Chiang Ching-kuo (izquierda) con el padre Chiang Kai-shek en 1948. |
(Chi-kou, 1910 - Taipei, 1988) Político taiwanés, presidente de Taiwán desde 1978 hasta su muerte. Hijo del general Jiang Jieshi, a quien sucedió al frente del Kuomintang en 1975, Chiang Ching-kuo inició las medidas democratizadoras en el régimen taiwanés, aunque mantuvo esencialmente la línea política de autoritarismo trazada por su padre durante las tres décadas anteriores.
Con quince años fue enviado por estudios a la Unión Soviética, país que veía con buenos ojos el proceso revolucionario chino del que su padre comenzaba a erigirse en protagonista, y a los veinte ingresó en una academia militar soviética. La violenta reacción anticomunista emprendida por Jiang Jieshi en 1927 motivó que las autoridades rusas le retuvieran, no permitiéndole regresar a China hasta 1937, después de la alianza de nacionalistas y comunistas para hacer frente a la invasión japonesa. Durante la crisis inflacionista de 1948 ejerció el cargo de Comisionado Económico de Shangai, ciudad en la que introdujo las desastrosas reformas económicas que contribuyeron a acelerar la derrota del bando nacionalista.
Con la implantación en Formosa de un Estado nacionalista bajo la dirección del Kuomintang, pasó a ocupar diversos altos cargos, en relación con los servicios secretos, las organizaciones juveniles del Partido y las fuerzas armadas; entre 1965 y 1969 fue ministro de Defensa. Como encargado de la seguridad, fue uno de los máximos responsables de la represión política llevada a cabo por el régimen de su padre durante la década de 1950.
En 1972 fue nombrado primer ministro debido a la precaria salud del general: un intento de mantener las riendas del poder en la familia y asegurar el inmovilismo del régimen, pese a que la dinámica social y política del país exigía de sus gobernantes cambios urgentes; Chiang Ching-kuo se mostró en principio receptivo a ellos después de su ascenso a la Presidencia en 1978: así, se levantó la Ley Marcial, se permitió la libertad de prensa y la pluralidad de fuerzas políticas.
Sin embargo, esta apertura sufrió un brusco frenazo a raíz de los incidentes de Kaohsiung, en diciembre de 1979, que terminaron con la detención de los principales miembros de la oposición y una vuelta al autoritarismo. Favoreció sin embargo el aperturismo en el campo económico, lo que llevó al país a un rápido crecimiento durante los años ochenta, hasta convertirse en uno de los tigres asiáticos. En cuanto a la política exterior, mantuvo la línea seguida por su padre respecto al no reconocimiento del régimen comunista chino y la negación de relaciones con su poderoso vecino.
En 1984 fue formalmente reelegido por la Asamblea Nacional para un mandato presidencial de otros seis años, aunque de hecho su cargo podía considerarse vitalicio. En octubre de ese mismo año su nombre se vio envuelto en la polémica debido al asesinato en California de un escritor que había publicado una biografía suya prohibida en la isla. En octubre de 1986, bajo fuertes presiones de Estados Unidos, levantó de nuevo la Ley Marcial, la prohibición de libertad de prensa y partidos políticos, abriendo definitivamente, aunque ciertamente de forma muy tímida, el camino hacia la democracia.
Poco antes de su muerte también tuvo un gesto de aperturismo en política exterior, al permitir la reunión de algunos taiwaneses con sus familiares en la República Popular China, después de décadas de forzosa separación. Fue sucedido en el cargo por Lee Teng Hui.
No hay comentarios:
Publicar un comentario