domingo, 20 de octubre de 2019

Los disturbios de santiago por el alza del metro de Santiago.-a



 Querida martín 

He tenido "la suerte" , o la mala suerte, de tener la vivencia de las protestas en la ciudad de Santiago, durante el mes de octubre de 2019, la llamada "Revolución de los 30 pesos" o "Santiagazo" producida en la capital. En esta urbe cada 50 años ocurre una protesta o motín urbano, las anteriores cronológicamente fueron "La huelga o mitin de la carne", que​ fue una serie de protestas que se realizaron en Chile durante octubre de 1905 por el alza de los impuestos a la carne;   La Batalla de Santiago (o los "sucesos del 2 de abril") fue el nombre que se le dio a las protestas celebradas los días 2 y 3 de abril de 1957, producido por la crisis económica durante el Gobierno de Carlos Ibañez.



La causa inmediata de la crisis de Octubre, en estos sucesos fue el alza en la tarifa del sistema público de transporte, que entró en vigor el 6 de octubre de 2019. Centenares de estudiantes se organizaron para realizar actos de «evasión masiva» en el Metro de Santiago. Con el paso de los días, el número de evasores aumentó y se registraron incidentes dentro de las estaciones del ferrocarril subterráneo. La situación se agravó el 18 de octubre, cuando progresivamente fueron cesadas las operaciones de toda la red subterránea por el enfrentamiento de la multitud con Carabineros. En la noche  se realizaron protestas masivas en distintas ciudades del país, y pasada la medianoche del 19 de octubre, el gobierno de Sebastián Piñera decretó el estado de emergencia en las comunas del Gran Santiago, y el toque de queda a partir de la noche del sábado 19. La situación se extendió pocas horas después a otras cinco regiones del país, incluyendo así las cinco mayores áreas metropolitanas chilenas.



De acuerdo a varios analistas, las protestas se han caracterizado por ausencia de líderes y la incorporación, en distintos niveles, de un amplio espectro social, desde la clase baja a la media alta.​ Aunque la causa inmediata puede atribuirse al alza tarifaria del transporte público, las concentraciones populares pronto expusieron sus causas mediatas: el alto costo de la vida (hasta 2019 Santiago es la segunda ciudad más onerosa de Latinoamérica),​ bajas pensiones, precios elevados de fármacos y tratamientos de salud, y un rechazo generalizado a toda la clase política y al descrédito institucional acumulado durante los últimos años.


Tanto por el nivel de daño a la infraestructura pública, el número de manifestantes y las medidas adoptadas por el gobierno, las protestas han sido catalogadas como el «peor malestar civil» ocurrido en Chile desde 1989.​ Hasta el momento se han identificado 20 personas fallecidas, principalmente por incendios y enfrentamientos con militares.

El gran objeto de destrucción de estas protestas fue el metro de santiago, que tuvo daño por 350 millones de dólares por estaciones dañadas por los vándalos.






Alameda, los destrozos por los  disturbios 

El protagonismo de la bandera mapuche en la gran marcha, un símbolo político de las protestas.

En esta protesta, se desterraron las banderas rojas, por la bandera pueblo mapuche, que representa a varios sectores de sociedad de santiago, como bandera de la protesta.

Bandera mapuche, creada 1992

En las marchas y cabildos abiertos han ocupados los espacios públicos del país, y en todos
 los escenarios la bandera Mapuche ha sido protagonista, ¿a qué se debe este hecho?

El historiador mapuche, Claudio Alvarado Lincopi sostiene que las banderas son un elemento a considerar para el futuro. 
 “¿Qué significa esa apropiación? ¿Es únicamente sacar la bandera y ya, o debe escalar hacia la posibilidad a que -particularmente el pueblo mapuche- tenga autodeterminación política? Yo creo que ese es el salto ahora. Tiene un contenido ahora que puede ser profundo ¿Cómo llenamos de propuestas ahora? Creo que ahora el pueblo chileno se está abriendo a la posibilidad que los pueblos indígenas podamos tener autodeterminación política y recuperación territorial, así como avanzar hacia una sociedad plurinacionalidad. Ese es el desafío actual”, reflexiona.
bandera mapuche
Por su parte, la profesora de la Universidad de Chile,  Verónica Figueroa Huencho, cree que este fenómeno puede ser una oportunidad.

