de 561 000 kilowatts. Vean cuántas veces aumentó la capacidad de generación de energía eléctrica. En la propia agricultura los renglones importantes se incrementaron considerablemente. La producción de cítricos de la provincia era de 85 000 quintales, actualmente produce 1 800 000 quintales. La producción de viandas, vegetales y otros productos agrícolas ha crecido varias veces. La producción de carne de cerdo creció seis veces; la producción de aves creció cinco veces; la producción de huevos, que era de 9 millones, alcanza actualmente 173 millones. Se desarrollaron las construcciones. Se hicieron en estos años de Revolución alrededor de 800 kilómetros de carreteras asfaltadas en esta provincia y alrededor de 2 000 kilómetros de caminos rurales. Hoy a cualquier lugar se puede ir por carretera, rápido, lo mismo por la costa hasta la provincia Granma, a Guantánamo, a Mayarí, a Cueto, a Palma, a cualquier dirección en la provincia, y nos faltan unos cuantos kilómetros todavía por construir. Se hicieron grandes presas, decenas y decenas de micropresas, sistemas de riego; se construyeron decenas y decenas de miles de nuevas viviendas, prácticamente el número de viviendas de la provincia se duplicó en estos años. Si vamos a hablar del desarrollo social, lógicamente tenemos que incluir la salud pública. Y cómo no van a reconocer nuestros adversarios los éxitos de la Revolución en la salud pública si ningún país del mundo, en tan breve tiempo, alcanzó similares avances. En primer lugar, el presupuesto de la salud pública en el país apenas alcanzaba nacionalmente los 20 millones de pesos antes del triunfo de la Revolución, y hoy alcanza, solo en esta provincia, la cifra de 67 millones de pesos. Es decir, la Revolución invierte en salud pública, en la provincia e Santiago de Cuba, por lo menos tres veces más que lo que se invertía en toda la nación antes del triunfo de la Revolución. De 33 instalaciones de salud, hoy la provincia cuenta con 127. Muchas de las instituciones actuales no existían, algunos de los tipos de instituciones, por ejemplo, los policlínicos no existían; había tres casas de socorro en toda la provincia, hoy hay decenas de policlínicos. El número de médicos de la provincia de Santiago de Cuba era de 180 aproximadamente, hoy la provincia cuenta con 2 470 médicos (APLAUSOS). Hay que buscar una computadora, para ver cuántas veces se multiplicó el número de médicos. El número de estomatólogos estaba entre 10 y 15, y hoy hay 551 estomatólogos en esta provincia. Díganme si 10 ó 15 estomatólogos podían atender una población de 570 000 habitantes; hoy hay 551 para una población que es solo 70% mayor. El número de enfermeras ascendía a 96 en toda la provincia, y hoy hay —si la memoria no me traiciona— 4 529 enfermeras en la provincia de Santiago de Cuba (APLAUSOS). Lógicamente se ven los resultados. Las perspectivas de vida se han elevado entre 15 y 20 años en esta provincia, y la mortalidad infantil se ha reducido de más de 60 a 11,8, que fue la mortalidad infantil en este primer semestre de 1988 (APLAUSOS). En la ciudad de Santiago de Cuba es de solo 9,8. Tenemos un índice de mortalidad infantil en esta provincia mejor que la capital de Estados Unidos, mejor que el de Washington (APLAUSOS). Creo que es un dato que habla por sí mismo. La institución del médico de la familia no existía, es bastante reciente esa institución, y hoy la provincia cuenta ya con 501 consultorios del médico de la familia, y de ellos 283 en las montañas; en aquellas montañas abandonadas, olvidadas, que no tenían ni un kilómetro de camino; en aquellas montañas donde los vecinos salían hacia la costa esperando que cruzara un barco y que llenaron de cementerio la costa sur a lo largo de la cordillera de la Sierra Maestra. Hoy no hay un solo vecino en las montañas de la provincia de Santiago de Cuba, ¡no hay un solo vecino!, que no tenga allí muy próximo su médico de la familia (APLAUSOS). No existe en ningún área rural del mundo, ni siquiera en las áreas rurales de los países capitalistas más ricos y desarrollados una cobertura como esa para la atención primaria de la población; ni Estados Unidos ni otros países capitalistas, industrializados y ricos tienen algo que se parezca a esto. Y no solo se ha producido un incremento cuantitativo de los servicios médicos, sino también un extraordinario incremento cualitativo. En el sector de la educación podríamos decir cosas similares; pero, como ejemplo, citemos que antes de la Revolución, en todo el país, el presupuesto de educación apenas alcanzaba 80 millones de pesos, y hoy, solo en la provincia de Santiago de Cuba, con menos de un décimo de la población del país, se invierten en educación 100 millones de pesos, más que lo que se invertía antes de la Revolución en todo el país. Los resultados se pueden apreciar. Digamos que, por ejemplo, preuniversitarios, solo en la provincia de Santiago de Cuba hay 22 institutos preuniversitarios, más institutos preuniversitarios que los que había en todo el país antes del triunfo de la Revolución. Hoy, en la provincia de Santiago de Cuba, hay 53 centros politécnicos, varias veces más que los que había en todo el país al triunfo de la Revolución; hay instituciones nuevas, escuelas de todo tipo; más de 40 escuelas especiales para niños que tengan dificultades; hay decenas de círculos infantiles que no existían, como no existían las escuelas especiales; hay grandes escuelas de educación física, de deporte, vocacionales, militares, una gran escuela de ciencias exactas, que es un verdadero modelo de institución educacional avanzada. Se multiplicaron los centros universitarios y, de algo más de 1 000 estudiantes universitarios, hoy la cifra asciende a más de 30 000. Maestros y profesores debe haber, en la provincia de Santiago de Cuba, casi tantos como los que había en todo el país, hoy en la provincia ascienden a 21 900. Eso, desde luego, también se puede apreciar en el hecho de que si en el año 1953 —me voy un poco más atrás—, cuando el ataque al Moncada, no llegaba al 27% la cobertura escolar para los niños de primaria, hoy, prácticamente, el ciento por ciento de los niños de la provincia en edad de primaria tiene cobertura escolar, tiene sus aulas, tiene sus escuelas y tiene sus maestros; y no solo los niños en edad escolar, sino los niños en edad de enseñanza media. El analfabetismo creo que era del 35% o 36% en esta provincia; hoy es tan raro encontrar un analfabeto en la provincia, es tan raro encontrar un niño de 10 ó 12 años que no sepa leer ni escribir; no solo que no sepa leer ni escribir, es raro encontrar un niño de 10 ó 12 años que no esté ya en 5to, 6to o 7mo grados. Y así se han formado decenas y decenas de miles de profesionales universitarios, y de técnicos de nivel medio. En el deporte se avanzó considerablemente. De 60 instalaciones deportivas, hay hoy 382, y de 50 profesores de educación física, hoy hay más de 1 700. En el sector cultural se crearon decenas de cines de 16 milímetros, que no existían en nuestros campos ni en nuestros pueblos; decenas de casas de la cultura, de bibliotecas, de exposiciones de arte, de museos, etcétera. Nada de eso existía aquel 26 de julio de 1953; nada de eso existía seis años después, al triunfo de la Revolución. Debemos meditar en estas realidades, no para sentirnos simplemente satisfechos, sino para valorar, en su justa dimensión, la obra de la Revolución y los frutos de aquel esfuerzo que se iniciara aquella mañana del 26 de julio de 1953 (APLAUSOS). Mucho ha cambiado todo, ¡mucho!, por eso es legítimo el orgullo con que los santiagueros celebran esta conmemoración. Debo decir algo más que he podido apreciar en estos días en la ciudad de Santiago de Cuba y en otras partes de la provincia: nunca vi a los santiagueros tan entusiasmados y tan alegres, y he venido muchas veces a esta provincia (APLAUSOS). Repito: nunca los vi tan entusiastas y tan alegres, nunca los vi tan optimistas y tan decididos, y ese es un índice más importante que todos los demás índices, más que el de salud pública, más que los de educación y más que todo lo que se ha hecho, porque demuestra que estos que nacieron después del 26 de julio de 1953, estas nuevas generaciones de santiagueros, son todavía más entusiastas y más revolucionarías que las generaciones que las precedieron (APLAUSOS). Demuestra que aquellos que no habían nacido el 26 de julio de 1953 fueron capaces de recibir el mensaje de aquella acción, fueron capaces de asimilar el mensaje de la Revolución. ¿Qué hemos visto alrededor de esta fecha? Hemos visto muchas cosas, pero hemos visto un trabajo verdaderamente extraordinario desplegado por el pueblo de Santiago de Cuba; que ha estado a la altura de este 35 aniversario. No quiero decir una sola palabra por halagar a los santiagueros; quiero, sencillamente, expresar lo que siento, lo que veo, lo que aprecio. Podríamos añadir que nunca vimos a la población de Santiago de Cuba trabajando tanto y tan intensamente como ha estado trabajando con motivo de esta fecha (APLAUSOS).
No se trata de simples palabras, sino de hechos, de cifras, de números. Y todos estamos verdaderamente sorprendidos, así, con estas palabras: ¡Todos estamos verdaderamente sorprendidos de lo que han hecho los santiagueros en los últimos tiempos! Se puede apreciar en muchos aspectos, pero uno de ellos —y de no poca importancia— son las obras terminadas para el 26 de Julio. Se dan distintas cifras que, a pesar de ser distintas, significan la misma cosa: algunos dicen cientos de obras, otros dicen 531 obras, y yo voy a mencionar la cifra más pequeña de obras: 74 obras. Pero todo depende; por ejemplo, entre las 74 obras, una obra está constituida por 17 supermercados, aparece como una en la cuenta de 74; los consultorios del médico de la familia con la vivienda del médico y de la enfermera, aparecen en esa cifra de 74 como una sola obra y son 120 casas-consulta de médico y enfermera. Otro ejemplo: se han construido cientos de edificios de viviendas, casi 6 000 viviendas en un año, y aparecen como una obra en la lista de las 74; si cualquiera lo desea, puede decir 200 edificios multifamiliares. Y por eso, en dependencia de cómo se analicen estos números, se habla de 74, de cientos de obras, de 531 obras o de miles de obras; porque, realmente, un supermercado es una obra y otro supermercado es otra obra, y una casa-consulta es una y otra obra, son obras más bien pequeñas, pero no cualquier cosa. Se necesitan miles de horas y un número de trabajadores para hacerlo en varios meses. Obras grandes, como el hospital inaugurado en Contramaestre; obras grandes, como las inversiones de la refinería "Hermanos Díaz"; obras grandes, como la gran fábrica de equipos médicos que se acaba de inaugurar en Santiago de Cuba; obras grandes, como la fábrica de sueros parenterales; obras de mucha importancia, como la industria de gases industriales, sin las cuales no es concebible el desarrollo; obras importantes de ampliaciones de hospitales. Es decir que, en su conjunto, constituyen un trabajo verdaderamente impresionante. No podemos olvidar, por ejemplo, algunas de las visitadas, tan importantes para la salud, como el banco de sangre, que es uno de los dos mayores bancos de sangre con que cuenta el país, y la remodelación y ampliación del "Saturnino Lora"; ahí se ha inaugurado el edificio de cirugía cardiovascular, ya viene funcionando hace algunos meses con gran éxito, y se ha inaugurado en estos días un local con equipamiento completo para la tomografía axial computarizada, unos equipos de rayos X que son de enorme importancia para el diagnóstico de las enfermedades. Debo decir que este con que cuenta ahora el "Saturnino Lora", es el más moderno que existe en el país, en el que las imágenes aparecen sumamente nítidas, con una precisión extraordinaria. También allí se inauguró el servicio de litotricia extracorpórea, con un equipo valorado en más de 2 millones de dólares. Si alguno quiere tener la idea de qué son 2 millones de dólares, puedo decirle que a veces necesitamos buldóceres y con 2 millones de dólares se pueden comprar 20 buldóceres de 220 caballos, y están allí invertidos en ese equipo, para evitar operaciones traumáticas a muchos ciudadanos que padecen de piedra en los riñones, método muy moderno, muy avanzado y no traumático, para resolver esos problemas. Además, un servicio de cámaras hiperbáricas. Tuve la satisfacción de ver en el "Saturnino Lora" los más modernos equipos con que cuenta el país, y recordaba aquellos tiempos pasados de los hospitales públicos, adonde se podía ir con una recomendación de un político, o una cédula electoral para comprometer el voto y la filiación en las próximas elecciones. Y hoy, los 968 000 habitantes de esta provincia, sin que los recomiende nadie, simplemente por tratarse de un compatriota y un ciudadano de este país y de esta provincia, puede ir allí a recibir esos servicios, que en cualquier país capitalista cuestan miles y miles de dólares. ¿Cuánto cuesta una operación a corazón abierto —como le llaman—, con circulación extracorpórea? ¡Miles y miles de dólares! ¿Cuánto cuesta una litotricia para resolver serios problemas renales? ¿Cuánto cuesta un trasplante del riñón? ¿Cuánto cuesta cualquiera de esos servicios? ¿Cuánto cuesta una placa, o un conjunto de placas en uno de esos equipos que mencioné? ¡Cientos de dólares! Y todos esos servicios, compatriotas de Santiago de Cuba, están hoy a disposición de ustedes, de sus esposas, de sus madres, de sus padres, de sus sobrinos, de sus hijos, de cualquier ciudadano de esta provincia (APLAUSOS). Cuando uno ve al pueblo trabajar así, cuando ve una provincia trabajar así, se experimenta el deseo de ayudar a ese pueblo, de ayudar a esa provincia, de pensar qué más cosas pudieran hacerse para alimentar ese fervor, o para dar respuesta, mejor dicho, a ese fervor constructivo, a ese fervor creador. No sería justo decir que este fenómeno lo estamos observando solamente en la provincia de Santiago de Cuba, pero es notable en la