La Caixa o Fundación Bancaria la Caixa es el nombre por el que se conoce a la Fundación Bancaria Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona (Fundació Bancària Caixa d'Estalvis i Pensions de Barcelona en catalán), una fundación bancaria española. Su sede social se ubica en Palma de Mallorca desde 2017. Se trata de la entidad resultante de la trasformación de la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona, "la Caixa", en fundación bancaria, realizada en 2014 para cumplir con la Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias (Ley 26/2013, de 27 de diciembre). Es la principal accionista de CaixaBank, con un 30,00 % del capital (a través de Criteria Caixa). Su misión principal, además de ejercer la labor financiera a través de esta sociedad, es la gestión de la obra social y cultural heredada de la caja de ahorros. |
DOCUMENTACIÓN INÉDITA La actividad del exalcalde de Barcelona como embajador en París en 1945. Los papeles inéditos de Miguel Mateu. JOSEP PLAYÀ MASET BARCELONA 01/05/2017 El archivo del monasterio de Poblet es noticia porque gracias a un acuerdo con la Generalitat pasará a ser una sección territorial del Arxiu Nacional de Catalunya con autonomía propia. El convenio facilitará el tratamiento archivístico, la digitalización y difusión de los fondos que incluyen el archivo monástico, el de la Casa Ducal de Medinacelli y el archivo Montserrat Tarradellas, creado por el president Tarradellas y enriquecido con otros 62 fondos entre los que destacan los de Lluís Gausachs, Jaume Miravitlles, Carles Sentís, Joan Antoni Samaranch, Josep M. Bricall, Manuel Ortínez, el general Batet y Paul Preston. La última incorporación al archivo de Poblet son los fondos del abogado y exdiputado Jorge Trias, tal como ya informó este diario (26/III/2017). Son 163 cajas de documentos, mayoritariamente referidos a su padre, Carlos Trias, falangista de primera hora y teniente de alcalde de Barcelona entre 1939 y 1945. Pero también hay parte del archivo personal de Jorge Trias y nueve cajas relacionadas con el empresario y político Miguel Mateu Pla (1898-1972). La documentación relacionada con Miguel Mateu es prácticamente inédita y se relaciona con los periodos en que fue alcalde de Barcelona (1939-1945) y los dos años en que fue embajador de España en Francia (1946-1947. Es un material imprescindible para entender la posguerra y para la biografía de un personaje clave dentro del franquismo, exponente de la burguesía catalana que apoyó al Caudillo. La relevancia de estos fondos para los historiadores queda de manifiesto en algunos de los informes y documentos que se relacionan a continuación. Protestas contra los consulados El 16 de noviembre de 1944 Franco nombra embajador de España en París a Miguel Mateu, que acaba de dejar la alcaldía de Barcelona. La ayuda de los exiliados republicanos a la resistencia francesa y la estrecha relación entre los maquis y los comunistas eran un quebradero de cabeza para el franquismo. Y Mateu, por sus contactos empresariales, podía romper el aislamiento de España. Según un documento, su sueldo personal era de 27.000 pesetas anuales, más 90.000 por “gastos de representación´”. Nada más llegar a París, Miguel Mateu empezó a desplegar una gran actividad. Enviaba informes a diario al gobierno de Franco. Informaba sobre la situación política internacional y cuestiones relacionadas con los refugiados españoles (completados con dossieres del policía Pedro Urraca, el mismo que detuvo a Companys). Se quejaba, por ejemplo, de las manifestaciones de protesta contra los cónsules españoles, de la presencia de “guerrilleros desarmados que pululan por Toulouse” y del sindicato de policía de Perpiñán, que “ha tomado el acuerdo de negarse a cumplir las órdenes que pudieran dársele para proteger al cónsul de España”. Miguel Mateu intentó un acercamiento a los aliados y romper la imagen de una España prohitleriana. En una de sus primeras notas pide que se desmienta “la patraña” de que barcos alemanes se han abastecido en los puertos del Cantábrico. En otra, dice que se ha quejado al Quai d’Orsay por ataques de la prensa que atribuyen “al gobierno español el envío a prostíbulos de niñas arrancadas a sus hogares y por tratar de felones a los oficiales españoles”. En una nota del 5 de abril de 1945 dice que de 245 noticias de la prensa francesa sobre España, sólo seis son favorables. Interesante es su advertencia sobre la llegada de los deportados internados en los campos de concentración de Buchenwald, Bilsen y otros. “Las manifestaciones de estos deportados no pueden ser más terribles para los alemanes. Han cometido con ellos horrores de todas clases, y el clamor que este trato inhumano ha levantado aquí es general. Muchos vienen con sus número tatuados en los brazos. Se ha probado que en Buchenwald hubo un promedio de 300 muertes diarias”. Días después informa que ha llegado a París “el joven Jorge Semprún, hijo del ex gobernador civil de Toledo y cuñado de Maura”, detenido en Buchenwald. En abril, recién acabada la guerra, llegan a París dos vagones