martes, 1 de septiembre de 2020

Los brigadistas chinos y las mujeres (Guerra civil española) a

El desconocido centenar de brigadistas chinos que combatió en la Guerra Civil 


La exposición ‘Las Brigadistas Internacionales y los Voluntarios Chinos en la Guerra Civil de España” repasa un capítulo oculto en la historia reciente de nuestro país, la del centenar de combatientes chinos que decidieron luchar en la misma fecha y en diferente geografía por el fin del fascismo. Un centenar de “valientes migrantes, obreros, médicos, periodistas y pequeños comerciantes” de los que apenas se conoce su historia.
     
28/10/2019

Chen lleva varios años afincado en España y es hoy el presidente de la Asociación de Promoción e Intercambio Hispano-Chino. Sacar a la luz un caso inédito de nuestra historia reciente como es el de las Brigadistas Internacionales que desde su país vinieron a luchar en la España de 1936 no ha sido tarea fácil. Hoy la exposición ‘Las Brigadistas Internacionales y los Voluntarios Chinos en la Guerra Civil de España’ ya tiene un pequeño recorrido de muestras en Andalucía, desde el estreno de la exposición en octubre en el Antiquarium de Sevilla, pasando por la Casa Colón de Huelva para ser próximamente acogida en el rectorado de Málaga. Chen aclara a Público que “van a alcanzar muy pronto la geografía nacional, llegando en 2020 a ciudades como Almería, Granada, Madrid o Salamanca”.
Ante la pregunta obligatoria del motivo de la muestra Chen destaca que la expo conmemora “el 46 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y España y el 80 aniversario del fin de la Guerra Civil”.

Pero ¿qué se conoce a día de hoy de aquellos brigadistas

Chen aclara que “la guerra de España se convirtió pronto en una guerra antifascista”. A pesar de que las Brigadas Internacionales, estaban compuestas por más de 40.000 voluntarios procedentes de 54 países, “de China solo llegaron apenas un centenar y poco se conoce de su historia”.
La única investigación conocida sobre el origen de estos brigadistas llegó a España en 2015 gracias a la editorial 'Los libros de la Catarata’ y al Centro de Estudios y Documentación de las Brigadas Internacionales (CEDoBI), dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha. El libro Los brigadistas chinos en la guerra civil. La llamada de España (1936-1939), de Hwei-Ru Tsou y Len Tsou, ambos científicos taiwaneses residentes en Estados Unidos, narra como conocieron la existencia de combatientes chinos en la guerra civil española por pura casualidad.

Estos investigadores se encontraban ojeando un álbum publicado por la Brigada Lincoln para conmemorar su 50 aniversario cuando advirtieron que entre los muchos nombres citados, algunos de los que parecían, eran de origen chino.
A pesar de la ardua investigación de Hwei-Ru Tsou y Len Tsou por más de tres continentes en casi una década “no se sabe con certeza cuántos chinos combatieron en la guerra civil española”. Algunas fuentes de la época, de las muy escasas que existen, estiman que fueron cerca de un centenar.

Campañas de llamamiento para venir a España

Hwei-Ru Tsou y Len Tsou señalan que “cuando en 1936 estalló la guerra civil española, el Partido Comunista Francés hizo un llamamiento general para luchar contra el fascismo en solidaridad con el pueblo español. La célula de la Renault emprendió una activa campaña de reclutamiento entre los obreros con la idea de formar una 'Compañía Renault' de cien personas dispuestas a luchar en el frente”. Además se realizó un llamamiento a los compatriotas chinos de ultramar escrito por los soldados chinos desde un campo de internamiento francés, redactado por un compatriota conocido como Lin Jishi.

