domingo, 25 de marzo de 2018

Jorge Edwards: «La revolución no es una ideología, es una religión» a




Aunque, como él mismo reconoce, Jorge Edwards (Santiago de Chile, 1931) tiene «una inmensa cantidad de años», se considera «un joven de 87». Y a esa cifra ha llegado con una memoria lúcida que soporta el peso de lo mucho vivido, y contado. Porque el escritor, colaborador de ABC y premio Cervantes en 1999, utiliza ese lenguaje narrativo suyo capaz de sacar al lector a bailar, a base de ritmo, para resucitar las cosas del pasado y hacerlas presente. Edwards es un memorialista de los de antes, amante de lo(s) clásico(s), de esos que ya no quedan, imitador de sus amados Rousseau y Stendhal –pronunciado con su pulcro francés–. Lo demostró, hace seis años, en «Los círculos morados», primer volumen de sus memorias, y vuelve a evidenciarlo en «Esclavos de la consigna» (Lumen), el segundo tomo, cuya publicación motiva este encuentro, en su domicilio madrileño de la Villa de París (¿dónde, si no, podía vivir?).


¿Cómo logra conservar esa asombrosa memoria, con todo lo que ha vivido?

Cuando uno es escritor no habla del presente.

¿El escritor habla del pasado?

El pasado es uno de los puntos enigmáticos. Sin pasado no hay escritura, porque la escritura reinventa el pasado.


Para poder afrontar el futuro.

Para lo que sea. Conocer el pasado ayuda a conocer el futuro.

¿Y las memorias son una forma de enfrentarse al pasado, de anclarse al presente o más bien de afrontar el futuro?

Las memorias son un ejercicio intelectual. Ahora estoy escribiendo mi tercer tomo. Casi todos los días escribo. Soy un analfabeto electrónico.

¿Sigue escribiendo a mano, entonces?

Escribo mucho a mano. Las memorias son un gran género literario. Los españoles son muy púdicos para escribir.

¿Por qué?

No sé por qué. Tienen miedo de decir la verdad cruda.

En «Esclavos de la consigna», casi más que en «Los círculos morados», conviven su memoria política y su memoria literaria. ¿Cómo se han llevado esas dos facetas a lo largo del tiempo? ¿Cómo se han tolerado?

Pasa lo siguiente: a veces la memoria política ha perturbado la otra. Por ejemplo, recuerdo que Neruda llegó a México a mediados de 1940. Un pintor mexicano, David Alfaro Siqueiros, había hecho un ataque armado contra la casa de Trotski para tratar de asesinarlo. Después, lo tomaron preso y un mexicano llevó a la cárcel a Neruda para que conociera a Trotski y Neruda le dio una visa a Trotski para ir a Chile, y lo hizo sin autorización.

¿No tenía autorización del Gobierno chileno?

No, el Gobierno chileno, que era el Gobierno del Frente Popular, lo castigó por eso. Esta es mi memoria, funciona todavía.

Usted se dio cuenta a tiempo para no convertirse en un «esclavo de la consigna» del comunismo.

Me di cuenta de lo siguiente: a los tres días de estar en La Habana vi que los intelectuales tenían un miedo impresionante, el miedo dominaba todo. No podían hablar de Fidel Castro, sino que cuando lo hacían, hacían un gesto de una barba. Todo era miedo, recelo, sospecha. Se sospechaba que tal era agente de la policía política, que tal otro era agente de otra cosa. A los tres días de estar allá, vi que la mitad de Chile pensaba que aquello era la panacea, que con eso se arreglaban todos los problemas de la sociedad chilena. Si eso se hacía en Chile, yo sería el primer exiliado. Y lo dije. Y no se podía decir. Pero todo el mundo era cómplice. Hasta Felipe González se me acercó… Es una vieja historia.

Muchos intelectuales, amigos suyos, murieron siendo esclavos de esa consigna.

Estaba prohibido hablar con Cabrera Infante, porque fue el primer exiliado cubano. Era un maldito. Yo no admitía esas maldiciones.

¿Cómo se explica esa adhesión tan irracional a la revolución cubana, esa creencia en la utopía socialista?

Porque la revolución no es una ideología, es una religión. Hay santos de esa religión, y el mundo estaba lleno de beatos de esa religión.

En el libro recuerda la visita de Fidel Castro a Princeton. Creo que fue en abril de 1959.

Sí, porque cuando triunfó la revolución, la Asociación de la Prensa Norteamericana invitó a Fidel Castro a visitar EE.UU. En ese momento estudiaba en la Universidad de Princeton, y me acababa de casar con Pilar.

¿Se transformó, con los años, en un monstruo dictador o de casta le venía al galgo, que decimos en España?

Tenía un espíritu autoritario, dominante. Era hijo de un cubano español, gallego, que tenía muchas tierras, y de niño su padre lo dominaba todo, no pasaba nada sin que él lo supiera. Él aplicó esa experiencia infantil de poder y de dominio a la isla de Cuba. En eso se equivocó, porque no se puede gobernar una isla de esa manera. A mí me hacía pensar en Sancho Panza

¿Por qué?

Por la ínsula Barataria.

¿Qué piensa de la situación que ahora vive Cuba?

En el fondo, las primeras medidas de Raúl iban orientadas a crear una sociedad de mercado, a que un cubano con su dinero pudiera comprar un coche, ir a un hotel, hacer un viaje; medidas de acercamiento a una economía de mercado que hizo con mucha prudencia, porque Fidel, desde su rincón, lo frenaba. A la larga, hay que tener paciencia, porque creo que Cuba va a cambiar.

¿Confía en que pueda cambiar?

Creo que sí. No confío en nada, pero espero. Soy un tipo que no confía.

Tiene razón, no es lo mismo la confianza que la esperanza.

Claro.

Dependerá mucho de quién gobierne en Estados Unidos.

Depende mucho de Estados Unidos, como lo que se hizo dependió de Obama. Así que, no soy totalmente una persona que se niegue a la posibilidad de ver un cambio. Espero que Cuba cambie. Quiero a mucha gente cubana que he conocido. Es un recuerdo de mi vida.

De hecho, tras su estancia allí escribió «Persona non grata». Precisamente, ese libro le distanció de su gran amigo Julio Cortázar, que llegó a decir: «Soy amigo de Jorge Edwards, pero no quiero volver a verlo».

Hace tres años, en la Sorbona, en un homenaje a Cortázar, me encontré con Aurora Bernárdez.

¿Y qué tal fue el encuentro?