llenos de naranjas para ser repartidos entre la población francesa. Era una iniciativa de Mateu, que pide que se repita, por su buena acogida (“es en los sectores pobres donde existe un ambiente más contrario a nosotros”). El 19/IV/1945 informa que en Francia hay de 2.000 a 2.500 mutilados republicanos y pregunta “si se pudiese encontrar una manera de ayudar un poco” Se sabía que en el castillo de Peralada, propiedad de Miguel Mateu, se alojó Franco de camino hacia Bordighera para entrevistarse con Mussolini o que allí se celebró en 1940 una reunión con altos mandos nazis cuando estos ocuparon Francia. Pero los documentos de Poblet revelan una cumbre secreta entre la cúpula militar franquista y la gaullista, a punto de finalizar la Segunda Guerra Mundial. La iniciativa de Mateu pretendía que los militares franceses controlaran a los republicanos españoles que les habían secundado en su lucha contra los nazis, los desarmaran y alejaran de las frontera. En un documento de cinco páginas, Mateu informa al ministro Félix de Lequerica del encuentro celebrado el 20 de enero de 1945 en Peralada, al que por parte española asistieron “los generales Ungría y Madariaga, los tenientes coroneles Moyano y Montesinos, el comandante Castro, el capitán Maristany, mi secretario y yo”. Y por parte francesa, “el general Caille, el cónsul general de Francia en Barcelona sr. Coiffard, el capitán Fontaine y el teniente Delon”. Hubo comida y una sobremesa que se prolongó dos horas. Hablaron de “la situación general de Francia y de la guerra, las actividades de los rojos españoles y la cuestión de Andorra”. El general Caille, jefe de la frontera de los Pirineos, a quien define como “amigo y colaborador del general De Gaulle”, les explica que hay de 7.000 a 8.000 exiliados en el sur de Francia “perfectamente vigilados, prácticamente desarmados y, en su mayoría, alejados a 40 o 50 km de la frontera”. Reconoce que su manutención corre a cargo del gobierno francés y que cuentan con complicidades, razón por la que no pueden ser internados, como al parecer se le pide. En un momento dado se refiere a ellos como el “joli cadeau” que hizo España a Francia. Los militares españoles replican: “Mándenoslos usted para España”. Según este informe, el general Caille añadió que “los rojos españoles tienen una ignorancia completa de lo que pasa y de lo que les pasaría en España”, y una discreta propaganda estimularía su repatriación. Por otra parte, el general se queja de que unas locomotoras francesas están retenidas en la frontera de Canfranc. Mateu, en otra carta al ministro, informa de que a poco de llegar “me enteré de que en el campo de concentración de Noé se habían internado 24 guardias civiles y soldados que los individuos del maquis español, rechazados por nuestras fuerzas hace unos meses, habían traído con ellos en calidad de prisioneros”. La nota (17/III/1945) precisa que los 24 detenidos “han sido acompañados hasta la frontera por las autoridades militares francesas y han pasado por los Pirineos (Pont du Roy) el 22 de febrero ”. Fue su primer éxito diplomático como embajador. Catalanes por raza y costumbre. Cuando Miguel Mateu llega a la embajada se encuentra sobre la mesa el “conflicto de Andorra”. Un grupo de maquis ha intentado ocupar la radio de Andorra, y Francia tiene allí un centenar de gendarmes. España ha enviado también a la Guardia Civil. Entre los documentos de Poblet figura un informe de 14 páginas (Situación política social de los valles), fechado en Les Escaldes a 4 de febrero de 1945, que el jefe del destacamento de la Guardia Civil envía a las altas instancias políticas. Para el jefe de la Guardia Civil el drama de Andorra es “el choque de una constitución política y social de la edad media con las exigencias de la vida moderna”. Empieza por decir que “Andorra era un país pobre”, pero “acaso no haga más de veinte años” empezó un gran cambio: explotación de hulla blanca, creación de la hidroeléctrica Fhasa [de la que era consejero Miguel Mateu], Ràdio Andorra, red de carreteras, hoteles, turismo... También señala el deseo de los andorranos de “conservar la independencia, no ser españoles ni franceses”, ya que “para ellos es substancial, porque ahí radica la base de su bienestar, logrado a base de las concesiones aduaneras y de las posibilidades de su intenso contrabando. Además gozan de una gran libertad, no pagan tributos apenas, ni están sujetos al servicio militar” El jefe de destacamento sugiere enviar maestros catalanes para “españolizar con palabras catalanas” En su descripción del país reconoce que “el idioma oficial es el catalán y la población es catalana por raza, por costumbres, por su cultura”. Y añade: “Del mismo modo que afirmamos que el territorio y la población son catalanes, mejor dicho españoles, es preciso aclarar que el Estado Español no tiene directamente ninguna soberanía de derecho y que esta corresponde íntegramente a los dos copríncipes”. De ahí que proponga actuar siempre a través de la mitra, incluso hasta el punto de poner el escudo episcopal sobre la bandera