Uno de aquellos combatientes decididos fue Zhang Ruishu que no dudó después de una vida errante a venir a luchar contra el fascismo al sur de Europa. “Llegaría a España junto Liu Jingtian. Ambos decidieron ir juntos a España para incorporarse a las Brigadas Internacionales y luchar contra los fascistas”. El 28 de noviembre de 1936 se presentaron en el cuartel general de las Brigadas Internacionales en Albacete. Y “solicitaron incorporarse a una compañía de ametralladores, pero después del examen físico” fueron destinado a otras tareas.
Chen señala a Público que “China también estaba en una situación muy severa por la invasión de fascismo japonés en esa época en la que surge un grupo de guerreros chinos, quienes, sin tener en cuenta lo que ocurría en su propio país, e incluso sin miedo a la muerte, pensaron que ayudar a los españoles era un deber irrenunciable”.
Yu Xiaoping, Yang Jing, Chang Xiao y Ham Violet Wong han sido los responsables de dar vida a esta muestra con fuentes originales para la exposición que han venido de forma inédita desde el Museo Nacional de China. “Ellos abandonaron a su familia y llegaron a España para dedicarse a las Brigadas Internacionales. Estos voluntarios chinos, con su coraje y diligencia, obtuvieron el respeto de sus compañeros procedentes de distintos países”.

"La mayoría vinieron por propia voluntad, otros casi accidentalmente, y otros fueron enviados por su organización política", Hwei-Ru Tsou y Len Tsou

De las pocas historias individuales que han podido rescatarse, la expo muestra como la mayor parte de los brigadistas no vino directamente de China, sino que ya estaban asentados sobre todo en Europa y en menor medida en Estados Unidos y otros países. “Algunos vivían ya en España. La mayoría vinieron por propia voluntad, otros casi accidentalmente, y otros fueron enviados por su organización política”, apunta la investigación de Hwei-Ru Tsou y Len Tsou. Mao Tse-tung lo dijo claro en una carta abierta al pueblo español en la fecha de la contienda “De no ser porque tenemos enfrente al enemigo japonés, iríamos con toda seguridad a integrarnos en vuestras tropas”. Esta declaración señala que de no haber estado en este período bélico, los brigadistas chinos hubieran sido mucho más numerosos.

Después de finalizar la guerra civil, se conoce que “algunos brigadistas chinos conocieron los campos de internamiento franceses y buena parte de ellos volvió a China y siguió combatiendo en la guerra contra Japón”. Hwei-Ru Tsou y Len Tsou apuntan como “los supervivientes fueron, en algunos casos y ya en tiempos de paz, sancionados o relegados al olvido por el mismo régimen por el que lucharon”. La Revolución Cultural no les perdonó el hecho de haberse relacionado con extranjeros.

Xie Weijin o el brigadista conocido como Ching Siu Ling

Xie Weijin se unió al llamamiento internacional de los compatriotas chinos de ultramar desde un campo de internamiento francés. Nació en la provincia de Sichuan y como miembro del partido comunista, llegaría a España en abril de 1937 para combatir en la guerra civil bajo un seudónimo que ocultara su identidad Ching Siu Ling.
Su historia es una de las destacadas que se pueden ver en la muestra por el importante legado que este combatiente pudo dejar en vida. Su testimonio gráfico no deja lugar a dudas. Su carnet de las brigadas internacionales y varias fotografías ilustran parte de su vida en España. En una postal escribe a un amigo cuando estuvo en el hospital tras ser herido en el frente. En otra fotografía le vemos en las cercanías de Brunete.
Xie Weijin ingresó en la casa de convalecencia de las Brigadas Internacionales en Barcelona, y trasladado a la Clínica Militar Número uno para seguir con el tratamiento de su pierna, afectada de fuertes y constantes dolores neurológicos producidos en el frente de Quinto, como muestras las fotografías que ha dejado como legado.
Aquellos que lo recuerdan señalan que Xie Weijin era un hombre de baja estatura y llevaba gafas. Su hijo daría a conocer el gran legado de su padre en la guerra de España. Y cómo se formó el destacamento chino. “Este respondió que solo se trataba de un nombre”. Xie Weijin desempeñaba el cargo de comisario político del batallón de artillería de las Brigadas Internacionales. 
“Su grado, entre el centenar de chinos voluntarios que en ese momento participaban en la guerra, era el más alto, y se convirtió en su líder de forma natural y espontánea”.