provincia de Santiago de Cuba. Mencioné 74 obras terminadas, pero además hay 52 obras en ejecución con motivo del XXX aniversario de la Revolución y con motivo del IV Congreso. ¿Quién duda de que los santiagueros se ganarán el derecho a ser sede del IV Congreso del Partido, quién lo duda? (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES) Si los santiagueros han sido capaces de crear esta extraordinaria atmósfera para el 26 de Julio, ¿qué no serán capaces de crear en materia de atmósfera política, moral, revolucionaria para el IV Congreso del Partido? ¿Qué no serán capaces de hacer? Y mire que han hecho, porque entre las obras terminadas están la escuela de ciencias exactas, el instituto superior pedagógico, creo que está casi terminada la escuela vocacional de arte de Santiago de Cuba. ¡Son obras grandes! Pero tienen más proyectos todavía. Hay, repito, 52 obras en ejecución y 104 obras en proyecto además de las 52, atrevidas algunas de ellas. Entre otras cosas, se proponen tratar de terminar la carretera Santiago-Pilón, que le falta una parte importante. Hay que trabajar intensamente para ello. Se proponen terminar varias presas y numerosas micropresas y comenzar otras; se proponen construir una serie de obras industriales, obras sociales y obras agrícolas de todo tipo. Hay que ayudar, hay que seguir ayudando a los santiagueros. No podemos decir que se ayuda solo a los santiagueros; pero los santiagueros merecen que los sigamos ayudando, ¡merecen que los sigamos ayudando! (APLAUSOS) Estoy convencido de que para ayudar más a los santiagueros no hace falta quitarle nada a nadie, y no pensamos ayudar a los santiagueros a base de quitarles algo a las demás provincias, sino buscando algunos recursos adicionales, impulsando su industria de materiales de construcción, garantizándola. Sí, es necesario impulsar la industria de materiales de construcción, porque santiagueros para construir hay, y proyectos para construir hay y habrá (APLAUSOS). Nos faltan materiales, pero esos materiales podemos producirlos. Por ejemplo, hay que acelerar la remodelación de la planta de cemento de Santiago de Cuba para llevar su capacidad a más de 600 000 toneladas y disponer del cemento necesario. En la provincia de Las Tunas, están haciendo los laminadores para producir cabillas, es decir, acero de construcción; en la capital de la república, marchan aceleradamente las terminaciones de la siderurgia para producir la materia prima que necesitan esos laminadores de Las Tunas. Tendremos el acero de la construcción que necesitemos. Hay mucha arena en esta provincia de Santiago de Cuba; hay mucha piedra, hay arcilla, hay materias primas, y, por lo tanto, hay que darle prioridad a la industria de materiales de construcción, porque sé que es lo único que puede detener este impulso; es lo único que puede frenar, es lo único que puede limitar. Hemos estado analizando en estos días problemas que tiene todavía la ciudad, los conocemos; no los ignoramos. Conocemos los problemas del transporte, no son solo de la ciudad, son de todo el país, especialmente de la capital. Se ha explicado por la prensa las causas de esas dificultades, que no fueron simplemente subjetivas, fueron fundamentalmente objetivas, y se han tomado todas las medidas para aliviar esa situación; incluso se les ha pedido en la provincia Habana al Partido y a la industria que está en Guanajay un esfuerzo especial, día y noche, sábado y domingo, sin vacaciones por medio, posponiendo vacaciones, para la construcción de 350 ómnibus de esos llamados articulados; una parte de ellos vendrá para la ciudad de Santiago de Cuba (APLAUSOS). Es decir, se está haciendo un esfuerzo serio, se están adquiriendo los equipos y las tecnologías para producir las cajas de velocidades, cuya falta de suministros contribuyó a crear este problema. Se están tomando medidas. Sabemos que hay en Santiago de Cuba problemas con el agua. Esos problemas obedecen a dos o tres factores: uno de ellos son las fuertes sequías que hubo en años anteriores y que afortunadamente no se presentan en este año; un segundo problema, el derroche de agua cuando hay agua, porque si no hay agua, no se puede derrochar. Pero baste señalar lo siguiente: la ciudad de Santiago de Cuba se abastecía de la presa de Charco Mono, de 6 millones de metros cúbicos; de la presa de Chalón, de un millón; 7 millones, más los pozos de San Juan. ¿Qué gran presa suministraba agua para Santiago de Cuba? La Revolución construyó la "Gilbert" de 40 millones, la Revolución construyó la "Carlos Manuel de Céspedes" de 200 millones, y ahora la va a ampliar a 50 millones más, y la conectó con la "Gilbert". Aquí construyó la presa Parada, y aunque es cierto que en la ciudad se han construido numerosas industrias y muchas más viviendas, que puede ser que la ciudad tenga el doble de población de lo que tenía alrededor del triunfo de la Revolución, las fuentes de aguas creadas por la Revolución, que pueden suministrar la ciudad, son por lo menos 40 veces las que existían antes, ¡cuarenta veces!, entre todas esas presas que pueden darle agua a la ciudad. Ahora se está construyendo Gota Blanca, que va a tener unos cuantos millones también y se va a conectar con el sistema de la ciudad; pero no podemos convertir la ciudad en un barril sin fondo de agua potable. El agua potable es cara, hay que trasladarla desde grandes distancias a veces; hay que potabilizarla, hay que bombearla, hay que llevarla a través de redes que tienen que ser mantenidas o construidas. Entonces pienso que después de la capital de la república, la segunda ciudad donde podemos instalar los metros contadores es la ciudad de Santiago de Cuba, la segunda (APLAUSOS); porque hemos visto la experiencia en la capital, que donde están los metros contadores se gasta el 25% del agua que se gasta donde no hay metros contadores, y se les da gratis por ciudadano alrededor de 100 litros, no recuerdo si son 90 ó 100 litros, pero se cobra y se cobra caro el exceso, de lo contrario la capital de la república consumiría toda el agua que necesita la agricultura de la provincia, y en la capital de la república estamos creando nuevas fuentes y haciendo obras ingenieras de diversos tipos, para incrementar en cientos de millones de metros cúbicos el agua disponible. Pero necesitamos alimentar a la población, la población no hace nada con bañarse y estar muy bien aseada si después no tiene alimentos. En la capital estamos pensando, incluso, en el tratamiento de las aguas residuales para devolverla a los cultivos, y no pararemos hasta que no lo logremos, hay que hacer recircular el agua. Pero creo que 100 litros le alcanza a cualquier persona, aunque cante en la ducha, para todas las necesidades de una persona, y por eso, al lado de la creación de nuevas fuentes, debemos pensar en los arreglos pertinentes de la red y en el ahorro del agua, eso es esencial. Podemos tener toda el agua que necesitemos, pero estamos en el deber de ahorrarla, porque cuesta cara. Algunas de las cosas que hemos discutido en estos días, para ampliar en 600 litros por segundo los suministros de agua a la ciudad, es la construcción de un acueducto, para ampliar capacidades; en el mismo actual que nos trae agua de allá de "Gilbert" y de "Carlos Manuel de Céspedes", ya los tubos no son suficientes, entonces nos proponemos construir a toda velocidad unos 18 kilómetros de acueducto, para disponer de 600 litros más por segundo. Después habrá que hacer más, después habrá que ensanchar el túnel por donde pasa el actual acueducto, para conducir, incluso, más agua. Mas no solo eso, se han acelerado los estudios para la construcción de la presa de Baconao, que puede suministrar entre 60 y 80 millones de metros cúbicos anuales. ¿Quieren ustedes saber lo que significan 10 millones de metros cúbicos? Les pongo un ejemplo: ¿La población de la ciudad cuántos habitantes tiene ya?, 390 000, vamos a poner 400 000. Vamos a suponer que cada uno de los 400 000 habitantes de la ciudad consuma directamente 100 litros diarios, eso significa 40 millones de litros diarios, es decir, 40 000 metros cúbicos diarios; si los multiplican por 365 días verán que para todas las necesidades de un ciudadano, aparte de lo que el ciudadano si está en la escuela gasta de agua en la escuela, o gasta de agua en el hospital, o gasta de agua en una cafetería, baste decir que 15 millones de metros cúbicos son suficientes para proporcionar 100 litros diarios para consumo personal durante un año en una ciudad de 400 000 habitantes. Habría que preguntar, no sé, estas cuentas me parece que están correctas, 400 000 por 100, 40 millones, 40 millones son 40 000 metros cúbicos, 40 000 por 300 son 12 millones, creo que las cuentas están bien, están bien, no pasa de 15 millones de metros cúbicos (APLAUSOS), y estamos hablando de presas de 30 millones, presas de 40 millones, presa de Baconao, que va a tener una capacidad mayor, pero que entregará entre 60 y 80 millones de metros cúbicos de agua. Por mucho que gastemos en la industria, donde también hay que ahorrar, por mucho que gastemos en las escuelas, en los hospitales, en las cafeterías, en los restaurantes, en los hoteles donde también hay que ahorrar, si tenemos buenas redes, si ahorramos el agua, jamás debe faltarle el agua a Santiago de Cuba. Pero sí puedo decirles que se está organizando ya, y cuenta con los equipos, la brigada que en el mes de agosto empezará a construir la presa de Baconao, para suministro de agua a la ciudad de Santiago de Cuba (APLAUSOS). Hay que trabajar duro, pero empiezan en agosto y trabajando doble turno, mientras tanto veremos a qué velocidad construimos esos kilómetros de acueducto que nos hacen falta para traer agua de allá del oeste. La de Baconao tiene la virtud de que ahí no hay áreas agrícolas, de que ahí el agua para la ciudad no compite con el arroz o con el plátano, o con los vegetales o con las frutas, no compite con la producción de alimentos, de modo que ahí no hay sacrificio ninguno para la agricultura, y se va a hacer una presa grande, y se va a trabajar en su construcción doble turno. No hemos decidido la fecha todavía en que la terminamos, pero depende de cuando nos entreguen todos los proyectos. Hay que hacer un túnel, que lo va a construir el MINFAR, de unos 400 metros en la roca, para desviar el río, puesto que allí la construcción no es fácil; pero en agosto empieza la construcción de la presa de Baconao. Y en estos días empieza la construcción ya de ese acueducto adicional para 600 litros por segundo; 600 litros por segundo dan una buena cantidad de agua al día. ¡Qué bueno que nos propongamos terminar esa presa de Baconao para el IV Congreso!, pero no vamos a comprometernos todavía. Vamos a proponérnoslo, pero no a comprometernos porque hay que hablar con ingenieros y demás, pero sé que trabajando como está trabajando la gente, en dos años y medio puede ser que construyamos esa presa. Pero esa presa no es solo esa presa, hay que construir túneles después también para traer el agua a Santiago; pero, sobre todo, hay que construir decenas de kilómetros de acueducto. Creo que la presa, tal vez se termina, habría que ver cuánto tubo lleva la conductora, cuánto trabajo lleva, por eso no vamos a hacer el compromiso, pero vamos a hacer todo lo posible por acelerar al máximo esa obra, si no la dejamos para los Panamericanos que son en 1991, pero vamos a ver. Son dos esfuerzos que se van a hacer para resolver uno de esos problemas. Pero también hay otra cosa: debemos hacer un esfuerzo en esta ciudad, no solo para construir nuevas viviendas para los obreros, para los maestros, para los técnicos, para la población; en la ciudad tenemos alrededor de 40 de los llamados barrios insalubres, son muchas veces nuestros vecinos indisciplinados de las montañas y de las áreas rurales que se mudaron por su cuenta para Santiago de Cuba, y aquí corresponde hacer un pacto de caballeros. En esos 40 barrios insalubres viven alrededor de 29 000 personas: uno grande sé que se llama "Venceremos" o "Van Van", y tenía otro nombre popular por ahí. Los compañeros en la universidad hicieron un estudio y se encontraron que muchos son trabajadores, la inmensa mayoría son revolucionarios, entusiastas, y están dispuestos a trabajar en la solución del problema. No tienen malos niveles de vida, tienen muchos artículos electrodomésticos, radios tienen más de 100 por cada 100 hogares, televisores tienen casi 90 por cada 100 núcleos. Refrigeradores más de 70. Tienen una serie de cosas modernas, pero tienen unas casas muy malas; tienen problemas de agua: llega una pipa, carga agua, todos esos problemas. Creo que podemos proponernos un esfuerzo especial por erradicar esos barrios, organizando las microbrigadas sociales; el mismo principio que se usa en la capital, donde también hay algunas decenas de barrios insalubres. Esas microbrigadas sociales, si comprende un trabajador que pueden liberarlo de su centro, va a trabajar allí; si es una ama de casa, se incorpora y se le paga; si es un joven que no estudia ni trabaja y quiere incorporarse, se le paga. Planteo la conveniencia de un esfuerzo especial, que tratemos de erradicar lo más posible esos barrios insalubres de aquí al IV Congreso del Partido. ¡Fíjense, digo tratemos! (APLAUSOS) Hay que poner a los vecinos a trabajar, pero a trabajar con espíritu de microbrigada, como lo hemos visto: 11, 12, 13, 14 horas; buscar los ladrillos, buscar los equipos que necesitemos, buscar los materiales de construcción que necesitemos y resolver ese problema. No debe olvidarse que la ciudad de Santiago de Cuba es sísmica y no podemos hacer cualquier vivienda; toda vivienda que aquí se construya, y, por supuesto, esos altos edificios, tienen un proyecto especial, una estructura especial, una cimentación especial y cantidades adicionales de acero y de hormigón, puesto que no podemos construir edificios aquí que venga después un terremoto y los derrumbe. Todas las construcciones tienen que ser hechas a prueba de sismos, y de grandes sismos.