Aurora me dijo: «Jorge, tú eres la persona que piensa mejor en política en América Latina». Yo le dije: «¿Y qué hubiera dicho Julio si te oye decir esto?». Y ella me dijo: «Es que Julio, al final de su vida estaba sometido a muy malas influencias». ¿Cómo era Julio Cortázar? Era un ingenuo político. Julio descubrió América bastante tarde. Y la descubrió en Cuba. Se fue a Cuba con esa misma actitud de los franceses, como Sartre, que partieron a descubrir el mundo en Cuba y descubrieron el mambo, la salsa, el ron, la pintura y las mulatas. Ese era Julio.

Hablando de amistades, una de las cosas que deja ver en el libro es que uno de sus errores fue no haber cuidado la amistad.

Perdí a mucha gente, se quedó mucha gente en el camino mío. Está en la memoria. Es la verdad.

¿Es la vanidad el pecado capital de los escritores?

La vanidad es un pecado capital no solo de los escritores, de casi todos los seres humanos. Es un pecado general, muy generalizado.

Pero que se da más en los escritores...

En las mujeres. En las actrices de cine, en las poetisas, en las diseñadoras de moda... ¿Sí o no?

Sí, por supuesto, es que yo no hago distingos: cuando digo escritores, me refiero a mujeres y hombres. Antes ha mencionado a Neruda y he olvidado decirle que me ha sorprendido descubrir, gracias al libro, que votó por Allende sin entusiasmo.
Nadie que votaba por Allende era muy entusiasta. Neruda sabía más de economía que el ministro de Economía de Allende. Allende sabía muy poco de asuntos económicos.

¿Hubieran sido las cosas distintas en Chile de no haber sido elegido Allende?

Sí, pero, en el fondo, Chile era un país que tenía una democracia llena de errores, pero tenía respeto por el Estado de derecho. Eso frenaba excesos. Ahora se habla de la Constitución Española. ¿Por qué hay constitución en este país? Porque hubo una derecha moderada, no autoritaria, y porque hubo una izquierda razonable que aceptó la monarquía constitucional. La razón vino al final. Cuando un periodista muy conocido, muy buen entrevistador, que se llamaba Edouard Bailby, de la revista «L’Express», asedió a Neruda con preguntas sobre su estalinismo, sobre su actitud frente al intento de asesinar a Trotski, Neruda, al final, le dijo: «Je me suis trompé», me he equivocado.

A veces, también es muy bueno reconocer los errores.

Creo que reconocer una equivocación es un acto pacífico. Neruda, en ese momento, se acordaba mucho de la guerra de España, que había conocido en el comienzo, aquí, en esta ciudad, en Argüelles, donde tenía su casa. Tenía mucho miedo de que lo de Chile terminara en una guerra civil. Era su mayor temor.

¿Y por qué le tocó tanto la Guerra Civil a Neruda?

Porque el gran amigo de Neruda en Madrid era Federico García Lorca. Fue el último que llevó a Federico a la estación cuando partió a Granada. El asesinato de Federico García Lorca lo marca, le duele de una manera muy profunda.

En el libro sostiene que su vocación por la verdad narrativa exigía una lucha permanente contra la autocensura. ¿Tan poderosos son los fantasmas ideológicos?

Los fantasmas ideológicos tienen un poder tan terrible que no dejan ni dormir ni escribir.

¿Cuándo logró usted derrotar a esos fantasmas?

Porque yo fui un apasionado de Miguel de Unamuno. Me enseñó eso. Me dio un pensamiento crítico que no responde de inmediato «sí» a todo, sino que duda, que examina... Por eso admiro y amo la literatura de Michel de Montaigne, que representa eso.

No sé si se ha enterado de la polémica que ha surgido en Chile, porque quieren ponerle el nombre de Neruda al aeropuerto de Santiago...

Me gustaría que el voto fuera secreto, como en las grandes elecciones parlamentarias.

¿Usted por quién votaría?

Depositaría mi voto secreto por Gabriela (Mistral).

¿Qué le parece la polémica?

Me parece una polémica muy provinciana.

Tachan de maltratador a Neruda.

Ninguno de los tipos que participan en esa polémica tienen ni idea de quién era Pablo Neruda ni Gabriela Mistral.

Sobre el Chile actual, en el libro dice que es posible que esté mejor en los números y en las estadísticas, pero que en el espíritu, en aquello que usted llama «la sal de la vida», está bastante peor.

Está pobre. Pero la prueba son los parlamentarios que discuten porque Gabriela es famosa y Neruda es famoso, pero ninguno les leerá.

En ese sentido ¿cómo ve a España?

Aquí hay gente que piensa, aquí hay gente interesante, pero a veces no se la respeta lo suficiente. En resumen.

Alguna vez se ha quejado de que los políticos actuales se jactan de no leer.

Sí, se jactan de no leer, pero aquí veo que hay un respeto por el escritor, por el intelectual. Están todos sentados en el Palacio Real frente al Rey, a la Reina... Eso no pasa en Chile.

Y, teniendo en cuenta que este libro abarca un periodo de transformaciones radicales, tanto políticas como sociales y culturales, ¿qué le parecen los populismos que están surgiendo en todo el mundo?

Es un problema muy serio de la política actual.

De uno y otro lado, tanto de izquierdas como de derechas.

Sí, además son fáciles, son ingenuos y son simplistas. Hay que luchar. Por eso quiero resucitar el tema de la libertad de expresión, porque es muy importante. Mire lo que pasa con la libertad de expresión en Venezuela, en Cuba, lo que pasó hasta en Argentina con la Kirchner… Es una causa de gran importancia, y es la causa con la que yo, como escritor y como memorialista, me siento más identificado hasta hoy.

¿Qué están haciendo mal los intelectuales para que figuras como Bolsonaro en Brasil o Trump en Estados Unido, por poner sólo dos ejemplos, estén llegando al poder?

No seamos fáciles. Trump ya sabemos lo que es, es un error político enorme tenerlo ahí. Bolsonaro no sabemos con qué va a salir, porque en Brasil andas por la calle y te pueden matar, te vuelan las balas por todos los lados. Es un tema de seguridad fundamental. Vamos a ver qué hace Bolsonaro. Un brasileño es lo más impredecible que puede existir.

¿Sigue teniendo «parisitis»? Se lo pregunto porque me gusta mucho la anécdota que cuenta sobre Acario Cotapos y eso que decía que había que venderle Chile a los norteamericanos y comprarse «algo más chico» cerca de París.

Acario era un gran humorista. La «parisitis» se me ha curado un poco con la «madriditis», y porque estuve mucho en París. Pasé gran parte de mi vida en París.

De hecho, allí estaba en mayo del 68, y Carlos Fuentes le llamaba desde Londres para que le contara todo.