Xie Weijin conservó objetos de alto valor histórico que han permanecido décadas ocultos como el pendón de seda que le envió Zhou Enlai desde la lejana China con un marinero. 


“Después de la guerra civil española lo escondió en el doble fondo de un maletín de cuero, y así consiguió sacarlo del campo de concentración en Francia donde terminó al finalizar la guerra civil”.

Xie Weijing emprendió camino hacia la frontera francesa el 25 de enero de 1939. El grupo de combatientes que lo acompaño hasta la frontera terminó junto a Weijin en el campo de Argelès, a orillas del Mediterráneo. También pasaría por el campo de Gurs donde vivió en condiciones infrahumanas en barracones de madera. En el campo vivían junto a unos 16.000 refugiados. Los refugiados chinos estaban en el barracón número 16.

Xie Weijin contaba historias sobre las fotos que conservaba de la guerra repitiendo “sin cansarse quién era tal o cual persona, quién había muerto en tal o cual batalla o cómo Dolores Ibárruri había ido al frente a dar ánimo a los soldados”... En esa ocasión le oyeron decir: 
“Aunque perdimos la guerra, gentes de varias decenas de países y de todas las razas fueron a España para tomar parte en ella, un hecho sin precedentes en el mundo”.
Chen, como comisario de la muestra concluye que “hoy en día, China y España están fortaleciendo sus relaciones en los distintos ámbitos como la política, la economía y la cultura”. Esperamos que, a través de esta exposición, “podemos profundizar nuestras conexiones e intercambios, y promover el continuo desarrollo de la amistad” de ambos países”.

Brigadistas mujeres 

Lise London 

(nombre de soltera: Élisabet Ricol) (Montceau-les-Mines, Borgoña, 15 de febrero de 1916 - París, Francia, 31 de marzo de 2012) fue una activista de la resistencia francesa y superviviente de los campos de concentración nazis.
Hija de emigrantes españoles en Francia, obligados a abandonar las tierras de Aragón en que nacieron en busca de un porvenir mejor. A los quince años ya militaba en las Juventudes Comunistas francesas, y a los dieciocho comenzó a trabajar en el Komintern, en Moscú, donde conoció a Artur London. Desde entonces, sus itinerarios ya no se separaron. Ambos acuden en ayuda de la España republicana, participan en la Resistencia y conocen las cárceles y los campos de concentración nazis y, más tarde, la represión estalinista.
Tras haber participado en las Brigadas Internacionales, Lise London luchó en la resistencia francesa hasta su detención en agosto de 1942, mientras tomaba la palabra en un mitin contra los ocupantes nazis.Este acto de Resistencia valió a su autora una condena a trabajos forzados a perpetuidad y la deportación por los alemanes al campo de concentración de Ravensbrück.
Roja primavera fue el primero de los dos volúmenes de memorias en que, con el título común de La madeja del tiempo, Lise London narró su vida, la de Artur London, el autor de La confesión (el libro que reveló al mundo los criminales engranajes de la maquinaria estalinista), y la de una generación que entregó su vida en aras de un ideal que, como Saturno, acabó en muchos casos devorando a sus hijos. El segundo volumen, Memoria de la Resistencia, recoge el período que va desde la derrota de la República hasta el regreso de los campos de concentración nazis. Jean Ferrat la citó en su canción "Le bilan", y Simone Signoret la representó en La confesión (1970), la película de Costa Gavras basada en las memorias de Artur London.

Adelina Kondrátieva

 (Buenos Aires, 1917 — Moscú, 14 de diciembre de 2012) fue una traductora y brigadista de origen ruso, que participó en la Guerra Civil en auxilio de la Segunda República Española. Por su posterior dedicación a ese periodo histórico llegó a ser elegida presidenta de Asociación Archivo, Guerra y Exilio y en 2009 se le concedió pasaporte español.