No es porque hayamos tenido terremotos catastróficos a lo largo de la historia; pero tenemos la fosa de Bartle, una de las mayores profundidades del mundo, próxima a esta ciudad, y de vez en cuando se dice que desprendimientos submarinos allí ocasionan terremotos. Nunca ha habido uno catastrófico, pero no podemos confiarnos ni siquiera en las estadísticas. Y si nunca ha habido uno de 7 en la escala, hay que hacerlo que resista 8 y 9, al máximo. Como hacemos las presas, a prueba de "Floras", aquel gran diluvio que rompió todos los récords históricos —creo yo— de lluvia en 36 horas, ¡dos mil milímetros!, dos metros. Valga que ocurrió ese fenómeno antes de hacer las presas, porque si no creo que a nadie se le habría ocurrido hacer los vertederos del tamaño que se hicieron, para prevenir esos peligros. Sin embargo, hoy todas nuestras presas están hechas a prueba de "Floras". Los edificios en Santiago de Cuba y otras ciudades y áreas de estas provincias orientales, tenemos que hacerlos a prueba de sismos. Por eso digo que los proyectos, la construcción de estas viviendas nos van a llevar más esfuerzo y más materiales. Pero creo que podemos buscarlos, sin que esto compita con los planes de construcción de viviendas para el resto de la población. No sería justo que un maestro, un obrero de cualesquiera de nuestras industrias esté esperando indefinidamente que se terminen los barrios insalubres, para resolver sus problemas de viviendas. Hemos visto, por ejemplo, este nuevo reparto "Abel Santamaría", que ya tiene varios miles de viviendas, está en un área muy sana, saludable. Creo que la presa de Baconao le va a venir extraordinariamente bien a ese nuevo reparto, que va a seguir creciendo considerablemente. Son problemas que debemos proponernos resolver.
Pero la provincia tiene otros propósitos ambiciosos. Antes, Santiago de Cuba pertenecía a la vieja provincia de Oriente, donde hoy se encuentran cinco provincias. No hay duda de que con una sola provincia el viejo Oriente era inadministrable. Fue sabio multiplicarlo —no dividirlo, como se dijo en una ocasión—, y hacer cinco provincias. Creo que eso beneficia mucho a las poblaciones de esas provincias: que Granma tenga jerarquía de provincia, que Guantánamo tenga jerarquía de provincia, que Holguín y Las Tunas tengan jerarquía de provincia, y que Santiago de Cuba tenga jerarquía de provincia, aunque era la capital de las demás. Hoy sigue siendo capital moral de todas las provincias orientales y capital moral de la Revolución Cubana (APLAUSOS PROLONGADOS). No hay duda de que lo ideal es que cada provincia trate de autoabastecerse el máximo posible de productos alimenticios, y esta provincia ha tenido, durante muchos años, una gran dependencia de otras provincias para suministrarse de viandas y vegetales; no voy a decir papa, porque la papa necesita ciertas tierras de ciertas características y esas tierras no abundan aquí, en esta provincia. De modo que la provincia puede seguir siendo suministrada de papa por las provincias occidentales, o por Ciego de Avila y otras provincias; es un cultivo de alto rendimiento, de relativamente fácil conservación durante una parte del año, y puede ser suministrada de papa, por ejemplo, por otras provincias; pero en el resto, raíces y tubérculos, en general, y vegetales, es malo depender del suministro de otras provincias, aunque siempre habrá una cierta dependencia. Por ejemplo, Guantánamo tiene el valle de Caujerí, un enorme hidropónico natural, donde estamos construyendo presas y sistemas de riego para producir tomate en verano, y otros vegetales que resulta difícil producir en los meses de primavera en otros territorios, de allí tendrán que salir para distintas provincias; pero lo ideal es que cada provincia trate de autoabastecerse, y en ese sentido hay un plan en la provincia de Santiago de Cuba. Creo que en el territorio de la provincia no llegaban antes de la Revolución ni a 100 000 quintales de viandas, hoy producen más de 500 000; producían veintitantos mil de vegetales, hoy producen más de 200 000. Pero es que tenemos que producir millones de quintales, ¡millones!, y en ese sentido la provincia está elaborando y tratando de desarrollar un plan para disponer de 900 caballerías con regadío, para producir viandas y vegetales. Hay que ayudar a ese plan. Estamos llevando, por otro lado, un programa de incremento de los sistemas de riego, sobre todo, del sistema de riego por goteo, que duplica, casi triplica la producción del plátano. Debemos ayudar a la provincia suministrándole los sistemas de riego por goteo que necesite para sus plantaciones de plátano, los sistemas más modernos de regadío, para distintos cultivos, porque no posee abundante tierra. Más del 60% de las áreas de la provincia son montañosas, otras son onduladas, tiene pocas áreas llanas y parte importante, más de 5 000 caballerías, están dedicadas a caña. Ya se han transferido algunas áreas de caña a viandas y vegetales, se van a transferir algunas más; pero quedarán unas 5 000 de caña, con las cuales nos proponemos elevar más todavía los rendimientos, tratar de llegar a 90 000 ó 100 000 arrobas por caballería; también con riego aspiramos a llegar a 2 000 caballerías en caña, después de liberar algunas tierras para viandas y vegetales. Consideramos que con 900 caballerías con riego para viandas y vegetales, la provincia puede suministrarse de sobra de todos estos productos; porque, además, la población rural, las cooperativas, las granjas estatales, pueden autoabastecerse perfectamente de viandas y vegetales, y se trata de producir las viandas y vegetales para la población urbana. Hay un ambicioso programa, debemos apoyar ese programa. Hay el propósito de construir todas las presas que faltan en poco tiempo, en tres o cuatro años, presas y micropresas. Debemos ayudar a la provincia a llevar a cabo ese programa, para que riegue caña, riegue viandas y vegetales, riegue también algunos pastos e incremento su producción agrícola. Después de la experiencia que hemos vivido con la sequía, sabemos que no puede haber agricultura segura en esta provincia si no garantizamos el riego de esas áreas. Son planes ambiciosos, planes realmente estimulantes que la provincia tiene y que nos proponemos apoyar. Va a crecer la producción de huevo —dije que se producen 173 millones—; a veces hay que traer de otras provincias, entonces va a crecer la producción de huevos hasta 300 millones al año, casi el doble de lo que se produce actualmente. Va a crecer la producción de aves y, sobre todo, va a crecer la producción de la carne de cerdo. Tienen ya dos centros integrales de producción de cerdo que producen unas 4 000 toneladas; van a construir inmediatamente dos más, para llegar a 8 000 toneladas, utilizando fundamentalmente los desperdicios de alimentos y de la agricultura. Pero no nos conformamos con eso, hemos estado coordinando con el Ministerio de la Industria Azucarera para proceder a completar las partes que le faltan a la fábrica de torula del central "Mella", y convertir aquella planta en una fábrica de torula líquida, que pueda permitir la producción de alrededor de 8 000 toneladas adicionales de carne de cerdo; hemos estado discutiendo en detalle con el Ministerio de la Industria Azucarera cuál es la capacidad de la planta, cuánta miel necesita, de dónde vamos a sacar la miel, aparte de la que produzca, la posibilidad de incorporar miel integral a esa fábrica, no teniendo que transportar de otro lado, e inmediatamente se van a poner a trabajar los compañeros de la industria azucarera y de la construcción en terminar esa planta de torula. Dentro de algunas semanas se va a poner la agricultura, tan pronto tenga los proyectos, a trabajar en la construcción de, por lo menos, cuatro combinados integrales más. Y vamos a trabajar a toda velocidad para ver si tenemos eso, que no está en los planes mencionados para el congreso. Vamos a ver cuánto tardan, cuánto resiste un centro integral porcino al espíritu constructivo que hoy tienen los santiagueros. De modo que con estos serían seis nuevos centros integrales, 12 000 toneladas más de carne de cerdo; y puede ser que no nos detengamos ahí, porque estamos estudiando la saccharina, un pienso surgido de la caña, resultado del esfuerzo de los investigadores cubanos, muy prometedor. Es decir que hay cosas que no puede decirse que estén concretas, pero que tienen grandes perspectivas a través del empleo de la caña en la producción de pienso; por eso debemos elevar los rendimientos de la caña en esta provincia hasta 100 000 arrobas, de ser posible. Vamos a seguir produciendo la misma cantidad de azúcar, incluso más azúcar; pero, de la caña adicional que produzcamos, vamos a producir carne de cerdo, carne de res y otros productos. Pero ya, como plan concreto e inmediato, se va a proceder a la terminación y utilización de esa planta de torula; ya sabemos qué cuestan los componentes que faltan, en qué tiempo la podemos terminar, y creo que la agricultura va a tener que apurarse duro construyendo los centros porcinos. Hay planes también de incremento de la producción de leche, aunque, desde luego, no podemos pretender que la provincia de Santiago de Cuba haga todo eso y, además, se autoabastezca de leche. Tenemos otras provincias con grandes áreas aptas para la ganadería lechera, que las utilizaremos en estos propósitos. Algo hay que suministrarle a Santiago desde otros lugares, eso es inevitable; pero estos planes agrícolas son factibles, aunque son ambiciosos y debemos darle el máximo impulso. Ustedes tienen ahora la gran meta del congreso para hacer todo esto. Decía anteriormente que este espíritu no lo vemos solo en la provincia de Santiago de Cuba; hay un altísimo espíritu en la provincia de Granma, en la provincia de Las Tunas, en la provincia de Holguín, en la provincia de Guantánamo, en la provincia de Camagüey y en la provincia de Pinar del Río. He visto un espíritu similar a este en los últimos tiempos, prácticamente, en todas las provincias. Por eso es justo reconocer esto y reconocer el esfuerzo que las provincias están haciendo. Los planes de desarrollo que tenemos para Santiago hay que repetirlos en Guantánamo, en Granma, en Holguín y en Las Tunas, porque en estas provincias orientales fue donde más creció la población en los años de Revolución; creció a un ritmo más alto que las demás provincias, y las inversiones que se hicieron, aunque fueron muchas, estuvieron por debajo del crecimiento de la población y del crecimiento de la productividad del trabajo; es decir, creció la población a un ritmo más alto que las inversiones y creció la productividad del trabajo. Eso dio lugar a ciertos excedentes de fuerza de trabajo en las provincias orientales. Ya ven ustedes, a pesar de que en esta provincia se elevó el empleo en un 311%, a pesar de eso, hay excedente, algún excedente de fuerza de trabajo en Santiago de Cuba y en otras provincias orientales. Pero el Partido ha trazado la política justa de priorizar las inversiones en las provincias orientales, y está establecido como una regla, como un principio, que cuanta industria pueda construirse en las provincias orientales, se construya en las provincias orientales (APLAUSOS).
Creo que con este esfuerzo que se está llevando a cabo consecuentemente, en relativamente poco tiempo no podrá hablarse de excedente de fuerza de trabajo en estas provincias. Hay algunas en que falta, como Cienfuegos, o Camagüey, y están haciendo grandes esfuerzos porque llevan a cabo también ambiciosos planes.
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En todas partes, y aun conscientes de que tal vez estemos simplemente comenzando, se observan los primeros frutos de la política de rectificación de errores y tendencias negativas. Hemos podido apreciarlo, por ejemplo, en el reciente congreso de los trabajadores de la construcción que tuvo lugar en la capital, un cambio notable en la mentalidad y el espíritu de los constructores. Ya se sabe que ninguna obra puede eternizarse, ya se sabe que las obras hay que empezarlas y terminarlas. Sobre eso dieron una brillante lección los santiagueros en estos días.