Me tendría que dar la mitad de los derechos de autor... (ríe).

¿Cómo ve el fracaso de aquella revolución cincuenta años después?

Fue una revolución de un romanticismo... en la que la revolución como religión funcionaba con mucha fuerza. Influyó en el gusto, en las costumbres, pero en algunas cosas fue totalmente superficial, porque al final, los franceses se habían vuelto chovinistas.

¿Qué le parece Macron?

En general, a pesar de sus dificultades, me gusta.

Ahora, los «chalecos amarillos» se lo están poniendo difícil...

Se lo están poniendo muy difícil, pero a mí me gusta Macron. Me gustó que el otro día, en la televisión, llegó con el libro de gramática con el que él estudiaba de niño, y explicó por qué la gramática, la lengua, el lenguaje son importantes. Tiene un sentido de la cultura literaria francesa... En los gobernantes franceses, hay dos que tienen esa cultura: De Gaulle y él. ¿Qué más puedo pedir?

Teniendo en cuenta que empezó su prolífica carrera como poeta clandestino, escribiendo casi a hurtadillas para que su padre no se contrariara, porque no toleraba que su hijo fuera escritor...

Y poeta menos. En mi casa había un escritor, que era primo hermano de mi padre. Se llamaba Joaquín Edwards Bello. Cuando se hablaba de él en casa de mi abuelo se decía: «el inútil de Joaquín». Y yo soy «el inútil de Jorge».

Pero si hasta estudió Derecho.

No solo estudié Derecho, sino que terminé. Soy abogado, puedo ejercer, pero no lo hago.

Y, con la perspectiva de los años, ¿a qué conclusiones «probables», como advierte en el libro, ha llegado?

Yo hice muchas rupturas y a lo mejor me equivoqué. A lo mejor he terminado convertido en un viejo conservador, y tengo un respeto por viejas cosas.

A sus 87 años, ¿qué espera de la vida?

Espero tener una vejez razonable y lo más larga posible, porque me gusta mucho la vida. Así que si llegara el diablo y me propusieran un pacto de supervivencia, yo firmaría.

Incluso con los ojos cerrados.

Sí, a ojos cerrados. Yo he pensado lo siguiente: si yo consigo vivir en un departamento que yo tengo en Santiago, que es muy bonito, que tiene como 220 metros, que está frente a un cerro lleno de vegetación -tengo la ventana más bonita de Santiago-, y abajo, en el subterráneo, tener un cochecito, y en el fin de semana irme a la playa y ver los pajaritos y caminar por la orilla del mar. ¿Qué más quiero?

Aún tiene tiempo.

Tengo tiempo. Y si consigo hacerlo, me considero feliz, un viejo feliz. Hay quien duda de la vejez feliz, pero existe (ríe).

La nueva crisis suburbana estados unidos.-a




A mediados de los años 80 del siglo XX —antes de que cualquiera hubiera pensado que los suburbios estaban siguiendo una trayectoria descendente— David Lewis (un colega de la Universidad Carnegie Mellon en aquel entonces) me dijo que la renovación suburbana iba a ser mucho más difícil que la renovación urbana que se ha intentado en el siglo XX.
De hecho, con su enorme huella física, construcción de mala calidad e infraestructura apresuradamente instalada, muchos suburbios se están desmoronando visiblemente. A lo largo del país, cientos de centros comerciales suburbanos están muertos o muriéndose. Mientras tanto, un sinnúmero de industrias suburbanas —al igual que sus homólogos urbanos hace un par de generaciones— han desparecido.
Por muy incongruente que parezca, la dimensión suburbana de la Nueva Crisis Urbana quizás resulte ser más grande que la urbana, ya que más estadounidenses viven en suburbios que en ciudades. Los miembros de la elite privilegiada quizás estén regresando a los núcleos urbanos pero grandes mayorías de casi todos los demás siguen mudándose a los suburbios. Los suburbios de hoy en día ya no se ven tanto como los lugares ultrablancos retratados en las comedias televisivas de los 50. Más de la mitad de los inmigrantes ahora evitan a las ciudades totalmente y se instalan en las afueras de áreas metropolitanas más grandes. Los blancos representaron sólo un 9% del crecimiento poblacional suburbano en las 100 áreas metropolitanas más grandes de EEUU que ocurrió entre 2000 y 2010. En un tercio de esas áreas metropolitanas, bajaron las poblaciones de blancos en los suburbios.

A lo largo de EEUU, más de uno en cuatro residentes de los suburbios son pobres o casi pobres. De hecho, los suburbios de las áreas metropolitanas más grandes de EEUU tienen más personas pobres viviendo en ellos que los centros de ciudades; además, la pobreza está creciendo a un ritmo mucho más rápido en las afueras. Entre 2000 y 2013, la cantidad de personas viviendo bajo el umbral de pobreza en ciudades estadounidenses aumentó en un 29%. Durante ese mismo periodo, la cantidad de personas pobres en los suburbios se incrementó en un 66%. 17 millones de suburbanos vivieron bajo el umbral de pobreza en 2013, en comparación con 13.5 millones de residentes urbanos viviendo bajo el mismo umbral. La pobreza concentrada también se encuentra en las afueras: entre 2000 y 2012, hubo un crecimiento de un 139% en las cantidades de pobres suburbanos quienes viven en vecindarios en donde por lo menos un 40% de los residentes viven bajo el umbral de pobreza. Se trata de un ritmo de crecimiento que es tres veces mayor que el de las poblaciones concentradas de pobreza de las ciudades.
Una vez promocionada como remansos de seguridad y serenidad, muchos suburbios ahora están luchando con el crimen creciente a medida que sus economías flaquean y las poblaciones cambian. La serie televisiva Breaking Bad hizo que las guaridas de metanfetamina se volvieran tan icónicas como las esquinas urbanas en donde los traficantes callejeros hacían sus trabajos en la serie de HBO The Wire. La actual epidemia opioide tiene raíces profundas en los suburbios. Además, entre 1990 y 2008, el índice de crímenes violentos —el cual ha estado bajando a lo largo de EEUU— bajó tres veces más rápido en las ciudades principales de EEUU de lo que bajó en sus suburbios. Los homicidios realmente aumentaron en un 16.9% en los suburbios entre 2001 y 2010, mientras que bajaron en un 16.7% en las ciudades. Muchos —si no la mayoría— de los tiroteos masivos de EEUU ocurren en los suburbios, desde Columbine a Sandy Hook.