española. A otro nivel, pide reforzar la enseñanza para evitar que vayan más alumnos a la escuela francesa, como pasa en Canillo. Y sugiere enviar maestros catalanes porque dominan el habla de los andorranos (“es preciso españolizar con palabras catalanas”). También analiza el limitado papel de la policía andorrana (un jefe y seis policias), de la que dice que no controla nada. Y además, “el jefe bebe bastante y es incondicional de los franceses”. “Si queremos hacerla española es preciso tratar de lograrlo con una política hábil y continua pero sin decirlo. Incluso si llegásemos a la absorción, dejarles por mucho tiempo la ilusión de independencia, como por puro formalismo”, dice. Propone retirar a la Guardia Civil, pero que quede en La Seu d’Urgell de tal modo que “vayan con frecuencia a Andorra, utilizando cualquier pretexto, con objeto de que no se pierda la relación con la población y se acostumbren a ver la Guardia Civil en dependencias del Episcopado” |
El castillo de Peralada, mencionado ya en el siglo ix con el nombre de castillo Tolón, fue el centro del condado de Perelada. La dinastía de los vizcondes de Perelada se inició con Berenguer, hijo del conde Ponce I de Ampurias, que al morir su padre se convirtió en señor de Perelada. Más tarde, los vizcondes llevaron los apellidos de Quermançó y Rocabertí. En 1285, durante la invasión francesa del Ampurdán, durante la Cruzada contra Cataluña de Felipe el Atrevido, el castillo fue destruido y la población incendiada. Los restos de este primitivo castillo y de la iglesia parroquial de San Martín están en la parte superior del casco urbano. A mediados del siglo xiv fue construido un segundo y nuevo recinto de murallas, más amplio, y el nuevo palacio de los Rocabertí levantó extramuros. En 1472, durante la guerra de los Remences, el rey Juan II volvió a invadir y ocupar el castillo y años después, en 1599, el vizconde Francesc Jofre de Rocabertí fue investido conde de Perelada por Felipe III de España. Ha sido objeto de varias reformas y ampliaciones, la fachada oriental es de estilo renacentista y al final del siglo xix fue nuevamente ampliado, bajo la dirección del arquitecto francés Grant. Lo rodea un gran jardín. El palacio fue adquirido en 1923 por Miguel Mateu,2 que reunió una notable colección de arte (cristales, cerámica, pintura, libros, manuscritos) y patrocinó la edición de libros eruditos «Biblioteca de Peralada». Hoy, la propiedad sigue en manos de la familia Mateu y es la sede de una bodega de vinos, por lo que no se puede visitar en su totalidad. Sin embargo, en una parte del castillo se encuentra el casino, y los jardines permanecen abiertos en julio y agosto con motivo del Festival Internacional de Música de Peralada. Biblioteca. La biblioteca es uno de los elementos culturales de mayor importancia y fama del castillo. Construida de nueva planta en la restauración del Carmen y acabada hacia 1886, pasó a disponer de los libros de los últimos miembros de la casta Rocabertí. La condición universitaria de los condes (uno de los dos hermanos era abogado, mientras que el otro era ingeniero de minas) y sus múltiples intereses (personajes de la Renaixença, al tiempo que persistentes viajeros, con una posición familiar equidistante de Peralada, Mallorca y París), les impulsaron a la búsqueda de ejemplares humanísticos y científicos, además de la suscripción a las mejores revistas de su época. Al extinguirse el linaje (1899), la biblioteca constaba de 28.000 volúmenes. Heredó la propiedad Fernando Truyols Despuig, marqués de la Torre, quien fue propietario desde 1899 hasta 1923. En esta época no se aumentó el fondo bibliográfico. El año 1923, al adquirir el castillo Miquel Mateu conservó la biblioteca y, con el tiempo, aumentó considerablemente sus fondos. Su actividad de bibliófilo fue frenética, siendo en su época un de los mejores compradores de libros de España. Por un lado, Miquel Mateu hizo una biblioteca temática, fundamentalmente histórica y literaria. Por otro, sus compras se dirigieron hacia a la bibliofilia, o sea, libros con características particulares, independientemente de su tema. Así consiguió unos doscientos incunables, unos setecientos ejemplares únicos o rarísimos, ochocientas ejecutorias de nobleza, aparte de numerosísimos góticos o manuscritos. Sin duda, la colección más espectacular es la cervantina, una de las mejores del mundo a nivel privado, con unos 5.000 ejemplares, de los cuales más de mil son diferentes ediciones de Don Quixote, con traducciones a 33 lenguas diferentes. Cabe destacar que también es muy importante el archivo, con documentación a partir del siglo IX. El archivo histórico cuenta con un fondo documental procedente del propio convento del Carme y el resto es fruto de la adquisición de Miguel Mateu. Se conserva también el importante archivo personal de Miguel Mateu y buena parte del epistolario de su padre, Damià Mateu. A la muerte del primero (1972), la biblioteca contaba con unos 70.000 volúmenes; actualmente hay unos 100.000. |
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