Pude apreciar ese espíritu en la reunión de empresas de las provincias habaneras, más de 1 000 empresas. Fue notable el cambio que ha tenido lugar en dos años: desde una situación en que había un descontrol total, salarios hipertrofiados, caos, a una situación en que empiezan a aparecer por todas partes los conceptos de contabilidad, de costo, de eficiencia.
Los que tuvimos el privilegio de participar en tres reuniones —la primera, hace dos años; la segunda, hace un año, y la tercera en días recientes—, pudimos apreciar cambios realmente profundos en la mentalidad de los cuadros. Ciertas ideas verdaderamente nuevas, necesarias, imprescindibles, se abren paso: la necesidad de la aplicación de las técnicas científicas en la organización y dirección de las empresas, el perfil amplio, el concepto adecuado del escalafón, y que la antigüedad sea no el elemento fundamental para asignar un puesto de trabajo, sino que el elemento fundamental sea la capacidad, y se tome en cuenta la antigüedad como un elemento entre dos que posean iguales capacidades.
El socialismo en todas partes, y también en nuestro país, con un exceso de paternalismo y como herencia de los viejos conceptos y enfrentamientos entre los trabajadores y los capitalistas, cayó en una serie de normas blandengues y en una serie de concesiones que se convirtieron en verdaderos obstáculos al desarrollo de las fuerzas productivas.
Un ejemplo brillante de lo que significa la aplicación de estos conceptos del perfil amplio, lo vimos recientemente en la provincia de Matanzas, al inaugurar la mayor unidad termoeléctrica del país, de 300 000 kilowatts: se suponía que hacían falta allí, de acuerdo con las normas tradicionales, 531 trabajadores, y con la aplicación de estos conceptos, la planta está funcionando con menos de 249 trabajadores. La plantilla fue reducida a más de la mitad. Imaginen lo que significa de ahorro, de transporte, de comedores, de todo, incluso de oficinas, porque hay que decir que en la gran oficina, que estaba en el proyecto de aquella unidad de acuerdo con los viejos conceptos, se ha puesto una facultad de ingeniería para 200 alumnos. ¡Vean si había oficina allí!, y sobra todavía espacio para los trabajadores de oficinas que iban a existir.
Pero no se trata solo de racionalizar trabajadores de oficina, sino trabajadores de las unidades productivas. Hay un potencial enorme para elevar la eficiencia y la productividad de nuestros centros productivos, y esto hay que aplicarlo no solo a los centros de producción material, sino también a los centros de servicios.
Estas ideas que van ganando fuerza constituyen una verdadera promesa para el trabajo eficiente y altamente productivo.
No queremos a nadie en la calle sin empleo, y el día que trabajemos bien, con eficiencia y sobre la fuerza de trabajo, la solución es disminuir las horas de trabajo. ¡Pero mucho cuidado en pensar en eso por ahora, ni siquiera soñarlo!, al contrario, ahora tenemos que trabajar más.
¿Qué les dijimos a esos constructores que van para la presa de Baconao? Hay que trabajar día y noche, dos turnos de 12 horas.
¿Qué les dijimos a los compañeros que van a construir la circunvalación? Y olvidé mencionar esa obra que también vamos a acelerar, para conectar el nuevo aeropuerto con importantes áreas de la ciudad, al cual ni siquiera he mencionado —esa proeza constructiva que es el nuevo aeropuerto de Santiago de Cuba, una especie de portaavión a lo largo de la costa; se está rellenando aquel precipicio que había allí, para tener un aeropuerto internacional con una pista de cuatro kilómetros—; pues se está construyendo ya —iba a ritmo lento porque le faltaban algunos equipos, lo cual fue resuelto— la circunvalación de Santiago. ¿Qué les dijimos a los compañeros? Organizar un contingente y trabajar día y noche, como los que construyeron el pedraplén para el petróleo en la bahía de Cárdenas, o más aún, como los que acaban de construir el pedraplén de Ciego de Avila, desde Turiguanó a Cayo Coco, más de 20 kilómetros han construido, en apenas 15 ó 16 meses, un puñado de trabajadores y han empatado la costa, por mares poco profundos, con una isla que tiene grandes posibilidades turísticas, situada a más de 20 kilómetros de distancia de la costa. Calladamente, silenciosamente, empezaron en marzo el trabajo y hoy nos llegó la noticia, enviada por los constructores, de que hoy o ayer, no sé en qué momento, como homenaje al 26 de Julio habían empatado la tierra firme con Cayo Coco (APLAUSOS).
Hoy les decimos a los hombres: hay que trabajar duro, hay que aprovechar bien esas máquinas. Si un buldócer vale 100 000 dólares, no hacemos nada con utilizar ese buldócer 5 ó 6 horas. Si ese buldócer vale 100 000 dólares, hay que tenerlo trabajando 15 ó 20 horas todos los días, y el buldócer lo resiste si se le trata bien y se le mantiene de una manera adecuada.
Les decimos a los compañeros: no tenemos muchos buldóceres, no tenemos muchos cargadores, hay que sacarles el máximo a esos equipos. A esa gente que van a construir autopistas para la ciudad, acueductos para la ciudad, planes agrícolas para la ciudad, les estamos diciendo: hay que trabajar duro y hay que trabajar mucho.
Quizás una de las tragedias de los países del Tercer Mundo es que ahora el consumo de las sociedades capitalistas desarrolladas, trabajando siete horas, seis horas, cinco horas. Es un sueño, es una ilusión. Si se quiere disponer de abundantes riquezas materiales, las que necesitamos y las que deseamos, es necesario trabajar y trabajar duro, es necesario elevar la productividad del trabajo, es necesario emplear de manera racional todos los recursos humanos y materiales; no hay otro camino.
En días recientes me asombraba de algunas noticias que traían los periódicos, y es que en Japón, el país capitalista que más ha avanzado en los últimos tiempos, el país capitalista más industrializado, que ha superado a Estados Unidos, a la Comunidad Europea, a otros poderosos sectores industriales en el mundo, los japoneses —leí en el cable— tienen como promedio seis días de vacaciones al año, ¡seis días!
No es para que yo proponga que tengan los cubanos seis días de vacaciones, ya tenemos algunos malos hábitos que no resultan fáciles de cambiar; no estoy proponiendo tanto, estoy proponiendo que se trabaje lo que se tiene que trabajar los días de trabajo del año (APLAUSOS). Porque si suman el mes de vacaciones, más el sábado libre, con el sábado de trabajo que es medio libre al final para alguna gente; si sumamos ausentismo con cualquier pretexto; si sumamos el hecho del perfil estrecho en las industrias, descubrimos que en realidad no se están trabajando ocho horas, ni siete horas y media, ni siete, es menos. Y sería un demagogo, sería un irresponsable el que le dijera al pueblo o a cualquier ciudadano que un país se puede desarrollar, que un país puede adquirir todo lo que necesita trabajando deficientemente o trabajando poco.
Claro está, con esos perfiles estrechos es muy difícil a veces hallar contenido de trabajo para ocho horas, y una de las cosas fundamentales en este proceso de rectificación son los estudios que estamos llevando a cabo, las ideas que se han elaborado en este sentido para aplicarlas a algunos centros nuevos, ya que no se quiere crear problemas políticos, ya que aplicando esto de manera rigurosa en todos los centros tendríamos un excedente de fuerza de trabajo, y lo que queremos es ir empleando todo excedente de manera racional y útil, no crear traumas; ya que a un hombre que le digan que no es necesario en su trabajo, aunque lo manden para su casa con su sueldo, es un hombre traumatizado. Y no queremos resolver los problemas de esa forma, no queremos resolver los problemas traumatizando a nadie; pero digo que se abren grandes posibilidades, si somos capaces de llevar consecuentemente a la práctica estos principios.
Nosotros no le imponemos nada al trabajador, nosotros persuadimos al trabajador: esto es lo que te conviene a ti como ciudadano, a tu colectivo; esto es lo que le conviene a tu país; esto es lo que le conviene a tu patria, a tu pueblo. Y trabajamos con métodos persuasivos y no mediante ucases. Es fácil dictar ucases, lo difícil es hacer las cosas por medios políticos, por medios inteligentes. Muchas veces ello obliga a andar despacio; es preferible andar despacio porque se llega más lejos, que querer correr y llegar menos lejos, llegar más cerca, no llegar a ninguna parte o retroceder.
Considero que se abren importantísimas posibilidades para nuestro país y lo que estamos viendo ya en las provincias lo demuestra.
Mencioné la reunión de las empresas de la capital; podría mencionar también la reunión del Comité Central del Partido, donde los organismos estuvieron informando qué están haciendo y qué resultados están obteniendo en el proceso de rectificación; o en la última reunión de la Asamblea Nacional, donde realmente las provincias informaron cosas estimulantes, impresionantes, de los avances que van logrando.
Y, por lo pronto, a pesar de ser un año dificilísimo, estos años 1987, 1988 y posiblemente dos o tres años venideros próximos serán los más difíciles de la Revolución en materia de divisas convertibles, como hemos explicado, porque los precios de nuestras exportaciones fundamentales bajaron, porque las monedas donde compramos se encarecieron, porque las sequías nos afectaron en más de un millón de toneladas, y no solo hemos tenido que estar disminuyendo nuestras exportaciones de azúcar en área convertible, casi reducirlas a cero, sino adquiriendo un millón de toneladas de azúcar por año para cumplir nuestros compromisos con los países socialistas. ¡Un millón de toneladas por año importadas en estos años de sequía! ¡Nunca la Revolución tuvo más dificultades con las divisas convertibles, nunca!
En otras épocas las mercancías tenían otros precios, en otras épocas había créditos. Cuando venían sequías y dificultades siempre había una solución para buscar la divisa convertible; hoy no existen esas posibilidades, hoy hay que pagar prácticamente de contado cada cosa que se adquiere.
Tenemos nuestro comercio con los países socialistas, normal; suministramos y nos suministran, pero tenemos problemas muy serios con la divisa convertible. A pesar de eso vean las cosas que se pueden ir haciendo: cómo se pueden hacer cosas para ahorrar importaciones, cómo se pueden hacer cosas para ahorrar divisas y cosas para aumentar las exportaciones.
Por eso en la reunión del Comité Central se planteó que ya que ha llovido este año, bien en mayo, bien en junio, bien en julio, que aprovechemos esta oportunidad, que limpiemos todas las cañas, que no era posible hablar de vacaciones mientras hubiera caña enhierbada. Les hemos pedido un esfuerzo a los trabajadores de la agricultura, especialmente a los agricultores de la caña, para que en julio y agosto limpien las cañas totalmente. Eso puede significar cientos de miles de toneladas de azúcar adicionales que el país necesita.
Los trabajadores azucareros han dado una excelente respuesta, más de 200 000 están en los campos limpiando las cañas, en medio del rigor del verano, el sol y de los calores de julio y agosto; porque no podemos vivir en las nubes, no podemos vivir ignorando las realidades, y si hay la posibilidad de sacar medio millón más de toneladas de azúcar, no podemos irnos de paseo. Por eso decía que por todas partes hay una excelente respuesta.