Hija de Benjamín Abramson y nacida Adelina Veniamínovna Abramson en Buenos Aires en 1917, capital argentina en la que su familia se había exiliado en 1910,​ huyendo del régimen zarista ruso,​ y donde su padre trabajaba como delegado comercial. Tras el golpe del General José Felix Uriburu en septiembre de 1932 Abramson fue «detenido, torturado y expulsado».
 La familia (padre, madre, Adelina y su hermana Paulina, dos años mayor) se trasladó a Montevideo, y de allí consiguieron regresar a la Unión Soviética. La etiqueta de ‘trotskista’ que pesaba sobre Abramson limitó su reinserción en la nueva estructura soviética (Adelina tuvo que solicitar tres veces el ingreso en la Unión de Juventudes Comunistas),​ hasta el punto de que en enero de 1937 Adelina y su padre salieron de la URSS de forma clandestina, y tras un viaje rocambolesco consiguieron llegar España, donde ya los esperaba Paulina.
Una vez en Barcelona, Benjamín Abramson marchó al frente de Aragón, mientras sus hijas continuaron viaje hasta Valencia. En la capital del Turia Adelina, con apenas 19 años, entró en contacto con Yákov Smushkiévich (en:Yakov Smushkevich, el que se hacía llamar “General Douglas”),​ comandante de la aviación republicana, que ofreció a Adelina ingresar como intérprete y traductora dentro del Estado mayor de la Fuerza Aérea de la República instalado en la finca de Los Llanos,​ cerca de Albacete. En aquellos días, recuerda en sus memorias haber sido testigo del bombardeo a que la ciudad fue sometida por la aviación franquista el 20 de febrero de 1937.

Por su parte, su hermana Paulina Abramson trabajó como traductora con el cineasta Román Karmén (en:Roman Karmen) y el periodista Mijaíl Koltsov,​ hasta entrar como intérprete al servicio del comandante “Xanti” (Hadjí-Umar Mamsúrov, ru:Хаджи-Умар Мамсуров, 1903-1968), «asesor de Durruti en la defensa de Madrid y organizador del XIV Cuerpo de Guerrilleros de la República».
En 1938 la familia Abramson volvió a Moscú y Adelina ingresó en la Universidad Obrera para adultos, especializándose en la «historia del movimiento sindical norteamericano».
​ Comenzó a trabajar en el Instituto Militar de Idiomas y a partir de 1941 estudió italiano en la Facultad Militar de Idiomas Extranjeros. Teniente Superior del Ejército Soviético entre 1941-1949, sirvió de forma activa entre 1941-1949 durante la ocupación alemana de la URSS,​ en especial como intérprete en los campos de prisioneros italianos. Terminada la contienda fue condecorada con la Orden de la Estrella Roja, se casó con Aleksandr Kondrátiev, militar, y dio a luz a su hija Yelena. Sin embargo, la progresiva ascensión del estalinismo supuso para su padre un destino similar al de otros participantes en la Guerra Civil española,​ que sería detenido en 1951, con 63 años, acusado de trotskista, recluido cinco años en el «Gulag» y tras la muerte de Stalin liberado.

Kondrátieva, que llegó a doctorarse en la Universidad de Moscú, fue jefa de la cátedra de español en el Instituto de Pedagogía,​ y dedicó el último periodo de su vida a implicarse en algunos de los capítulos más delicados de la historia de España; así, sus trabajos con Ángel Viñas y Paul Preston. Lideró la sección española de militares participantes en la Guerra Civil en el Comité de Veteranos de Rusia, y mantuvo estrecha colaboración con los hispanistas rusos y el Centro Español de Moscú.
​ En 1994 publicó con el título de Mosaico roto un libro de memorias, escrito en colaboración con su hermana Paulina. Se la considera una de las principales impulsoras de la recuperación de la memoria histórica en compañía de Dolores Cabra, y a su persona quedará siempre ligada el Homenaje a las Brigadas Internacionales organizado en 1996 y la creación en 1998 de la Asociación Archivo, Guerra y Exilio (AGE), que presidió hasta su muerte, ocurrida en Moscú a las 5,30 de la madrugada del día 14 de diciembre,​ con 95 años de edad.