“Cuando hablan de cuáles deben ser los pilares del cambio social, los pueblos indìgenas no pueden estar fuera, por lo tanto, se convierte para nosotros en una posibilidad de instalar la demanda. Creo que también ha tenido un simbolismo muy potente esta imagen en la Plaza Italia con la bandera mapuche en la cima, tiene un significado tanto simbólico como de recuperar de un territorio. Me parece que más que nunca esas banderas, tiene un poder político como creo que no lo había tenido de antes, eso ha sido no porque lo hayan levantado las élites, sino porque lo levantó la gente”, dice la académica.

“Ando con la bandera porque soy mapuche. Chile recién sabe la represión que viven los mapuche hace mucho tiempo”, dice Jennifer Cuevas caminando por la Alameda hacia la concentración de Plaza Italia.

Históricamente el sector de la Plaza Italia de Santiago, ha sido  el centro de celebraciones y manifestaciones en la ciudad, y las marchas de octubre 2019 no han sido la excepción, es el corazón de las protestas. 












plaza Italia.
Tanto por el nivel de daño a la infraestructura pública, el número de manifestantes y las medidas adoptadas por el gobierno, las protestas han sido catalogadas como el «peor malestar civil» ocurrido en Chile desde el fin del gobierno militar.​ Hasta el momento se han identificado 21 personas fallecidas, principalmente por incendios a locales saqueados. El Instituto Nacional de Derechos Humanos ha identificado 1305 civiles hospitalizados durante el movimiento, mientras que ha cifrado en 4271 los detenidos.

Metro de santiago dañado, y centro de destrucción. 


daños vía publica. 


El Metro de Santiago es un blanco para los grupos anarquistas o violentos al menos desde el año 2014. Las campañas en redes sociales para eludir el pago de la tarifa del transporte existen desde entonces. Los escritos en los muros con la palabra “evade” también; algunas veces junto a símbolos como la A anarquista o expresiones de estos grupos como la “estrella del caos”. 

 Querido don martín , que lamentable por estado mental y anímico, no importa.



Ross Douthat: “Vivimos en una decadencia sostenible”

31/01/2021 

¿Somos víctimas de nuestro propio éxito?
 ¿Sólo podemos dar vueltas y vueltas sobre los éxitos del pasado, sin apenas dar pasos adelante que sean realmente innovadores? 

Así lo cree Ross Douthat (San Francisco, California, 1979), la voz joven y conservadora en las páginas de opinión del The New York Times en La sociedad decadente (Ariel). Las luces, según su análisis, escasean. Y todo mientras esperamos a “los bárbaros…”

Señala que vivimos en una “decadencia sostenible”, en una felicidad rodeada de declive económico, político, cultural y demográfico, porque se combina con una sociedad más o menos rica y con avances tecnológicos. ¿Cuánto tiempo puede vivir una sociedad así antes de estallar?
Las protestas y los disturbios del verano en EE.UU. y los de este mes sugieren que el mundo occidental puede estar en un momento más explosivo del que se pueda pensar, pero no sabemos en qué medida es una respuesta a la experiencia, singularmente loca, de la pandemia y en qué medida volverá la estabilidad decadente en el 2021. El experimento es novedoso, aunque habrá más respuestas cuando la epidemia se diluya.

Si hablamos de decadencia, ¿estamos peor o mejor tras la inesperada crisis-shock del coronavirus?