Una casa suburbana una vez era la piedra angular del sueño americano. Ahora, la dispersión urbana se ha convertido en un factor que está impidiendo la capacidad de los estadounidenses de ascender la escalera económica. El viejo dicho estadounidense ' drive ‘til you qualify' (conduce hasta que consigas una hipoteca) refleja la realidad de que los bienes raíces se vuelven más asequibles en los suburbios más distantes, pero la distancia impone costos altos adicionales. La regla general es que la gente debe gastar aproximadamente un 30% de su ingreso en vivienda, pero hasta un 45% cuando se incluye el transporte. Poseer múltiples autos y mantenerlos asegurados, reparados y llenos de combustible puede ser costoso. Vivir más cerca de donde uno trabaja o poder tomar el transporte público pueden reducir esos costos considerablemente. Por esta razón, un condominio más caro o un departamento en el núcleo urbano o cerca de líneas de transporte público puede terminar siendo mucho más asequible que una casa más barata en un suburbio donde se depende del auto.

La movilidad económica es considerablemente más baja en las áreas metropolitanas dispersadas de lo que es en las ciudades más densas. Los trabajadores de menores ingresos en los suburbios se encuentran más lejos de los centros de trabajo y tienen más dificultad para encontrar y llegar a empleos de los que pueden vivir en una ciudad. La cantidad de tiempo que las personas de bajos ingresos pasan en sus viajes diarios a sus trabajos también desempeña un papel significativo en afectar sus posibilidades de ascender la escalara económica, ya que las personas de bajos ingresos con viajes más largos al trabajo enfrentan niveles más bajos de movilidad ascendente.
Si bien sigue siendo cierto que los vecindarios urbanos persistentemente pobres concentran y perpetúan un ciclo de pobreza, los vecindarios pobres suburbanos también presentan retos: aíslan y desconectan a sus residentes de trabajos y de oportunidad económica, así como de los servicios sociales que pueden mitigar los peores efectos de la pobreza. Incluso cuando los suburbios tienen servicios sociales, los pobres son menos capaces de accederlos porque son más difíciles de encontrar y resulta más difícil llegar a ellos que a los servicios sociales urbanos.
En términos generales, la dispersión urbana es sumamente costosa para la economía. La infraestructura y los servicios vitales como el agua y la energía pueden ser 2.5 veces más caros de prestar a los suburbios que a los centros urbanos compactos. En total, la dispersación le cuesta aproximadamente 600,000 millones de dólares al año a la economía estadounidense en costos directos relacionados con el uso ineficiente de tierra y dependencia en autos. Y le cuesta otros 400,000 millones de dólares en costos indirectos debido a la congestión de tráfico, la contaminación y cosas así, según un estudio de 2015 de la Escuela de Economía de Londres. La factura total es un asombroso un billón de dólares por año.Los vecindarios más ricos estadounidenses están en los suburbios

No todos los suburbios están experimentando deterioro y desolación, por supuesto, del mismo modo en que no todas las ciudades están experimentando estos problemas. Muchos de los inmigrantes y miembros de grupos de minorías que se están mudando a estos suburbios tienen el mismo nivel de aspiraciones que mis padres y muchos son más acaudalados. Aunque algunas partes de los suburbios están estancándose o deteriorándose, hay áreas grandes de riqueza y crecimiento.

Todos menos uno de los diez códigos postales más caros de EEUU están en los suburbios: la única excepción es Tribeca/SoHo en Nueva York. Ocho de los 10 están en California y estos incluyen los suburbios élite de Silicon Valley de Atherton, Los Altos y Palo Alto, así como Beverly Hills y Santa Monica, Rancho Santa Fe en San Diego y Montecito en Santa Bárbara. El enclave exclusivo de Fisher Island —accesible sólo mediante bote o ferry— se encuentra en la Bahía Biscayne cerca de Miami Beach. Los suburbios son los sitios de desigualdad creciente y cada vez son más asolados por sus propias divisiones profundas de clase.
Al igual que en nuestras ciudades, algunas partes de nuestros suburbios son ricas y otras son pobres. Algunas están creciendo rápidamente y otras están en declive. De hecho, el crecimiento hoy día está concentrado en áreas urbanas densas y en las periferias lejanas de los suburbios. El crecimiento poblacional está ocurriendo más rápidamente en las partes más remotas de los suburbios y en los vecindarios urbanos más densos, tal como escribió Jes Kolko —un economista especializado en bienes raíces— para CityLab en 2015. Es mucho menos caro construir en la tierra abierta y no desarrollada en áreas periféricas que en cualquier otra parte y es más fácil crecer rápidamente cuando se empieza desde la nada. Los lugares urbanos más densos están atrayendo a personas y empleos debido a su conveniencia y productividad mejorada. Mientras tanto, se está ahuecando y apretando económicamente al medio de nuestra geografía suburbana: el crecimiento está circunvalando las áreas suburbanas más viejas que quedan entre los dos polos del centro urbano y del nuevo desarrollo periférico.
Al fin y al cabo, la crisis suburbana refleja el fin de una época larga de crecimiento barato. Construir vías e infraestructura más casas en tierra virgen era y sigue siendo una manera increíblemente económica de proveer un sueño americano a las masas. Seguramente es así cuando estos costos suburbanos se comparan con los costos de construir nuevas líneas de metro, túneles y edificios de muchas plantas en ciudades maduras. Durante la mayor parte de los años 50, 60 y 70, y luego siguiendo durante los años 80 y 90, la suburbanización fue el complemento casi ideal de la economía industrial de EEUU. Más que el gran esfuerzo de movilización de la Segunda Guerra Mundial o cualquiera de las políticas de estímulo keynesianas que fueron aplicadas durante los años 30, fue el desarrollo suburbano lo que impulsó la época dorada de crecimiento económico durante los años 50 y 60. A medida que las familias de clase obrera y de clase media se asentaron en casas suburbanas, sus compras de lavadoras, secadoras, televisores, sofás para salas y automóviles estimularon al sector manufacturero que empleó a tantos de ellos, creando más empleos y todavía más compradores de casas. La dispersión urbana fue el motor impulsor de la época de crecimiento económico barato que ahora se está desvaneciendo.


Pero hoy día la aglomeración —no la dispersión— impulsa la innovación y el crecimiento económico. A muchas personas aún les gusta vivir en las afueras, por supuesto, pero el crecimiento suburbano ya no está sincronizado con las demandas de la economía urbana de conocimiento. Demasiada de nuestra valiosa capacidad productiva nacional y riqueza se está despilfarrando en construir y mantener casas suburbanas con cocheras con espacio para tres autos y la infraestructura que las mantiene en lugar de invertirse en el conocimiento, en la tecnología y en la densidad que se requieren para el crecimiento sostenible. Los suburbios no van a desaparecer, pero ya no son el paradigma del sueño americano ni el motor de crecimiento económico.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com. Esta nota se adaptó de libro The New Urban Crisis: How Our Cities Are Increasing Inequality, Deepening Segregation, and Failing the Middle Class—and What We Can Do About It.


jueves, 22 de marzo de 2018

Sir Maurice Gibson.- a



(1 de mayo de 1913 - 27 de abril de 1987), fue un juez de apelación en Irlanda del Norte . Fue asesinado, junto con su esposa Cecily, Lady Gibson por el Ejército Republicano Irlandés Provisional (IRA).