Salaria Kea 

(de casada Salaria Kea O'Reilly) (Milledgeville, 13 de julio de 1913 - Akron, 18 de mayo de 1991) fue una enfermera estadounidense afroamericana de la «American Medical Brigade»,​ que acompañó al contingente estadounidense de las Brigadas Internacionales durante la Guerra civil española.​ Relato que al parecer dejó escrito en Una enfermera negra en la España republicana.
Evocada por el poeta afroamericano James Langston Hughes (1902-1967) como “una delgada muchacha color chocolate”, Salaria quedó huérfana en su infancia, cuando su padre, jardinero, murió en extrañas circunstancias.Al parecer hizo sus primeros estudios en la Escuela Central y la «West High School», en Akron. Su deseo de ser enfermera tuvo que superar el rechazo de algunos centros debido al color de su piel, hasta que en el verano de 1930 decidió trasladarse a Nueva York,​ donde fue admitida en la Escuela de Formación del Hospital de Harlem («Harlem Hospital School of Nursing»). Enseguida comenzó a trabajar como enfermera, primero en el Sea View Hospital y luego en el Hospital de Harlem. Se graduó en 1934 y consiguió el puesto de jefa de enfermeras en la Sala de enfermos terminales del «Sea View Hospital», dedicado al tratamiento de la tuberculosis.​


En 1935 entró en el Partido Comunista de los Estados Unidos (CPUSA), círculo que la llevarían primero a formar parte del grupo de enfermeras de Harlem que tras la invasión de Abisinia por el ejército fascista de Benito Mussolini, reunió material sanitario en ayuda del pueblo etíope; y luego, a raíz del levantamiento militar de julio de 1936 en España, que dio origen a la guerra civil, a unirse a el «Medical Bureau to Aid Spanish Democracy», organizador de la «American Medical Brigade».
Salaria salió de los Estados Unidos en la primavera de 1937 a bordo del SS Paris, junto con otras 12 enfermeras y un grupo de médicos dirigidos por el cirujano Edward K. Barsky, el cirujano judío que dirigiría el Servicio Sanitario de la zona catalana.​ Al parecer su primer destino en España fue el hospital instalado en el Palacio de Villa Paz, en Saelices (Cuenca). Y fue en España donde conoció al que sería luego su marido, Pat O'Reilly (John Paddy), un brigadista irlandés convaleciente de las heridas sufridas mientras luchaba con una unidad de brigadistas británicos. Queda noticia de que se casaron en el hospital, aunque luego serían temporalmente separados por la guerra.


Está documentado que Salaria prestó auxilio en el en hospital instalado para las Brigadas Internacionales en la capital murciana, así habilitado en el antiguo colegio marista de La Merced que en 1935 se había convertido en sede de la Universidad de Murcia. También se sabe que aunque fue apresada por las tropas franquistas, pudo escapar y salir de España el 1938.​
En ciertos sectores de su país fue recibida como una heroína, si bien, hasta 1940 no pudo conseguir que a su marido le concedieran permiso para entrar en Estados Unidos las autoridades de inmigración. Finalmente, Pat O'Reilly fue nacionalizado, y aceptado en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos destacado en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Salaria, vetada en un principio por su pasada militancia comunista, fue al final admitida en el Cuerpo de Enfermería, ya en 1944.
Concluida la guerra, el matrimonio O'Reilly se estableció en Nueva York, donde Salaria trabajó como enfermera.​ En los últimos años de su vida, ya viuda, volvió a Akron, donde falleció en 1991 –según algunas referencias​– a los 72 años de edad.