Estamos haciendo muchas cosas, mucho más de lo que hacíamos cuando las importaciones del área capitalista eran incomparablemente mayores. Por eso es necesario desarrollar las exportaciones en todos los renglones posibles, y explotar un recurso maravilloso de este país, el sol y los mares. Por eso tenemos que desarrollar el turismo y por eso estamos haciendo un esfuerzo especial en ese terreno. Hay una gran demanda internacional de capacidades en Cuba para el turismo, y ya ustedes ven las maravillas que tienen nuestras costas, nuestra naturaleza. Ahí está el parque Baconao, para citar un ejemplo; ahí pueden ver ustedes lo que se ha hecho en poco tiempo, con pocos recursos, y ya hay tres hoteles internacionales en Baconao produciendo divisas convertibles. Algunos dirán: "¡Qué lástima que no puedo ir a tal hotel!", pero es que no se puede tener todo; no se puede tener acueducto, escuelas, hospitales, salud, alimentación, transporte, todo, y, además, disfrutar todos los hoteles. No nos queda más remedio que exportar servicios hoteleros y privarnos de algunos hoteles, aunque muchas veces esos hoteles durante una parte del año, cuando no haya turismo internacional, especialmente en los meses de calor, prestarán servicios al público nacional, excepto los casos aquellos en que sean propiedad de empresas mixtas, cuyo uso originara pérdidas para el país en convertible. Lo digo porque hay gente que reacciona de forma irreal. Yo he escuchado opiniones pequeñoburguesas, ¡verdaderamente pequeñoburguesas!, de individuos que quieren tener universidad, hospital, escuela, carrera, empleo, transporte, recreación, arte, cultura, ¡todo!, y entonces dicen: ¡Pero cómo me duele que estando en mi país no pueda ir a tal hotel!, a un determinado hotel, y lo ven como una tragedia de la cual culpar a la Revolución. También pudiéramos decir: ¡Qué lástima que no consumimos toda la langosta que producimos! Producimos más de 10 000 toneladas de langosta y las tenemos que exportar; se la tenemos que enviar a los japoneses ricos, a los franceses ricos, a los españoles ricos, al canadiense rico, al otro, para que coman langosta, y nosotros quedarnos sin langosta. Es muy apetecible, quién lo duda; la hay en algunos restaurantes. Pero puede no haber langosta; sin embargo, con lo que vale una tonelada de langosta en el mercado mundial importamos 20 toneladas de leche en polvo, y con 20 toneladas de leche en polvo hacemos 200 000 litros de leche, y con 200 000 litros de leche se les da leche durante todo el año a muchos niños que están en las montañas, se les da leche a muchos niños que antes no la tomaban, se les da leche a muchos niños que antes estaban raquíticos (APLAUSOS). Podemos decir: no hay langosta en el menú cubano, pero no hay niños pidiendo limosnas por la calle (APLAUSOS). No hay langosta en el menú cubano, pero no hay niños raquíticos en nuestro país, no hay niños muriéndose de hambre en nuestro país, no hay un niño que no tenga un litro de leche diario. Y por eso tenemos hoy uno de los pueblos más saludables del mundo (APLAUSOS). Bien podemos decir: expórtese la langosta y vamos a asegurar la leche, los frijoles, los garbanzos, el pienso que necesitamos para producir el huevo, para producir el pollo y otros alimentos. ¿O qué?, ¿nos vamos a comer también la langosta y gastar 100 millones de dólares, dejar de percibir más de 100 millones de dólares? Después no habrá piezas para nada, no habrá materias primas para los medicamentos, no habrá instrumental quirúrgico, no habrá rayos X, y entonces el día que necesitemos esto, o lo necesite un ser querido, ese es el día en que nos duele de verdad que falte el medicamento o que falte el material gastable de una operación, el día en que le salvan la vida o le devuelven la salud a ese ser allegado. Hay gente que todavía no entiende, y no entiende que tengamos que explotar el sol, ese sol y esa luna, incluso, que nos ilumina hoy; no vivimos en el Polo Norte ni en el Polo Sur, no vivimos en un país frío, vivimos en un país, por cierto, caluroso, más aún aquí, en Santiago de Cuba. Esa es una riqueza. Otros tienen petróleo y lo explotan, lo exportan. Mucho de ese dinero fue a parar quien sabe adónde. En muchas ocasiones lo malgastan, lo despilfarran, y nosotros no tenemos riqueza fácil, hay que buscarla trabajando duro. No es fácil cultivar caña, no es fácil producir azúcar —afortunadamente hemos mecanizado ese proceso en la cosecha—, y tenemos que trabajar duro para ganarnos el pan, para obtener esos recursos. Las exportaciones son difíciles, hay que competir duro también en el campo del turismo. Ahora, el campo del turismo puede ser fuente de empleo para decenas de miles de compatriotas, que tienen que ser trabajadores bien preparados, que tienen que saber atender al turista como debe atenderse. Bien, vamos a desarrollar el turismo, y en todo lo que sea hoteles nacionales o de empresas controladas por el país, en estos meses calurosos, si no hay un turista extranjero, podemos utilizarlos también para los turistas nacionales. Pero, desde luego, sería una ilusión imaginarse que vamos a tener un cuarto turístico en cada playa del país para los 10 millones de habitantes, en los meses de julio y agosto. Con mucho realismo y sentido común desarrollamos los planes de campismo, porque debemos convertir el turismo en una de las fuentes de ingreso en divisas para el país. Y creo que en esto los santiagueros deben estar en primera línea, la tradicionalmente hospitalaria Santiago debe ocupar un lugar destacado en el turismo. Se están haciendo hoteles por Baconao, vamos a hacer hoteles también por allá, por el oeste (APLAUSOS). Claro que hay muchas cosas buenas para el turista extranjero que las recibe también la población; si hacemos un acuario lo va a disfrutar toda la población, los turistas también; si hacemos un zoológico lo va a disfrutar toda la población, los turistas también; si hacemos esos centros de recreación infantil y juvenil, como los que tenemos en Baconao, lo disfrutan todos los niños. Ese desarrollo turístico va a ayudar también a la población en muchas cosas, y le va a originar importantes ingresos al país.
Creo que ese es otro de los planes ambiciosos que debemos impulsar en la provincia de Santiago de Cuba. Y creo que el pueblo lo entiende, el proletario lo entiende, el trabajador lo entiende; el pequeñoburgués no lo entiende. Y todavía hay señoritos aquí que se han criado como pequeñoburgueses, y están a mil leguas de las realidades, esa es la verdad (APLAUSOS).
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Debemos continuar esforzándonos en este proceso. Explicaba cómo a pesar de la escasez terrible de divisas, estamos haciendo más cosas que otros años, y está creciendo la economía. Creció la de Santiago de Cuba en más de un 7% en este semestre, y crecieron las de casi todas las provincias en un 4%, en un 5%, en un 6%, a pesar de las dificultades; pero creciendo de verdad, no creando ficticios valores.
Usted no hace nada en una fábrica que tiene que producir 90 renglones y hace 40 nada más, y crea equis millones con 40, ¿para qué sirven, si no hizo los otros?; o crear equis millones en construcciones que no se terminan nunca, ¿para qué sirven, si no para enterrar cemento, combustible, materiales? Está creciendo la economía, a pesar de que tuvimos la sequía del año pasado; debe seguir creciendo, debemos arreglárnosla de verdad, a pesar de esas dificultades, para hacer cada vez mejor las cosas y resolver cada vez más problemas, y resolver cada vez mejor los problemas. De eso se trata en este proceso de rectificación.
No somos nosotros solos, todos sabemos, porque leemos noticias por los periódicos, que los demás países socialistas están analizando su historia, su actuación, su trabajo, están tratando de superar sus dificultades. No hay época histórica en que un régimen social, un sistema social, en tan breve tiempo, haya alcanzado logros tan gigantescos como el socialismo; pero siempre, en cualquier obra humana, habrá material para la crítica, para el análisis y para la superación de las dificultades. El revolucionario no se siente nunca satisfecho, ni puede sentirse, tiene que ser un eterno inconforme.
Desde el Tercer Congreso de nuestro Partido, en el que con gran realismo, gran claridad y valentía fueron analizadas nuestras dificultades, nuestros errores y nuestras tendencias negativas, empezó este proceso de rectificación; de forma más o menos simultánea ocurrió lo mismo en la Unión Soviética y en otros países socialistas, sin que nadie se pusiera de acuerdo previamente para eso.
Hay algunos que creen que lo que están haciendo en otros lugares es lo que nosotros tenemos que venir a hacer enseguida; hay también cerebros de esos, gente sin confianza en sí mismos, sin confianza en su patria, sin confianza en su pueblo, sin confianza en su revolución, que enseguida dicen que hay que copiar (APLAUSOS). Esa es una actitud incorrecta, esa es una actitud equivocada, porque no hay dos procesos revolucionarios iguales, no hay dos países iguales, no hay dos historias iguales, no hay dos idiosincrasias iguales; unos tienen unos problemas, otros tienen otros; unos cometen unos errores, otros cometen otros.
Si realmente a alguien le duele una muela, por qué debe buscar un remedio para los callos; o, si le duelen los callos, para qué tiene que buscar un remedio para la muela. Por eso nuestras medidas no son iguales ni pueden ser iguales a las de otros países, y sería incorrecto totalmente que nosotros buscáramos soluciones iguales, o copiáramos mecánicamente las soluciones de otros países.
Empiezo por decir una cosa: que esta Revolución se caracterizó, precisamente, no por ser copiadora, sino por ser creadora (APLAUSOS). Si nosotros nos hubiésemos dejado llevar por los esquemas, no estaríamos reunidos hoy aquí, no habría habido un 26 de Julio, no habría habido una revolución socialista en este hemisferio, todavía no habría habido tal vez ninguna. Si nosotros nos hubiésemos dejado llevar por esquemas, la teoría decía que no podía hacerse una revolución aquí; es lo que decía la teoría, es lo que decían los libros, es lo que decían los manuales. ¡Entiéndase bien!: es lo que decía la teoría, es lo que decían los libros, es lo que decían los manuales.
Nuestra situación no era peor que en otros países latinoamericanos, las condiciones económicas y sociales objetivas en Cuba, por malas que fueran —¡y miren que eran malas!—, no se parecían a las condiciones objetivas de otros países latinoamericanos mucho peores; y hoy observamos que en esos países no se ha producido todavía una revolución socialista.
Hago una salvedad —y no la pongo en categoría de revolución socialista, la pongo en la categoría que ellos la quieran definir, pero a la cual considero una revolución verdadera y profunda—, hago la excepción de la Revolución Nicaragüense (APLAUSOS). Solo ellos pueden saber cómo hacer las cosas allí, cómo abordar los problemas.
Daniel, recientemente, habló sobre la esencia, el carácter o el sentido socialista de la Revolución Nicaragüense; eso sirvió para una gran escandalera, y no dijo nada, sino la esencia, el carácter, el sentido del proceso; no dijo que era una revolución socialista.
Pero, bueno, en el resto de América Latina no ha habido ninguna, y siguen todos los problemas que yo mencionaba aquí. Hay algunos lugares en que se mueren más de 100 niños por ano de cada 1 000 nacidos vivos, y en algunos lugares 150 y en otros 200, la mortalidad infantil en muy pocos países baja de 60. La prostitución, la droga, la mendicidad, la pobreza están por todas partes; el raquitismo, la desnutrición, los niños sin escuelas, los jóvenes sin empleo, sin universidades, están por ahí por todas partes, y no ha habido una revolución.
Es que una revolución requiere de muchas circunstancias, y no resulta fácil en ningún sentido.
Si nosotros hubiéramos dicho: vamos a ponernos a esperar que haya una enorme crisis económica en Cuba, como la del machadato, y peor que la del machadato, y que el hambre lleve a la gente al combate, estaríamos todavía esperando. Pero nosotros, a partir de los principios del socialismo, del marxismo-leninismo, sacamos nuestras conclusiones —no las de los folletos— y dijimos: en Cuba hay condiciones objetivas para la Revolución, faltan las condiciones subjetivas. Nuestro pueblo tiene especiales características. Esas condiciones subjetivas para la revolución se pueden crear, porque había condiciones objetivas.
No era un capricho, nosotros estábamos pensando en la revolución, incluso antes del 10 de marzo de 1952. Nosotros habríamos tratado de seguir el camino revolucionario con 10 de marzo y sin 10 de marzo. Lo digo de verdad, porque mucho antes del 10 de marzo ya algunos habíamos estado pensando en una revolución de verdad (APLAUSOS), y en una revolución con el pueblo, en una revolución profunda, en una revolución que más tarde o más temprano tenía que ser una revolución socialista, porque no concebíamos otro tipo de revolución en nuestro país, dominado por el neocolonialismo, dominado por el imperialismo, en este país donde casi todos los centrales, los ferrocarriles, las minas, los puertos, las mejores tierras, la electricidad, el teléfono, la goma, todo era propiedad extranjera. Eramos una colonia, ¡peor que una colonia!
Partiendo, yo diría que de dos corrientes del pensamiento —para ser más exactos—: partiendo del pensamiento marxista-leninista y partiendo del pensamiento martiano, partiendo de una valoración correcta de nuestro pueblo, de su idiosincrasia, de su historia, de las realidades objetivas que sufría, aunque no fueran tan terribles como las que padecen otros países de nuestro continente, llegamos a la conclusión de que la revolución era posible en nuestro país, y por eso, nuestro país, que fue el último, ¡el último!, en independizarse de España, fue el primero en independizarse del imperialismo yanki en este hemisferio, ¡el primero!, y el primero en llevar a cabo una revolución socialista (APLAUSOS).
Quisiera saber qué habrían hecho en circunstancias como aquellas antes del 26 de julio algunos de estos copiadores e imitadores de pacotilla. Los podríamos situar en aquellas circunstancias exactas de donde partió nuestra Revolución, para ver qué hacían.
Por eso digo que la primera gran prueba de que nuestra Revolución fue una revolución creadora es que no siguió los esquemas, y, en la construcción del socialismo, nuestra Revolución hizo muchos aportes, siendo fiel a los principios del marxismo-leninismo: el principio del estudio y del trabajo, por ejemplo, proclamado por Marx a partir de la historia de la clase obrera inglesa, donde había los niños explotados que se convertían en una fuerza productiva, concibió la idea de que en el socialismo se podía y se debía combinar el estudio y el trabajo; y Martí, a partir del conocimiento de la idiosincrasia y las realidades de nuestro pueblo dijo lo mismo. Nuestro país fue el primero en el mundo en aplicar masiva y consecuentemente esos principios, y hoy vemos los frutos en la conducta de nuestra juventud, porque no por casualidad estas nuevas generaciones poseen las cualidades revolucionarias que vemos en ellas.
Durante más de 25 años se viene aplicando este principio. Ya hay generaciones enteras, ya todo joven que tiene aquí 35 años alguna vez de una forma u otra participó en el estudio y el trabajo. Por eso cuando lo llaman a una obra, al trabajo voluntario no se asustan. Fue prueba del espíritu creador de nuestra Revolución.
