jueves, 2 de enero de 2020

El Reino Unido y el Brexit.-a

La Reina Isabel II y el Príncipe de Gales, durante la apertura estatal del Parlamento
 en la Cámara de los Comunes en Londres.
Querido Martín 

Es interesante un comentario de la prensa publicado por  La Mirada del Lector de La Vanguardia, sobre la separación del reino unido de la  Unión Europea, el articulo dice los siguiente: 
Resido en Reino Unido desde febrero de 2016, en la ciudad de Gloucester, Inglaterra, ejerzo de auxiliar de enfermería en una residencia de mayores. No es el trabajo con el que soñé, pero no me da ni más ni menos que lo que siempre quise, sueldo para pagar lo inevitable y para viajar, tiempo libre y perspectiva. Mucha perspectiva”.
Así se presenta español, residente en reino unido, escritor Lázaro Caldera, que ha querido compartir su experiencia ante la prensa.

El testimonio de Lázaro llega en un momento de especial incertidumbre, después de la victoria electoral del primer ministro británico  Boris Johnson, en la cámara de comunes de Reino Unido, ya que facilita su plan político para salir de la Unión Europea el 31 de enero del 2020.
“No puedo empezar esta reflexión, mitad análisis, mitad experiencia personal y opinión, tras muchas lecturas y estudios, sin decir que comentar en poco tiempo y espacio la cuestión del Brexit es casi imposible”.
“En tres años, sin embargo, creo que he tenido tiempo suficiente de ver y entender muchas de las singularidades del país y sus habitantes, para leer y documentarme, y espero que eso me sirva al menos para que el intento no quede en desastre”. dice  escritor Lázaro Caldera.

Nación Constituida 

Conviene recordar don Martín , siempre que se hable de cualquier tema referente al Reino Unido, que esta nación está constitutiva por  cuatro países que son  Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, cada una fuerte particularismo histórico, jurídico,  de tradiciones y cultura propia. Históricamente, la preponderancia de Inglaterra en la unión,  ha sido total, a todos los niveles, pero sobre todo cultural, económica, jurídica y políticamente. 
Resulta difícil nombrar algún rasgo británico que no sea propiamente inglés y a la vez que se asocie con la imagen de Reino Unido. Por tanto, la escasa visibilidad que tienen el resto de nacionalidades en el imaginario cultural e icónico de lo que conocemos como “cultura británico” es un reflejo muy ilustrativo de cómo Inglaterra es sin duda el núcleo de la identidad británica, sede de su monarquía, capitalidad, gobierno y motor económico de toda la nación, proceso que se inicia con la romanización de la isla y tiene un amplio desarrollo posterior, sobre todo desde el siglo XVI.

Inglaterra

Inglaterra nunca se ha sentido muy segura formando parte de la Unión Europa, básicamente porque fue durante siglos una potencia imperial mundial que compitió, sobre todo con grandes potencias europeas de su época, como fue España, Francia y Alemania.

Consciente de su poderío e independencia,  creó una identidad cultural que les hizo, y de alguna forma aún les hace creerse dueños del mundo o al menos con pleno derecho a serlo, idea que alcanzó su máximo expresión durante el reinado de reina Victoria, en la mayor parte del siglo XIX.
No es hasta el siglo XX y pasadas ambas guerras mundiales cuando el espíritu imperial y prepotencia decaen en inglaterra, solo una mezcla inteligente de propaganda política, audaces tratos comerciales y uso del deporte como herramienta socializadora mantienen vertebrados todos los territorios que eran  del Imperio británico.

En este contexto, la sociedad británica ha evolucionado a lo largo del siglo XX hasta que se llegó, quizá a finales de los años 80, a una ruptura social intergeneracional fruto de varios años de decadencia económica e incapacidad por parte de las generaciones que vivieron los últimos años del Imperio a adaptarse a la globalización y todo lo que ésta trajo consigo”, dice el escritor Lázaro Caldera.
“Se llegó a un punto de no retorno en que una parte de la sociedad, entrada en años y heredera nostálgica de aquellos años dorados de poderío militar y colonial, tenía que convivir con una juventud que, poco a poco, entraba en contacto e importaba identidades e iconos culturales que no eran británicos”.

Era una juventud británica que se adapta a la aldea global, en contraposición a una población madura que se aferraba a sus valores culturales y morales ingleses, que por otra parte parecían estar sucumbiendo.

El norte y sur de Inglaterra 

“La economía del norte, industrial y agraria, era incapaz de competir frente al sur, turístico y canalizador del arte y de las nuevas tendencias globales y culturales, teniendo a Londres como máxima expresión del nuevo concepto de “polis”, multicultural, globalizadora, principio y fin de la nueva expresión de la condición humana”.
“El gobierno y gestión de Lady Thatcher no hizo sino ahondar aún más en las divisiones sociales históricas, con la particularidad de que en, contraposición a otros estados europeos, el sur británico era próspero frente al norte”.
Lázaro Caldera

La brecha norte-sur de Inglaterra era una realidad absoluta. Inglaterra, y por consiguiente Reino Unido, ya no era una potencia militar e imperial que exportaba valores, se había convertido, definitivamente, en un emporio donde se mezclaban e intercambiaban todas las manifestaciones identitarias y culturales del mundo.