Elisaveta Párshina

 (Oriol, Rusia, 1913 — Moscú, 27 de junio de 2002) fue una traductora, espía, escritora y brigadista rusa que participó en la Guerra Civil en auxilio de la Segunda República Española, experiencia que relató más de medio siglo después en su libro de memorias La brigadista o Diario de una dinamitera de la guerra civil, firmado como Josefa Pérez Herrera y publicado en 2002.
En su biobrafía, Elizaveta Parshina recuerda la infancia en su ciudad natal, Oriol, como un espacio y un tiempo desolados sucesivamente por la Primera Guerra Mundial, la Revolución Bolchevique, los fusilamientos, las levas masivas y una cadena de regresos del frente de miles de soldados inválidos. 
Tenía 23 años cuando, en octubre de 1936, llegó a Barcelona en plena Guerra Civil española. Por sus conocimientos de idiomas fue enviada como traductora a Albacete, donde se encontraba el Estado mayor de la Fuerza Aérea de la República instalado en la finca de Los Llanos.1​ Su deseo de participar de una forma más directa en la lucha fue escuchado por Arturs Sproģis, comandante letón del XIV Cuerpo de Guerrilleros, unidad de combate nocturna que operaba tras las filas enemigas, encargada de reconocimiento y realización de sabotajes e integrada por cuarenta voluntarios andaluces, en su mayoría obreros y campesinos sin experiencia militar.3​2​ El comando, que llegaría a ser conocido con el curioso apelativo de los Niños de la Noche y en el que Elisaveta se convirtió en ‘Josefa Pérez Herrera’, estaba integrado en la 11ª Brigada Internacional. Actuó primero como intérprete ("Si lo traduces mal todos saldremos por los aires"»)​ y, más tarde, como dinamitera («La caja de tres kilogramos de dinamita tenía un botón. Y había que colocarlo bajo la vía de tal modo que al pasar el tren doblase el raíl e hiciera contacto».)
A finales de 1937, regresó a Moscú donde se casó con el que había sido su comandante en el XIV Cuerpo Guerrillero, Arturs Sproģis.4​ Trabajó en el Ministerio de Comercio Exterior hasta que, en 1939, recomendada por la GRU («Glavnoe Razvedyvatelnoe Upravlenie», Dirección General de Inteligencia, organismo dependiente del Ministerio de Defensa que se dedicaba al espionaje), Elizaveta se convirtió en una de las tres primeras mujeres que consiguieron ingresar en dicha institución.
Cuando en junio de 1941 el ejército alemán invadió la URSS, Elizaveta se encontraba en un campamento militar en la frontera con Polonia, pero logró llegar a Moscú.​ Detenido el avance alemán sobre Moscú, Elisaveta fue destinada a Krasnodar, al norte del Cáucaso, a finales de 1942. En ese periodo empieza a trabajar en el contraespionaje para la SMERSH (acrónimo de «SMERt Shpionam», muerte a los espías). En 1943, Parshina volvió a Moscú, y trabajó para la NKVD hasta el momento de dar a luz a su hijo.1​ En ese periodo trabajó en una tienda de libros moscovita. Pero en otoño de 1946 la GRU (Dirección General de Inteligencia) la destinó a Checoslovaquia junto con su hijo, e identidades falsas. Tras varias peripecias logró volver a la Unión Soviética, para ser detenida por la KGB. Liberada de nuevo por sus jefes de la NKVD, abandonó su actividad como espía y pasó a la reserva. Encontró trabajo en la sección de patentes de un instituto médico de investigaciones científicas, hasta su jubilación en 1970.
Una vez jubilada, Párshina se dedicó a escribir y colaborar con la asociación Archivo, Guerra y Exilio (AGE), que presidía otra traductora y brigadista rusa, Adelina Kondrátieva.​ Vivió en Moscú, en casa de su hijo, hasta su muerte en 2002, con años de edad. «Solo muere lo que se olvida. Adiós Elisaveta» es título del obituario que Gloria Planells le dedicó en la edición del diario El Mundo del 5 de julio de 2002.