Las organizaciones de masas poderosas, creadas por nuestra Revolución, fueron otra prueba de ese espíritu creador; los Comités de Defensa, la Federación de Mujeres, no como comité en la cúpula, sino como organización de base, es una creación de la Revolución; la organización de los campesinos. No hablo ya de algo que existía, que eran los trabajadores organizados en sindicatos. Ninguna revolución tuvo las organizaciones de masas que ha tenido nuestra Revolución y que otras revoluciones ulteriores han tratado de utilizar como experiencia. Los Comités de Defensa hoy los tienen varios países del Tercer Mundo que han hecho la revolución.
La forma en que nuestro país hizo la reforma agraria fue diferente a la forma en que la hicieron todos los demás países socialistas, porque todos los demás dividieron la tierra y nosotros no la dividimos. ¡Ah!, si hubiéramos dividido los grandes latifundios ganaderos, cañeros, en fracciones, en minúsculos minifundios, hoy no seríamos los suministradores de calorías para 40 millones de personas en el mundo. Nosotros exportamos, a través del azúcar, calorías suficientes para 40 millones de personas. Mantuvimos aquellas unidades y las desarrollamos como grandes empresas de producción. Le entregamos la tierra al campesino que la tenía en posesión; al que era aparcero, colono, precarista, arrendatario, le dijimos: toma, aquí tienes la tierra en propiedad, y después no lo hemos forzado a unirse en cooperativas. Hemos tardado 30 años en el proceso de unir esas parcelas, hemos ido poco a poco, a base de un principio estricto de voluntariedad. No puede haber un solo campesino en Cuba que diga que lo metieron por la fuerza en una cooperativa, ¡no puede haberlo!; sin embargo, ya más de dos tercios de sus tierras están en cooperativas, y están avanzando, están prosperando, y, por otro lado, en nuestro país tenemos el 80% de la tierra en granjas estatales, cuyo autoconsumo incluso es producido colectivamente. Las cooperativas tienen también su autoconsumo colectivo. Fue un camino diferente.
Nuestra Revolución —no lo puede negar nadie— se ha mantenido con una fortaleza ideológica tremenda, porque aquí, ¿quién nos puede defender? Si el imperialismo nos ataca, ¿quién va a defender la isla? No vendrá nadie de fuera a defender nuestra isla; nuestra isla la defendemos nosotros (APLAUSOS). No es que alguien no quiera defendernos, es que nadie puede, porque esta revolución socialista no está a unos pocos kilómetros de la Unión Soviética; esta revolución socialista está a 10 000 kilómetros de la Unión Soviética.
Si el proceso revolucionario en Cuba tuviera una crisis, ¿quién lo salva? ¿Va a venir el imperialismo a salvar el proceso revolucionario? Si el proceso revolucionario en Cuba se debilita, ¿quién lo salva?
Por eso, lo que nosotros hagamos tiene una importancia excepcional. No es que nosotros queramos ser más virtuosos que nadie, ni más puros que nadie, sino que nosotros estamos a 90 millas del imperio más poderoso de la Tierra, y a 10 000 kilómetros del campo socialista. Nosotros estamos a dos milímetros del imperio allí en la Base Naval de Guantánamo, y por eso el imperio trata de debilitar ideológicamente a la Revolución, por eso hace tanta campaña, tanta propaganda para tratar de sembrar la desconfianza, la duda, dividir, debilitar a la Revolución, para tragársela como una manzana madura. Ya dijeron eso en otros siglos, y elaboraron la teoría de la manzana madura. No han podido con todos sus planes y sus conspiraciones, ni van a poder por dentro socavarla.
Por eso no siento sino desprecio por aquellos que se dejan arrastrar por pamplinerías y por ilusiones, aquellos débiles de corazón, débiles de cerebro, débiles de voluntad, que son incapaces de comprender estas realidades.
Creo que nuestro país ha hecho una proeza histórica extraordinaria al construir el socialismo aquí en las condiciones geográficas en que lo ha construido, y por eso nosotros debemos velar por la pureza ideológica de la Revolución, por la solidez ideológica de la Revolución (APLAUSOS). Por eso nosotros no podemos utilizar mecanismos, ninguna clase de instrumentos que huelan a capitalismo; es cuestión esencial de supervivencia de la Revolución, por eso la Revolución tiene que apegarse resueltamente a los principios más puros del marxismo-leninismo y del pensamiento martiano, apegarse a ellos y no andar jugando ni coqueteando con cosas del capitalismo.
¡Nosotros creemos en el socialismo y creemos profundamente en el socialismo! (APLAUSOS), porque el socialismo ha transformado a nuestra patria, el socialismo ha transformado nuestras vidas, y el socialismo promete mucho más, porque si hoy hablamos de esto y de lo otro, de viviendas, de barrios insalubres que pueden ser erradicados en breve tiempo, de agua, de alimentos, de educación y salud plenas, de desarrollo industrial y agrícola, es porque somos dueños de nuestro país; porque el socialismo nos hizo dueños del país; el socialismo nos hizo dueños de nuestras tierras, de nuestros centrales azucareros, de nuestras fábricas, de nuestras minas, de todo, y por eso podemos decir: vamos a trabajar, vamos a hacer esto, lo otro, todo. ¿Podría hacerse en una sociedad capitalista o en una caricatura de capitalismo como era este país, en una neocolonia yanki?
Nosotros creemos en el socialismo y, por lo tanto, tenemos que ser muy cuidadosos en la interpretación y la aplicación de la teoría; tenemos que ser muy cuidadosos en cada paso que demos. Y así fue siempre la Revolución, ahora va a cumplir 30 años la criatura, y está saludable, rozagante, fuerte, a 90 millas de Estados Unidos (APLAUSOS).
Por eso cada país, a partir de su historia, a partir de sus experiencias concretas debe elaborar sus fórmulas, y nosotros respetamos las fórmulas que elabore cada país, experimentamos hacia ellas el mayor respeto. Nos alegramos del esfuerzo que realizan los países socialistas por superar dificultades, problemas que se les han creado a lo largo de la historia; pero hay muchos problemas que se crearon en otros países que no se crearon en este, nuestros problemas son diferentes, son de otro tipo, precisamente porque no copiamos, porque fuimos creadores y no simplemente copiadores.
A veces, incluso, he criticado que era tal nuestro celo por aplicar nuestras interpretaciones, que dejábamos de utilizar experiencias positivas de los países socialistas; pero, a veces, también copiamos experiencias negativas de los países socialistas, esa es la verdad. Ahora seguiremos buscando nuestro camino, nuestras fórmulas, seguiremos siempre atentos de lo que pueda ser útil que haga cualquier país socialista, y seguiremos siempre reacios a copiar servilmente recetas para otros males que nosotros no hemos padecido. Y, desde luego, no solo deseamos, sino que necesitamos que los países socialistas tengan éxitos en sus esfuerzos por vencer sus dificultades y confío en que lo tendrán, yo sí que no he sido nunca pesimista, tengo una gran confianza en el socialismo y creo que todos la tenemos, porque tenemos pruebas y razones para esa confianza.
Creemos que el socialismo hizo posible cosas extraordinarias, lo que hizo la Unión Soviética no tiene precedentes, lo que hizo el pueblo soviético no tiene precedentes, desde la Revolución de Octubre; la resistencia a la invasión generalizada de todos los países capitalistas después de la Primera Guerra Mundial; la industrialización; la resistencia al fascismo, los 20 millones de vidas que entregó para salvar al socialismo y salvar a la humanidad del fascismo; un país que apenas lo habían construido fue destruido y lo volvieron a reconstruir; un país que logró la paridad en las armas nucleares con el imperialismo; esa es una proeza increíble; un país cuyas naves cósmicas navegan en este momento hacia los satélites de Marte. Nosotros sabemos los éxitos alcanzados. ¿Que se pueden alcanzar más?, correcto; ¿que hay que tratar de alcanzar más?, bien; pero no negaremos ni permitiremos jamás que se nieguen los colosales éxitos que ha tenido el socialismo. Lo digo porque los imperialistas, basándose en la autocrítica que se hacen los países socialistas y la Unión Soviética, tratan ahora de desprestigiar todo lo que ha hecho el socialismo; tratan de desacreditar todo lo que ha hecho el socialismo, de quitar méritos históricos, de desmoralizar al socialismo.
Si a mí me preguntan yo sé los defectos que, a mi juicio, tiene, y algunos los he pensado muchas veces, pero no tengo por qué proclamar los problemas de otros, porque cada uno tiene que analizar y resolver sus problemas. Puedo decir, incluso, qué equipos tienen dificultades, qué equipos socialistas tienen atrasos tecnológicos; pero puedo hablar también de muchas cosas buenas y maravillosas de tecnología socialista y de equipos socialistas. Esas combinadas cañeras, por ejemplo, las miles de combinadas cañeras que hoy poseemos diseñadas y construidas con la colaboración de la Unión Soviética, y con las que hemos reducido los cortadores de caña de 350 000 a 70 000 (APLAUSOS).
Claro que podemos hacerlas mejores, y tratamos de hacerlas mejores; con más productividad, y tratamos de que tengan más productividad, mecanismos hidráulicos y no mecánicos, tratamos todo eso. Ya vamos por la segunda generación, y después iremos por la tercera, y llegaremos a tener cada vez mejores máquinas, partimos de esa fábrica y de esos equipos suministrados por la Unión Soviética.
Nuestro país produce los tándem azucareros, y produce casi el 60% de los centrales azucareros en las industrias mecánicas suministradas por la Unión Soviética. Nuestro país, aquí en Santiago, elevó la capacidad de esta refinería a 3,7 millones de toneladas, y regenera el combustible, los lubricantes con tecnología soviética, y produce lubricantes, grasas plásticas, produce nafta, y va a producir 180 000 toneladas de asfalto oxidado, es decir, de mucha mejor calidad, con los cuales se pueden pavimentar 2 000 kilómetros de carretera por año, con tecnología socialista.
Al lado está en "Renté", el antiguo "Renté", la termoeléctrica "Antonio Maceo", que con equipos soviéticos puede generar 500 000 kilowatts, además de la antigua que había y de la ampliación anterior; están ahí las unidades, gracias a eso aquí hay luz, electricidad, no gracias solo a eso, sino también gracias al comercio sobre bases justas con la Unión Soviética, gracias al petróleo que nos suministra y el cual pagamos con precios razonables de nuestro azúcar, de nuestro níquel y de otros productos; es decir, un comercio que no padece intercambio desigual. Creo que ese es un gran mérito histórico de la Unión Soviética.
Aquí tenemos la mayor fábrica textil de Cuba con máquinas soviéticas, y en Ariguanabo tenemos la segunda en capacidad también, modernizada, con máquinas soviéticas. Prácticamente todos los tractores que labran nuestras tierras, una gran parte del transporte donde circulan nuestras mercancías y materias primas, una gran parte de nuestros equipos de construcción, son soviéticos.
Y nuestras armas son armas soviéticas, con las que hemos defendido este país (APLAUSOS); y son armas soviéticas aquellas —cohetes tierra-aire, armas antiaéreas eficaces y modernas, aviones MIG-23, tanques T-55 y T-62— con las que nuestros combatientes han cumplido gloriosamente su misión internacionalista en Angola (APLAUSOS).
Frente a nosotros hay Mirages de procedencia occidental, capitalista; frente a nosotros hay tecnologías militares modernas, pero ahí están las armas soviéticas, en manos de los mambises de nuestra era, demostrando que pueden ser superiores a las armas imperialistas (APLAUSOS).
Digo esto, repito, porque los imperialistas quieren hacer su agosto con este proceso de crítica y de autocrítica que hacen los países socialistas, y tratan de sembrar la desmoralización. Muchos capitalistas creen que a los socialistas no les quedará más remedio que adoptar métodos, estilos, e incluso motivaciones y ciertas formas de idiosincrasia capitalista. Se hacen esas ilusiones, tratando de pescar en río revuelto; incluso, tratan de presentar el hecho de que nosotros no hagamos las cosas exactamente igual que los soviéticos, para tratar de intrigar, para tratar de dividir.
Claro que les interesaría mucho a ellos sembrar cizaña o cuña entre soviéticos y cubanos. Sin embargo, nunca ha existido mayor comunicación, son excelentes nuestras comunicaciones con la dirección del Partido soviético; nos entendemos perfectamente, hablamos un lenguaje franco y claro, y nunca se nos ha ocurrido pensar que tenemos simplemente que copiar lo que hagan los soviéticos; ni se le ha ocurrido a la dirección soviética pensar que nosotros tengamos que copiar lo que están haciendo ellos. Eso está claro.
Vuelvo a la idea esencial: cada cual debe tener el derecho de hacer lo que sea conveniente hacer.
Tengo esperanza de que en este proceso los países socialistas, si cometen errores, sean capaces de rectificar esos errores; porque, sin duda, en este proceso cometerán errores, pero tengo la confianza de que los errores que cometan tratarán de rectificarlos. Y eso dijimos respecto a lo que hacemos: ¡Debemos ser capaces de rectificar no solo los errores cometidos y las tendencias negativas, sino de rectificar los errores que podamos cometer en el proceso de rectificación!