La buena noticia es que la velocidad en el desarrollo de la vacuna es una prueba de que los avances científicos todavía son posibles y una muestra tal vez de que una nueva era de progreso tecnológico podría estar por venir. La mala noticia es que la respuesta política e institucional al virus, tanto en EE.UU. como Europa Occidental, ha sido incluso más ineficaz y esclerótica de lo que mi hipótesis de la decadencia me hace esperar. La peor noticia es que socialmente la era del confinamiento ha hecho mucho peores varias de las características de la decadencia: la huida a la realidad virtual o la decadencia del sexo, el matrimonio y la maternidad.

Los aztecas no esperaban los microbios europeos, tampoco los romanos y el París del siglo XVIII las plagas, y todos ellos colapsaron un concepto de sociedad, dice. ¿Es lo que está pasando con la covid?

No creo que esté al nivel del fin de la civilización de los aztecas o los incas, en especial porque Cortés y Pizarro no están, hasta donde se sabe, esperando entre bastidores. Pero una plaga no tiene que destruir una sociedad para cambiarla. Se puede ver en desastres como la peste de Cipriano o el terremoto de Lisboa, que son momentos clave de la historia. Este podría ser uno, aunque todavía no sabemos qué hay al otro lado de la puerta.

En su libro indica que los disturbios y los logros científicos (como el aterrizaje en la Luna, el mundo atómico, etc.) de los años 60 fueron vistos como un “punto de partida” más que un final, al contrario de lo que ocurre hoy con SpaceX y las nuevas tecnologías, por ejemplo. ¿Son sólo fuegos de artificio del progreso?

Space X puede ser un nuevo comienzo. Y espero que lo sea. Pero la gente se ha acostumbrado a las hazañas técnicas que deslumbran sin transformar el mundo y aún no sabemos si Elon Musk sólo deslumbra o es un verdadero transformador. Cuando miras a la era espacial de las décadas de 1950 y 1960, lo sorprendente es la confianza que tenía mucha gente en que a estas alturas ya viviríamos en el espacio y se habrían colonizado otros mundos. Que ninguna de las profecías se haya cumplido significa que las personas dudan de si poner demasiada fe en las innovaciones actuales por prometedoras que sean.

Otras Fuentes

Y eso le lleva de nuevo a la decadencia. ¿No queda viva ninguna ambición aunque utópica como para sacudirse de ésta y poder avanzar? ¿O toda vez que usted se define conservador cree que la salida está más en el pasado que en el presente o que en imaginar un futuro desconocido?
Pienso que los movimientos que alteran el futuro a menudo comienzan mirando al pasado. Mire los comienzos de la Europa moderna: el Renacimiento se inicia con artistas que miraban a los antiguos romanos y griegos, la Reforma con reformadores religiosos que miraban o al menos que imaginaban estar mirando a una iglesia pre-medieval. Espero que cualquier huida de la decadencia tome en serio el pasado y el futuro y se niegue a quedar aprisionada por el chovinismo presente.
Gramsci dijo que toda revolución necesita primero de una revolución cultural, y esto no es lo que parece estar pasando. ¿O si y lo está haciendo la cultura digital?
No estoy seguro de si Gramsci está en lo cierto. La “cultura” es en sí misma una cosa tan enredada que es difícil decir con certeza dónde debe comenzar un renacimiento. Y probablemente a veces el cambio cultural sigue al cambio científico o político en lugar de precederlo. En todo caso, no creo que la cultura digital, tal como ha evolucionado hasta ahora, presagie un renacimiento: ha creado un mundo de hinchas y pornografía dominado por unas pocas empresas y marcas dominantes, que se caracteriza por una mezcla de mediocridad y paranoia. Por ahora Internet es más enervante que inspirador.

Usa las películas para explicar nuestra época y argumenta que ahora no hay más filmes del tipo Braveheart sino que se producen otros, por dar aquí algún ejemplo, del estilo de los héroes de Marvel o secuelas de Avatar. ¿Qué significa?