Mika Feldman de Etchebéhère 

(Moisés Ville, provincia de Santa Fe, 14 de marzo de 1902 - París, 7 de julio de 1992), nacida como Micaela Feldman, fue una militante argentina que llegó a ser capitana de una milicia del POUM en la Guerra Civil Española.
Mika Feldman nació en Moisés Ville, provincia de Santa Fe (Argentina), en el seno de una familia judía escapada de los progroms de la época zarista en Rusia. Estudió Odontología en Buenos Aires y en los años universitarios milita activamente en diversos grupos políticos anarquistas, comunistas y socialistas. Por esa actividad política conoce a quien será primero su compañero y luego su marido, Hipólito Etchebéhère, joven estudiante de Ingeniería, de origen francés. Juntos participan en la creación de un grupo político alrededor de la revista Insurrexit y también juntos ingresan en el Partido Comunista Argentino en 1924, militancia que solo dura dos años pues en 1926 son expulsados por sus desacuerdos con la política estalinista de PCA y por sus simpatías con la figura de León Trotski.
Pasan cuatro años en la Patagonia, alternando el ejercicio de la odontología con la investigación, el estudio y la militancia política. En 1931 se trasladan a Europa y tras unas breves estancias en España y Francia se instalan en Berlín. Los años alemanes son de intensa actividad política y de relaciones con grupos comunistas y trotskistas. El ascenso de Hitler al poder y la derrota de los socialistas y de los comunistas les llevan a trasladarse a París donde se relacionan con el grupo Que Faire, de orientación trotskista. Entretanto, la salud de Hipólito sigue empeorando y la tuberculosis que le perseguía desde sus años de Buenos Aires da la cara abiertamente y es ingresado en un sanatorio. Este hecho decide a la pareja casarse, pues de otro modo ella no podrá visitarlo en el centro hospitalario. A la tradición francesa de que la mujer tome el apellido del marido se debe la frecuente confusión del personaje, unas veces conocida como Micaela (o Mika) Feldman, otras veces como Mika Etchebéhère, otras como Mika Feldman Etchebéhère o, y así se hace aquí, como Mika Feldman de Etchebéhère.
Con el triunfo del Frente Popular en España, deciden instalarse en Madrid. En julio de 1936 ambos parten en una columna formada por militantes del POUM, partido con el que se sentían identificados aunque nunca llegaron a ser militantes orgánicos. En el primer combate en el que participan, la toma de Atienza, Hipólito muere y Mika ocupa su puesto. Por su valor, sentido común y su humanitarismo consigue las estrellas de Capitán y así será conocida, como La Capitana, por ser la única mujer extranjera que alcanzó ese rango en el ejército republicano. Su compañía se batirá en la defensa primero de Sigüenza y después de Madrid, en Pineda de Húmera y en Cerro del Águila.
En abril de 1937 fue detenida en Madrid, enviada a una cheka e interrogada como trotskista, enemiga de la República, Gracias a las gestiones de sus amigos, especialmente del anarquista Cipriano Mera, fue puesta en libertad pero ya no se la permitió volver al ejército. Permaneció en Madrid hasta días antes de la caída de la ciudad. Dejó un testimonio de su actividad durante la guerra como miliciana en un libro publicado en París en 1975, Ma guerre d'Espagne à moi, editado en español en el año 1976 por Plaza y Janes (reeditada en 2003 por Alikornio) con el título de Mi guerra de España. Testimonio de una miliciana al mando de una columna del POUM.
En abril del 39 ya está en París, pero la inminente toma de la capital francesa y su condición de judía y militante izquierdista le aconsejan regresar a Buenos Aires, ciudad en la que permanecerá hasta el final de la II Guerra Mundial. Desde 1945 hasta su muerte en 1992 vivirá en Francia, en París y en la ciudad de Perigny. Sus últimos años los pasa en una residencia de mayores de la rue Alésia, precisamente en la misma habitación en la que había residido el escritor irlandés Samuel Beckett. A su muerte fue incinerada y sus restos esparcidos (clandestinamente) en el Sena por sus amigos franceses.
En el año 1977 se publica su testimonio como miliciana en el libro Mi guerra de España y en 2012 la escritora argentina Elsa Osorio publicó una novela, La Capitana, que recrea la vida de Mika Feldman. En 2014 se estrenó el documental "Mika, mi guerra de España" dirigido por Fito Pochat y Javier Olivera y producido por Motoneta Cine. En 2013 la Editorial Milena Caserola editó por primera vez en Argentina el libro Mi guerra de España.