Lo que sí les puedo decir a los imperialistas y a los teóricos del imperialismo, que Cuba jamás adoptará métodos, estilos, filosofías, ni idiosincrasias del capitalismo. ¡Eso sí lo puedo decir! (APLAUSOS) El capitalismo ha tenido algunos logros tecnológicos, algunos logros en organización, hay algunas cosas de la tecnología, o algunas experiencias organizativas que pueden utilizarse, ¡pero nada más! Socialismo y capitalismo son dos cosas diametralmente distintas, por definición y por esencia.
Nosotros estamos orgullosos de la pureza ideológica, de la fortaleza ideológica de un país que se ha enfrentado al imperialismo; y no solo que se ha enfrentado al imperialismo, un país donde cientos de miles de sus hijos han cumplido misiones internacionalistas, un país donde no hay más que levantar una mano y, si hacen falta 10 000 maestros para Nicaragua, aparecen los 10 000 maestros para Nicaragua (APLAUSOS); si hacen falta médicos, van médicos; un país que cuando han hecho falta combatientes, ha habido siempre 10 veces más combatientes dispuestos a cumplir la misión que el número de combatientes que se necesitan.
Por eso hoy, en este 35 aniversario, hay una idea muy esencial, y es no olvidar nunca dónde estamos situados, que no es en el Mar Negro, sino en el Mar Caribe, no a 90 millas de Odesa, sino a 90 millas de Miami, con frontera en nuestra propia tierra, en una parte ocupada de nuestro territorio, con el imperialismo. Nuestro pueblo es el responsable de nuestro país; y nuestro Partido es el responsable de su política, de su línea, de su defensa.
Nuestro Partido sabe que no puede cometer errores que lo debiliten ideológicamente. Por eso, en nuestro proceso de rectificación el papel del Partido no se debilita, el papel del Partido se fortalece; en nuestro proceso de rectificación el papel de nuestro Partido se hace cada vez más y más esencial. ¡No habrá nada que debilite la autoridad del Partido! ¡Sin el Partido no hay revolución posible, sin el Partido no hay construcción posible del socialismo!
Y debemos decir aquí, de una vez y por todas, que no necesitamos más que un partido, de la misma forma que Martí no necesitó más que un partido para hacer la lucha por la independencia de Cuba (APLAUSOS), de la misma forma que Lenin no necesitó más que un partido para hacer la Revolución de Octubre. Lo digo para que se quiten las ilusiones los que creen que aquí vamos a empezar a permitir partidos de bolsillo, ¿para organizar a quién, a los contrarrevolucionarios, a los proyankis, a los burgueses? ¡No!, aquí hay un solo partido, que es el partido de nuestros proletarios, de nuestros campesinos, de nuestros estudiantes, de nuestros trabajadores, de nuestro pueblo, sólida e indestructiblemente unido. ¡Ese es el que hay y habrá! (APLAUSOS) Espero que cuando se celebre el 70 aniversario y el centenario, la historia se encargue de probarlo y demostrarlo.
Nosotros no necesitamos fórmulas políticas capitalistas, eso es una basura completa, no sirven para nada, con su esencia de politiquería incesante. Aquí hablaba de cómo exigían los votos para dar una atención médica; ninguno de esos fenómenos existe aquí. Nosotros hemos creado nuestra forma política adecuada al país, no copiamos, son nuestras formas propias de organización del Poder Popular.
Como ustedes saben —porque ustedes lo practican—, los candidatos a delegados de circunscripción no los propone el Partido, los propone el pueblo en asambleas libres en las circunscripciones y escogen al que les parezca mejor, y pueden escoger hasta ocho candidatos y un mínimo de dos, y si uno no saca el 50% tiene que volver a votar. Díganmelo a mí, que ni una sola vez he escapado de la segunda vuelta en las elecciones en mi circunscripción. Lo sabemos, y saben que el Partido no señala de dedo, ni propone, que es el pueblo. Y esos delegados de circunscripción son los que constituyen la Asamblea Municipal, son los que crean y constituyen las asambleas provinciales. Esos delegados del pueblo, candidatizados por el pueblo y elegidos por el pueblo, son los que constituyen la Asamblea Nacional del Poder Popular (APLAUSOS).
No tenemos que rectificar absolutamente nada en eso, tenemos un sistema democratísimo, mucho más democrático que todos los sistemas burgueses, de millonarios, de la plutocracia que es, realmente, la que gobierna, por lo general, en los países capitalistas.
No tenemos nada que aprender y no nos vamos a apartar un ápice de este camino, donde el poder emana del pueblo. Y nuestro Partido ustedes saben que salió del pueblo, no cayó del cielo, y que nuestros militantes son escogidos entre los mejores de la juventud y entre los mejores obreros. Esa fue también una innovación, algo absolutamente nuevo en la forma de crear y ampliar el Partido y que está presente en la historia de nuestro Partido, que siempre sometió la admisión en el seno del mismo a la voluntad de las masas, al criterio de las masas, al apoyo de las masas. Por eso nuestro Partido está tan vinculado con las masas (APLAUSOS).
Sé que fuera del Partido hay millones de hombres y mujeres extraordinarios y comunistas; somos un pueblo de revolucionarios, pero el Partido debe estar constituido por una selección, y no puede dejar de ser una selección, porque tiene que ser una vanguardia. Y ustedes saben bien lo que significa ser militante del Partido: es el primero en todo cuando hay un trabajo difícil, una misión internacionalista, un sacrificio, un riesgo; ahí el primer turno, la primera posibilidad es para el militante del Partido, no es un partido de privilegiados, sino un partido surgido del seno del pueblo, cuyos militantes tienen que ser ejemplo, y cuando no sean ejemplo el Partido se encarga de sacarlos de sus propias filas (APLAUSOS).
En este proceso de rectificación el Partido tendrá cada vez más fuerza, porque reitero que no se puede construir el socialismo sin el Partido. Sin el Partido se puede construir el capitalismo, que es el caos, no necesita que nadie lo organice, se autoorganiza solo con todas sus barbaridades. El socialismo no se crea por generación espontánea, el socialismo hay que construirlo, y el artífice esencial de la construcción del socialismo es el Partido.
Otro punto también esencial en nuestro proceso de rectificación: no debilitaremos el papel de los planes, ni el papel de los programas de desarrollo. Estamos convencidos y estamos muy claros de la importancia que tiene programar el desarrollo, de la importancia que tienen los planes, nuestro problema será elaborarlos bien; mas, no solo es eso, es preciso evitar que los planes se conviertan en una camisa de fuerza. Por eso, a la vez de procurar que seamos capaces de ser buenos planificadores, debemos crear también las condiciones necesarias para dar respuestas inmediatas a problemas nuevos, situaciones nuevas y posibilidades nuevas.
Cuando se desató la epidemia del dengue, por ejemplo, no podíamos ponernos a esperar el otro plan quinquenal para adquirir determinados equipos para combatir el dengue, sino en el acto, en 24 horas, por teléfono y a transportar en avión desde donde fuera; y si en un país socialista no lo había, de Japón, de RFA, de donde hubiera. Debe contar siempre el país con ciertas reservas para dar respuesta rápida e inmediata a problemas nuevos y a situaciones nuevas. Esto significa que debemos perfeccionar nuestros conceptos de cómo debemos llevar a cabo el desarrollo económico; pero el plan y el programa de desarrollo es consustancial del socialismo, y nosotros no permitiremos que estos conceptos se debiliten. Eso está claro y ustedes lo comprenden.
Hemos hablado de los éxitos de la provincia de Santiago de Cuba y yo me pregunto, y les pregunto a ustedes de corazón, ¿habrían sido posibles sin el trabajo del Partido? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!") Todos esos cientos de obras, ese milagro creado no habría sido posible sin el Partido. La administración sola, el Estado solo, no pueden resolver esos problemas, no pueden obrar esos milagros, que son milagros políticos; y el Partido no trata de suplantar a la administración, al contrario, de fortalecerla; no trata de debilitar al Estado, sino de fortalecerlo, para que cumpla sus tareas. Pero la administración no puede hacer tareas políticas, no puede movilizar y organizar a las masas; el Estado no puede hacer tareas propiamente políticas, ideológicas, organizar, movilizar el pueblo, dirigir las organizaciones de masas. Esas tareas solo las puede llevar a cabo el Partido.
Yo me pregunto, ¿si este éxito tremendo, de lo cual se sienten hoy orgullosos los santiagueros, habría sido posible sin la dirección del Partido; habría sido posible sin el esfuerzo tenaz, constante, enérgico, inteligente, vinculado al pueblo, del compañero Lazo? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!" Y APLAUSOS PROLONGADOS) Sabemos el papel que juegan el Partido y los cuadros del Partido, y lo importante que es la vinculación del Partido con las masas, lo importante que es la vinculación de los cuadros con las masas.
Por eso, después de lo que hemos visto todos tenemos un buen ejemplo. Miren este acto. ¿Es posible encontrarse en otro lugar un acto como este? No hablo de su dimensión, hablo especialmente de su atención, hablo de su educación, hablo de su espíritu, hablo de su disciplina (APLAUSOS).
Estos son los frutos de la Revolución, esta es la cosecha del trabajo de nuestro Partido, cualesquiera que puedan ser nuestros errores, contra los cuales estamos luchando honrada y valientemente; cualesquiera que puedan ser nuestras fallas o nuestras debilidades, con las cuales lucharemos tenaz y enérgicamente.
Creo que un día como hoy, en que dije que invitaba a reflexionar y a conversar sobre estos temas, es lo esencial que puede decirse.