Y no toda la sociedad fue ni es capaz de digerir esa idea. En este contexto, el desarrollo cultural y social que se dio en los 90 y principios del nuevo milenio han tenido como consecuencia un discurso político tenso y dividido entre los principales partidos, alejado de la clásica idea de consenso que suele imperar en la visión que de la política británica se tiene en el exterior, teniendo como máximos exponentes el debate en torno a la guerra de Irak y los acuerdos de paz en Irlanda, que no contentaron a todos aunque aseguraron el fin de la violencia”.
Los conservadores capitalizan históricamente el voto tradicional y de los rangos de edad más altos, mientras que los laboristas mandan entre los más jóvenes y en los territorios, sobre todo del norte inglés, más afectados por la crisis de la industria y la minería a finales de los 70 y mediados de los 80”.
 Lázaro Caldera

Referéndum

Ex primer ministro británico David Cameron, en su afán por mantener unido el partido conservador, entre facciones pro y contra de unión europea, lanzó la idea para el referéndum de pertenencia a la UE consciente de que una parte de su partido, y él mismo, empezaba a ver peligrar su posición frente al laborismo y los nuevos partidos surgidos tras la crisis, que hizo aumentar las tensiones territoriales y reabrió el debate unionista en Gales, Escocia e Irlanda del Norte.

El problema de la campaña a favor del Brexit fue el uso indiscriminado de noticias y datos falsos, como el hecho de que Europa hubiese planteado la entrada de Turquía en la Unión y los supuestos riesgos que conllevaba, la capitalización del miedo irracional a la emigración, cuando está demostrado ampliamente que la inmigración extracomunitaria es mayor que la europea, y por supuesto, el delito de apropiación de datos personales de miles de ciudadanos para beneficio político, hecho éste sin aparentes consecuencias penales para quiénes lo autorizaron”.
“De la campaña a favor de la permanencia, qué se puede decir, a la posición ya débil del exprimer ministro Cameron se unió la ambigüedad reiterada de Jeremy Corbyn, líder de una izquierda que en sintonía con sus hermanas europeas parece haber encontrado más rentabilidad política en la lucha feminista y climática que en la tradicional representación de la clase trabajadora, que a la postre les devolvería el favor en las últimas elecciones”.
Del resto de partidos conviene señalar únicamente a los nacionalistas escoceses y republicanos irlandeses, únicos vencedores que verían sus frutos en los últimos comicios”.
 Lázaro Caldera

Conclusión  

La victoria electoral de conservadores de Johnson, provocara la salida oficial de Reino Unido de Unión Europea, pero alentara los movimientos separatistas de Escocia, y menor medida de  Gales e Irlanda, Es muy probable que Escocia se separe de Reino Unido, ya que mayoría de población  quiere ser parte de la Unión Europea, para recibir subsidios de esta entidad supranacional, ademas fuerte particularismo como país. 



 "Global Britain" que Reino Unido prepara para después de abandonar la UE

"Cuando salgamos de la Unión Europea, habrá enormes oportunidades en todo el mundo. Y Reino Unido será una fuerza para el bien".
Esta frase, del ministro de Exteriores, Dominic Raab, sintetiza parte de la imagen que los gobiernos conservadores liderados por Theresa May y Boris Johnson han promovido para enfrentar la era post-Brexit.
Con un país profundamente polarizado, este viernes 31 de enero  2020  Reino Unido abandonó la Unión Europea luego de más de tres años de enfrentamientos internos y crisis políticas que han dejado un país fracturado.

Creado como un eslogan para contrarrestar la idea de que la salida del bloque significa aislamiento, la narrativa de una "Global Britain" apunta a impulsar al país como líder mundial, idea que los más críticos consideran como una "nostalgia colonialista".


Boris Johson lo explicó en su primer discurso como jefe del gobierno como la idea de recuperar el "papel natural e histórico" de su país como "emprendedor, que mira hacia el exterior y que es verdaderamente global, generoso y comprometido con el mundo".

Una influencia diplomática, comercial, militar y cultural, según ha quedado plasmado en documentos oficiales que se refieren a lo que sería el nuevo rol del país en el contexto global, guiado por "los valores del libre comercio, la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho internacional".

La economía post-Brexit

Parte del pensamiento económico detrás del Brexit es que la salida del bloque liberará a Reino Unido de las supuestas restricciones que significaba pertenecer a la Unión Europea.
Uno de los grandes beneficios de salirse de esta "jaula", según la visión gubernamental, es que el país contará con la libertad de negociar acuerdos comerciales con todo el mundo.

"Queremos ser buenos vecinos europeos y bucaneros del libre comercio mundial", dijo Raab al esbozar la visión de "Global Britain".