No considero a Braveheart como un ejemplo de grandeza artística, pero es un ejemplo de una narrativa de Hollywood relativamente original a diferencia del reciclaje sin fin del universo Marvel, siempre con las mismas historias y temas adolescentes. Por una variedad de razones sociales y económicas, nuestra cultura pop está dominada por los productos culturales creados para la generación baby boom, sobre todo por La guerra de las galaxias y las películas de superhéroes. Es difícil hacer algo verdaderamente novedoso hasta que ese legado no se deje atrás.

Como católico, ¿cree que sólo la fe se escapa de esa sociedad tan decadente?

Las religiones pueden ser decadentes; mi propia Iglesia católica se siente así estos días. Pero la fe misma es, casi por definición, un escape de la decadencia porque apunta a un horizonte distinto para la vida humana que el de la era de la repetición y estancamiento. En ese sentido, la pérdida de la fe es a menudo una condición previa para la decadencia. Si eliminas de las personas la sensación de que la vida humana tiene un propósito, un significado más grande que ellos mismos, entonces se vuelve mucho, mucho más fácil aceptar el absurdo, la futilidad y la sensación de ir dando círculos en la política y la cultura. Salir de la decadencia probablemente requiere una recuperación de la fe, un sentido renovado de la comedia humana como una historia real en lugar de una sola cosa tras otra.

Otras Fuentes

También señala que las sociedades suelen tender a evitar las catástrofes aunque de alguna manera las necesiten para seguir adelante. ¿La guerra o el conflicto son así necesarios?

El conflicto de algún tipo es obviamente necesario. No se puede progresar si no se cuestionan las viejas ideas, si no se prueban las nuevas, y si los movimientos y las instituciones y las naciones no compiten entre sí. ¿Puedes tener un conflicto sin riesgo de guerra? Probablemente no. El camino para salir de la decadencia es peligroso, y no debe tomarse a la ligera. Pero el reino de la paz perpetua es casi inevitablemente un reino de letargo y estancamiento.

¿El asalto al Capitolio por el trumpismo puede considerarse como tal? ¿Es una revolución conservadora?

No: es más probable que se acelere la retirada del conservadurismo. La derecha estadounidense tiene poder político pero su poder cultural e institucional se está desvaneciendo. La era Trump ha empujado a las instituciones estadounidenses hacia la izquierda mientras deja a la derecha radicalizada, desventurada, atravesada por la paranoia y dividida internamente. El asalto al Capitolio no ha sido la señal de un movimiento preparado para tomar el poder, sino el signo de un movimiento en el camino del colapso social y epistemológico.

La pérdida de la fe es a menudo una condición previa para la decadencia

Mientras, China se expande en Hong Kong, tiene disputas por sus fronteras occidentales… ¿Es la señal de una sociedad vibrante, frente a un Occidente decadente? Usted incide en que todas las sociedades dinámicas y creativas fueron expansionistas.

China, obviamente, tiene confianza en sí misma y dinamismo. Se ve como una potencia en ascenso, de lo que las naciones occidentales carecen de forma visible. Se suponía que el coronavirus derribaría al régimen de Pekín y, en cambio, tras estrangularlo, han sido Europa y EE.UU. las que han terminado devastadas. Es un momento de expansión del poder chino, claramente, pero no está claro si China está realmente bien posicionada para superar a Occidente o si converge con nosotros.
 Tiene problemas demográficos más profundos incluso que los de Europa Occidental, es probable que sus tasas de crecimiento se estabilicen a la baja durante la próxima década antes de llegar a los niveles de riqueza de Japón o Corea del Sur, y su totalitarismo interno y su fanfarronería externa alejan a más aliados potenciales de los que gana. Los próximos diez años podrían ser un punto álgido para el expansionismo chino, si bien lo que hay detrás puede ser una decadencia con características chinas.


1 comentario:

  1. estos miserables protestantes, son anarquista que lo único que le interesa es el terror y ANARQUÍA

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