Me falta quizás algo, inevitable, lo comprendí el día del acto en Contramaestre, en que allí me preguntaron por Angola, cómo marchaba la situación en Angola. Por eso voy a emplear un pequeño espacio de tiempo para hablar de esta cuestión. Comprenderán ustedes que debo ser muy cuidadoso, que debemos tratar de no herir susceptibilidades, puesto que estamos en un proceso de negociación y en un proceso de negociación hay que ser muy cuidadoso con todo lo que se dice, y porque en estos procesos de negociaciones se contraen compromisos de no divulgar los pasos que se van dando, y nosotros no queremos hacer nada que nos aparte de eso. En Angola se creó una situación difícil, crítica, a fines del año pasado. Yo no voy a explicar los factores que determinaron eso, será mejor que la historia se encargue de ello, y creo que algún día la historia lo señalará todo: cuáles fueron los errores, por qué se cometieron esos errores. Solo me limito a decir que Cuba no tenía ninguna responsabilidad con esos errores. Sin embargo, se creó una situación difícil, compleja, crítica, como consecuencia de una gran escalada militar de Sudáfrica, que interviene con motivo de una ofensiva que realizaban las fuerzas angolanas en una región apartada del sudeste del país, contra las fuerzas que combaten al gobierno de Angola, contra las fuerzas de la UNITA. Allí se reunió una potente fuerza angolana, en una zona que está lejana del último extremo de la línea estratégica que defendían nuestras tropas. Y con motivo de esa operación militar angolana no lejos del noreste de Namibia, intervienen los sudafricanos, intervienen con sus tanques, con su infantería, con sus aviones y con fuerzas mercenarias de Namibia y crean una situación difícil, ocasionan reveses a las fuerzas angolanas, que se habían quedado sin alimentos, sin combustible y sin municiones, al sur del río Longa. Desde entonces se inicia el repliegue angolano. Ya era la segunda vez que eso ocurría, había ocurrido en 1985, la intervención abierta de los sudafricanos. Pero en 1985 rechazaron la ofensiva angolana, en territorio angolano. Tómese en cuenta que todo esto es en territorio angolano, y las operaciones militares de Sudáfrica se hacían en territorio angolano. Pero esta vez persiguieron a las fuerzas angolanas y las sitiaron en Cuito Cuanavale. Eran miles y miles de hombres de las mejores unidades angolanas y se corría el peligro del aniquilamiento de esas tropas. Ello habría significado para Angola un desastre: habria significado la posibilidad de destruir la independencia y la revolución en Angola. Los angolanos solicitaron nuestra ayuda, y esa ayuda era imprescindible, ¡era imprescindible!, porque o se perdía el esfuerzo realizado durante muchos años, o se daba esa ayuda. Pero, además, esa ayuda era imprescindible no solo para colaborar con Angola a salir de una situación difícil, sino también para la seguridad de nuestras propias tropas. Sacamos la conclusión de que si se permitía a Sudáfrica realizar aquella operación, aniquilar la agrupación de tropas angolanas, la situación podía tornarse peligrosa incluso para nuestras propias tropas. Por eso, sin vacilación alguna, la dirección del Partido tomó la decisión de ayudar a los angolanos a resolver esa situación. Pero eso era imposible sin esfuerzos, las tropas que durante años se habían mantenido en Angola no eran suficientes para cuidar una larga línea estratégica y, además, ayudar a resolver la situación creada en Cuito Cuanavale. Por eso fue necesario reforzar las tropas. Pero este tipo de acciones no pueden hacerse a medias, ¿cuántas tropas había que enviar a Angola? Todas las tropas necesarias para resolver la situación. No podían ser pequeños refuerzos, sino el refuerzo necesario para resolver aquella situación. El enemigo sudafricano había tenido superioridad en fuerzas, correlación de fuerzas favorable durante años. Era necesario cambiar esa correlación de fuerzas, y de nuevo nuestro pueblo se vio en la necesidad de llevar a cabo una proeza, y llevó a cabo esa proeza. Digo nuestro pueblo, realmente; nuestro pueblo es el alma y el brazo poderoso de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias (APLAUSOS). Fue realmente impresionante la forma en que respondieron los combatientes, las reservas, las unidades, ¡impresionante!, a pesar de que llevamos largos años en el cumplimiento de esa misión, cosa en realidad admirable. Una acción de esta naturaleza no depende de la técnica, de dinero, de recursos, de nada, depende del factor humano, y el factor humano fue decisivo. Ustedes acaban de ver un documental que explica muchas cosas sobre esto, por eso no debo ser extenso. Claro que se siguieron algunos principios: ser fuerte y suficientemente fuerte para evitar una derrota; escoger el escenario de las acciones, no el que convenga al enemigo, sino el que convenga a las fuerzas propias. Los sudafricanos habían escogido el escenario de Cuito Cuanavale, lugares muy distantes, donde abastecimiento, logística se hace sumamente difícil. Ellos habían escogido aquel campo; nosotros teníamos que elaborar otra estrategia. Fue necesario aceptar el reto de Cuito para frenarlos allí, contenerlos; fue necesario meterse dentro de Cuito, en apoyo de las fuerzas angolanas, y junto a los angolanos libramos las históricas acciones de Cuito Cuanavale, en que el enemigo fue contenido, en que realmente se estrelló contra la resistencia angolano-cubana. Creo que esa es una batalla histórica de una gran trascendencia, algún día se podrá escribir y se podrá hablar más extensamente sobre ella. Pero la esencia de la estrategia cubano-angolana fue el avance en la región occidental del Frente Sur, de este modo las fuerzas cubanas y angolanas avanzaron incontenibles más de 250 kilómetros hacia la frontera de Namibia, creando una situación nueva. Todos aquellos movimientos no podían realizarse sobre bases sólidas, tanto en Cuito como en la parte occidental del Frente Sur, sin los refuerzos enviados desde Cuba; fueron esenciales. Se creó una potente fuerza, una poderosa fuerza, de modo tal que la correlación de fuerzas cambió en el sur de Angola, cambió a nuestro favor (APLAUSOS). Debo decir que tanto en Cuito Cuanavale como en la zona occidental del Frente Sur, los soldados angolanos, tan acostumbrados a nuestra compañía, tan estrechamente unidos a nosotros, tuvieron un comportamiento ejemplar, un comportamiento heroico, un comportamiento extraordinario (APLAUSOS). La situación militar cambió totalmente. Al avanzar más de 200 kilómetros, nuestras unidades blindadas, fuertemente apoyadas en medios antiaéreos, se alejaban de nuestras bases aéreas. Fue necesario construir una base aérea a toda velocidad, y les puedo decir aquí con satisfacción que si hay algún lugar del mundo donde se ha hecho un esfuerzo mayor que el que hemos visto en nuestro propio país en estos días, fue allá en Cahama. En cuestión de semanas, nuestros combatientes y constructores hicieron una pista aérea de 3 500 metros, y como no era suficiente una sola pista, en cuestión de semanas hicieron una segunda pista (APLAUSOS), con hormigón y todo, las partes que debían ser de hormigón además de asfalto; con todos los refugios para los aviones y todas las instalaciones adecuadas a la base. En el día de ayer, el mando militar del Frente Sur nos envió un telegrama, informando que como homenaje al 26 de Julio habían terminado ya la segunda pista (APLAUSOS); de manera que no solo se hicieron proezas militares, sino proezas constructivas y nuestras unidades potentes, reforzadas en medios antiaéreos, con apoyo aéreo, iban tomando todas las medidas adecuadas de fortificaciones, de prevención contra cualquier sorpresa, contra cualquier ataque enemigo por aire o por tierra. Así las tropas cubano-angolanas avanzaron hasta las proximidades de la frontera de Namibia. Allí se han concentrado, realmente, unidades experimentadas, poderosas, con una moral altísima. Pero nuestro objetivo no era una victoria militar humillante y destructivo para el adversario. Si era necesario librar esa batalla, debíamos estar dispuestos a librarla y a librarla con todas las condiciones del éxito y de la victoria, que son las condiciones que allí se reunieron; pero no se buscaban glorias militares, ni victorias militares, se buscaba una solución política, justa del conflicto. Ese fue el objetivo fundamental, y por eso no fueron desechadas las posibilidades de negociación, no fueron desechadas las alternativas de una solución política negociada, y se trabajó seriamente y con responsabilidad para aprovechar cualquier posibilidad de una solución de ese tipo. Fue necesario actuar con mucha ecuanimidad y mucha serenidad, porque cuando se reúnen fuerzas tan potentes, más que nunca los dirigentes y los responsables tienen que ser ecuánimes y actuar con sangre fría. Por eso se trabajó también en el terreno diplomático. Alcanzar ese objetivo sin batallas sangrientas era realmente ya un éxito extraordinario; alcanzarlo a tanta distancia con un mínimo de bajas, una verdadera proeza en el terreno político y militar. Fue verdaderamente impresionante la precisión y la eficacia con que avanzaron nuestras fuerzas en el Frente Sur, de la misma forma que frustraron la acción enemiga en Cuito Cuanavale. Fue necesario correr riesgos, y se corrieron, pero estamos realmente en los umbrales de una solución política. Se ha avanzado un importante trecho. El pueblo ha recibido las informaciones, bastante amplias en el terreno militar, a través del documental y en la publicación de los acuerdos que tuvieron lugar en Nueva York. Ya las bases para esa solución política están echadas y se continúa avanzando, de modo que existe una posibilidad real de una solución justa, digna y honorable para todas las partes, que incluyan la seguridad de Angola y la independencia de Namibia (APLAUSOS), y sobre la base de esa solución global, Cuba y Angola estarán dispuestas y efectivamente, si se cumple, si se logra el acuerdo, si se firma el acuerdo, de común acuerdo Angola y Cuba procederemos a la retirada gradual y total del contingente de fuerzas internacionalistas de Cuba en Angola (APLAUSOS). No podrá ser abrupta esa retirada. Hay un mínimo de tiempo indispensable para que los angolanos puedan hacerse cargo de las áreas, de las instalaciones, de las posiciones que nosotros defendemos. Pero a partir de los principios y de los puntos incluidos en ese acuerdo, ya no sería necesaria nuestra presencia militar en Angola. Trabajamos seriamente y cumpliremos estrictamente con lo que nos corresponda. Trece años se cumplirán como una prueba de firmeza y de tenacidad en el cumplimiento de esa histórica y honrosa misión. Fue posible no solo por los méritos de nuestro Partido, sino fundamentalmente por los méritos de nuestro pueblo. Tanta lealtad, tanta voluntad solo es posible cuando se cuenta con un pueblo como el nuestro. De modo que cuando llegue la hora en que se consideren cumplidas las misiones, felices recibiremos a nuestros combatientes, felices recibiremos a los constructores de fortificaciones y de bases militares, felices recibiremos a aquel aguerrido ejército cuando se reintegre al seno de la patria, felices recibiremos a esas decenas, decenas y decenas de miles de hombres para incorporarse a esta otra colosal batalla, la batalla por el desarrollo de nuestro país, la batalla por el fortalecimiento de nuestra Revolución (APLAUSOS). Quizás lo más notable de todo en estos años es que se trataba de años difíciles, es que se trataba de años en que fueron necesarios grandes esfuerzos para fortalecer la defensa del país, fue necesario concebir y organizar la estrategia de la guerra de todo el pueblo. Quizás nadie pensó jamás que un país amenazado directamente por el imperialismo como Cuba, se mantendría leal al cumplimiento de esas obligaciones internacionales; quizás nadie pensó jamás que un país tan amenazado como Cuba fuera capaz de enviar los medios de combate que envió a Angola, porque allí están muchas de nuestras armas antiaéreas, de nuestras más modernas armas antiaéreas. ¿Pero por qué lo pudimos hacer? ¿Por qué pudimos enviar decenas de miles de combatientes, cientos de tanques, cañones, etcétera, etcétera? ¿Por qué? ¡Porque teníamos al pueblo, porque la concepción de la guerra de todo el pueblo nos hace muy fuertes, porque la defensa del país es tarea de todo el pueblo! Y solo un pueblo con ese espíritu, con esa concepción, podía ser capaz de realizar la proeza de mantenerse fiel a esos compromisos y de enviar los refuerzos que envió sin miedo y sin vacilación, porque si el imperialismo, oportunistamente, hubiese querido aprovechar la coyuntura para una agresión a nuestro país, aquí se habrían encontrado con nuestro pueblo y habrían tenido la experiencia, estamos seguros, de un Girón, dos Girón, tres Girón, 100 Girón (APLAUSOS). Eso es lo que puedo informarles. Nuestro deber, desde esta tribuna, en este 35 aniversario, no es encender los ánimos ni las pasiones; ser cuidadosos, no vanagloriarnos, no usar lenguajes triunfalistas; confiamos en que se marcha por un buen camino hacia la paz, pero estaremos alertas, estaremos fuertes y seguiremos fortaleciéndonos hasta el minuto exacto en que se firme la solución negociada de paz. Será entonces cuando se podrá decir que el problema verdaderamente está resuelto (APLAUSOS). A los santiagueros les pido que sigan adelante, que continúen trabajando como lo vienen haciendo. Los espera el 30 aniversario del triunfo de la Revolución, los espera el IV Congreso, que la ciudad de Santiago de Cuba sea digna de crear la atmósfera, el espíritu, el optimismo y el fervor que deben rodear a ese IV Congreso, donde se podrá rendir cumplida cuenta del esfuerzo rectificador que hoy realizamos y de los avances que nos estamos proponiendo y que hayamos alcanzado. Creo que será difícil encontrar un mejor público, una mejor ciudad, un mejor pueblo, un mejor espíritu para un congreso donde vendrán los invitados de todas las organizaciones revolucionarias, marxistas, socialistas, progresistas y democráticas del mundo. Ya trabajamos febrilmente en la construcción del teatro, ya trabajamos febrilmente en la construcción del hotel, y en otras muchas construcciones. Ese teatro quedará para la ciudad como uno de los mejores del país, ese hotel quedará para el turismo internacional y nacional, también como uno de los mejores del país. No serán las únicas obras, hay otras muchas obras, algunas conocidas y otras que se están elaborando. Estoy seguro de que habrá sorpresas, habrá más cosas que las que se han mencionado en la lista de obras y que todo el país va a hacer los mayores esfuerzos para cooperar con Santiago en la preparación de ese histórico evento, que será en honor no solo de Santiago, sino también de Granma, que comparte con nosotros haber sido escenario de aquella lucha; lo será también para las demás provincias orientales que antes eran una sola provincia; lo será para todo el país. No fue casual, compañeras y compañeros de Santiago, que las provincias orientales fuesen escogidas como escenario del inicio de la última lucha de liberación de la patria. En las provincias orientales comenzó la primera guerra de independencia; en las provincias orientales tuvo lugar aquel insuperable hecho de heroísmo que fue la Protesta de Baraguá; en las provincias orientales se inició la segunda guerra de independencia, la llamada Guerra Chiquita; en las provincias orientales se inició la tercera guerra de independencia; en las provincias orientales se derramó la sangre de José Martí, en las provincias orientales tuvieron lugar innumerables luchas de nuestro pueblo a lo largo de la historia; en las provincias orientales se inició el 26 de Julio la última lucha de liberación de la patria; en las provincias orientales tuvo lugar el 30 de noviembre, el desembarco del Granma, la epopeya de la Sierra Maestra y del Segundo Frente Oriental; de las provincias orientales salieron las columnas gloriosas de Camilo y el Che hacia el centro de la isla y hacia el occidente (APLAUSOS). Nos enorgullece pensar que esta nueva generación de orientales tiene hoy, en la preparación de la patria para la defensa, en el cumplimiento de misiones internacionalistas, demostrado en el hecho de que más de 6 000 santiagueros, más de 6 000 hijos de esta provincia están cumpliendo misiones internacionalistas en este momento y que más de 24 000 hijos de las provincias orientales están cumpliendo misiones internacionalistas, la mayor parte de ellos en el Frente Sur de Angola... (APLAUSOS) ¡Y esos son los frutos del Moncada, esos son los jóvenes maravillosos de la nueva generación que hoy están de hecho repitiendo y reconstruyendo el Moncada, el 30 de noviembre, el Granma, las luchas de la Sierra, el Primero de Enero, el 10 de Octubre y el 24 de Febrero!, ¡que han sido los primeros, que han sido vanguardias y esperamos que para honor de Cuba, para honor de nuestro pueblo, sigan a la vanguardia de nuestras luchas por la libertad, de nuestras luchas por la justicia, de nuestras luchas por el socialismo! ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!
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