Una influencia diplomática, comercial, militar y cultural, según ha quedado plasmado en documentos oficiales que se refieren a lo que sería el nuevo rol del país en el contexto global, guiado por "los valores del libre comercio, la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho internacional".
La economía post-Brexit
Parte del pensamiento económico detrás del Brexit es que la salida del bloque liberará a Reino Unido de las supuestas restricciones que significaba pertenecer a la Unión Europea.
Uno de los grandes beneficios de salirse de esta "jaula", según la visión gubernamental, es que el país contará con la libertad de negociar acuerdos comerciales con todo el mundo.

"Queremos ser buenos vecinos europeos y bucaneros del libre comercio mundial", dijo Raab al esbozar la visión de "Global Britain".

"Debería negociar un acuerdo comercial preferencial con EE..UU. y, al mismo tiempo, buscar acuerdos comerciales con países con los que EE.UU. no los tiene", apunta.

"Eso convertiría a Reino Unido en un atractivo centro para los negocios en el mercado estadounidense".

"Debería negociar un acuerdo comercial preferencial con EE..UU. y, al mismo tiempo, buscar acuerdos comerciales con países con los que EE.UU. no los tiene", apunta.

"Eso convertiría a Reino Unido en un atractivo centro para los negocios en el mercado estadounidense".

Debido a estas circunstancias, apunta, el país debería diseñar su estrategia nacional teniendo cuenta ese nuevo escenario.
"Global Britain" y su política exterior
El gobierno de Boris Johnson ha delineado algunas directrices para reinstalar la posición de Reino Unido en el tablero del poder global.
Entre ellas, su ministro de Exteriores ha planteado que el país seguirá siendo un miembro destacado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN, por sus siglas en inglés), "asegurando que la alianza pueda enfrentar nuevos desafíos por delante".

En relación a los conflictos actuales, ha responsabilizado a Irán por sus "acciones desestabilizadoras" y al gobierno ruso por "no respetar el derecho internacional".

En relación a Hong Kong, Raab ha manifestado que apoya "su derecho a protestar pacíficamente" y que alienta el diálogo de todas las partes.
Como causas globales, el canciller Raab ha dicho que el país demostrará su "liderazgo mundial sobre el cambio climático y defenderá los derechos humanos básicos".
A pesar de estas afirmaciones puntuales, algunos analistas critican que el gobierno no cuenta con una verdadera estrategia para materializar su visión de "Global Britain" tras el Brexit.

Sophia Gaston directora de Investigación de Arena, unidad de análisis del Instituto de Asuntos Globales de la London School of Economics, argumenta que el eslogan es uno de los pocos elementos consistentes que se han mantenido en la narrativa de May y Johnson en los últimos tres años y medio.

Sin embargo, no está claro a qué se refiere exactamente.

"Cuando se revele, Global Britain será el marco central en torno al cual se unirán todas nuestras asociaciones y actividades internacionales, y establecerá el tono de nuestro propósito diplomático, militar y estratégico y la expresión de nuestros valores", le dice Gaston a BBC Mundo.
"El gran desafío para Reino Unido es definir su rol global en un momento en que el orden mundial está experimentando cambios", señala Gaston.
Otros expertos, como Mehdi Boussebaa, profesor y codirector del centro de investigación International Business and Enterprise de la Escuela de Negocios de la Universidad de Glasgow, piensan que la narrativa detrás del Global Britain es un concepto equivocado.
"Es una mala idea imperialista", le dice a BBC Mundo.
El tema, argumenta, tiene múltiples raíces, siendo una de ellas la "melancolía postcolonial que ha afectado al país desde la pérdida de su imperio".
¿Al borde del acantilado?
Por lo pronto, con la salida de la Unión Europea comienza una etapa de difíciles negociaciones comerciales con el bloque.
"Las empresas aún enfrentan el riesgo de un Brexit al borde del acantilado a fin de año, dado el poco tiempo disponible para negociar una futura relación comercial entre Gran Bretaña y la Unión Europea", advirtió esta semana Michel Barnier, el negociador del bloque para este asunto.
Michel Barnier, negociador de la Unión Europea, advirtió que existe poco tiempo para negociar.
La Unión Europea "nunca, nunca, nunca" pondrá en riesgo la integridad del mercado único del bloque a la hora de negociar un acuerdo comercial con Reino Unido, apuntó. Aunque la salida oficialmente sea este viernes 31 de enero, el país seguirá en el mercado único, aunque solo sea durante el período de transición que termina a fines de este año.

Es por eso que las negociaciones durante los próximos meses serán a contrarreloj, mientras que la materialización del "Global Britain" puede tomar años o décadas. Si es que alguna vez llega a concretarse.

1 comentario:

  1. Inglaterra, quiere ser país soberano, no una dependencia de la Unión Europea, es su naturaleza una isla, y su interés principal es dominar principalmente el comercio marítimo internacional.

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