Gorvachov anuncia la disolución de la URSS y su dimisión como Presidente (1991) -Versión en
[24 de Diciembre de 1991]
Queridos compatriotas, conciudadanos.
Como consecuencia del escenario recién formado: la creación de la Comunidad de Estados Independientes, ceso mis actividades en el cargo de presidente de la URSS. Tomo esta decisión en consideraciones basadas en principios.
Firmemente he apoyado la independencia, la autonomía de las naciones, la soberanía de las repúblicas, pero al mismo tiempo la unidad del país para la preservación del estado de unión.
Los acontecimientos no obstante han seguido un camino diferente. La política que prevaleció fue la de desmembrar el país y desunir el estado, con la que no estoy de acuerdo. Y después de la reunión de Alma-Ata y las decisiones tomadas allí, mi posición en este asunto no ha cambiado. Además, estoy convencido de que decisiones de esa envergadura deberían haberse tomado sobre la base de la consulta de la voluntad popular.
Sin embargo, voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para que los acuerdos firmados allí conduzcan al verdadero acuerdo en la sociedad, y voy a facilitar la salida de la crisis y el proceso de reforma.
Al dirigirme a ustedes por última vez en calidad de presidente de la URSS, considero necesario expresar mi evaluación del camino recorrido desde 1985, especialmente sobre todo que hay una gran cantidad de resoluciones judiciales contradictorias, superficiales y subjetivas sobre esa cuestión.
El destino quiso que cuando me encontraba a la cabeza del estado, ya estaba entonces claro que no todo estaba bien en el país. En él hay mucho de todo: tierra, petróleo y gas, y otras riquezas naturales, y Dios nos dio mucha inteligencia y talento; sin embargo, aun vivimos mucho peor que los países desarrollados y seguíamos retrocediendo detrás de ellos más y más.
La razón ya se podía ver: La sociedad se asfixiaba en el tornillo del sistema burocrático, condenado para servir a la ideología y llevar la carga terrible de la carrera armamentista. Esto había llegado al límite de sus posibilidades. Todos los intentos de reformas parciales -y ha habido muchas-, había sufrido una derrota tras otra. El país estaba perdiendo la perspectiva. No podíamos seguir viviendo así. Todo debía ser cambiado radicalmente.
El proceso de renovación del país y los cambios radicales en el mundo, resultó ser mucho más complicado de lo que cabía esperar. Pero, lo que se ha hecho dará su resultado a su debido tiempo.
Esta sociedad adquirió la libertad, se liberó política y espiritualmente, y esto es el logro principal que aún no hemos entendido completamente, porque no hemos aprendido a usar la libertad.
Sin embargo, el trabajo de importancia histórica se ha logrado. El sistema totalitario que privó al país de la oportunidad de ser exitoso y próspero, hace mucho tiempo que se ha eliminado. Un gran avance se ha logrado en el camino hacia cambios democráticos. Las elecciones libres, la libertad de prensa, las libertades religiosas, los órganos representativos del poder, un multipartidismo (sistema) se convirtió en una realidad; los derechos humanos son reconocidos como principio supremo.
El movimiento a una economía diversa ha comenzado, la igualdad de todas las formas de la propiedad se ha establecido, la gente que trabaja sobre la tierra cobra vida otra vez en el marco de la reforma agraria, los agricultores han aparecido, y millones de acres de tierra están siendo entregados a las personas que viven en el campo y en las ciudades.
La libertad económica del productor se ha legalizado, y el espíritu emprendedor, la participación, la privatización están cobrando impulso. En la transformación de la economía hacia un mercado, es importante recordar que todo esto se hace por el bien de la persona. En estos momentos difíciles, todos debemos realizar acciones por la protección social, especialmente para las personas mayores y los niños.
Vivimos en un mundo nuevo. La guerra fría se ha terminado, la carrera armamentista se ha parado, al igual que la militarización insana que mutiló nuestra economía, la psiquis y la moral públicas. La amenaza de una guerra mundial se ha eliminado. Y una vez más quiero subrayar por mi parte todo lo que se hizo durante el período de transición para mantener un control confiable sobre las armas nucleares.
Nos abrimos al mundo, dejamos de interferir en otros asuntos de la gente, del empleo de tropas más allá de las fronteras del país, y la confianza, la solidaridad y el respeto vino como respuesta.
Las naciones y los pueblos de este país obtuvieron la libertad real de elegir el camino de su autodeterminación. La búsqueda de una reforma democrática del Estado multinacional nos ha traído al umbral de la celebración de un nuevo Tratado de la Unión. Todos estos cambios que exige, han provocado una enorme tensión. Ellos se han llevado a cabo con una fuerte lucha, con una creciente resistencia de los viejos, y con las fuerzas obsoletas.
El antiguo sistema se derrumbó antes de que uno nuevo hubiera tenido tiempo de empezar a trabajar, y la crisis en la sociedad se hizo aún más aguda.
El golpe de agosto trajo la crisis general a su último límite. Lo más dañino de esta crisis es la desintegración de la estructura del estado. Y hoy estoy preocupado por la pérdida de nuestro pueblo de la ciudadanía de un gran país. Las consecuencias pueden llegar a ser muy duras para todos.
Me marcho dejando mi puesto con aprehensión, pero también con esperanza, con la fe, la sabiduría y la fuerza de espíritu de todos ustedes. Somos los herederos de una gran civilización, y su renacimiento a una vida nueva, moderna y digna, ahora depende de todos y cada uno.
Algunos errores sin duda podrían haberse evitado, muchas cosas se podrían haber hecho mejor, pero estoy convencido de que tarde o temprano nuestros esfuerzos comunes dará sus frutos, y nuestras naciones vivirán en una sociedad próspera y democrática.
Deseo todo lo mejor a todos ustedes.
MIJAIL GORVACHOV