Sir Maurice nació en Montpelier House, Belfast . Fue educado en la Royal Belfast Academical Institution (RBAI, o 'Inst') y se graduó con una licenciatura en derecho de la Queen's University Belfast. Fue elegido bencher en 1961 y fue descrito por Lord MacDermott en 1968 como el mejor abogado del Colegio de Abogados. En 1968 se convirtió en juez de la cancillería y lord de apelación en 1977. La pareja tuvo dos hijos. 
En 1977 absolvió al soldado que le disparó a Majella O'Hare, una niña de 12 años. El gobierno del Reino Unido se disculpó recientemente por este asesinato y dijo que la justificación que Gibson aceptó era "poco probable".
Él y su esposa fueron asesinados por un coche bomba a control remoto mientras conducían por la frontera irlandesa de regreso a Irlanda del Norte el 27 de abril de 1987, después de unas vacaciones en Gran Bretaña . Cuando el auto del juez llegó a Drumad, la ciudad en el lado de la frontera del condado de Louth , se detuvo para darle la mano a la escolta de seguridad Garda Síochána que había completado su parte de la tarea. 
La pareja tenía solo un corto viaje en automóvil para reunirse con la escolta de la policía de Ulster (RUC) a Belfast . Entre los dos puntos está la bomba, cerca de una gasolinera cerca de Killean en Condado de Armagh.
 La explosión arrojó el vehículo de Gibson a través de la carretera, matando a la pareja de inmediato.  La explosión también lesionó a los jugadores del equipo nacional de rugby de Irlanda Nigel Carr , David Irwin y Philip Rainey que estaban en un auto en la misma carretera. 


Judge of the High Court
In office
1968–1975
Lord Justice of Appeal
In office
1975–1987
La brigada del sur de Armagh del IRA se hizo responsable de los asesinatos. Su mensaje:

“El IRA se atribuyó la responsabilidad por el asesinato en una breve declaración emitida desde Dublín. Describieron el ataque como la ejecución del juez de primera instancia Lord Justice Gibson. Agregaron que actuó como juez y jurado y apoyó a los verdugos de RUC, pero hay otros jueces en Irlanda además de los impuestos por Gran Bretaña. Ahora ha sido llevado al "tribunal de justicia final".

El 27 de abril de 1987, el IRA emitió su propia declaración, buscando también la responsabilidad por el asesinato a sangre fría. La razón dada escalofríos. Según el IRA, los Gibson representaban "el sistema judicial perjuro malvado y corrupto pagado en el Norte".

sábado, 17 de marzo de 2018

La crisis de Maduro o la herencia de Chávez?: el desastre económico de Venezuela.-a




Nicolás Maduro Moros asumió la presidencia de Venezuela el 19 de abril de 2013, luego del fallecimiento de su antecesor y maestro, Hugo Chávez Frías, quien había llegado al poder en 1999, instaurando la denominada revolución bolivariana.

La llegada de Maduro al poder coincidió con un contexto internacional negativo para la economía, el superciclo del petróleo había terminado y el crudo experimentó una drástica caída, pasando de los 100 dólares por barril a fines de 2012 a los 33 dólares por barril en diciembre de 2015, según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Un daño considerable para un país cuyos ingresos por la venta de petróleo superan el 96%.
A eso habría que sumar el complejo ambiente político de la nación bolivariana, con un Maduro ampliamente cuestionado por diferentes sectores de la sociedad, que se ha polarizado en torno al gobierno.
En 2013, el PIB de Venezuela era de 267.213 millones de dólares según la Cepal y había aumentado en un 1,3% en relación a 2012. Mientras la pobreza alcanzaba al 32% de la población. Cinco años después, la situación es completamente diferente.
Aunque el gobierno de Maduro ha dificultado la entrega de datos sobre la economía venezolana, según Cepal se espera que para este 2018 la economía venezolana se contraiga en un 8,1%, de esta forma, habrá perdido el 50% de su PIB en el último lustro.
Por su parte, el FMI calcula que la inflación en 2018 será de un 13.000%, considerando que el promedio para Sudamérica se proyecta en un 5,6%.
Pero cómo uno de los países más ricos en el mundo, en cuanto a materias primas, ha llegado a experimentar una pobreza que supera el 80% de la población (según la última encuesta Encovi), un desabastecimiento de alimentos y medicinas, que ha obligado a más de un millón de venezolanos a abandonar el país.
La radio BioBio Chile consultó a tres economistas venezolanos, que evaluaron la situación de su país ad portas de unas cuestionadas reelecciones, que igualmente podrían extender el gobierno de Maduro.

Las causas y el origen de la crisis

Venezuela enfrenta este 2018 su quinto año consecutivo con decrecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB), extendiendo la crisis económica más grande su historia y se estima que al término de este lustro habrá perdido al menos el 50% de su PIB en comparación a 2013.
El economista marxista del Centro de Investigación y Formación Obrera, Manuel Sutherland, resalta que la crisis venezolana se podía advertir hace varios años, a causa de una serie de políticas erradas por parte del gobierno.
“La producción cae tanto -en mi criterio- por una destrucción del aparato productivo agrícola, comercial formal e industrial, que se viene gestando más menos de 2004 a 2005, con una apreciación excesiva de la moneda, que vino acompañada con tres factores que empeoraron su sobrevaluación: la emisión de dinero inórganico, la baja tasa de interés para comprar dólares y el gasto público desaforado”, señala.

Por su parte, el economista y académico del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) en Caracas, José Manuel Puente, agrega que la baja del petróleo no fue la clave de la actual crisis en Venezuela, sino que sólo fue un detonante, que dejó a la luz una serie de decisiones equivocadas que se tomaron durante el chavismo en materia económica.
“La crisis ha sido muy aguda y extensa y el origen del problema es la consecuencia de 20 años de decisiones de políticas-económicas equivocadas y un modelo de desarrollo equivocado, que llevó a Venezuela a su peor crisis económica”, expresa.