Fanny Jacovkis, más conocida como Fanny Edelman 

(San Francisco, Córdoba, Argentina, 27 de febrero de 1911 - Buenos Aires, Argentina, 1 de noviembre de 2011),1​fue una política argentina que participó como voluntaria en el Socorro Rojo Internacional en defensa de la Segunda República Española. Fue presidenta del Partido Comunista de la Argentina hasta el día de su muerte.
Hija de inmigrantes judíos rusos y polacos que llegaron al país a comienzos del siglo XX, cursó sus estudios primarios en una escuela de San Francisco. Luego de que su padre fuera despedido de su empleo en el telégrafo, su familia se mudó primero a Villa General Belgrano y luego a Buenos Aires, donde ingresó al Conservatorio Nacional. En 1925 ingresó a trabajar en un taller textil, pero más tarde se desempeñaría como maestra de música.
Tras el golpe de Estado de 1930 encabezado por el general José Félix Uriburu, comenzó a reunirse junto a su esposo en la casa del artista Fabio Hebequer con un grupo de intelectuales, entre los que se encontraba Leónidas Barletta y Álvaro Yunque, quienes la persuadieron en 1934 de afiliarse al Partido Comunista.Así, ayudó a los presos políticos de la dictadura de Uriburu a través de su participación en Socorro Rojo Internacional.
A finales de 1936 contrajo matrimonio con Bernardo Edelman, después de participar en una huelga del gremio de la construcción y de las primeras colectas a favor de la Segunda República Española. En septiembre de 1937, llegó a Valencia junto a su marido quien participó de las Brigadas Internacionales mientras ella lo hizo en el Socorro Rojo Internacional. Allí conoció a Miguel Hernández y Antonio Machado, este último colaboró particularmente con el matrimonio durante una campaña de alfabetización dirigida a los soldados. Tras el avance de las fuerzas fascistas, debió huir hacia Barcelona para luego regresar a Argentina en mayo de 1938.
Fue una de las activas organizadoras de la Unión Argentina de Mujeres (1936), la Junta de la Victoria (1941) y la Unión Argentina de Mujeres (1947).
Posteriormente, Edelman participó en otras campañas internacionales, como la de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, en China, Portugal, Nicaragua, Vietnam y el apoyo al gobierno socialista de Salvador Allende en Chile. En 1972, en representación de la Unión de Mujeres de la Argentina, asumió la conducción de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, desde donde defendió los derechos de las mujeres y de los trabajadores ante el avance de las dictaduras militares en Latinoamérica. ​A través de esta organización, realizó varios seminarios en América Latina, en Asia y en África, e impulsó el Año Internacional de la Mujer y el Encuentro de la ONU en Nairobi en 1975. En su lucha por los derechos humanos, durante la dictadura argentina de 1976-1983, presentó unos doscientos testimonios de familiares y víctimas de la represión ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 1978 en Ginebra. Conoció al Che Guevara cuando este presidía el Banco Central de Cuba y ha tenido varios encuentros con Fidel Castro y Vilma Espín.
Edelman presidía el Partido Comunista de la Argentina, en su Comité Central y dirigía una cátedra libre de género en la sede del partido.​ El 24 de febrero de 2011, con motivo de su centésimo cumpleaños, se le realizó un homenaje en el Teatro Nacional Cervantes, del que participaron diversas organizaciones sociales y figuras políticas.​ Falleció en la Ciudad de Buenos Aires el 1 de noviembre de 2011.

Felicia Browne

 (1904-1936) fue una miliciana y artista británica.Nació el 18 de febrero de 1904.​ Cultivó además del dibujo, la escultura, entre otras artes plásticas. Browne, de ideología comunista y que había viajado a España poco antes del estallido de la guerra civil española en julio de 1936 –una de las razones​ podría haber sido intentar asistir a la Olimpiada Popular de Barcelona–,​ se alistó como miliciana el 3 de agosto y falleció en combate a finales de ese mismo mes en el frente de Aragón.​ Dejó una colección de dibujos realizados durante la guerra.

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