Puente agrega que los errores del modelo se grafican en al menos cinco políticas que son las causantes de la actual crisis: el control de precios, las tasas de interés y los controles de cambios; las restricciones al mercado laboral y la política de expropiaciones y nacionalizaciones, que “mataron la producción”.
En la misma línea, la economista y académica de la Universidad Central de Venezuela, Sary Levy, plantea que las profundizaciones realizadas en el modelo de la “revolución bolivariana”, trajo como consecuencia el destrozo de la producción.
“A partir de 2007 se plantea la radicalización del modelo, implementando un modelo productivo socialista, que va ir controlando los activos privados en manos del régimen, pero además con un abandono total del enfoque productivo y de la eficiencia productiva”, esgrime Levy.

Sutherland puntualiza que los errores cometidos desde el chavismo en los años de bonanza del petróleo agudizaron la caída que se da por los ciclos económicos a la baja.
“Cuando en Venezuela se tenía cierta claridad sobre qué medidas de ahorro tomar para evitar que la renta petrolera sobrevalorara la moneda, aumentara las exportaciones y destruir la producción nacional, el chavismo hizo todo los contrario y extremó los efectos nocivos de la renta excesiva en la economía y a eso se sumó por un saqueo del ejército y civiles, para protagonizar la fuga de capitales más grande del mundo”, puntualiza Sutherland.


Chávez o Maduro


La crisis venezolana ha polarizado al país y de acuerdo a distintas encuestas, Maduro tiene más de un 80% de rechazo en la población, que lo ha sindicado como el principal responsable del detrimento de la economía.
“La gente responsabiliza a Nicolás Maduro y sus ministros por los errores, además de todas estas ideas intangibles como la derecha, el imperio norteamericano, la guerra económica, todas estas ideas que no pueden ser verificadas”, afirma Puente, pero agrega que en realidad hay un modelo impulsado con Chávez que causó la crisis.
“Más allá de todas estas percepciones, sin lugar a dudas, las grandes tormentas macroeconómicas que vive hoy Venezuela, tiene que ver con las decisiones equivocadas que tomó Hugo Chávez desde 1999 (…) Maduro hereda una bomba de tiempo que le explota en la cara y no ha hecho nada para revertir este ciclo de desastre, pero sin lugar a dudas Chávez es el padre de la criatura”, recalca.

Sutherland realiza un análisis similar sobre la responsabilidad del exmilitar en la crisis económica, insistiendo que son “un mismo gobierno” y se repiten los mismos nombres en los cargos más altos del Estado.
“A Maduro le tocó un contexto en el cual se recoge la destrucción que se venía gestando en el gobierno de Chávez, donde las cosas se hacían mal pero los precios del petróleo tapaban lo pésimo que se administraba el capital social”, enfatiza.
Levy reitera que lo ocurrido en Venezuela se debe a un modelo económico y no de una persona en particular pero sí apunta a Chávez como su ideólogo.
“Esto es resultado de un modelo, esto no es un asunto de ponerle nombre, pero definitivamente el modelo tal y como fue pensado e instrumentado fue lo que nos trajo hasta acá. Desde esa perspectiva tú dirías que el ideólogo del modelo es el gran responsable”, sostiene.


¿Cómo habría sido con Chávez?

Maduro llegó al poder tras la muerte de Chávez, aunque ya era el vicepresidente, pero su ascensión como presidente coincidió con la agudización de la crisis económica, por lo que se podría plantear que la actual situación de Venezuela tiene más relación con una falta de manejo política suya y que con el exmilitar los daños -al menos- habrían sido menos perjudiciales.
Los tres economistas consultados por BioBioChile coinciden en que la crisis está más relacionada con un modelo económico y sus respectivas políticas, que con las habilidades del gobernante de turno, aunque plantean que al menos Chávez tenía un mayor peso político.
“Muchos creemos que el presidente Chávez tenía control y poder y habría tomado algunas decisiones para tratar de revertir el desajuste macroeconómico. Maduro es un presidente débil, que no cuenta con el respaldo de la población, no cuenta con el apoyo de su partido y uno de los grandes dramas de Venezuela es que el presidente Maduro no ha hecho nada en materia económica”, apunta Puente.

“Es probable que estando Hugo Chavez las cosas fueran menos mal, pero igual las cosas hubiesen ido muy mal, porque desde un principio la revolución con mucho dogmatismo y impericia, fue tomando decisiones erradas en materia económica”, fundamenta Puente.
“Yo creo que la situación había sido la misma, si se hubieran tomado las mismas políticas (…) simple y llanamente es posible plantearse que Chávez habría sido más pragmático, pero él estaba convencido de llevar a Venezuela a un modelo comunista/socialista”, asevera Levy.

En la misma línea, Sutherland advierte que el fallecido gobernante fue advertido de que sus decisiones podrían traer consecuencias negativas, pero que él las desestimó y no cambió el rumbo de sus políticas.
“Para mí la situación habría sido exactamente igual, no es que Chávez fuese una lumbrera en el ámbito económico. Ya en 2009 se dio una crisis similar, con una magnitud más pequeña (…) se tomaron algunos correctivos microscópicos y se siguió haciendo lo mismo, pese a que la evidencia mostraba la ruta hacia la crisis y hacia todos los problemas. Chávez tuvo miles de advertencias e ignoró todas”, concluye Sutherland.


“Guerra económica

El gobierno de Maduro ha sostenido que la falta de alimentos, insumos básicos y medicamentos, se debe a una “guerra económica” en contra de la revolución bolivariana, negando la existencia de una crisis como tal.

La tesis del chavismo señala que empresarios locales, por orden de Estados Unidos e intereses trasnacionales, han ocultado los productos de primera necesidad, además acusa de una especulacion cambiaria que ha contribuido a la devaluación del bolívar.
Sobre el planteamiento del oficialismo venezolano, los tres economistas descartan una supuesta “guerra económica”, afirmando que se trata de una excusa o farsa por parte del gobierno.
Sutherland califica esta tesis como “un disparate” y que es sólo una “especie de excusa ante la crisis”.
“De hecho Estados Unidos le ha puesto sanciones que le dificulta la venta de bonos, eso le dificulta en el mercado estadounidense, pero Venezuela puede comprar cualquier cosa en cualquier parte del mundo o emitir deuda (…)y aunque hay sanciones con EEUU sigue siendo el principal socio comercial de Venezuela”, indica.

Bajo el mismo argumento, el economista apunta a que las comparaciones hechas por algunos partidarios de Maduro con el Golpe de Estado en Chile de 1973, bajo la colaboración de la CIA, con el actual panorama de Venezuela no tienen sentido.
“La gente lo compara con el Chile de Allende y en verdad, lo que más se pareció al Chile de Allende es lo ocurrido en 2002, cuando hubo un paro patronal, hubo un sabotaje directo del empresario, negándose a producir y a vender, y hubo una confrontación directa que terminó con un golpe de Estado, pero desde entonces no se evidencia una guerra económica”, señala.
Una visión similar entrega Sary Levy, aunque señala que sí existe una “guerra económica”, pero es la que realiza “el gobierno contra la ciudadanía”, descartando cualquier “intervención extranjera”.

Soluciones


¿Existe una salida de la crisis económica de Venezuela si el chavismo sigue en el poder?, los tres economistas concuerdan en que debe haber un cambio, pues ven imposible que exista un cambio de rumbo con la actuales políticas del gobierno.
“Sin un cambio político, no habrá cambio económico en Venezuela. El gobierno de Maduro no quiere y no puede, porque están atrapados en una camisa de fuerza ideológica. Además se les hace difícil políticamente cambiar el modelo, porque sería negar los últimos 20 años y el legado el líder supremo, el presidente Chávez”, enfatiza el economista José Manuel Puente.
El académico de la IESA indica que se deberían tomar al menos ocho medidas que podrían ayudar a revertir el actual panorama, aunque advierte que cualquier mejora será lenta: búsqueda de ayuda internacional, programa para reducir la inflación intermensual, construir bases para recuperar el crecimiento, una reforma fiscal integral (déficit actual es de alrededor del 26% del PIB), eliminar los controles de precio (o la mayoría de ellos), desmontar el control de cambio, crear un fondo de estabilización macroeconómica para el petróleo y un proceso de reconstrucción de la producción petrolera.
Sutherland coincide en que con Maduro y el PSUV en el gobierno es muy difícil que la situación económica cambie en Venezuela, debido a que en estos años de gobierno se han negado a cambiar sus políticas.
“Lamentablemente el gobierno de Chávez y Maduro se han cerrado a soluciones de economía práctica que favorezcan el proceso de acumulación de capital, que aumente la producción, la productividad, la eficacia y la eficiencia”, puntualiza.
Entre las soluciones que plantea Sutherland se encuentra: una renegociación de la deuda externa de Venezuela, una apertura para la inversión de trasnacionales en el área petrolera (recuperación de pozos de petróleo mediano y liviano), eliminar la ley de precio justo, el control de cambio, facilitar el retorno de las remesas e “impulsar un plan de industrialización y producción agrícola donde la clase obrera tenga participación en la dirección de la empresa”, dejando de lado la burocracia estatal.
El domingo Maduro podría concretar un nuevo gobierno del chavismo en Venezuela, en unas elecciones desconocidas por gran parte de la oposición y varios países, entre ellos, Chile y Estados Unidos.

viernes, 16 de marzo de 2018

Los 20 años de chavismo: Una herencia amarga.-a


Un día como hoy, comenzó a escribirse la nueva historia de nuestro país; un gigante llamado Hugo Chávez, despertó la conciencia del pueblo y derrotó el modelo neoliberal dominante, por más de 4 décadas. ¡Celebramos 20 años del primer triunfo electoral! 



Un 6 de diciembre de 1998 se confirmaba la victoria del candidato del partido Movimiento Quinta República, el exmilitar Hugo Chávez Frías, quien logró conquistar al electorado a través de un discurso donde criticaba a la oligarquía política, la corrupción en Venezuela, la clase empresarial y calificaba a Cuba como una dictadura.

El expresidente venezolano recibió un país convulsionado, con una economía estancada y aquejada por la corrupción y la dependencia del petróleo, incluso el mismo Chávez intentó un golpe de Estado en 1992 contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, aunque fracasó y terminó siendo detenido. Pero ese hecho lo catapultó en la opinión pública y seis años más tarde, vestido de civil, lograría el poder por medio de las urnas.
Capitalizando el descontento social y el desprestigio de los partidos tradicionales, Chávez, un carismático militar, fue elegido el 6 de diciembre de 1998 con la promesa de acabar con las desigualdades en el país con las mayores reservas petroleras del mundo.
Aunque Chávez murió en 2013, el chavismo ha seguido gobernando Venezuela a través de su heredero Nicolás Maduro. Sin embargo, desde la muerte del exmilitar el país experimenta la peor crisis económica de su historia, un aislamiento político a nivel internacional, una diáspora de más de 2 millones de venezolanos y la eliminación de la oposición política.
Venezuela enfrenta este 2018 su quinto año consecutivo con contracción de su Producto Interno Bruto (PIB), extendiendo la crisis económica más grande su historia y se estima que al término de este lustro habrá perdido al menos el 50% de su PIB en comparación a 2013.

Si Chávez recibió en 1998 un país con una economía de 91 mil millones de dólares, a 2013 -cuando falleció- el PIB era de 482 mil millones de dólares, luego del boom del precio del petróleo durante la década del 2000. Ahora esa cifra apenas llegaría a los 200 mil millones de dólares, pero la cifra real fue ocultada por el gobierno de Maduro, aunque hace un mes el Banco Central reconocía una contracción del 17% del PIB en 2017.
Una situación que se ha visto reflejada en la carencia de alimentos, falta de insumos médicos y aumento en niveles de pobreza, llegando hasta el 80% de la población, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, realizada por tres universidades venezolanas.
Por su parte, el FMI calcula que la inflación en 2018 será de un 1.350.000% y a 10.000.000% en 2019, considerando que el promedio para Sudamérica se proyecta en un 5,6%.
El salario mínimo en el otrora próspero país petrolero apenas alcanza para dos kilos de carne, una dura realidad que ha generado una migración masiva: según la ONU, desde 2015 abandonaron el país 2,3 millones de personas
Ante la crisis económica, el gobierno de Maduro ha tomado una serie de medidas que hasta el momento no han tenido resultados: quitar cinco ceros a la moneda, devaluación de la moneda y tasa única de cambio, disminución de los subsidios a los combustibles y varios aumentos al salario mínimo. Pero su poca efectividad han obligado al país a acudir a la ayuda de sus aliados internacionales: Rusia, Turquía y China.

“Las secuelas de la hiperinflación se ven en la devastación del aparato productivo. El Gobierno no ofrece cifras para indexar el salario de los venezolanos y eso acentúa la decadencia del poder adquisitivo. [Además], muchas compañías tienen una caída de las demandas de productos. No creo que el panorama cambie, porque se necesita generar credibilidad para traer confianza y este es un Gobierno que hace anuncios y no cumple”, asegura Alejandro Grisanti, director de la firma Ecoanalítica a diario El País de España.
Pese a su baja popularidad y a que sus políticas para revertir la crisis no han dado resultado, Maduro asumirá el 10 de enero de 2019 para un segundo mandato, luego de elecciones desconocidas por Estados Unidos y la Unión Europea, que no contó con la participación de la mayor parte de la oposición.

Un antes y un después

Aunque la figura de Chávez divide a Venezuela, América Latina y quizás a gran parte del espectro político, su triunfo en 1998 es considerado de forma unánime como el día que marcó un antes y un después en la política latinoamericana, dando pie a los denominados gobiernos del Socialismo del Siglo XXI.
“La historia de Venezuela se dividió en un antes y un después del inicio del proceso revolucionario, aquel 6 de diciembre, un día como hoy, cuando la Revolución Bolivariana obtuvo su primer triunfo con Hugo Rafael Chávez Frías al frente, conquistando la elección presidencial de 1998″, destacó el gobierno de Maduro.
“El chavismo, como proyecto histórico, fue una rebelión contra el pasado reciente venezolano, una protesta contra las elites y una manifestación de desencanto contra una democracia gastada, que el ex militar manifestó incluso a través de un intento de golpe de Estado”, explica el historiador Alejandro San Francisco de la Universidad San Sebastián en una columna del portal El Imparcial.
El teniente coronel, quien lideró un fallido golpe de Estado en 1992, llegó al poder tras ganar en las urnas con 56,2% de los votos, siendo reelegido en 2000, 2006 y 2012, y revalidado en un referendo revocatorio en 2004.


Cronología del gobierno de Chávez


1999:
– 2 de febrero: Asume la Presidencia y convoca a un referéndum para designar una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Carta Magna, que fue aprobada el 15 de diciembre en un plebiscito con más del 70% de votos.

2000:
– 30 de julio: Chávez cumpliendo con la nueva Constitución, llama a elecciones y es reelegido con 56,9% de los votos para gobernar hasta 2006.

2001:
– 10 de diciembre: Enfrenta su primer paro nacional, convocado por empresarios y respaldado por la mayor central obrera del país, contra leyes que juzgan como confiscatorias.

2002:
– 11 de abril: Masiva manifestación en Caracas, convocada por un sector empresarial y la mayor confederación de trabajadores, en la que exigen la renuncia del presidente. La manifestación es desviada hacia el Palacio de Miraflores (sede del gobierno) y tras un enfrentamiento en sus proximidades que se salda con 19 muertos, el alto mando derroca a Chávez, que es encarcelado en una base militar en la isla de la Orchila, en el Caribe.

– 12 de abril: El líder empresarial Pedro Carmona asume la presidencia, anula la Constitución, anuncia elecciones anticipadas en un año, disuelve la Asamblea Nacional y destituye a todos los gobernadores y alcaldes.

– 13 de abril: Chávez es restituido en la presidencia por militares leales y la movilización de sus seguidores.

– 2 de diciembre: Se inicia una huelga por tiempo indeterminado de la estatal petrolera PDVSA que busca sacar a Chávez del poder y fracasa al cabo de dos meses y enormes pérdidas.

2003:
– 29 de mayo: Se convoca un referendo revocatorio del mandato de Chávez como salida a la crisis venezolana.

2004:
– 15 de agosto: Chávez gana el referéndum revocatorio con 59% de los votos.

2005:
– 4 de diciembre: La oposición decide un catastrófico boicot de las elecciones parlamentarias y el oficialismo gana todas las bancas en la Asamblea Nacional (parlamento unicameral).

2006:
– 3 de diciembre: Chávez es reelegido presidente con 62% de votos.

2007:
– 2 de diciembre: Una reforma a la Constitución propuesta por Chávez, que incluye la reelección ilimitada, es rechazada en referéndum.

2008:
– 23 de noviembre: El chavismo gana las elecciones regionales y municipales, pero pierde los tres estados más poblados y Caracas.

2009:
– 14 de enero: La Asamblea Nacional aprueba una enmienda a la Constitución, para ser votada en referéndum, que permita la reelección sin límite de mandatos del presidente y todos los cargos de elección popular.

– 15 de febrero: Con 54,36% de los votos a favor del “Sí”, se aprueba en referéndum enmendar la Constitución de 1999 para permitir la reelección indefinida.

2010:
-26 de septiembre: El oficialismo gana las elecciones legislativas pero la oposición obtiene 40% de los escaños del Parlamento.

2011:
– 30 de junio: en un mensaje a la nación, Chávez anuncia que fue operado en Cuba de un tumor canceroso.

– 23 de septiembre: Chávez finaliza en Cuba su tratamiento de quimioterapia.

– 20 de octubre: Chávez da por superado el cáncer.

– 2 de diciembre: Chávez recibe en Caracas a presidentes y jefes de gobierno de América Latina y el Caribe para lanzar la Celac, el primer organismo regional de América Latina y el Caribe sin Estados Unidos y Canadá.

2012:
– 26 de febrero: Chávez es operado de un nuevo tumor canceroso en la misma zona donde se le extirpó el primero.

– Marzo-abril: Se somete a un tratamiento de radioterapia en Cuba que lo vuelve a alejar de la escena pública.

– 9 de julio: Anuncia que está “totalmente libre” del cáncer.

– 30 de julio: Viaja a Brasil para la cumbre que sella el ingreso de Venezuela al Mercosur.

– 7 de octubre: Chávez es reelecto para el periodo 2013-2019 con 55% de los votos.

– 8 de diciembre: Chávez anuncia una nueva recaída y explica que debe someterse de urgencia a una nueva operación. Además, designa al vicepresidente Nicolás Maduro su heredero político y candidato del oficialismo en las elecciones que deberían convocarse si queda “inhabilitado”.

– 11 de diciembre: El presidente se somete a su cuarta cirugía contra el cáncer en Cuba.

– 26 de diciembre: Chávez delega una serie de poderes económicos a Maduro.

2013:
– 10 de enero: Chávez, hospitalizado en Cuba, no asiste a su nueva toma de posesión ante la Asamblea Nacional. El Tribunal Supremo había avalado previamente postergar la ceremonia hasta que estuviera en condiciones así como la permanencia en funciones de su gobierno.

– 18 de febrero: Tras permanecer 70 días de convalecencia en La Habana, Chávez regresa de madrugada a su país y es recluido en el hospital militar de Caracas

– 4 de marzo: Chávez sufre un “empeoramiento” de su respiración y presenta una “nueva y severa infección”

– 5 de marzo: murió Hugo Chávez a los 58 años en el hospital militar de Cáracas, un año y medio después de que se le detectase el cáncer, cuya ubicación no había sido revelada en el momento de su muerte

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